El documento resume las enseñanzas del evangelio sobre la amistad entre Jesús y Marta, María y Lázaro. Jesús valoraba especialmente a esta familia y los consideraba amigos cercanos. Les enseñó que aunque el servicio es importante, la oración y escuchar su palabra son necesidades primordiales, como María demostró al sentarse a los pies de Jesús.
2. El evangelio de san
Lucas, que es el
principalmente
proclamado en este
ciclo C, nos presenta
la vida pública de
Jesús como un viaje
denso y tranquilo
desde Galilea a
Jerusalén.
3. En un viaje largo hay
momentos de descanso,
momentos tranquilos para
hablar con los buenos
amigos. Uno de esos
momentos es el descrito
hoy en la casa de tres
hermanos: Lázaro, Marta y
María.
Así nos dice el
evangelio de hoy:
Lc 10, 38-42
4. En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una
mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta
tenía una hermana llamada María, que, sentada a
los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y
Marta se multiplicaba para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró y dijo: “Señor, ¿no te
importa que mi hermana me haya dejado sola
con el servicio? Dile que me eche una mano”.
Pero el Señor le contestó: “Marta, Marta, andas
inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una
es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y
no se la quitarán”.
5. Una primera
enseñanza del
evangelio es que Jesús
tenía amigos. Jesús no
era de otro mundo,
sino que quiso ser un
verdadero hombre. Y
entre las cosas buenas
que puede tener un ser
humano es el amigo
bueno o los buenos
amigos. Son los que no
fallan en los momentos
difíciles.
6. Jesús lo demostró con
esta familia. Cuando
murió Lázaro, Jesús
lloró. Y decían: “¡Cómo
le ama!” En los
momentos alegres
Jesús gozaba con esta
familia. Cuando llegaba,
se sentía como en su
casa y descansaba.
7. Hay que amar a todos; pero la verdadera amistad es otra
cosa. Jesús amaba a todos los apóstoles; pero, como
nos dice san Juan, había uno con quien se sentía más
tranquilo, que era confidente y fiel. Eso, a pesar de que
san Pedro tuviera prometida la principal responsabilidad.
8. El libro del eclesiástico
nos habla de lo bueno que
es tener un amigo fiel.
Esto lo dice porque hay
algunos que se llaman
amigos y sólo lo son para
acompañar en la mesa,
pero desaparecen en el
momento de la desgracia.
Por eso dice que el que
encuentra un buen amigo
ha encontrado un
TESORO.
24. La amistad es un
signo del amor
con fidelidad y
con ternura. Se
trata de un amor
sincero, donde
hay confianza,
donde se busca
el bien y la
felicidad.
25. El tema principal que ha surgido durante siglos, al
comentar este pasaje, ha sido el dar mayor importancia a
la vida contemplativa sobre la vida activa . No se debe
simplificar; pero algo hay, ya que para la acción
apostólica eficaz es necesaria una buena parte de
oración.
26. Jesús no es que esté
en contra de Marta,
sino que quiere darle
una lección, como
Jesús quiere dar a
todo aquel que ama.
¿Cómo no iba a
agradecer a Marta
todos los esfuerzos
atendiendo, si hasta
un vaso de agua que
se dé por amor de
Dios tendrá su
recompensa?
27. Lo que sí nos
enseña hoy el
evangelio es
que es muy
importante el
saber escuchar
y el saber orar.
Esta es la gran
enseñanza que
quiere dar Jesús
a Marta y nos la
quiere dar a
nosotros.
28. El trabajar es
muy bueno.
Jesús trabajaba
muchísimo. Y el
día del juicio se
nos juzgará por
lo que hayamos
hecho
positivamente:
bueno o malo.
29. Para ello se necesita algo de silencio y tranquilidad, cosa
que muchos no tienen, pues aman el ruido, radio,
televisión, etc. Y esto desde el levantarse hasta
acostarse.
Pero no se
hace un
bien
verdadero,
si no se
está en
unión con
Dios.
30. Para unir la vida
activa con la
contemplativa ha
habido diversos
puntos de vista o
espiritualidades.
Había algunos que,
como eremitas, se
retiraban
totalmente del
mundo para vivir a
solas con Dios.
31. San Benito, por el siglo VI, pensó que esto tenía sus
inconvenientes y organizó sus monasterios bajo el
lema. “Ora y trabaja”. Era más propio para el ser
humano comunitario.
32. Santo Domingo y san Francisco lo ilustraron mejor,
acentuando algo más la oración como ayuda de la acción
con aquel axioma: “Entregar a los demás lo que antes se
ha contemplado”.
33. San Ignacio,
hombre de mucha
acción, pensó y
enseñó que se
podía ser
contemplativo en
la misma acción.
34. Algunos dicen que toda acción puede ser contemplación.
Pero para que sea posible, deben haber buenos ratos de
sola oración, momentos de acrecentar la unión con Dios.
Hoy nos dice
Jesús cómo es
importante
estar sentados
a sus pies
como aquella
mujer María
para
escucharle
atenta y
silenciosa-
mente.
35. Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre
el Amado;
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas
olvidado.
Si es posible, hasta poder
llegar a decir como san
Juan de la Cruz:
36. El elogio que hace Jesús a María de Betania es para
todos aquellos que son capaces de detenerse en su
camino y hacer un alto dentro del ritmo vertiginoso de la
vida para estar a los pies de Jesús y escucharle.
Y para
pensar qué
norte guía
nuestra vida
y cómo se va
realizando.
37. Este pasaje del
evangelio tiene otra
enseñanza: el valor de
la hospitalidad. Es una
virtud la de acoger: a
viajeros, a ancianos, a
quienes se sienten
solos, enfermos. Por lo
menos echar una
mano, ayudar. ¡Qué
hermoso cuando
aquellos hermanos
vieran llegar a Jesús
cansado de caminar!
Había confianza y paz.
38. Hoy la primera lectura nos muestra una escena preciosa
de hospitalidad en la casa de Abraham.
Génesis
18, 1-10a
39. En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de
Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque
hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al
verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se
prosternó en tierra, diciendo: “Señor, si he alcanzado tu favor, no
pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os
lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo
de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis
pasado junto a vuestro siervo”. Contestaron: “Bien, haz lo que
dices”. Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le
dijo: "Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una
hogaza.“ Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo
dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también
cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en
pie bajo el árbol, ellos comieron. Después le dijeron: "¿Dónde está
Sara, tu mujer?“ Contestó: “Aquí, en la tienda”. Añadió uno: "Cuando
vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un
hijo."
53. Aquellos tres
ángeles o tres
personajes eran un
símbolo de la
Santísima Trinidad.
Porque la realidad es
que Dios está
presente en el
necesitado. Y hacer
el bien a quien lo
necesita es hacerlo a
Dios mismo.
54. Y Dios no viene
de vacío. Aquel
día, en
compensación de
esa hospitalidad,
Dios prometió a
Abraham lo que
tanto deseaba:
tener un hijo de
su esposa Sara,
que ya era
anciana.
55. En esta vida,
especialmente a
través de los
sacramentos nos da
una mayor paz y la
alegría de ser
amigos de Dios.
Pero nos promete
ser un día
huéspedes suyos en
su casa del cielo.
56. Para poder estar en la casa del cielo debemos “proceder
honradamente” como nos dice hoy el salmo responsorial
y como hacía el patriarca Abraham.
Terminamos
recordando
estos santos
consejos: