2. pero al mismo tiempo debemos hacer más
confortable esta vida terrena: por el bien de
todos, porque nos lo enseña la caridad.
Somos
peregrinos
que vamos
caminando
hacia la
ciudad
celeste;
3. La dificultad está en
guardar el equilibrio:
buscar mejoras en el
mundo material
pensando en la
eternidad. Este
equilibrio es muy
difícil porque, por
naturaleza, nos
inclinamos más hacia
lo terreno.
4. Por eso, para poder guardar el equilibrio, deberemos
inclinarnos un poco más, o mejor bastante más, hacia
los bienes de arriba. Para ello escuchamos las
advertencias que hoy Jesús nos dice en el evangelio.
Lc
12,
32-
48
5. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No temas,
pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros
el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos
talegas que no se echan a perder, y un tesoro inagotable en el
cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla.
Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro
corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas.
Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva
de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los
criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os
aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá
sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada y los
encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el
dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir
un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a
la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.”
(Sigue)
6. Pedro le preguntó: “Señor, ¿has dicho esa parábola por
nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “¿Quién es el
administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al
frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus
horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo
encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al
frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi
amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a
las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el
amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y
lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son
fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está
dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que
no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos.
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho
se le confió, más se le exigirá. Palabra del Señor
7. Ya hablábamos el domingo pasado de tesoros.
Hoy nos vuelve a decir Jesús que donde esté
nuestro tesoro estará nuestro corazón.
Desgraciada-
mente para
muchos no
hay más
tesoros que
los bienes
materiales.
8. Esto conduce en muchos a no ver el sentido de la vida.
Para muchos la vida es un contrasentido, porque el ser
humano siempre desea más; pero al poner todo el ideal
en lo material y ver que todo termina, no se ve para qué
estamos aquí.
9. Tendemos hacia el abrazo bondadoso y eterno con Dios.
Mientras tanto ganaremos méritos siendo
administradores de muchas cosas que Dios nos pone al
alcance.
Hoy Jesús,
como en otras
ocasiones, nos
dice que
venimos de
Dios y vamos
hacia Él.
10. En este caminar de la vida hacia Dios, las cosas
materiales pueden ayudarnos o, como muchas veces
sucede, nos impiden caminar por estar atados a ellas.
En este
caso son
como un
lastre o una
carga que
nos impiden
para volar
hacia Dios.
11. Para poder caminar con él, Jesús insiste muchas veces
en el desprendimiento. Cuando alguno se ofrecía para
seguirle, Jesús le decía que “no tenía ni dónde reclinar
la cabeza”.
El
desprendimiento
de bienes
materiales es un
signo del ser
discípulo suyo.
12. Este
desprendimiento
de bienes
materiales hace
que la persona se
sienta más libre. Se
puede tener más o
menos bienes;
pero la codicia es
la que ata, porque
ata el corazón y
queda el hombre
esclavizado.
13. Este desprendimiento y libertad hacen que el hombre
pueda estar disponible para hacer el bien. Es necesario
caminar “libre de equipaje” para poder atender al
hermano que sufre, para que reine la justicia y se tienda a
que todos vivamos como hermanos.
14. Esta “libertad” nos ayuda a estar disponibles para el
Señor, vigilantes en la espera de su venida. El Señor
puede venir en cualquier momento.
Vendrá de
una manera
grandiosa y
definitiva
en el
momento
de la
muerte, que
es el abrazo
eterno con
Dios.
15. Debemos estar
vigilantes,
porque Dios
(Padre, Hijo y
Espíritu Santo)
pasa muchas
veces junto a
nosotros para
envolvernos en
sus gracias y su
amor. ¡Cuantas
veces no le
hacemos caso!
Por eso debemos estar alerta.
16. El evangelio de hoy nos
pone, según palabras de
Jesús, dos signos del
estar alerta: “ceñida la
cintura y encendidas las
lámparas”. Significa
estar preparados para la
acción en cualquier
momento y guiados por
la fe.
17. El hecho de estar siempre atentos al “paso del Señor” no
quiere decir que estemos alejados de los problemas
humanos. El estar con la cintura ceñida no es para la
huida sino para estar comprometidos con lo que sucede a
nuestro alrededor.
18. Si esto fuese verdad, habría un mundo más fraternal,
brillaría la libertad y el amor, el mundo sería más de Dios.
27. hagamos un mundo verdadero,
hagamos un mundo para Dios.
Hacer CLICK
28. En la segunda parte del
evangelio, a una pregunta
de san Pedro si eso de la
vigilancia es para todos y
no sólo para el grupito
que le sigue, Jesús nos
presenta otra parábola
para indicarnos cómo
debemos estar todos
vigilantes para la venida
del Señor al mismo
tiempo que vamos
haciendo que este mundo
sea cada vez mejor.
29. No somos dueños de las cosas de este mundo, sino que
somos administradores. Por eso no podemos malgastar
las cosas, no debemos usar los bienes para nuestro
propio provecho sin mirar a los demás, que no son
esclavos sino hermanos.
30. Ser administradores es estar conscientes de que este
mundo no es la meta sino un camino. Como un buen
estudiante que desde el principio de curso mira al examen
final. O un labrador que al sembrar piensa en la cosecha.
O un deportista que al correr piensa en la meta.
31. Para vivir como buen administrador es necesaria la fe.
Hoy la segunda lectura, de la carta a los Hebreos en el
capítulo 11, nos habla de la fe y nos dice que: “La fe es
seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se
ve”. Esa fe nos tiene que acompañar para poder estar en
santa vigilancia.
32. Nos presenta a Abraham como ejemplo de fe. Nos le
presenta saliendo de su tierra hacia lo desconocido, donde
sería padre de generaciones como las estrellas del cielo.
33. La fe para estar firme debe estar probada. Como la de
Abraham que, a pesar de la promesa de una gran
posteridad, debería sacrificar a su hijo.
34. Dios da mucho más que lo que nosotros
podamos ofrecer. Nos pide que administremos
rectamente las cosas de aquí; y Él nos dará un
reino eterno.
35. Por todo ello la liturgia, en el salmo
responsorial, nos invita a alabar al
Señor. Terminamos proclamando la
grandeza del Señor: