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Concepto de genocidio. PAEPU 2012
1. ANEP / BIRF - CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL
III Proyecto de Apoyo a la Escuela Pública Uruguaya - FORMACIÓN EN SERVICIO
EQUIPO DE CIENCIAS SOCIALES
GENOCIDIO
SU REPRESENTACIÓN CONCEPTUAL
El término genocidio es de reciente aparición, en 1944 Winston Churchill se refiere a los
horrores provocados por el nazismo como un crimen sin nombre. La respuesta a esta necesidad de
nombrar lo que es innombrable porque no se cuenta con los conceptos para ello, la ofrece Rafael
Lenkin, al acuñar el vocablo genocidio para intentar comprender la total exterminación de grupos
humanos o pueblos que no sucede por una crueldad accidental o incidental sino que se trata de una
acción planificada. El genocidio va más allá de la eliminación física, en ese concepto se engloban una
serie de acciones destinadas a destruir las bases de la supervivencia de un grupo en cuanto tal. El
genocidio es la síntesis de los actos de persecución, desplazamiento forzado y destrucción de un
pueblo, etnia o nacionalidad. El genocidio es la denegación al derecho a la vida y la pluralidad.
La noción de genocidio se oficializa en 1948 con la Convención para la Prevención del
Genocidio .El nombrar el hecho implica tener una representación del daño que provoca el
genocidio, significa además sacar el genocidio del mal metafísico para ubicarlo en el espacio
normativo del Nunca Más, de la posibilidad que no vuelva a repetirse. En este sentido implica una
obligación de intervención.
El concepto de genocidio también abarca medidas tendientes a evitar nacimientos, traslado
por la fuerza de niños y otras personas a otro grupo. Todo esto está destinado a desarraigar y a
desarmar el grupo que es objeto del ataque.
Cuatro elementos comunes a los genocidios
En una perspectiva comparativa, los genocidios presentan cuatro componentes comunes,
según Israel Charny:
(a) La definición del objetivo: el autor del genocidio define su objetivo por medio del aparato de
justificaciones ideológicas y la racionalidad de la acción. Al poner en práctica un plan de exterminio,
el poder del autor es casi absoluto. Los criterios o motivos para justificar el genocidio pueden ser
muy variados; empero lo más característico, es definir al otro, como el enemigo absoluto. Esto
implica que se le ha animalizado, separado de la humanidad.
(b) El grado de intencionalidad: Se trata de la intencionalidad de destrucción total o parcial de un
grupo humano. La intención se explícita en un plan que se ejecuta de manera eficiente. Dicho plan
implica la destrucción de las instituciones políticas, sociales, culturales, lingüística, los sentimientos
nacionales y la eliminación de la seguridad personal, la libertad, la salud, la dignidad y las propias
vidas de los individuos. Este plan se dirige al colectivo; el objetivo final es aniquilar a los miembros
del grupo. El genocidio planificado o anunciado deja un rastro documental donde se verifica la
decisión explícita.
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(c) El perfil de los ejecutores: El ejecutor crea una imagen de sí mismo que se encuentra
amenazada por el enemigo, éste en apariencia reacciona frente a la amenaza del vecino. Su
universo social y cultural es producto de fantasmas asesinos. Es la pasividad concertada y el
silencio de los Estados y los "vecinos" lo que a menudo hace que el genocidio sea técnicamente
posible.
(d)Los modos concretos de la puesta en práctica: los métodos del genocidio son variados: pueden
ser sistemáticos o esporádicos, totales o selectivos, modernos o artesanales. Estas variedades
pueden combinarse y ponerse al servicio de un objetivo intangible. Empero, no en todos los
genocidios se encuentran todos los métodos posibles, hasta ahora en el único genocidio en el que
se ha dado una combinación de procedimientos ha sido el exterminio de judíos por los nazis:
hambruna, deportación, frío, agotamiento por el trabajo, ejecución por disparos, marchas a la
muerte, gaseamiento, entre otros. Lo relevante es que en todo genocidio hay una organización de
la muerte.
Genocidio como crimen contra la humanidad y justicia global
El genocidio es reconocido en el derecho internacional humanitario como un delito. Es un
delito porque por su propia naturaleza se comete siempre por el Estado o por grupos que tienen el
apoyo del Estado, y por ello no será perseguido nunca por el propio Estado.
Genocidio: olvido, silencio y negacionismo
Esta explicitación de la estructura lógica del genocidio no sería completa si no se hace
referencia a la negación, el silencio y el olvido como última fase de todo genocidio. El silencio y la
negación tienen que ver con la evasión de la responsabilidad, el evitar que las acciones genocidas
sean castigadas y juzgadas. El silencio y el olvido llevan a la impunidad, por lo cual, no es posible
restablecer la justicia. Implica denegar el imperativo: nunca más, intenta quitar la fuerza normativa
del concepto genocidio.
Adaptado de RAMOS, Mariano. “Etnocidio y Genocidio: `nosotros´ y los otros”, en INSAURRALDE, Mónica,(Coord.) Ciencias Sociales.
Líneas de acción didáctica y perspectivas epistemológicas. Buenos Aires: Noveduc, 2009.
CARVAJAL VILLAPLANA, Álvaro “Los componentes estructurales del genocidio”.anniehayling.googlepages.com, 2007.
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¡BERNABÉ, BERNABÉ!
“…la campaña contra los charrúas tuvo dos fases. En la primera, supervisada por Garzón,
se desmantelaron los saladeros que, comprando los cueros que les vendían los charrúas, los
incitaban a proseguir en sus malones. En la segunda, en la que participaron activamente y por
separado Rivera y Laguna, se procuró concentrar todas las tolderías charrúas en un solo punto
para atacarlas y reducirlas sin darles oportunidad a la dispersión. En sus movimientos
coordinados, don Frutos y don Julián mantuvieron una frecuente correspondencia.
“Durazno, marzo 10 de 1831
Es de la mayor importancia que el Sr. General emplee todo su tino y destreza para hacer
entender a los Caciques que el ejército necesita de ellos para ir a guardar las fronteras del
estado y que el punto de reunión será en las puntas del Queguay Grande (…)” Fructuoso Rivera
Como pretexto para justificar la reunión de todas las tribus, don Frutos escogió la
conveniencia de discutir y acordar el asentamiento de los charrúas en una sola región, la
provisión de una vaquería suficiente para satisfacer holgadamente sus consumos y la necesidad
de que, a cambio de esas regalías, los indios cooperasen en una invasión fulminante al Brasil.
Por ese ataque, el Estado recuperaría territorio arrebatado por los brasileños y habría, además,
un gran botín de guerra que incluiría la recuperación del ganado que los brasileños nos habían
venido robando desde hacía siglos. De parte de ese botín, saldría la vaquería para los charrúas.
Se le encareció al General Laguna que no diese demasiados detalles, para no suscitar entre los
salvajes una gran expectativa respecto del encuentro con don Frutos.
-¿Tanto valemos cuatrocientos indios, de lanza y bola, para que el Gobierno nos precise
para ganar una guerra contra Brasil? ¿O, una vez más, se nos precisa para que los cañones se
distraigan con nosotros? – preguntó suspicaz, Polidoro.
La mayoría de los otros jefes, como Vaymaca Perú, Brown, Senanqué, Juan Pedro y
Rondó, escucharon con mayor interés y credulidad, aunque a todos les extrañaba, en grado
sumo, el requerimiento de que también llevasen a la reunión a sus mujeres y niños.
El 10 de abril, Bernabé estaba acampado con los charrúas en la margen oriental del
Salsipuedes, cuando hacia las tres de la tarde vieron aproximarse, a la cabeza de un
impresionante contingente en el que ondeaban banderas uruguayas y argentinas, a don Frutos,
quien cabalgaba teniendo a un lado al General Lavalle, uniformado y sin sombrero, y al otro, a
José Raña, emponchado y sujetando su pelo con una vincha.
Al día siguiente, a las ocho y media o nueve de la mañana, Rivera cruzó con un grupo de
veinte hombres y cuatro mujeres, que venían para preparar el tan esperado encuentro. Al rato,
el presidente se había granjeado definitivamente la confianza de los indios.
En el almuerzo, Rivera explicó su plan a los caciques, les anticipó que en la tarde les
presentaría a nadie menos que el general Lavalle y les mostró como, al otro lado del arroyo,
ondeaban dos banderas de Belgrano.
-Somos demasiado chiquitos para meternos con el Brasil, si no contamos con el apoyo
de los argentinos.
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El ataque contra los indígenas se desencadenaría cuando el propio don Frutos disparase
su pistola. En un instante el plan se llevó a cabo y el desorden se hizo total. Entre los gritos, los
estampidos, las clarinadas, los relinchos, los aullidos de las mujeres y los alaridos de los
hombres, la tierra parecía temblar. Todo terminó mucho más rápido de lo que habíamos
pensado.
Después, ya controlada la situación, buena parte de la caballería encabezada por Laguna
y Bernabé vadeó el Salsipuedes en persecución de los indios que se habían fugado…
Objetivamente, fue un triunfo excepcional. Don Frutos había logrado con una sola baja y
unos pocos heridos “lo que en cuarenta años no habían conseguido ocho virreyes”.
Pero nadie festejó; nunca se vio sobrar más asado que esa noche, que estuvo
acompañada por el llanto de las mujeres y los niños. No se los pudo hacer callar. Un coro de
trescientos niños y mujeres cantaron, sin descanso, una endecha lúgubre y monótona.
“Salsipuedes, abril 15 de 1831
Sorprendida y destruida la horda salvaje de charrúas, esta indómita tribu ha pagado
caramente sus antiguos y recientes crímenes, quedando muertos en el campo la mayor parte, y
el resto con todas sus familias y ganados en poder de la división de operaciones. Y aún cuando
han logrado escaparse de la misma suerte algunos muy contados, las fuerzas del ejército
prosiguen en su alcance hasta su exterminio…”
Fructuoso Rivera
“Montevideo, abril 18 de 1831
Con la mayor satisfacción ha recibido el Gobierno la nota del 13 del corriente, en que Su
Excelencia el presidente de la República le comunica la remisión de las familias charrúas a esta
Capital, con el objeto que las personas que las componen sean repartidas entre el vecindario de
este departamento a fin de conseguir su domesticación. Se ignora aún la totalidad de las
personas que vienen, pero podrán calcularse en 150 entre chicos y grandes”.
José Ellauri
Adaptado de Tomás de Mattos ¡Bernabé, Bernabé! Alfaguara: Montevideo, 1998
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GENOCIDIO EN RUANDA
.
Después del
genocidio que
tuvo lugar en
Ruanda en 1994,
unos 250.000
ruandeses
entraron en
Tanzania en un
período de 24
horas.
(ACNUR– 1994)
Ruanda localizada en el centro de Africa en la región conocida como de los grandes lagos tiene una población
conformada por tres grupos: los HUTU (85% de la población), TUTSI (14% de la población) y los TWA que forman
la población indígena. Todos ellos hablan una lengua común y comparten muchas tradiciones culturales. Tras la
Primera Guerra Mundial se convirtió en un territorio fiduciario de la ONU, bajo administración Belga. Los belgas
marcaron las diferencias de clase permitiendo la educación solo para los TUTSI.
Cuando el Rey Kigari V murió, los TUTSI obtuvieron el poder. Esto contribuyó a una serie de rebeliones de los
HUTU, que demandaban igualdad de derechos. En 1961, con el apoyo de los colonos Belgas, la mayoría HUTU
tomó el control del gobierno, aboliendo la monarquía TUTSI y declarando a Ruanda una república.
La independencia de Ruanda no fue reconocida internacionalmente hasta julio de 1962. Más de la mitad de los
TUTSI de Ruanda huyeron del país entre 1959 y 1964. El General Habyarimana, de la etnia HUTU, tomó el poder
en un Golpe de Estado en 1973. Tenía un control absoluto sobre el país siendo reelecto en 1983 y 1988. En
octubre de 1990 ruandeses exiliados opositores al régimen de Habyarimana, organizados en el Frente Patriótico
Ruandés (FPR), invadieron Ruanda con el apoyo de Uganda e iniciaron una guerra civil para derrocar al régimen.
Los asesinatos fueron perpetrados por grupos paramilitares HUTU (más de 30.000) que recibieron entrenamiento
militar del ejército Ruandés y el apoyo/encubrimiento del General Habyarimana. Éste fue asesinado en un
sospechoso accidente aéreo el 3 abril de l994, desatando una ola de violencia étnica en contra de los TUTSI y los
opositores al régimen. Como consecuencia, cerca de 500 mil TUTSI fueron masacrados por los paramilitares y el
ejército. El genocidio se había consumado. El FPR gradualmente tomó el control del país e instaló un gobierno de
unidad nacional. Tras su instalación en un periodo de 48 horas, más de 1 millón de ruandeses, la mayor parte
HUTU, cruzaron la frontera y se instalaron en Zaire, provocando el mayor éxodo de refugiados de los tiempos
modernos. En agosto ya eran cerca de 4 millones de ruandeses los que habían salido del país.
La comunidad internacional reaccionó tarde ante el genocidio que se había cometido. En noviembre de 1994 el
Consejo de Seguridad de la ONU votó pata crear un tribunal internacional para procesar a los que planearon y
orquestaron el genocidio en Ruanda en contra de la población TUTSI.
Adapatado de www.homohominisacrares.net/sec/historia/rwanda/ruanda1htm