Las conductas disruptivas implican la interrupción del desarrollo evolutivo de un niño y su capacidad de mantener relaciones sociales saludables. Se caracterizan por comportamientos inadecuados e irrespetuosos que obstaculizan el aprendizaje y las relaciones interpersonales. Generalmente son producidas por niños impulsivos que buscan atención y presentan carencias afectivas, y pueden ser causadas por factores psicosociales como el abandono, la desesperanza o el maltrato previo.