1. El Redil
La Puerta
El Buen Pastor
El Pastor Asalariado
En verdad, en verdad os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino sube por otra
parte, es ladrón y salteador (entra al redil saltando la cerca). Pero el que entra por la puerta, es el
pastor de las ovejas. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y a sus ovejas llama por su
nombre, y las saca. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque
conocen su voz. Y de ningún modo seguirán al extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz
de los extraños. Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Volvió,
pues, a decirles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron
antes de mí son ladrones y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mí
entra será salvo, y entrará y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen
pastor su vida pone por las ovejas. El asalariado y que no es pastor, de quien no son propias las ovejas,
ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; porque es asalariado
y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, y conozco las mías, y las mías me conocen, así como
el Padre me conoce y Yo conozco al Padre, y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas
que no son de este redil; también a ellas debo traer, y oirán mi voz, y vendrán a ser un solo rebaño, y un
solo Pastor. (Juan 10:1-16 BTX3)
“La figura del pastor está entretejida en el lenguaje y la imaginería de la Biblia. No podía ser de otra
manera. La parte principal de Judea es la meseta central, que se extiende unos 50 kilómetros de Betel a
Hebrón, con una anchura variable entre los 20 y los 25 kilómetros. El terreno es, en su mayoría, áspero y
pedregoso. Judea era un país mucho más pastoril que agricultor; y era inevitable, por tanto, que la figura
más frecuente y representativa de las tierras altas de Judea fuera la del pastor.
Su vida era muy dura. Nunca se vería un rebaño pastando sin pastor, y este no se podía distraerse ni un
momento. Como había poca hierba, las ovejas siempre iban deambulando; y, tampoco había vallas de
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 1
2. protección, tenía que estar vigilando constantemente las ovejas. A los dos lados de la estrecha meseta, el
terreno se precipitaba bruscamente hacia abajo, hacia los inhóspitos desiertos escarpados por los que las
ovejas corrían constantemente peligro de perderse. La misión del pastor era, no sólo constante, sino
peligrosa; porque, además, tenía que proteger el rebaño de los ataques de las fieras, especialmente los
lobos, y de las incursiones de ladrones y bandidos. Sir George Adam Smith, el geógrafo enamorado de
Israel, escribe: " Cuando te encuentras -en algún cerro en el que aúllan por la noche las hienas, insomne,
con la mirada acostumbrada a las lejanías, curtido a la intemperie, apoyado en el cayado y siguiendo con
la mirada sus ovejas dispersas, con cada una de ellas en el corazón-,entiendes por qué el pastor de Judea
se remontó hasta el principio de la historia de su pueblo; por qué dio su nombre a los reyes y se convirtió
en un símbolo de la providencia; por qué Cristo le tomó como prototipo del sacrificio.» Constante
vigilancia, intrépido valor, paciente amor a su rebaño, eran las cualidades características del pastor en el
pueblo de Israel.” (William Barclay)
El Redil (10:1–10)
Estos versículos están estrechamente relacionados con la última parte del capítulo 9. Allí, el Señor Jesús
había estado hablando con los fariseos, que afirmaban ser los pastores legítimos del pueblo de Israel, es
a ellos en particular que el Señor Jesús se refiere aquí, el solemne carácter de lo que estaba a punto de
decir se indica en esta expresión: De cierto, de cierto os digo.
Los antiguos rediles de aquel entonces, era un cercado en el que las ovejas quedaban protegidas por la
noche. Era un área rodeada por un vallado y con una abertura que se usaba como puerta.
Existían rediles públicos, y por la noche todos los pastores que vivían en aquel pueblo, traían sus ovejas
al redil, para pasar la noche allí. Su costumbre era entregar las ovejas al portero del redil, quien las
cuidaba, y entonces se iban a sus hogares para pasar la noche. A la mañana siguiente, el portero dejaba
entrar a los pastores.
En aquel tiempo no se acostumbraba marcas las ovejas con hierro candente, por lo que cada pastor
conocía sus ovejas, y las llamaba por nombre, y luego salía por la puerta del redil llevando todas sus
ovejas.
En el capítulo anterior las autoridades religiosas comienzan a rechazar públicamente a Jesucristo como
su Mesías. Excomulgan del templo al ciego sanado por Jesús, por su fe en Él, y por último preguntan si
Jesús les está acusando de ser ciegos. Jesús establece sin lugar a dudas, el hecho de que son ciegos en
cuanto a lo espiritual.
Y ahora, con este discurso sobre la puerta del redil, presenta Sus credenciales que lo identifican como el
Mesías, el Hijo de Dios. El redil aquí representa a la nación de Israel. Jesús les está diciendo que El
entró por la puerta. Sigue diciendo, que cualquiera que no entre por la puerta, sino que sube por otra
parte, es un ladrón y salteador. Y esta es una alegación grande que Jesús hace aquí en cuanto a Sí mismo.
Él dijo que había entrado por la puerta, que había entrado legalmente.
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 2
3. Muchos se habían presentado a la nación judía, profesando ser sus gobernantes y guías espirituales. Eran
los auto designados mesías de la nación. Pero no acudieron de la manera en que el A.T. predecía que
habría de venir el Mesías. Trepaban por otra parte. Se presentaban a Israel según mejor les parecía. Estos
hombres no eran verdaderos pastores, sino ladrones y salteadores. Los ladrones son los que toman lo que
no les pertenece, y los salteadores son los que usan violencia para ello, y los fariseos eran ambos,
ladrones y salteadores.
Gobernaban sobre los judíos, e hicieron todo lo que pudieron para evitar que recibieran al verdadero
Mesías. Persiguieron a los que seguían a Jesús, y finalmente entregarían a Jesús a la muerte.
Cuando nuestro Señor Jesucristo entró a este mundo lo hizo en cumplimiento de las profecías del
Antiguo testamento. Como lo escribió el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas 4:4, donde dice:
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
ley.”
Jesús entró por el linaje de David conforme a la profecía. Nació en Belén conforme a la profecía. No
sólo era del linaje de David, sino que también fue nacido de una virgen conforme a la profecía de Isaías
en el capítulo 7, versículo 14. En el tiempo que nació, era una vara del tronco de Isaí, conforme lo
encontramos en Isaías 11:1, en fin, se calcula que cumplió mas de trescientas profesias en su primera
venida.
En esos tiempos, el linaje real de David había bajado al mismo nivel del campesino, no había más
majestad real, Isaí el padre de David también había sido un campesino en Belén que criaba ovejas. Su
hijo David fue ungido, y por lo tanto ese linaje, llegó a ser el linaje real. Pero cuando nació el Señor
Jesús, era simplemente una vara del tronco de Isaí, un ebanista (no un carpintero). ¡Con cuanta precisión
se cumplieron todas las profecías!.
Vez tras vez, Jesucristo aclaró que no había venido para destruir la ley, sino para cumplirla. Él era el
Mesías, y así había entrado por la puerta. Ningún otro podía tener las credenciales que Él tenía.
Cualquier otro habría sido ladrón y salteador, y habría tenido que entrar al redil saltando la cerca, pues
no tenía credencial alguna que presentar. Y es precisamente en esta área que los líderes religiosos lo
acusaban. Ellos no creían que Él tenía las credenciales para ser el Mesías. Por eso, Jesús les dice en el
versículo 25, de este capítulo 10:
“Os lo dije, y no creéis. Las obras que Yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí.”
Él (Jesús) había venido a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Él era el verdadero pastor de las ovejas.
Él había entrado por la puerta, es decir, Él vino cumpliendo exactamente las profecías del Antiguo
Testamento acerca del Mesías. No era un Salvador de propia designación, sino que vino en perfecta
obediencia a la voluntad de Su Padre. Él cumplió todas las condiciones.
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 3
4. Las ovejas oyeron la voz del pastor. Reconocieron su voz como la del verdadero pastor. Así como las
ovejas literales reconocen la voz de su propio pastor, también había entre los judíos los que reconocieron
al Mesías cuando apareció. A lo largo del Evangelio de Juan, podemos ver al Pastor llamando a sus
propias ovejas por su nombre.
El Señor Jesús llama a los Suyos por nombre y los saca. El ciego por ejemplo, le escucho cuando lo
llamó. También Simón le oyó cuando lo llamó por su nombre, y luego Jesús le cambió el nombre por el
de Pedro, que significa piedra. Llamó a Santiago, a Juan, a Natanael, y a Felipe. Se paró bajo un árbol
sicómoro allá en Jericó y llamó a Zaqueo. El Señor Jesús sigue llamando a los que lo quieran recibir
como Señor y Salvador, y el llamamiento es personal e individual.
La expresión y las saca puede referirse al hecho de que a los que habían oído Su voz el Señor Jesús los
sacó del redil de Israel. Estaban cerradas y limitadas. No había libertad bajo la ley. El Señor saca a Sus
ovejas a la libertad de Su gracia. En el último capítulo, los judíos habían echado fuera al hombre de la
sinagoga. Con ello, sin saberlo, habían ayudado a la obra del Señor.
Cuando el verdadero pastor ha sacado del redil todas sus ovejas, no las conduce, sino que va delante de
ellas cantando, y sus ovejas reconocen su voz y lo siguen. No les pide que vayan a ninguna parte adonde
Él no haya ido primero. Él está siempre delante de las ovejas como Salvador de ellas, su Guía y
Ejemplo. Los que son verdaderas ovejas de Cristo le siguen. No llegan a ser ovejas por seguir Su
ejemplo, sino por nacer de nuevo. Luego, cuando son salvadas, tienen el deseo de acudir adonde Él
conduzca.
El mismo instinto que permite que una oveja reconozca la voz del verdadero pastor también la impulsa a
huir del extraño. Los extraños eran los fariseos y otros líderes del pueblo judío, que estaban sólo
interesados en las ovejas para su propia ventaja personal. El hombre que recibió la vista ilustra esto
mismo. Él reconoció la voz del Señor Jesús, pero sabía que los fariseos eran extraños. Por ello, rehusó
obedecerlos, aunque significaba quedar expulsado.
La Puerta de las ovejas
Creemos que es posible engañar al pueblo de Dios algunas veces, pero no que sea posible hacerlo
indefinidamente. Por un tiempo, las ovejas de Dios pueden creer que le oyen, pero con el tiempo
descubren que han sido engañados, y entonces se vuelven a la enseñanza de la Palabra de Dios, porque
conocen a su Pastor. ¡Es asombroso!
El motivo por el cual algunas ovejas no oyen Su voz, es porque no son Sus ovejas. Sin embargo en
dondequiera que hallemos a los que escuchan la Palabra de Dios, podemos saber que son Sus ovejas, y
da gusto saber que somos los hijos de Dios.
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 4
5. Es de hacer notar que en algunas versiones de la Biblia, encontramos la palabra “parábola” en el
versículo 6. La palabra griega para parábola es “parabolí,” pero la palabra que esta en este versículo es
“paroimía,” que realmente significa “alegoría, adagio o proverbio.”
El evangelio del apóstol Juan no registra ninguna de las parábolas de nuestro Señor Jesucristo, Juan
registra las metáforas y las alegorías tales como “Yo soy la luz del mundo”, y “Yo soy el pan de vida.”
Estas no son parábolas sino realidades. Son figuras para dejarnos saber algo acerca de Dios. Tienen por
objeto darnos luz sobre la materia, para que veamos. Y veremos, a menos que seamos ciegos como eran
estos líderes religiosos. Por lo tanto, debe leerse así aquí: “Esta alegoría les dijo Jesús,” tal como la
versión de Reina-Valera 1960 la traduce. Pero aun así, los líderes religiosos no comprendieron lo que Él
les decía —y la razón de que no comprendiesen era que no eran verdaderas ovejas—. Si lo hubiesen
sido, habrían oído Su voz y le habrían seguido.
En Mateo 13:9, el Señor Jesucristo dijo: “.El que tiene oídos para oír, oiga.” Después de todo “Es
posible tener oídos y sin embargo no oír. Ellos oyeron, eso es seguro, pero no le oyen como Palabra de
Dios. Es de esta misma diferencia en el oír, a la cual nuestro Señor se refirió cuando citó del profeta
Isaías en Mateo 13:14, diciendo: “. . . De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis.”
Debido a que no entendieron lo que les dijo, Jesús les comparte otra alegoría. Ha hablado en cuanto a la
puerta del redil, pero ahora da otro paso, y dice que Él es la puerta de las ovejas. El Señor Jesús es la
puerta para los que salen de Israel. Acaban de expulsar de la sinagoga al ciego. Fue echado fuera del
redil. Inmediatamente, el Señor Jesús va a este hombre y se le revela. Cuando el Señor Jesús se reveló a
este hombre, se constituyó en la Puerta para él. Este hombre ha sido traído del redil al Señor Jesucristo
para seguirle. Esta es la segunda gran verdad que nuestro Señor declara aquí.
Hay un buen ejemplo de esta verdad en el libro de Éxodo en el capítulo 33 y versículos 7 al 11. Por
costumbre, el tabernáculo permanecía en el centro del campamento de Israel, pero después del pecado
de los israelitas, Moisés decidió dejarlo alejado del campamento.
Moisés les dice que si quieren llegar a Dios, tienen que salir del campamento. Cualquiera que quisiera
acercarse a Dios, tenía que apartarse del pecado de la nación de Israel.
Nuestro Señor declarará este mismo principio en el capítulo 15 de este evangelio de Juan, cuando dice:
“. . . Yo soy la vid verdadera,. . . vosotros los pámpanos”
La vid en el Antiguo Testamento representa a la nación de Israel. Jesús está diciendo que ya no es la
relación con la nación de Israel, sino la relación con Él lo que significa la unión de los pámpanos con la
vid. Deben salir del judaísmo; de la ley; del ritualismo, y deben ir a Él. Está diciendo que Él es la Puerta
por la cual tienen que entrar.
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 5
6. «Fácil es de percibir que las palabras de que venimos tratando tenían aplicación a los maestros judíos de
aquel entonces. No había "puerta" que condujese a su profesión, puesto que no inculcaban ideas
correctas acerca del Mesías y rechazaron a Cristo cuando apareció. Pero pocos hay que perciban que
pueden también aplicarse esas palabras a millares de mentidos maestros de la religión cristiana.
Ministros no convertidos son la carcoma de la iglesia. Cuando un ciego guía a otro ciego ambos
irremediablemente caerán en el hoyo.
En estos versículos se nos presenta, además, un singular bosquejo de los cristianos verdaderos. Nuestro
Señor los describe como ovejas que oyen la voz del pastor y la conocen, y que no siguen al extraño, por
el contrario, huyen de él, porque no conocen la voz de los extraños.
La mayor parte de los creyentes poseen una especie de instinto espiritual, por medio del cual pueden,
por lo general, distinguir las doctrinas verdaderas de las falsas. Cuando se les da instrucción religiosa
que no es sana, parece que existe algo en su espíritu que les dice: "Hay en esto algo de malo." Cuando
oyen la verdad pura y evangélica ese algo les dice: "Esto es bueno." El incurioso hombre del mundo tal
vez no percibe diferencia alguna entre este y aquel ministro, o entre este y aquel sermón. Las más
humildes ovejas de Cristo pueden distinguir cosas que son diferentes entre sí, aunque a veces no puedan
explicar el "cómo" o el "porqué.
No tengamos en poco este instinto espiritual, puesto que es una señal de que el Espíritu Santo mora en el
que lo posee. El apóstol Juan lo mencionó de una manera especial cuando dijo: "Vosotros tenéis la
unción del Espíritu Santo, y conocéis todas las cosas." (1 Juan 2:20).
Por el contrario, pidamos a Dios todos los días nos conceda ese preciado instinto espiritual para que
seamos librados del influjo de los falsos pastores. Perder la facultad de distinguir entre lo dulce y lo
amargo es uno de los peores síntomas en las enfermedades físicas. Si no podemos percibir la diferencia
entre la ley y el evangelio, la verdad y el error, el protestantismo y el papismo, la doctrina de Cristo y la
doctrina del hombre, es prueba evidente de que nuestro corazón está endurecido y aún no nos hemos
convertido.» (Los Evangelios Explicados por J. C. Ryle)
Antes de Jesucristo, otros habían venido, pretendiendo tener autoridad y posición. Pero las ovejas
escogidas de Israel no los oyeron, porque sabían que aquello que pretendían no les pertenecía por
derecho.
Qué consuelo es para nosotros el hecho de que Jesús repite, que las ovejas no seguirán a los ladrones y
salteadores. Es posible que el nuevo creyente por un tiempo se meta en una secta falsa, pero si es una
verdadera oveja, seguirá al Pastor.
La salvación sólo puede ser recibida mediante Cristo. No sirve el bautismo; ni la Cena del Señor. Hemos
de entrar por Cristo y por el poder que Él da. Él es el Salvador tanto de los judíos como de los gentiles.
Pero para que alguien sea salvo, ha de entrar recibiendo a Cristo por la fe. Es un acto personal, y sin él
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 6
7. no hay salvación. El que entra es salvo de la pena, del poder y finalmente de la presencia misma del
pecado.
Después de la salvación, entrará, y saldrá. Quizá el pensamiento sea que pasan a la presencia de Dios
por la fe para adorar, y luego salen al mundo para dar testimonio del Señor. En todo caso, es una imagen
de una seguridad y libertad perfectas en el servicio del Señor. El que entre hallará pastos. Cristo no sólo
es el Salvador y Quien da libertad, sino también el Sustentador y Saciador. Sus ovejas hallarán pastos en
la Palabra de Dios.
El propósito del ladrón es hurtar, matar y destruir. Viene con motivos puramente egoístas. Para conseguir
sus propios deseos podría incluso matar a las ovejas. Pero el Señor Jesús no acude al corazón humano
con alguna razón egoísta. Viene a dar, no a recoger. Viene para que tengamos vida, y para que la
tengamos en abundancia. Recibimos vida en el momento en que lo recibimos como nuestro Señor y
Salvador. Pero después de ser salvos encontramos que hay varios grados de gozo en esta nueva vida.
Cuanto más nos entregamos al Espíritu Santo, tanto más disfrutamos de la vida que nos ha sido dada. No
sólo tenemos vida, sino que además la tenemos en abundancia.
El Buen Pastor
¿Cómo es posible que Jesús sea la Puerta y el Pastor al mismo tiempo?, pues bien; para poder
comprender debemos conocer el contexto histórico en que nuestro Señor dijo esto, en aquel entonces no
había puertas o portones como las que tenemos hoy, ni tenían candado para proteger el redil. El hombre
que lo cuidaba dormía atravesado en la entrada, de modo tal que él mismo era la puerta. Conociendo
esto, y por tanto entendiéndolo todos los oyentes, nuestro Señor se manifiesta no solamente como la
Puerta, sino que también les dice que Él es quien se queda allí mismo en la entrada. Él es la Puerta que
conduce a la vida eterna, y es quien que protege a los Suyos.
Jesús también es llamado el Cordero de Dios. Ahora, ¿Cómo puede ser el Cordero de Dios y al mismo
tiempo el Buen Pastor? Esto puede parecer una metáfora mixta, pero es una de las verdades más gloriosa
en las Escrituras. Jesús es “. . .el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo,” Juan 1:29. Bajó de la
gloria y se identificó con nosotros, los que somos las ovejas. El hecho de que llegó a ser un Cordero,
acentúa la humanidad de Jesucristo, al mismo tiempo, Él es el Buen Pastor, sólo Él es digno y poderoso
para salvarnos, y para poder hacer esto, no dejó de ser Dios. Esto pues, acentúa la deidad de Jesucristo.
Él es el Buen Pastor. Y como Buen Pastor, da Su vida por las ovejas, Él es el Gran Pastor descrito en el
Salmo 23. Como dice el escritor a los Hebreos en el capítulo 13 de su carta, versículos 20 y 21:
“El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús,
por la sangre del pacto eterno. Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por
medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los
siglos. Amén..” NVI
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 7
8. Su obra hoy, es vigilar o cuidar a Sus ovejas.
También, Él es el Príncipe de los pastores, descrito en el Salmo 24 y de quien el apóstol Pedro escribe en
su primera carta, capítulo 5, versículo 4, dice:
“Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”
Sí estimado lector, cuando venga el Príncipe de los pastores, nuestro Señor Jesús, usted recibirá una
corona de gloria.
El Pastor Asalariado.
El asalariado es quien sirve por dinero. Verbigracia, un pastor podría pagar a alguna otra persona para
que cuidase de sus ovejas, por supuesto este mensaje era dirigido a los fariseos, quienes eran asalariados,
su interés en las personas residía en el dinero que recibían a cambio.
Cuando venía algún peligro sobre las ovejas que cuidaba, el pastor asalariado huía y dejaba a las ovejas
en las garras del lobo. Hacemos lo que hacemos porque somos lo que somos. El asalariado sirve por
dinero. No le importan las ovejas. Está más interesado en su propio bienestar que en el bien de ellas. Los
fundadores de las otras religiones del mundo, hicieron muy poco por sus seguidores, y los líderes de
sectas religiosas contemporáneas, realmente se están enriqueciendo a costa de sus seguidores.
“.. Así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre.” Juan 10:15a ¡Qué verdad más arrebatadora! El
Señor compara Su relación con las ovejas con la relación que existe entre Él y el Padre. La misma unión,
comunión, intimidad y conocimiento que existen entre el Padre y el Hijo existen también entre el Pastor
y las ovejas.
El Señor se refiere a Sí mismo como el buen pastor. Buen (Gr., kalos) aquí significa «ideal, digno,
escogido, excelente», el demostró ser el buen Pastor dando Su vida por las ovejas: “...y pongo mi vida
por las ovejas.” Juan 10:15b
Bueno es que todos, pero en especial los pastores, lean lo que Dios dice de ellos por medio del mensaje
de Ezequiel en el capítulo 34 de su profecía.
Esta es la tercera vez que Jesús dice que Sus ovejas le conocen, y esta es una verdad maravillosa.
Estimado lector, lo importante, lo verdaderamente importante, es conocer a Jesucristo, todo lo demás es
secundario, permítame hacerle un par de preguntas: ¿Le conoce usted? ¿Conoce la voz del buen Pastor?
No hay ningún Pastor como éste, David arriesgó su vida para salvar a sus ovejas de un oso y de un león.
Pero el Hijo de David murió por Sus ovejas. Fue a la cruz por Sus ovejas, y ahora las lleva a la cruz
para que sean salvas.
El Buen Pastor por Jorge Romero Díaz página # 8