El Señor es mi pastor, nada me falta:
En verdes praderas me hace recostar;
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo por el honor de su nombre.
RETO MES DE ABRIL .............................docx
El buen pastor
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4. La figura del pastor es muy frecuente en la Biblia.
Judea era una región dedicada al pastoreo por ser
tierra rocosa más apta para rebaños que para
agricultura. Por eso resultaba inevitable que la
imagen más cotidiana de Judea fuera el pastor. La
vida del pastor de Palestina era muy dura. En
aquellas tierras ningún rebaño vive sin pastor y éste
nunca está fuera de su puesto. Hay muy pocos
pastos y las ovejas se van muy lejos. No hay cercas
y hay que cuidar a las ovejas todo el tiempo. Muy
cerca está el desierto rocalloso y cada día hay
peligro de que alguna oveja se aleje y se pierda.
5. En tiempos de Jesús se reunía a las ovejas con
las de otros dueños para que pasaran la noche
encerradas en una cerca coronada de espinos y
con una puertecita, por la que se hacía entrar y
salir a las ovejas, contándolas de una en una. Al
amanecer llegaba cada pastor al redil y al
conocer su voz o con silbidos, iban saliendo las
ovejas.
Con frío o calor se montaban guardias nocturnas
relevándose los vigilantes, a pesar de ello el
ladrón, huyendo de la puerta, entraba por otra
parte.
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7. Pero lo más espectacular es cuando se oye el aullido de
los lobos hambrientos… Vienen en grupos de cuatro o
seis. El pastor toma un palo fuerte (el cayado) y empieza
una lucha digna de una película. Le desgarran los
vestidos, sangra por todo el cuerpo, grita pidiendo
auxilio, y los lobos también echan sangre de los dientes
rotos a garrotazos, y al final viendo que este pastor no les
deja dar un paso adelante contra las ovejas, salen
aullando de rabia a buscar otro rebaño que no tenga un
pastor tan fuerte y tan interesado en salvar a sus ovejas.
Lo dejan sangrantes pero no logran hacer mal a su
rebaño.” Qué buena imagen escogió Jesús para decirnos
el interés que él tiene por nosotros. Observémoslo en la
cruz y veamos como lo dejaron los lobos. Casi sin ropa,
destrozado, sangrante, pero salvó a sus ovejas.
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9. La idea del pastor pasa al Nuevo testamento, Jesús
se llama a sí mismo: Pastor.
10. Los que visitan los rebaños de Israel narran
cómo separan los pastores su grupo de ovejas
de los demás grupos allí reunidos, cuando las
van a llevar a pastar hacia los mejores pastos,
que en aquellas tierras áridas son muy difíciles
de encontrar. Empieza el pastor a cantar y silbar,
y sus ovejas van saliendo todas, porque conocen
su voz y le obedecen sin más. A la voz de un
desconocido no se mueven. El pastor las va
llamando y conoce a cada una por su nombre.
Las ama como si fueran sus propias hijas.
11. Cuando una oveja se ha
separado del rebaño y
no da con el camino que
la reintegre, se echa en
el suelo y ya no es capaz
de levantarse para
seguir su propio rebaño.
Es el pastor el que tiene
que buscarla y
devolverla al rebaño;
cuando la distancia es
grande tiene que
cargársela sobre los
hombros.
12. La alegría es tan grande
que convoca a sus
vecinos para que
también ellos participen
en su misma alegría.
Cristo conduce a sus ovejas a
buenos pastos y a beber agua
pura, las alimenta para que estén
saludables. Él siempre mira por
encima de las ovejas para
distinguir al lobo que acecha y
evitar que sus hijos parezcan
espiritualmente en manos del
lobo espiritual que quiere
despedazarlas, para que no
puedan llegar a la meta final: La
Patria Celestial
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15. JESUCRISTO ES EL BUEN PASTOR
Que cuida fielmente a sus ovejas. Una de sus característica es
el amor profundo a ellas, hasta el extremo de llegar al sacrificio
de dar la vida por sus ovejas.
Otra característica de Jesús, como Pastor, es la intimidad que
muestra en el trato con sus ovejas. Jesús conoce a todas y cada
una de sus ovejas, y sus ovejas también le conocen a él. No es
un conocimiento teórico sino de plena vivencia de amor e
interés de Cristo por éstas. Para expresar ese conocimiento lo
hace comparándolo con el mutuo conocimiento que existe entre
el Padre y el hijo: “Conozco mis ovejas y las mías me conocen a
mí, como me conoce el Padre y yo a él”. El conocimiento que
tienen las ovejas es un conocimiento hecho de intimidad
entrega, seguimiento y amor
16. Esto nos revela el
conocimiento y
amor al hombre
de parte de Jesús,
no de una manera
universal y gene-
ral sino indivi-
dualmente, a cada
uno de los
hombres. El
hombre jamás
será un número
más para Dios
17.
18. La reacción de
muchos al discurso
de Jesús es de
rechazo y agresividad
y llegan hasta el
insulto llamándole
endemoniado y loco.
Nada podía cambiar
la actitud de los
fariseos y escribas.
19.
20. El pastor no espera, ciertamente hasta
que vuelva por sí misma la oveja
extraviada; la busca él y la trae de
nuevo.