El documento discute los desafíos que enfrentan los maestros con estudiantes que tienen aprendizajes lentos. Señala que muchos maestros asumen erróneamente que todos los estudiantes aprenden al mismo ritmo, cuando en realidad algunos tienen deficiencias cognitivas o de atención que afectan su ritmo de aprendizaje. A veces los maestros no tienen las herramientas para enfrentar estas situaciones o recurren a gritos, desprecio u otros maltratos hacia los estudiantes con aprendizaje lento. El documento concluye

1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
RED DE INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA DE LA CIENCIA
“Maltratos de los maestros (a) hacia los niños de aprendizajes lentos”
IDEA PRINCIPAL
Filosofía equivocada del educador al pensar que todos los niños y niñas tienen el mismo
ritmo de aprendizaje.
Jhynller Sanchez
Unos de los problemas más trabados en educación es aquel que tiene que ver con lo que
sucede en el aula, es decir, lo que sucede entre el que enseña y el que aprende.
Generalmente el docente trabaja en función de que todos los niños y niñas tienen el
mismo ritmo de aprendizaje, cosa que ya está comprobado que es falso, no todo los niños
aprenden al mismo ritmo, algunos tienen ciertas deficiencias que en algunos casos es
cognoscitiva, en otro de atención. Sin embargo esto no tendría real trascendencia sino
fuera porque en algunas ocasiones el docente no posee las herramientas necesarias para
enfrentar este tipo de situaciones. Vale preguntarse ¿De quién es la culpa? ¿Del sistema
acaso? o por un momento asumiendo con entera responsabilidad el rol del que enseña
cuanta culpa toca a aquel que debe manejar interesantes estrategias para el niño que
parece una esponja y que recoge de cada actividad planteada un aprendizaje y que se
siente impotente ante el niño que se distrae o que simplemente su ritmo de aprendizaje
es lento de lo cual obviamente no es culpable.
Los niños dispersos y con aprendizaje lento no avanzan como deberían porque sus
individualidades no son atendidas, a veces, por desconocimientos del docente o
lamentablemente por falta de ética notamos gritos, desprecio, o simplemente

2. desplazamientos por éstos niños. La empatía que el docente ha de tener con todos y cada
uno de sus alumnos le garantizara el éxito de su gestión pues le permitiera descubrir cuál
de sus alumnos necesita un tratamiento especial que no solo tendría que ver con las
estrategias para lograr los avances cognoscitivos necesarios sino y sobre todo mucho más
importante cubrir el plano afectivo que es en realidad lo que ayudara a este niño a
insertarse perfectamente en el ámbito donde les toca interactuar.