El documento argumenta que el conocimiento avanzó durante el siglo XX, produciendo cambios en la visión del mundo y en los modos de conocer. Esto ha dado lugar a un mundo más complejo, desordenado e incierto. Por lo tanto, se requiere una forma de pensamiento, llamada "pensamiento complejo", que pueda globalizar e integrar la diversidad de perspectivas en un mundo cada vez más interconectado.