1. Instituto de Ciencias Religiosas
Informe de lectura:
“Los sacramentos de la vida”
Nombre: David Castro B.
Act. Curricular: Sacramentos I
Profesor: P. César Ruíz
2. VISIÓN GENERAL
En este libro aunque es corto en extensión se puede encontrar una
gran profundidad y, a la vez en un lenguaje ameno y cercano para
la gran mayoría de las personas en la que nos habla de un tema que
pareciese cerrado como el de los sacramentos.
El autor nos va introduciendo en el tema sacramental a través de
un análisis que realiza sobre el cómo las cosas de la vida
cotidiana nos tienen siempre algo que decir; no están ahí porque
están simplemente, hay un mensaje detrás inclusive de lo más común
y sin sentido. Razona asimismo sobre el hombre moderno que a
simple vista y según lo que muchos creeríamos no tiene nada de
espiritualidad y se encuentra totalmente ajeno a las realidades
sacramentales, el autor nos demuestra lo contrario posicionando a
este también como sacramental en el sentido de que requiere de
símbolos para tener cercanas las realidades que para él son
significativas.
El autor nos explicará que el vehículo del sacramento es la
narración, o sea, la palabra en la que Dios se ha querido encarnar
en nuestra realidad y esa encarnación la hace notar en los
diversos capítulos sobre lo sacramental de un jarro, la colilla de
cigarrillo, el pan, la historia de vida, el profesor de primaria,
la casa, la palabra dada y el encuentro con Dios mismo.
Su intento va en la línea de acercarnos a lo más profundo de la
realidad sacramental que es la vida misma y no quedarnos en lo
ritualizante pues puede existir el grave peligro de que nos
cerremos a lo que el sacramento nos quiere decir, que siempre es
algo nuevo como el evangelio mismo así como el abrirse a la gracia
de Dios que opera en los sacramentos porque lo que hace el
sacramento en sí es celebrar la vida con sus dulces y agraces como
lo fue la vida de Jesucristo: el momento de la vida, el compartir
como también la hora de la cruz del mismo modo nos señala y nos da
esperanzas de que a pesar de que vivimos en un mundo tan
vertiginoso y en grandes cambios podemos ver la presencia de Dios
en nuestras vidas sólo es necesario tener una actitud distinta
para abrirse a contemplar las grandes cosas que hace Dios a
nuestro alrededor.
3. PROFUNDIZACIÓN DE UN TEMA:
“El Sacramento de la colilla de cigarrillo”
En este capítulo Leonardo Boff nos cuenta una de sus experiencias
que marcó profundamente su vida y el abrirse a lo que las cosas le
pueden hablar en este caso nos cuenta la historia particular y
llena de nostalgias recordándole a su hermano que se encontraba en
ese entonces en Alemania, o sea muy lejos de Brasil desde donde le
escribe acerca de lo que ha significado para él la partida de su
padre aún joven, tan sólo de 54 años. La partida de su padre la ve
como un sacrificio y como un tributo de agradecimiento por lo
bueno que su padre había sembrado en medio de ellos, está claro el
hecho de un alejamiento aquí como simples hombres nos es difícil
ver partir a nuestros seres querido pues humanamente tenemos
cierta incertidumbre del destino de ellos y el que su presencia
física no esté más con nosotros es algo atormentante porque se han
creado vínculos y apegos imborrables en cierta medida pues como
seres humanos somos seres sociales que requieren y necesitan de
una compañía para compartir la vida con lo dulce y lo agraz. En el
caso específico de lo que se nos narra en el capítulo del libro él
autor se abre a una concepción distinta mediante la novedad de la
resurrección de Cristo, el que la presencia de su padre estará de
un modo distinto entre ellos y es más aún más presente de lo que
había estado jamás así la muerte de papá se podía ya concebir como
un nacimiento a la vida y como una instancia de comunión de toda
la familia dispersa por el mundo esto sólo es posible mediante la
fe que exorciza según sus propias palabras el absurdo de la
muerte.
Si vamos al evangelio mismo podríamos decir que si Cristo hubiese
padecido y muerto solamente habría sido un gran hombre que murió
injustamente y que no habría sido capaz de alentarnos a que hay
algo más allá de nosotros pero en cambio al hacer pleno su
misterio pascual mediante su resurrección abre el camino a una
vida que está en otra dinámica, que no tiene fin y en la que se
hace aún más presente y la gran novedad es que él nos invita a no
ser simples espectadores de este hecho grandioso sino a tener el
mismo destino que él como nos dice san Pablo “Si hemos muerto con
él creemos que también resucitaremos y reinaremos con él” esa es
la certeza y confianza que deberíamos tener sobre todo en estos
momentos tan difíciles aunque algo es claro es necesario sentir la
pena por el desapego como lo sintió el mismo Jesús ante su amigo
Lázaro ante cual se conmocionó y lloró.
4. La presencia de su padre en el caso del autor hace que las
distancias en este sentido ya no existan más pues él estará
presente tanto en el Brasil, como en Alemania, Bélgica y Estados
Unidos en donde está diseminada la familia.
Detalla en este capítulo que con la carta que anunciaba la muerte
también había allí un signo de vida permanente que era una colilla
de cigarrillo pero no cualquiera sino la que su padre había fumado
momentos antes de morir por tanto adquiría dotes de presencia en
medio suyo haciéndose notar lo grande y valiosa que fue su
presencia en medio de ellos como quien les dio la posibilidad de
vivir y los educó en los valores fundamentales. Esto para algunos
podría sonar ridículo pero es tan sólo necesario ver en
perspectiva la situación: todos tenemos algún objeto o instancia
que nos hable sólo a nosotros de alguna realidad que está más allá
del objeto mismo, nos hace recordar a alguien especial, algún
momento en particular, en fin nos llevan a otra experiencia mayor.
Lo que para nosotros es de valor no tiene porque ser valioso a los
ojos de otro; cada cual tiene sus propios sacramentos en ese
sentido pero en Jesús está se hace más perfecto pues él para
institucionalizarlos utilizó elementos que poseen un significado
común para casi todos los hombres como lo es el pan que implica
alimento, fuerza, vitalidad, compartir, et casi como lo es el vino
que significa fiesta, alegría, esfuerzo, celebración. De esta
manera la eucaristía vendría siendo la fiesta de la vida con lo
bueno y lo malo de cada día que se celebra en comunión con Dios y
los hermanos y a la cual todos están invitados a participar porque
no tendrían porque sentirlo como algo ajeno pues a todos nos
idéntica hablar y celebrar nuestra vida y que en cada lugar donde
se celebrase tomara diversos ribetes y connotaciones.
A la luz de lo que Leonardo nos presenta en este capítulo el
desafío es hacer de nuestra vida una contemplación en la acción;
poder descubrir el paso del Dios de la vida aun en situaciones de
muerte o penumbrosas, porque esas tinieblas terminarán por
convertirse en luces para nuestro camino a la luz de la palabra
del Señor y su presencia viva en nuestros corazones. Debemos hacer
sentir esa experiencia a todos los hombres que Dios no está
alejado de nosotros, que él sufre cuando sufrimos y ríe cuando
reímos. Un Dios que siempre nos está hablando aunque no sea
audiblemente a través de la creación, de los hermanos, los
acontecimientos, etc.
Mostrar que la Iglesia quiere ser una instancia de mostrar la
presencia de Dios en el mundo, ese Dios que actúa misteriosamente
y que mueve la historia hacia él.
5. VISIÓN CRÍTICA
El aporte más valioso de este texto de Leonardo Boff es la
simpleza para hablarnos sobre lo qué es un sacramento, la Iglesia
lamentablemente derrochó mucha de su teología en la defensa de
esto en el sentido dogmático pero a la vez descuidó la riqueza más
grande de éstos: hablarnos de nuestra vida a la luz de la vida de
Cristo.
En lo personal la lectura de este libro creo me ayudará a tener
una visión más amplia de lo que es la sacramentalidad y como
profesor de religión descubrir esa sacramentalidad presente en
nuestros niños y jóvenes y desde allí trabajar los sacramentos que
la Iglesia enseña y proclama porque sino partimos desde una visión
muy condicionante e impetuosa de la realidad, en que ocultamente
decimos que las experiencias de ellos no valen nada y lo único
valido es el dogma cuando el doga no se hace sin el sentir y
clamor popular, sin que antes el pueblo lo haya creído y
proclamado.
Me hace ver la celebración de los sacramentos como una manifiesta
presencia de Dios entre su pueblo, ese Dios que los llama a todos
a estar en íntima comunión con él, a comerlo y beberlo, a llenarse
de la vida que nos regala y a darnos con generosidad al servicio
de los hombres como lo hizo Jesús.
Este libro es de uso fácil y sólo requiere de apertura de mente
para abrirse a lo que nos propone. De seguro si aplicáramos las
experiencias y consejos que nos dice nuestra Iglesia y
celebraciones estarían atestadas de gente y la gran mayoría sería
consciente de lo que celebra y el por qué está allí, cosa que
lamentablemente no ocurre mucho en nuestros días en donde falta
una consciencia de lo que celebramos porque lo vemos ajeno y no
dejamos que nos hable Dios pues nuestras ocupaciones nos cierran
los sentidos a descubrirlo.
Sé que si tomamos en cuenta lo que nos propone Boff conjuntamente
con las enseñanzas de la Iglesia lograremos una identificación
plena del sacramento con la vida y así ya no existirá el peligroso
divorcio vida y fe.