Los romanos adoptaron los estilos arquitectónicos griegos como el dórico, jónico y corintio para construir diferentes tipos de edificios públicos y religiosos. Desarrollaron nuevas técnicas como el uso del ladrillo, la bóveda y el concreto que les permitieron crear grandes estructuras como termas, anfiteatros, basílicas y templos. La arquitectura romana se caracterizó por su funcionalidad y sobriedad y se difundió ampliamente por todo el imperio.
1. Ficha de Historia del Arte: Arquitectura Civil y Religiosa to Artístico
Prof. Fernando de los Ángeles
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Lugares de Culto
"Los romanos primitivos no tenían templos, ni tampoco estatuas, ni figuras. Los auspicios se hacían al aire
libre; el augur trazaba en el espacio un templo simbólico con su báculo (especie de bastón), y en aquel
ámbito interpretaba las señas, que podían ser buenas o malas. A medida que los romanos fueron
incorporando en su religión y mitología a los dioses griegos y a otras deidades provenientes de los pueblos
conquistados, decidieron construir templos para honrar a sus dioses.
En el S. I a.C. Vitruvio Poliom se destacó como uno de los principales integrantes de los Collegia
fabrorum; sus estudios sobre la arquitectura clásica griega y sus reglas geométricas para la construcción
de los templos y de las ciudades fueron recogidos en su tratado de arquitectura. Los templos romanos
estaban diseñados y construidos siguiendo fielmente las instrucciones dadas en ese tratado de arquitectura
donde, además, para cada dios había un diseño determinado, según lo que él representaba." (Solá, María
Delia; Mitología Romana, Primera edición, gradifco, 2008)
Durante mucho tiempo los romanos se mostraron hostiles a cuanto puede haber de gozo personal en el arte. La
arquitectura en la que técnica resulta esencia, escapaba a esta desconfianza. El ejemplo griego, en particular el
helenismo, ofrecía una fecunda fuente de inspiración a los arquitectos, que tomaron abundantemente de ella, si
bien modificaron de modo fundamental su espíritu a partir de la elaboración del arte romano, en el siglo II
a.C. En este aspecto, son característicos los grandes santuarios que se levantaron en Italia, sobre todo en el
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Lacio: Antium, Terracina y sobre todo, a finales del siglo II a.C.,
el santuario de la Fortuna en Preneste. estas construcciones
grandiosas aprovechan al máximo los recursos del paisaje. En
Preneste se despliegan en terrazas sucesivas que culminan, en un
arte consumado de la escenificación, en el pequeño santuario
circular de la Fontana, inspirándose en los trabajos de los
ingenieros griegos que habían trabajado en Lindos o en
Pérgamo. Pero su carácter sistemático, la variedad de los
dispositivos utilizados para poner de relieve el monumento
esencial de un conjunto van mucho más allá y evidencian de
inmediato la fuerza y, la originalidad de la arquitectura romana.
Las Técnicas
La arquitectura logra desplegarse en toda su amplitud gracias a
las nuevas técnicas empleadas. La utilización de bóveda se cita a
menudo como una de las características. Aunque no era
desconocida en Grecia, allí presenta siempre unas dimensiones
muchos menores y por lo general cumple unciones relativamente
secundarias o limitadas: cobertura de escalinatas, cisternas, etc.
En parte por influencia etrusca, Roma la utiliza de manera más
sistemática. Uso posibilitado por otra innovación: el ripio con argamasa, un conglomerado de piedrecillas
ligadas con cemento. este procedimiento, muy resistente, capaz de aguantar sacudidas y fácil de modelar con
encofrados de madera, facilita la adopción de soluciones audaces. Otro material que presenta ventajas
análogas en el ladrillo. Sumamente barato, de fácil preparación y fabricación (los talleres de las legiones serán
grandes productores de ladrillos), permite aligerar, por ejemplo, la presión que ejerce un sistema de arcos de
desagüe sobre un muro. Y, en general, hace posible la
construcción de edificios compljos. La arquitectura imperial
lo utilizará abundantemente a partir del S. II, los grandes
inmuebles de Ostia o el Panteón de Roma, con su cúpula,
son hijos del ladrillo.
Enmascarada a veces por una placa de mármol (en el
Panteón), esta arquitectura de ladrillo a menudo permanece
desnuda. También da origen a un sistema decorativo
particular, en los edificios de Ostia, por ejemplo, donde se la
disposición o coloración de cada uno de los elementos crea
una especie de mosaico mural de terracota. Cabe observar
que también se concede un papel importante a los materiales
locales, según diversas regiones: la piedra negra basáltica en la Siria romana, por
ejemplo.
Para la decoración arquitectónica (columnas, capiteles, frisos) el material más frecuente
es el mármol; su explotación, que muy pronto se estatalizó, y su comercio se organizan
en gran escala. Pero aun así sigue siendo costoso y a menudo lo reemplazan piedras
menos notables; para la terminación de ciertos elementos continua empleándose el
estuco, que permite modelarlos con facilidad. La arquitectura romana incorpora los tres
estilos arquitectónicos griegos: el Dórico, el jónico y el Corintio. En pleno período
imperial todavía aparecen de modo habitual los capiteles dóricos, los más antiguos. Pero
el estilo más apreciado es el corintio, que con frecuencia se trata de forma mecánica,
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pero cuyo elemento básico,el acanto, ofrece bellas posibilidades decorativas. estilo que, por otra parte, se
combina a veces con el jónico para formar capiteles compuestos
Arquitectura Religiosa
El servicio de los dioses constituye, junto con el del Estado, una ocasión privilegiada para la expresión del arte
romano. A veces la excusa religiosa incluso da pie a la realización de monumentos puramente profanos: los
teatros, contemplados con desconfianza durante largo tiempo por la parte conservadora de la aristocracia
romana, sólo se toleran en Roma, a finales de la República, a condición de que el arquitecto incluya en ellos
un pequeño santuario (teatro de Pompeya, mediados del S. I a.C.).
La religión romana acogió de buen grado a los dioses extranjeros, en particular cuando el imperio se expandió
hasta países con una antigua tradición religiosa, como Egipto o el Cercano Oriente. De ahí que la arquitectura
religiosa de la época romana presente múltiples aspectos; así, por ejemplo, los templos de Siria ofrecen rasgos
procedentes del legado oriental que los diferencia de torres, merlones (templos de Baalbek, templo de Demeir
cerca de Damasco, templo de Bel en Palmira).
Lo cierto es que, aun en las provincias lejanas, la celebración de los ritos es medio de manifestar la lealtad al
Estado. En consecuencia, ciertas formas arquitectónicas se difundieron de manera bastante uniforme por todo
el imperio. Tal es el caso de los templos consagrados a Júpiter capitolino, a imagen del santuario del
Capitolio en Roma. No se utiliza el modelo de templo griego y los arquitectos adoptan un tipo marcadamente
diferente, de origen etrusco-itálico. El templo se levanta sobre un zócalo bastante elevado, el podium, al que se
accede por una escalinata frontal. En vez de edificios perípteros, prefieren limitar ésta a la fachada (casi
siempre con seis columnas), prolongándola sobre los muros del santuario propiamente dicho (la cella)
mediante columnas adosadas (templo pseudoperíptero). La cella solo alberga la estatua del Dios y el culto se
realiza en el exterior, sobre el altar situado en la parte
frontal. El decorado con figuras, en frisos o sobre el
frontón, solo aparece en casos excepcionales (templo de
Apolo Sosiano en Roma, templo de Minerva en el foro de
Nerva). En contrapartida, una inscripción informa a
menudo sobre las circunstancias de la edificación. En
resumen, se trata de un tipo de construcción sobria, más
bien banal, aunque algunas muestras como la casa
cuadrada de Nimes, de la época augustiana, pueden
alcanzar una notable armonía gracias al equilibrio de sus
proporciones y la calidad de la ejecución.
Monumentos públicos
La arquitectura, además de estar al servicio de los dioses, lo esta también al del Estado y la comunidad social.
De ahí el desarrollo privilegiado de los monumentos públicos. Las restricciones que imponía su realización
estimularon las investigaciones técnicas y estéticas por parte de los ingenieros y arquitectos.
Basílicas
Entre estas creaciones, llaman la atención, en primer lugar , los edificios de carácter públicos. En particular, la
Basílica, la primera de las cuales se levantó en Roma a principios del S. II a.C. (Basílica Porcia. Su función
originaria era de orden judicial, aunque progresivamente fue adquiriendo un carácter menos exclusivo, hasta
convertirse en local para toda clase de reuniones. La época imperial la erige un elemento esencial de los
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grandes dispositivos urbanísticos y sirve de modelo para las salas de audiencia de los palacios imperiales. El
plano de la basílica tiene una amplia difusión y se vulgariza progresivamente hasta llegar a emplearse en las
habitaciones privadas. No es ajeno, al desarrollo de la basílica cristiana, aunque los especialistas todavía no se
ponen de acuerdo sobre los orígenes exactos de este monumento.
El éxito de esta estructura está relacionada en gran parte con su perfecta adaptación a la función del edificio:
un local cerrado organizado interiormente por una columnata que lo rodea (basílica de Fano en Italia, de
finales del S. I a.C.) o que se distribuye en hileras paralelas (en número de dos y a veces más: basílica ulpiana
en Roma, basílica severiana de Leptis Magna) a lo largo de los laterales. Se reserva un lugar privilegiado para
el estrado del magistrado, el tribunal, situado en frente a la puerta en el extremo de uno de los ejes del edificio.
Se desarrolló la costumbre de destacar este emplazamiento situándolo al amparo de un ábside. Numerosas
variaciones de este plan de base permiten su enriquecimiento , por ejemplo, multiplicando el número de naves
o de ábsides.
La importancia de la basílica dentro de la Historia de la arquitectura se debe también a las soluciones
aportadas al problema de la cubierta. La más difundida consiste en adoptar techumbres de armazón, de doble
pendiente. La nave central tiene mayor altura, para acomodar las ventanas. Solo rara vez se adopta la bóveda
en la basílica de Maxence en Roma, principios del siglo IV, constituye el más grandioso ejemplo de su uso.
Mercados
Otros edificios sirven directamente a la vida social. Los
mercados dan pie a interesantes realizaciones en las que se
cambian investigaciones estéticas y organización práctica,
como atestigua el conjunto edificado por Trajano en la
ladera de la colina del Quirinal. En cambios, los
monumentos relacionados con el ocio solo aparecen en
fecha relativamente tardía. En efecto, durante largo tiempo
se consideraron manifestaciones de lujo corruptor. Pero
también plantearon problemas técnicos de enorme
dificultad a causa de sus grandes dimensiones y de las
condiciones a particulares de su uso (calefacción,
aislamiento).
Termas
Las termas ocupan un lugar destacado durante el
imperio.no sólo procuran una comodidad de la que con
frecuencia carecen las viviendas, sino que al mismo
tiempo desempeñan un papel social decisivo como lugar
de reunión. Su planta puede presentar variaciones, en
función de sus dimensiones en particular. La más
importante, sin embargo, presentan una gran organización
idéntica. La sala fría (frigidarium), la más amplia,
constituye el centro en torno al cual se distribuyen los
vestuarios, por una parte, y por otra, las salas
calefaccionadas, tibias (tepidarium) o calientes
(caldarium). Espacios descubiertos para el paseo o
ejercicios físicos (palestra) completan el conjunto. La utilización de materiales ligeros (ladrillos) y el
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perfeccionamiento de la bóveda de aristas permiten construir y cubrir edificios tan vastos como las termas de
Caracella o las de Diocleciano, en Roma. Su amplitud las convierte en terreno idóneo para la aplicación del
decorado "mixtilíneal", con una alternancia de líneas rectas y curvas, hemiciclos y fragmentos octogonales.
Un decorado cuidado, a menudo lujoso, de mosaicos y placas de mármoles de colores sobre el suelo y los
muros, completa esta arquitectura.
Teatro
El teatro, no tuvo una forma fija en Roma hasta mediados
del siglo I a.C., se diferencia claramente de los modelos
griegos por la reducción de la parte delantera de las gradas
(la orquesta) a un semicírculo sin utilidad real. El
espectáculo se desarrolla ahora sobre una superficie
elevada, el escenario, cerrado por detrás por un muro
(frons scenae) articulado de forma que pueda
acomodar tres vanos y que incorpora tres órdenes de
columnas. En esta parte del edificio, unida a las gradas y
no ya independiente como en Grecia, se sitúa la parte
fundamental de la decoración, los nichos las columnas y
las estatuas, que se reproducen en el decorado de la
escena.
Anfiteatro
El anfiteatro, casi siempre construido
sobre el terreno y no excavado, como
ocurre a veces con los teatros, se
destina al combate de los
gladiadores, a cacerías y también a
una suerte de grandes espectáculos
de revistas. Como en el circo -o
hipódromo- destinado a carreras de
carros, su decoración es más sobria y
recurre particularmente a las técnicas
de abovedamiento, indispensables
para la construcción de los espacios
técnicos, situado bajo la arena en el
anfiteatro, y para los pasillos de
circulación del público. Bajo los
tramos de gradas.
BIBLIOGRAFÍA
Baratte, François; El Arte romano, Ed. Paidos, 1985
Zevi, Bruno: Saber ver la arquitectura , Ed. Poseidón, Bs. As., 1956
Kostof, Spiro: Historia de la Arquitectura, T. 1, Ed. Alianza Forma