1. La tradición hedonista
La tradición hedonista se asienta sobre tres
puntos:
Todos los seres vivos buscan el placer y huyen
del dolor,es decir,tenemos el placer como meta
de la vida.
La felicidad consiste en organizar de tal modo
nuestra vida, que logremos el máximo placer y
el mínimo dolor.
La razón moral será una razón calculadora, es
decir, razonamos de qué manera obtendremos
más placer.
2. Hedonismo individual y
socialEl hedonismo epicúreo es individualista, ya que se trata de
lograr el mayor placer individual. En la Modernidad, el
hedonismo se convertirá en social y recibirá el nombre de
utilitarismo.
El utilitarismo considera que los seres humanos estamos dotados
de unos sentimientos sociales, cuya satisfacción es fuente de
placer. Está el de simpatía, que es la capacidad de ponerse en
lugar de cualquier otro, sufriendo con su dolor, disfrutando con
su alegría.
El principio de la moral es la “mayor felicidad para el mayor
número posible de seres vivos” y funciona como criterio para
tomar decisiones razonables. Produce una identificación entre
lo que se considera moralmente buena y la consecución que
tiene implicaciones políticas muy importantes
3. EpicuroEpicuro
●
Distinguen entre los
placeres estables,que
consisten en la armonía
producida por ausencia
de dolor en el cuerpo y
de turbación en el alma,
y los placeres positivos
como la alegría.
5. John Stuart Mill
●
Afirma que los placeres se
diferencian por cualidad, y no
por la suerte que hay en
placeres superiores y placeres
inferiores. El problema que se
presenta es el de determinar
quienes están autorizados y
capacitados para decidir que
placeres son superiores y
cuáles inferiores. Mill cree que
debe ser aquellas personas que
a lo largo de su vida han tenido
placeres intelectuales y
morales: los que nos hacen
más conscientes y cultos ;
desdeña como inferiores los
que nos asemejan a los
animales como la comida y la
6. John Stuart Mill
●
Afirma que los placeres se
diferencian por cualidad, y no
por la suerte que hay en
placeres superiores y placeres
inferiores. El problema que se
presenta es el de determinar
quienes están autorizados y
capacitados para decidir que
placeres son superiores y
cuáles inferiores. Mill cree que
debe ser aquellas personas que
a lo largo de su vida han tenido
placeres intelectuales y
morales: los que nos hacen
más conscientes y cultos ;
desdeña como inferiores los
que nos asemejan a los
animales como la comida y la