Estándar del bloque 10 de Historia de España de Segundo de Bachillerato temario EBAU donde se explican las consecuencias demográficas, politicas, sociales y económicas de la guerra civil española.

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Bloque 10
Especificalas consecuenciasy el alcance de la represiónenlos dos bandos y las consecuenciashumanas,
económicasy socialesde la guerra
Las pérdidashumanas. La Guerra Civil españolase hadefinidocomouna guerra total, un conflicto bélico en
el que los contendientes buscan la destrucción completa del enemigo, entre soldados uniformados y
paisanosdesarmados,entre lalíneadel frenteylaretaguardia.Poreso el número de soldados fallecidos en
el frente (entre 150.000 y 200.000) essimilaral de las víctimas civilesasesinadasenlaretaguardia(al menos
180.000). Lo que más caracteriza a la guerra civil española es la brutalidad y la crueldad de la violencia
dirigidacontrala poblacióncivil.A losasesinatoshayque sumarlasvíctimasprovocadaspor los bombardeos
(unas 12.000 en la zona republicana y algo más de 1.000 en el territorio sublevado), los muertos causados
por las enfermedades, el éxodo forzoso, el hambre y las privaciones de todo tipo asociadas a las
circunstancias de la guerra (entre 80.000 y 100.000 muertes). En total, a lo largo de tres años el conflicto
bélico produjo cerca de medio millón de muertos.
La represión franquista. Los militares sublevados fueron los primeros responsables de la violencia de la
guerra.Y enla zonaque dominaronimpusierondesdeel primermomentounterrorextremoque nobuscaba
soloel control militardel territoriosinolaextirpacióndelpasado,laeliminación de todo lo que recordara la
experiencia republicana. El carácter premeditado del terror estaba ya apuntado en los documentos de la
conspiración militar. El golpe debía de ser rápido y alcanzar el poder mediante una violencia extrema que
paralizara cualquier intento de resistencia. Más de la mitad de las víctimas de la represión murieron en el
verano de 1936, en las “sacas” y los “paseos” nocturnos. La campaña de limpieza política estaba dirigida
desde arriba, desde los cuarteles, los gobiernos civiles y los ayuntamientos, que empleaban a las fuerzas
paramilitares, los falangistas y requetés. La represión se dirigió primero contra las autoridades políticas
republicanas, los dirigentes de los partidos políticos de izquierda y las organizaciones sindicales. Después
contra lossectoresprofesionales,intelectuales,funcionariosyrepresentantes de la administración, con una
saña especial hacia los maestros. Y también contra muchos ciudadanos que no pensaban que estaban en
peligro por ser militantes o simpatizantes de un partido, por haber participado en algún acto público
republicano o en alguna acción de protesta. En los primeros meses de 1937 los asesinatos extrajudiciales
fueron dejando su sitio a los consejos de guerraque, después de un mero trámite de apariencia legal,
terminabanenel pelotón de fusilamiento. La eliminación física de los enemigos se acompañó de toda una
serie de prácticasrepresivasque ibandesde ladepuración,el castigoyel aislamientohastalareclusiónen el
sistemapenitenciarioolos trabajosforzososenloscamposde concentración.Engeneral,puede decirse que
la represión franquista fue bastante más organizada y dirigida que en el bando contrario y, además, se
prolongó durante toda la guerra.
La represión republicana. La violencia de la retaguardia republicana fue también terrible. En los días
posteriores al 18 de julio de 1936 el orden legal se vino abajo y en su lugar aparecieron múltiples poderes
locales,armadosyautónomos,que se adueñaron de las calles. Comenzaron los incendios, las detenciones
arbitrarias y también los asesinatos. Muchos partidos políticos y sindicatos rivalizaron con sus propios
escuadrones volantes, comités de vigilancia y cárceles provisionales, las famosas “checas” donde los
milicianos,mezcladoscondelincuentescomunesycriminales,cometierontodotipode excesos.También las
columnas de milicianos dejaron un rastro de muerte a su paso. Las primeras víctimas fueron los militares
detenidos por su participación en la sublevación. Junto a ellos cayeron también miles de “enemigos de
clase”:terratenientes,comerciantes,empresarios,políticosconservadoresyeclesiásticos.Lasnoticias de los
revesesde laguerra,losbombardeosylosrelatosde lasmatanzasperpetradasporlosrebeldesalimentaron
aún más la “ira popular”. La mayor matanza ocurrió en Paracuellos del Jarama (Madrid) en noviembre de

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1936. En 1937 el Estado republicano recuperó el control del orden público, intentó reconstruir la
administración judicial y cortó el terror revolucionario. El 80% de las víctimas fallecidas en la retaguardia
republicana cayeron en los cinco primeros meses de la guerra.
Consecuencias económicas. En el terreno económico, la guerra significó la vuelta a una estructura activa
predominantemente agraria, tras la destrucción masiva del tejido industrial. Una buena parte de las
ciudadesdel país,sobre todo en el Norte, estaban arrasadas. Se calcula que unas 250.000 viviendas habían
sido destruidas. Lo mismo ocurría con buena parte de la red de comunicaciones terrestres y con el parque
automovilístico.Al enorme endeudamientocausadoporla guerra -se ha cifradoenunos300.000 millonesde
pesetas-, hay que añadir la pérdida del oro del Banco de España. La caída de producción en todos los
sectores se prolongará hasta la década de 1950. Consecuencia de todo ello fue el hundimiento de la renta
nacional y per cápita, y el hambre para la gran mayoría de los españoles durante los años de la posguerra.
Las cartillas de racionamiento, implantadas en mayo de 1939, estuvieron vigentes hasta 1952. Una
consecuenciade lapolíticaeconómicaautárquicaimpulsadaporFranco.Apareció el mercado negro y con él
los grandes estraperlistas que se aprovecharon de la especulación y de la corrupción generalizada para
enriquecerse a manos llenas. Y también la miseria que acosó a millones de españoles, empeñados en la
lucha diaria por la subsistencia.
Consecuencias sociales. La guerra destruyó la convivencia y el frágil sistema democrático de la Segunda
República, sustituido por una dictadura militar, de inspiración fascista, que se prolongó durante casi 40
años.. El Estado de Guerra proclamado por los militares rebeldes en julio de 1936 se mantuvo vigente en
toda España hasta abril de 1948. En la década posterior al final de la guerra fueron ejecutadas cerca de
50.000 personas.La represiónfue especialmentemeticulosacon los empleados públicos. Hubo casi 300.000
expedientes de depuración, con una saña especial hacia los maestros. A las inhabilitaciones y sanciones
temporales se sumaron los despidos masivos, confiscaciones, expropiaciones y destierros.
La victoria franquista fue seguida de un exilio masivo realizado en unas condiciones penosas. En Francia
entraron450.000 refugiadosespañoles,lamitadde ellosciviles,incluidala mayor parte de la elite cultural y
científica del país. La mayoría de los exiliados fueron recluidos en campos de concentración improvisados,
sinningúntipode servicios, donde padecieron hambre, frío y todo tipo de enfermedades y humillaciones.
Después de la invasión alemana de Francia muchos republicanos fueron perseguidos por los alemanes. Al
menos10.000 españolesfuerondeportadosaloscamposde exterminio nazis. Sobre todo Mauthausen. Allí
llegaron 7.200 republicanos y murieron casi cinco mil. Cuando el campo fue liberado los supervivientes
españoles no pudieron regresar a su país.
La represióninterior. Al terminar la guerra España era un enorme campo de concentración. En el Año de la
Victoria un millón de españoles vivían privados de libertad. Existían más de cien campos de concentración
establescon500.000 prisionerosde guerraenesperade serclasificados, reeducados y sometidos al castigo
impuesto por los vencedores. Otros 90.000 estaban recluidos en el centenar largo de Batallones de
Trabajadoresycasi 50.000 en losBatallonesDisciplinariosde SoldadosTrabajadores, condenados a trabajos
forzosos,humillacionesyprivaciones.Manode obrabarata para construircarreteras,víasferroviarias, obras
hidráulicas, edificios públicos y el Valle los Caídos, el monumento funerario proyectado por Franco. La
población de las cárceles alcanzaba los 300.000 reclusos a mediados de 1939, hacinados en casi 500
establecimientos penitenciarios y prisiones habilitadas, sometidos a castigos humillantes y a unas duras
condiciones de vida, sin apenas atención sanitaria. Miles de reclusos fallecieron en las cárceles. La vida
cotidiana de la posguerra estuvo marcada por la cultura del miedo y del silencio.