5. Anacleto González Flores.
( 1888-1927 )
Nació en Tepatitlán, Jalisco en 1888.
Era noble, inspiraba respeto y no permitía que
nadie se aprovechara de los demás. Cuando
contaba con 17 años de edad, escuchó la prédica de un
sacerdote misionero de Guadalajara. Dios se sirvió de su
gusto a los sermones, haciéndolo caer en la cuenta que valía
la pena usar el arte de la oratoria para servir a Dios y a la
patria.
En 1913 se matriculó en la Escuela Libre de Derecho de
Guadalajara; varias veces tuvo que abandonar la carrera por
razones de tipo económico, pero al final terminó recibiéndose
de licenciado en Derecho en el año de 1922.
6. Anacleto González Flores.
( 1888-1927 )
Le molestaban la falta de organización, de
energía y de unidad. Con frecuencia decía:
"Hay jóvenes; lo que falta es juventud"
Anacleto no descuidaba su vida interior, participaba todos los
días de la Eucaristía, se dedicaba por la mañana a la oración,
pertenecía a la tercera orden franciscana y tenía como
consejero espiritual al arzobispo de Guadalajara Francisco
Orozco y Jiménez.
Fundó Anacleto el periódico "Gladium" (espada), como
órgano oficial del movimiento, asumiendo funciones de
escritor, de impresor y hasta de distribuidor en las puertas de
los templos y domicilios particulares.
7. Anacleto González Flores.
( 1888-1927 )
En una asamblea de los jefes de la Unión
Popular, convocada por Anacleto les dijo:
"La Liga se ha lanzado a la aventura
revolucionaria, con una determinación que puede
ser una verdadera corazonada. Por mi parte, mi posición personal
no puede ser otra que la que exige mi puesto. Estaré con la Liga y
echaré en la balanza todo lo que soy y lo que tengo, y que quede
claro: la Unión Popular no debió ser nunca un organismo de lucha
civil. Hoy, sin embargo, todo nos empuja a la montaña... "
"De sobra sé que lo que va a comenzar para nosotros ahora es el
calvario. Dispuestos hemos de estar a llevar nuestra cruz. Los
invito a sacrificar su vida para salvar a México. Si me preguntara
alguno de ustedes qué sacrificio pido para sellar el pacto que
vamos a celebrar, le diría dos palabras: TU SANGRE. Para esa
obra está puesta mi vida y para esa os pido la vuestra".
8. Jorge Vargas González.
(1899-1927)
Nació en Ahualulco de Mercado, Jalisco; el 28 de
septiembre de 1899.
Después de sus estudios, entró a trabajar a la
Compañía Hidroeléctrica.
Pertenecía a la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM)
y era muy amigo de Anacleto González Flores, a quien consideraba
su jefe y maestro.
Un día llegó a su casa el Padre Lino Aguirre. Jorge Vargas fue por un
tiempo su compañero de cuarto y también de apostolado. "No está
bien, Padre Lino -le decía- que se vaya usted solo, le puede pasar
algo; desde hoy yo seré su guardaespaldas".
"Y desde entonces -platica su hermana María Luisa- mi hermano se
venía pronto del trabajo, se alistaba rápidamente y para las cuatro de
la tarde en overol y mangas de camisa, salía en su poderosa
bicicleta custodiando al Padre Lino de la policía".
9. Ramón Vargas González.
( 1905-1927 )
Nació en Ahualulco de Mercado,
Jalisco; el 22 de enero de 1905 .
Estudiaba medicina, cuando murió
cursaba el 4º año de la carrera.
Le llamaban "El Colorado" por tener el cabello
completamente rojo.
Como su hermano Jorge, pertenecía a la
Asociación Católica de la Juventud Mexicana
(ACJM) y era muy amigo de Anacleto González
Flores, a quien consideraba su jefe y maestro.
10. Luis Padilla Gómez.
( 1899-1927 )
Amigo muy cercano de Anacleto.
Escribe proféticamente:
“Siento que algo solemne va a ocurrir en mi vida,
¿Qué será de mí? ¿Debo de ofrecer el sacrificio de
mi vida, sin más realidad que la sanación de un
pasado inútil? ¿Destrozaré el corazón de mi madre,
o escucharé una vez más la voz de mi egoísmo?
¿Cuál es mi deber? Pregunta de vida o muerte, de
gloria o de ignominia, de redención o de estúpida
11. En el domicilio de la familia Vargas
encontraron solamente a Anacleto.
Frustrados al no haber encontrado a los
demás que buscaban, los agentes
arrestaron toda la familia de los Vargas. Los
tres jóvenes hermanos, Florentino, Jorge y
Ramón fueron llevados al Cuartel Colorado,
mientras que Anacleto fue trasladado a la
dirección general de operaciones militares.
A la señora Elvira Vargas y su hija María
Luisa las encerraron en la presidencia
municipal pero las liberaron aquel mismo
día. A Florentino Vargas lo liberaron porque
era menor de edad.
Martirio de Anacleto González Flores
12. El general Ferreira ordenó que
torturaran a Anacleto; lo
suspendieron de los pulgares hasta
que se le desarticularon los dedos, lo
azotaron sin misericordia, le
destrozaron la boca y los dientes y lo
desollaron de las plantas de los pies
y de las palmas de las manos con
una navaja, brotando su sangre con
la que escribió en el cemento: "Viva
Cristo Rey. Muero por Cristo".
Martirio de Anacleto González Flores
13. LA GLORIA DEL MARTIRIOLA GLORIA DEL MARTIRIO
Entre todos se pusieron a rezar el Acto
de Contrición, cuando una descarga de
fusilería cayó sobre los hermanos
Vargas, Luis Padilla, por su parte, tan
sólo herido y bañado en sangre, llegó
de rodillas al suelo, todavía orando.
Anacleto, aún de pie, se dirigió al
general Ferreira, para decirle que le
perdonaba de corazón y que, cuando le
llegara su hora, ante el tribunal de
Dios, tendría ante el Creador un
intercesor en él, en Anacleto González
Flores.
14. LA GLORIA DEL MARTIRIOLA GLORIA DEL MARTIRIO
Resulta destacable que los soldados
no se atrevieron a disparar sobre
Anacleto. El general Ferreira, ante la
actitud de los soldados, hizo una seña
al capitán del pelotón, quien le dio un
marrazo hundiéndole el pecho.
Cuando se desplomó Anacleto,
entonces sí los soldados dispararon
sobre él, quien todavía pudo
reincorporarse para decir en voz muy
alta: "Por segunda vez oigan las
Américas este grito. Yo muero, pero
Dios no muere. ¡Viva Cristo Rey!".
15. Miguel Gómez Loza.
( 1888-1928 )
Hombre de fuego, noble e impetuoso, católico
hasta la médula, espíritu libre y sencillo, era
hipersensible a las injusticias y a las
imposiciones, su acción era inmediata y audaz.
Al igual que Anacleto, tampoco Miguel era hombre de armas,
su trabajo era meramente civil. Cuando murió ostentaba el
nombramiento de Gobernador civil de los cristeros, es decir,
era el responsable de coordinar los esfuerzos por difundir
escuelas, aprovisionar y sustentar a los cristeros, recabar
recursos para la causa, ayudar a las familias de los
combatientes e implementar una red de información al
servicio de la Unión Popular y el Ejercito Libertador.
16. Miguel Gómez Loza.
( 1888-1928 )
Sus acciones a favor de la Iglesia y de la
libertad le costaron casi 60 encarcelamientos;
pero también recibió la condecoración Pro
Ecclesia et Pontífice, del papa Pío XI.
Tras la muerte de Anacleto, ocurrida el 1º de abril de 1927
quedaba vacante el cargo de Gobernador Provisional cristero
que la liga le otorgó a Gómez Loza.
Al darse cuenta, por los papeles que llevaba, de que se
trataba del Gobernador cristero, lo arrastraron con un caballo,
y lo llevaron a Atotonilco. Allí quedaba Gómez Loza,
acribillado detrás de un encino.
17. Luis Magaña Servín.
( 1902-1928 )
Nació en Arandas el 24 de agosto de 1902.
Era muy atento con los empleados, no comía hasta que ya
hubieran comido bien sus trabajadores. Ponía mucho empeño
en el trabajo, era un modelo de laboriosidad, pero el trabajo
nunca desplazó a Dios; Ingresó a la ACJM en 1919, a la
Adoración Nocturna en 1922, y era muy activo en la Liga
Católico-Social Arandense.
Se unió en matrimonio con la señorita Elvira Camarena
Méndez, el 6 de enero de 1926. Con ella procreó a Gilberto y a
María Luisa, que nació después de su muerte.
18. Luis Magaña Servín.
( 1902-1928 )
A la hora del levantamiento armado, Luis optó
por no tomar las armas, pero apoyó al
movimiento de forma espiritual.
Denunciado por una mujer, fueron por él a su
casa y aprehendieron a su hermano Delfino. Así que, después
de tranquilizar a sus padres y esposa, después de bañarse y
comer, pidió la bendición a sus progenitores, diciéndoles que
seguramente lo enviarían a Guadalajara; enseguida, abrazó a
su hijo, y se marchó.
Por la calle, una persona le sugirió que no fuera, pues lo
matarían. Luis abrió los brazos y miró al cielo mientras decía:
«¡Que felicidad! Dentro de una hora estaré en los
brazos de Dios».
19. Luis Magaña Servín.
( 1902-1928 )
Al llegar al cuartel y presentarse
ante los soldados, éstos lo
condujeron ante un general,
a quien Luis pidió que si era a él
a quién quería, que liberara a su hermano
Delfino; entonces, el General le dijo:
«Vamos a ver si de veras eres tan valiente
como pareces. ¡Teniente, suélteme al otro
y fusíleme a éste inmediatamente!».
20. Luis Magaña Servín.
( 1902-1928 )
Los federales le ataron las manos y
le llevaron al atrio, frente a la iglesia.
Lo quisieron vendar ante el cuadro
de ejecución, pero Luis se negó; le
preguntaron cuál era su última voluntad;
entonces, despegando los labios dejó salir de
ellos su voz clara y fuerte, para decir: «Yo no he
sido nunca ni cristero ni rebelde, como ustedes me
acusan; pero si de cristiano se me acusa, sí soy
cristiano, y por eso estoy aquí, para morir. Quiero
decirles que desde este momento quedan
perdonados y les prometo que al llegar ante Dios
van a ser los primeros por los que voy a pedir.
¡Viva Cristo Rey!».
21. Ezequiel Huerta Gutierrez.
( 1876-1927 )
Nacido el 7 de enero de 1876
Ezequiel contrajo matrimonio con
María Eugenia García, de dieciséis años de edad.
Los casó su hermano sacerdote el Padre José
Refugio y concelebró la misa su hermano Eduardo.
Tuvieron diez hijos. Ezequiel amó entrañablemente
a su esposa y a sus hijos.
22. Salvador Huerta Gutiérrez.
( 1880-1927 )
Nació el 18 de marzo de 1880 en
Magdalena, Jalisco.
Fue siempre un muchacho serio,
obediente y cariñoso con sus padres. Aunque las
travesuras eran de los cuatro hermanos, mamá
Florencia le cargaba más la mano a Salvador, tal
vez porque era el que aguantaba más o porque ella
esperaba más de él.
"Supo siempre dominarse -afirma la hija Isabel- aun
cuando su madre lo corregía y lo trataba más
duramente que a los demás hermanos. El nunca
demostraba dolor ni se quejaba".
23. Fueron capturados Ezequiel y Salvador. Interrogaron a
Salvador y su única respuesta fue el silencio. El sargento
Felipe Vázquez interrogaba por separado a Ezequiel
sobre el paradero de sus dos hermanos sacerdotes,
sobre sus dos hijos mayores y el movimiento cristero.
Ezequiel tampoco abrió la boca. El sargento mandó que
lo golpearan, la sangre empezó a correr por su rostro.
-Si a tu hermano Salvador lo colgamos de los pulgares, a
ti, si no hablas, te colgaremos de las patas -gritó furioso
el sargento.
Por toda respuesta, Ezequiel empezó a cantar con todas
las fuerzas de su alma:
-¡Que viva mi Cristo, que viva mi Rey!
24. Otra embestida de golpes y patadas interrumpieron su canto y Ezequiel
no supo más; dos hombres lo llevaron al calabozo.
Era la madrugada del día 3 de abril de 1927, Domingo de Ramos, cuando
los dos fueron llevados al paredón.
Ezequiel, volteándose a su hermano, le dijo:
-Les perdonamos, ¿verdad? -y su hermosa voz fue apagada por la
descarga de los fusiles.
Salvador, entonces, descubriéndose e inclinándose ante Ezequiel ya
caído, dijo con solemnidad:
-Me descubro ante ti, hermano, porque eres ya un mártir.
Luego, tomando la vela de la mano del sepulturero que era la única que
iluminaba esa escena de infierno y paraíso, e iluminando con ella su
rostro, se descubrió el pecho y con voz firme dijo al pelotón:
-Les pongo esta vela en mi pecho para que no fallen ante este corazón,
dispuesto a morir por Cristo.
Una descarga apagó sus últimas palabras.
25. El anuncio del Papa sobre la
beatificación de Anacleto
González Flores y sus
compañeros de martirio Miguel
Gómez Loza, Luis Padilla
Gómez, Jorge y Ramón Vargas
González, Ezequiel y Salvador
Huerta Gutiérrez y Luis Magaña
Servín ha sido recibido con
muestras de júbilo popular en
todo México y sobre todo en
Guadalajara, donde fue
propuesta la causa de estos
siervos de Dios por el Comité
Diocesano de la Asociación
Católica de la Juventud
Mexicana (ACJM).
JUAN PABLO II
26. “Muchos son los llamados …
Pero pocos los escogidos”
Para ser soldado de Cristo.