El documento describe los vínculos saludables y los vínculos tóxicos. Explica que los vínculos sanos son aquellos que nos aportan bienestar mientras que los vínculos tóxicos nos dañan psicológicamente. Identifica tres factores clave de los vínculos sanos: se basan en la elección, nos enriquecen intelectual y emocionalmente, y son flexibles. Además, señala que los vínculos pueden cambiar con el tiempo y que trabajar para establecer vínculos sanos
2. Todos establecemos innumerables vínculos en nuestra vida y cada uno de
ellos es diferente y tiene unos efectos distintos sobre nosotros.
Podríamos diferenciar en nuestra historia entre vínculos sanos, que son
aquellos que nos aportan bienestar y claridad, y vínculos tóxicos, aquellos
otros que nos dañan psicológicamente, nos producen sentimientos negativos y
nos producen confusión.
3. Es importante que partamos de la base de que la distinción entre
vínculos sanos y vínculos tóxicos es una clasificación cuyos
términos no se excluyan entre sí. En la realidad, un vínculo sano
puede derivar en un vínculo tóxico y, más raramente, un vínculo
tóxico podría llegar a convertirse en un vínculo sano. Eso quiere
decir que el vínculo es algo dinámico, cambiante. Debemos ver el
vínculo no como algo momentáneo, sino como un continuo que
atraviesa distintas fases y da lugar a matices y niveles diferentes.
4. Podemos identificar un vínculo sano a través de algunos factores:
1. Está basado en la elección, no en la obligación, la culpa o la
dependencia.
Son vínculos sanos aquellos que se establecen con personas, cosas o actividades con las que
elegimos vincularnos libremente.
2. Es nutritivo, nos enriquece intelectual y emocionalmente.
Son vínculos sanos aquellos que se establecen con personas, cosas o actividades que nos
aportan emociones, vivencias o aprendizajes positivos que nos hacen crecer y
desarrollarnos. Por el contrario, aquellas actividades o personas que nos aportan
sentimientos de culpa, que sacan de nosotros nuestros lados más negativos, que nos
proporcionan vivencias nocivas para nosotros, son vínculos tóxicos.
5.
6. 3. Es flexible, se adapta a las circunstancias sin resultar absorbente.
Son vínculos sanos aquellos que se establecen con personas, cosas o actividades que
permiten una cierta flexibilidad tanto en el tipo de relación como en las dinámicas
que en ella se generan.
Un vínculo que puede ser sano en un determinado momento puede tornarse en
tóxico, si su rigidez limita a las personas o les impide que se desarrollen. Esto suele
ser muy común en las parejas, en las que los cambios son percibidos, en ocasiones,
como sinónimo de peligro, haciendo que los miembros no puedan descubrir o
desarrollar nuevas facetas de sí mismos. También, suele pasarnos en nuestro
entorno laboral: aquellas empresas en las que desarrollamos diferentes acciones, en
las que hay novedades en las tareas y en las que tenemos perspectiva de crecimiento,
7. La manera de vincularnos con nuestro entorno está directamente relacionada
con nuestra manera de ser y de sentir. Ambas se influyen mutuamente y se
retroalimentan entre sí, de modo que se pueden generar cambios en ambas
direcciones.
8. Por ejemplo, podemos establecer vínculos tóxicos en momentos vitales en
los que no nos encontramos bien (insatisfacción en la pareja o en el ámbito
laboral, falta de motivación, miedo a la soledad). De la misma manera,
podemos no encontrarnos bien como consecuencia de alguna relación
vincular tóxica. Ahora bien, esta situación de retroalimentación entre el
vínculo y los sentimientos nos deja un mensaje de esperanza: si trabajamos
para generar cambios en la manera de vincularnos, se puede generar un
efecto de engranaje en el que muchas piezas de nuestra vida se muevan,
generándonos bienestar en muchos ámbitos.
9. Aprender a establecer vínculos sanos con nuestro
entorno es un factor necesario para el desarrollo y el
bienestar personal. Los vínculos y la naturaleza de esos
están en la base de dos de los pilares del ser humano: la
identidad y la autoestima. Lo que somos y la manera en
la que nos valoramos tienen mucho que ver con las
relaciones que hemos establecido con nuestro entorno a
lo largo de nuestra historia.
Para dar un cierre: