El proposito de este articulo es presentar las características clínicas de los pacientes con metástasis en la glándula parótida y comparar los resultados con series publicadas anteriormente. La mayoría, en la literatura, es de informe de casos siendo muy pocas las series reportadas dado que las lesiones secundarias neoplásicas de la glándula parótida son poco comunes.
TUMORES MALIGNOS SECUNDARIOS DE LA GLANDULA PAROTIDA: ¡NO ES UN PROBLEMA SECUNDARIO!
1. JBUON 2017; 22(2): 513-518
ISSN: 1107-0625, online ISSN: 2241-6293 • www.jbuon.com
E-mail: editorial_office@jbuon.com
Articulo Original
TUMORES MALIGNOS SECUNDARIOS DE LA GLANDULA PAROTIDA: ¡NO
ES UN PROBLEMA SECUNDARIO!
Antonio Pastore1
, Andrea Ciorba1
, Marco Soliani1
, Andrea Di Laora1
, Giorgia Valpiani2
, Chiara
Bianchini1
, Francesco Stomeo1
, Roberto Merlo1
, Stefano Pelucchi1
1 ENT y Departamento de Audiología y 2 Oficina de Investigación e Innovación, Hospital Universitario de
Ferrara, Ferrara, Italia
Propósito. Presentar las características clínicas de los pacientes con metástasis en la
glándula parótida y comparar los resultados con series publicadas anteriormente. La
mayoría, en la literatura, es de informe de casos siendo muy pocas las series reportadas
dado que las lesiones secundarias neoplásicas de la glándula parótida son poco
comunes.
Métodos. Se revisaron retrospectivamente historias clínicas de pacientes con metástasis
a la glándula parótida, tratadas en el Departamento de otorrinolaringología del Hospital
Universitario de Ferrara, entre el 1 de enero de 1965 y el 31 de diciembre de 2014. Se
comparó la citología por biopsia aspiración con aguja fina (cBAAF) y los resultados de la
biopsia anatomopatológica. En todos los casos se indago la localización del tumor
primario. Se excluyeron las lesiones linfomatosas en el presente estudio.
Resultados. Se evaluaron un total de 66 pacientes con metástasis en la glándula
parótida. Hubo 53 hombres y 13 mujeres con una edad promedio de 68.2 ± 13.5 años.
El análisis histopatológico de las lesiones reveló que 47 (71.2%) de las localizaciones de
los tumores primarios con metástasis en la glándula parótida eran de tumores cutáneos
de cabeza y cuello, 8 (12.1%) del tracto aerodigestivo superior, 7 (12.1%) fuera de la
región cérvico-facial, 1 de un melanoma conjuntival y en 3 (4,5%) el origen del tumor
primario fue desconocido. Los resultados de la cBAAF se compararon con el diagnóstico
histopatológico final, mostrando una concordancia global de 71.9%.
Conclusión. El presente estudio es una de las series disponibles más grandes de
metástasis en las glándulas parótidas a la actualidad. Durante el estudio diagnóstico
de un tumor parotídeo, también se debe considerar la posibilidad de una
metástasis. La cBAAF puede ser una herramienta útil para la evaluación
preoperatoria de las lesiones parotídeas.
Palabras clave: citología por biopsia aspiración con aguja fina, cabeza y cuello,
metástasis, oncología, glándula parótida, tumor secundario.
Introducción
Los tumores malignos secundarios en la parótida representan una condición rara. La
metástasis puede llegar a la glándula parótida a través de vías linfáticas y sanguíneas, y
puede desarrollarse en los ganglios intraglandulares o intraparenquimatosos. Las
metástasis parotídeas generalmente surgen de tumores primarios de cabeza y
cuello, la mayoría de los cuales son carcinomas epidermoides o melanomas
cutáneos de la región cérvico-facial. Sin embargo, también se han reportado con poca
frecuencia, metástasis de tumores de otras localizaciones [1-3].
2. El objetivo de este estudio fue presentar las características clínicas de los pacientes con
metástasis a la glándula parótida y comparar los resultados con series publicadas
anteriormente.
Métodos
Revisamos retrospectivamente los registros clínicos de pacientes con metástasis a la
glándula parótida, tratados en el Departamento de otorrinolaringología del Hospital
Universitario de Ferrara, entre el 1 de enero de 1965 y el 31 de diciembre de 2014. Los
afectados de linfoma fueron excluidos de este estudio. Se obtuvo el consentimiento
informado por escrito de cada paciente antes de la cirugía y la búsqueda se realizó de
conformidad con la Declaración de Helsinki.
Para cada paciente se recolectó la siguiente información: datos personales con
antecedentes médicos previos, fecha de la cirugía, lado afectado, histología y el origen
de la metástasis. El estudio diagnóstico consistió en ecografía de la parótida con cBAAF,
tomografía computarizada de cabeza y cuello y/o resonancia magnética y en casos
seleccionados se realizó una PET/TC corporal total. Para cada caso, evaluamos si el
tumor primario era sincrónico o metacrónico con la metástasis de la glándula parótida.
También consideramos y comparamos los resultados de la cBAAF con el diagnóstico
histopatológico final. También se registraron datos sobre los tipos de tratamiento
realizados (cirugía, radioterapia, quimioterapia). En particular, los tipos de
parotidectomías realizadas fueron: parotidectomía superficial/parcial; parotidectomía
total con preservación del nervio facial; parotidectomía total con sacrificio del nervio
facial; y parotidectomía total con disección del cuello. Los tipos de disección del cuello
realizados fueron la disección radical del cuello (DRC), la disección radical modificada
del cuello (DRMC) y la disección selectiva del cuello (DSC).
Los resultados de cBAAF se dividieron en 4 categorías: muestra citológica benigna = S0;
muestra de citología no diagnóstica = S1; muestra de citología que muestra una
neoplasia benigna = S2; muestra citológica con hallazgos citológicos atípicos,
sospechosa de malignidad = S3; muestra citológica que muestra una neoplasia maligna
= S4.
El seguimiento de los pacientes tratados varió de 24 a 36 meses (mediana de 30 ± 6).
Los pacientes fueron seguidos regularmente con evaluación clínica, ecografía de cuello
e imágenes (RM y/o tomografías computarizadas en relación con el estado clínico).
Dado que no fue posible evaluar las tasas de supervivencia global de todo el grupo
estudiado, debido al diagnóstico no homogéneo (muchos tipos diferentes de tumores
primarios), decidimos comparar el resultado de supervivencia global de los dos grupos
más grandes de pacientes, los afectados por metástasis parotídea de tumores cutáneos
de cabeza y cuello con aquellos afectados por metástasis parotídea de melanoma de
cabeza y cuello.
Estadísticas
La tasa de supervivencia observada se estimó por separado para dos histologías
tumorales, carcinoma epidermoide y melanoma cutáneo. La supervivencia se evaluó con
el método de Kaplan-Mayer y se utilizó la prueba de log-rank para buscar diferencias
significativas. Un valor de p se consideró estadísticamente significativo. Todos los
análisis se realizaron utilizando el software SPSS (v.12.0; SPSS Inc, Chicago, Illinois,
EE. UU.) para Windows.
3. Resultados
Sesenta y seis pacientes se vieron afectados por metástasis a la glándula parótida.
Cincuenta y tres de ellos (80.3%) eran hombres y 13 (19.7%) mujeres con una edad
promedio de 68.2 ± 13.5 años.
Las localizaciones principales fueron:
1. Tumores cutáneos de cabeza y cuello en 47 casos (32 carcinomas epidermoides,
13 melanomas, 1 angiosarcoma, 1 sarcoma de Kaposi);
2. Melanoma conjuntival en 1 caso;
3. Cáncer de mucosa del tracto aerodigestivo superior en 8 casos (carcinoma
epidermoide de orofaringe en 2 casos; 1 caso de carcinoma epidermoide y 1 caso
de carcinoma linfoepitelial de rinofaringe; carcinoma epidermoide de laringe en 2
casos; carcinoma epidermoide de trígono retromolar en 1 caso; carcinoma
epidermoide de septum nasal septal en 1 caso);
4. En 7 casos, el tumor primario estaba fuera del área de la cabeza y cuello
(adenocarcinoma pancreático 1 caso, origen bronquial 5, carcinoma
neuroendocrino, carcinoma epidermoide 2 y carcinoma de células pequeñas de
pulmón 2, cáncer de mama 1 caso); curiosamente, el adenocarcinoma
pancreático primario dio metástasis bilateral de la glándula parótida.
En los 3 casos restantes, el sitio primario fue desconocido (Tabla 1).
Tabla1. Histopatología y localización tumoral primaria de la metástasis a la glándula parótida
4. La mayoría de los tumores primarios se localizaron en la región de cabeza y cuello.
Treinta y dos pacientes (48,5%) tenían un carcinoma epidermoide cutáneo primario. En
particular, entre los sitios de cáncer cutáneo de cabeza y cuello, las ubicaciones de los
que se diseminaron a la glándula parótida fueron: pabellón auricular (14), sien (3), frente
(10), cuero cabelludo (2), región cigomática (1), cuello (1) y mejilla (1). Los 2 casos de
tumores del cuero cabelludo fueron un carcinoma triquilémico y un cilíndroma maligno.
Entre los melanomas de cabeza y cuello, la ubicación del tumor primario fue: pabellón
auricular (4), cuello (4), frente (2), sien (1), mejilla (1), cuero cabelludo (1) y conjuntiva
ocular (1). En 1 carcinoma escamoso y 2 melanomas, el origen primario fue desconocido.
Los signos y síntomas al momento del diagnóstico fueron: tumefacción parótidea
repentina en 44 casos, dolor intratable de cabeza y cuello en 13 casos, parálisis del
nervio facial en 3 casos (2 casos afectados por lesión de grado II según House-
Brackmann y 1 afectado por una lesión de grado III House-Brackmann) y ulceración de
la piel en un caso.
El diagnóstico citológico estuvo disponible para todas las metástasis en la glándula
parótida. El diagnóstico histopatológico final se comparó con los resultados
preoperatorios de cBAAF y la concordancia entre la cBAAF y el diagnóstico
histopatológico final fue del 71,9%. En particular, la concordancia para metástasis del
carcinoma epidermoide fue del 81,6%, y para metástasis del melanoma el 43,7%; otras
concordancias cito-histológicas se muestran en la Tabla 2 (A y B).
Tabla 2. Diagnóstico histopatológico final en comparación con los resultados preoperatorios de cBAAF
El diagnóstico del tumor primario y la metástasis de la glándula parótida fue sincrónico
en 6 casos (3 fueron carcinomas epidermoides de la piel y 3 melanomas cutáneos). En
los 60 casos restantes, la metástasis de la glándula parótida se identificó 18 meses en
promedio después del diagnóstico del tumor primario, durante el seguimiento.
5. El abordaje terapéutico se definió para cada caso, según la estadificación clínica
preoperatoria. Dos pacientes fueron tratados solo con radioterapia, 64 se sometieron a
una parotidectomía. En particular, 37 casos se sometieron a parotidectomía total con
disección del cuello (el sacrificio del nervio facial fue necesario en 8 casos, 3 de ellos ya
presentaban parálisis del nervio facial antes de la cirugía), 20 casos de parotidectomía
total sin disección del cuello y 7 casos de parotidectomía parcial. La radioterapia
adyuvante se administró en 28 casos.
La recomendación para la radioterapia postoperatoria adyuvante fue: metástasis
concomitante en los ganglios linfáticos del cuello, enfermedad localmente avanzada y
bajo grado de diferenciación G3-G4. Sin embargo, 17 pacientes no pudieron completar
la radioterapia adyuvante, debido a las siguientes razones: 1) recurrencia temprana de
la enfermedad con metástasis sistémica concomitante (5 casos); 2) presencia
concomitante de otras metástasis de melanoma (10 casos); 3) desarrollo de metástasis
del angiosarcoma de piel, que no respondió a la radioterapia (1 caso); 4) muerte antes
del inicio del tratamiento (1 caso).
Finalmente, a un total de 8 pacientes se les administró quimioterapia
postoperatoriamente. De estos, 5 casos con una metástasis de un carcinoma
epidermoide indiferenciado también se trataron con radioterapia concomitante, y 3 casos
con metástasis de melanoma con quimioterapia sola.
La supervivencia global de aquellos con metástasis parotídeas del carcinoma
epidermoide de piel de cabeza y cuello y con melanoma de cabeza y cuello fue del 16,7
y 36,4%, respectivamente. La prueba de long-rank no mostró diferencias estadísticas
entre las dos condiciones (Figura 1).
Figura 1. La tasa de supervivencia global de pacientes con metástasis parotídeas de carcinoma de piel de
cabeza y cuello y de melanoma de piel de cabeza y cuello fue de 16.7% y 36.4%, respectivamente (p =
0.282).
6. Discusión
Las lesiones secundarias neoplásicas de la glándula parótida no son muy
frecuentes, con una incidencia promedio de 6-8% de todos los tumores parotídeos
[1,2,3,5]. Como ya se dijo, la gran mayoría de los tumores primarios, que dan
metástasis en la glándula parótida, se localizan con mayor frecuencia en la región
de la cabeza y el cuello [1,2,3,6-10]. La glándula parótida se puede considerar como un
objetivo de metástasis de carcinomas epidermoides y melanomas cutáneos localizados
en la cara, el cuero cabelludo y el cuello, ya que el drenaje de estas regiones anatómicas
incluye ganglios linfáticos anteriores y laterales a la parótida [1-3,5-12]. Sin embargo, en
raras ocasiones se ha reportado de tumores primarios distantes que se diseminan a la
parótida; estos pueden estar situados en el tracto respiratorio superior, el tracto digestivo
superior, el pulmón, el colon, la mama y el páncreas [1-3,5-18]. En la presente serie, 32
de 66 pacientes (48.5%) tenían carcinoma epidermoide cutáneo de cabeza y cuello y 13
de 66 (19.7%) melanoma cutáneo de cabeza y cuello. Como en otros reportes [1,3,7-9],
también encontramos una preponderancia de metástasis en los hombres.
En la presente serie, se identificaron metástasis de la glándula parótida, en promedio, 18
meses después del diagnóstico del tumor primario; estos datos están en concordancia
con otros reportes (tiempo de identificación promedio informado: 12-20 meses) [1-
3,7,10]. Siempre se recomienda un monitoreo y seguimiento continuo y regular de estos
pacientes.
Cuando se trata de un tumor parotídeo, la distinción entre un tumor primario y una
metástasis es de importancia crucial para el diagnóstico, el tratamiento y el
pronóstico [1-3,7] y la BAAF es una herramienta útil en este tema [19,20]. En un estudio
previo demostramos que la BAAF puede ser una buena técnica para la evaluación
preoperatoria de las lesiones parotídeas [21] y en el presente estudio la sensibilidad de
la BAAFfue del 71,9%. Sinembargo, los datos citológicos siempre deben correlacionarse
con información recuperada de la historia, el examen clínico y las imágenes, a fin de
lograr un diagnóstico diferencial correcto para cada paciente. De hecho, en algunos
casos, solo el análisis histopatológico (mediante el uso de diferentes tinciones
inmunohistoquímicas) puede proporcionar pistas para identificar el origen del tumor
primario [1-3,5-10].
El tratamiento de los tumores parotídeos malignos es preferiblemente la cirugía
seguida de la radioterapia [1-3,7]. El abordaje del paciente siempre debe ser
multidisciplinario, y los cirujanos otorrinolaringólogos deben cooperar con oncólogos y
radioterapeutas para evaluar y proporcionar la mejor opción terapéutica. La metástasis
de la parótida de los tumores primarios de la cabeza y el cuello generalmente se trata
mediante parotidectomía total y disección del cuello [1-3,7]. Sin embargo, no hay
consenso internacional sobre la estrategia terapéutica de metástasis malignas
parotídeas [7], y la definición de un tratamiento estándar de metástasis parotídeas es un
desafío difícil debido a la complejidad de variables (es decir, diferentes tipos histológicos)
que pueden afectar la supervivencia del paciente [22,23] Recientemente, Thom et al.
también han incluido la parotidectomía del lóbulo profundo, además de la disección del
cuello y la terapia adyuvante, en la planificación quirúrgica de los carcinomas
epidermoides y melanomas metastásicos en la glándula parótida [12]. El papel de la
cirugía todavía se puede considerar crucial, sin embargo, solo se ha recomendado el
tratamiento quirúrgico temprano y adecuado (que incluye la disección de los ganglios
linfáticos así como la parotidectomía) para ofrecer las mejores posibilidades de
supervivencia [11].
En general, se informa que el pronóstico de las metástasis a la glándula parótida es muy
pobre. Cuando está se presenta, se reporta tasas de supervivencia general a 5 años que
7. varía del 11.5 al 43% [6,7]. El pronóstico parece ser muy pobre, en particular para los
melanomas malignos, ya que la presencia de metástasis generalmente significa una
enfermedad avanzada [7]. Curiosamente, se ha informado que el carcinoma epidermoide
metastásico tiene un pronóstico significativamente peor cuando afecta tanto a la glándula
parótida como a los ganglios linfáticos del cuello, que en los casos con enfermedad solo
en la glándula parótida [24]. Las tasas de supervivencia global en la presente serie,
cuando estaban disponibles, fueron muy pobres, ya sea para los pacientes con
carcinoma cutáneo de cabeza y cuello o para los afectados con melanoma de cabeza y
cuello.
El mayor inconveniente de este estudio es el intervalo de tiempo muy largo (49 años)
para reclutar pacientes; Sin embargo, incluso con las nuevas herramientas de
diagnóstico así como los actuales abordajes terapéuticos que han evolucionado a través
de los años, el pronóstico de estos tumores sigue siendo pobre.
Conclusiones
Hasta donde tenemos conocimiento, la presente serie es una de las más grandes sobre
metástasis a la parótida disponible hasta ahora. Al enfrentar un tumor parotídeo,
también se debe considerar una metástasis durante el estudio diagnóstico. Una
historia precisa y un examen cuidadoso de las diferentes regiones de la cabeza y el cuello
pueden ayudar a revelar el tumor primario. Además, la comparación entre los hallazgos
histológicos actuales y todos los demás datos clínicos y radiológicos disponibles puede
ser de gran valor para revelar una metástasis parotídea. También la BAAF puede
considerarse una herramienta útil para la evaluación preoperatoria de las lesiones
parotídeas.
Referencias
Fuente: https://www.jbuon.com/pdfs/513-518.pdf