2. Analiza, piensa y reflexiona cual es la finalidad u
objetivo del escrito, es decir, para qué voy a escribir.
3.
Analizar las características y necesidades de las
personas a quien va dirigido el escrito, puesto que
este análisis nos ayudará a hacerlo más entendible
para ellos.
4.
Una vez que ya tienes el objetivo definido y el análisis del público a
quien será dirigido, es conveniente buscar un lugar agradable que
haga más satisfactorio el proceso de redacción, evitando así todo tipo
de interrupciones.
5.
Después de redactar el escrito, debes analizar si
cumple con el objetivo pretendido y si éste es acorde
a las características y necesidades del público a
quien será dirigido.
6.
Escribe un segundo escrito que mejore al primero
según el análisis previo, de forma que surjan nuevas
ideas que fortalezcan al mismo.
7.
Agrupa y organiza tus ideas sin perder coherencia y
el cometido, de manera que el nuevo texto sea
producto del análisis de dos escritos previos.
8.
Acude a tus amigos, maestros o papás según sea el
público a quien va dirigido tu texto, para poder
verificar si realmente será entendible para ellos. En
caso de lo contrario, aceptar las críticas y
retroalimentar el escrito.
9.
Retroalimenta algunos detalles de tu escrito con
ayuda de las críticas hechas por el público
auxiliador, de manera que éste sea aún más
completo, claro y eficaz.
10.
El leerlo varias veces te ayuda a familiarizarte con el
texto, ortografía, tono adecuado, etc. Es decir, te
asegurará una lectura más fluida y eficiente.
11.
Presenta tu escrito y siéntete orgulloso de
él, muestra la mejor actitud ante el público, ya que
ésta enriquece más tu escrito. Al final evalúa tu
trabajo realizado.