1. MARCO TEÓRICO
1. Espacio público
Puesto que la presente investigación tiene como objeto de estudio las estrategias de desarrollo de
formación ciudadana, y como unidad de análisis principal el conjunto de programas de formación
ciudadana de instituciones privadas, es necesario resaltar que el enfoque con el que se quiere
trabajar lo anteriormente mencionado se refiere al respeto y cuidado del espacio público y las
relaciones o interacciones generadas por las personas en el mismo. Es por lo tanto necesario
definir o concretar el significado que se le dará al espacio público en este trabajo.
En cuanto a esto último, existen muchas variantes referentes a conceptos, algunas muy ambiguas
o amplias en cuanto al enfoque y otras de carácter restrictivo, ligado a las corrientes del
urbanismo moderno.
Carrión (n.d. p. 2) sostiene que “En este sentido, el espacio público no se agota ni está asociado
únicamente a lo físico-espacial (plaza o parque), sea de una unidad (un parque) o de un sistema de
espacios. Es, más bien, un ámbito contenedor de la conflictividad social, que contiene distintas
significaciones dependiendo de la coyuntura y dela ciudad de que se trate.”
Asimismo, hace referencia de las concepciones dominantes que se le da hoy en día al espacio
público:
“Existe, en primer lugar, una concepción proveniente de las teorías del urbanismo operacional y
de la especulación inmobiliaria, que lo entienden como lo que queda, como lo residual, como lo
marginal después de construir vivienda, comercio o administración, cuando, por el contrario, se
puede afirmar que a partir del espacio público se organiza la ciudad. (…) Una segunda concepción,
predominantemente jurídica y bastante difundida, es aquella que proviene del concepto de
propiedad y apropiación del espacio. En ella se distingue entre espacio vacío y espacio construido,
espacio individual y espacio colectivo, lo que conduce a la formación del espacio privado en
oposición al espacio público. (…) Una tercera concepción, más filosófica, señala que los espacios
públicos son un conjunto de nodos – aislados o conexos – donde paulatinamente se desvanece la
individualidad y, por tanto, se coarta la libertad. En otras palabras, expresa el tránsito de lo
privado a lo público, camino donde el individuo pierde su libertad, porque construye una instancia
colectiva en la cual se niega y aliena. (Carrión n.d. p. 2).
Por otra parte, Borja (2000, p. 27) sostiene que “El espacio público también tiene una dimensión
sociocultural. Es un lugar de relación y de identificación, de contacto entre las personas, de
animación urbana, y a veces de expresión comunitaria”.
Menciona más adelante también que: El espacio público ha de cumplir una función integradora
compleja, combinando una función universalizadora con una función comunitaria o de grupo, por
lo tanto la socialización es un proceso dialéctico que requiere tanto las relaciones entre todos y en
2. todas direcciones como la integración en grupos de referencia de edad, de cultura, de clase.
(Borja, 2000, p. 66).
Con lo último descrito, se quiere llegar a un acercamiento de la concepción que queremos darle al
espacio público en relación a la formación ciudadana, y que se refiere al espacio en el que varios
conjuntos de personas conviven y comparten experiencias de socialización, creando a su vez un
proceso constante de interacción que permite la construcción de valores sociales, comunitarios y/
o cívicos, además de la “edificación” de la ciudad como lugar de vida y representación o espejo de
la calidad de vida actual, asimismo como una medida de la calidad de vida pasada y una
proyección del futuro cercano.
Al respecto, Borja (2000, p. 13) nos dice que “El espacio público define la calidad de la ciudad,
porque indica la calidad de vida de la gente y la calidad de la ciudadanía de sus habitantes”.
Es con este último argumento donde podemos advertir la importancia de las estrategias de
formación ciudadana enfocadas hacia el respeto y cuidado del espacio público, además que nos da
la oportunidad de darnos cuenta que el conjunto de interacción personales con carácter negativo
y realizadas en el espacio público como tal es la que construye o, en todo caso, destruye los
aspectos primordiales que sirven de cimiento para la cultura urbana y la construcción de sociedad
moderna, en relación con los problemas cotidianos que afectan las relaciones interpersonales y
acarrean consigo una serie de conflictos comunes o comunales, los cuales afectan de forma
directa la convivencia entre individuos y la creación de significados mutuos o colectivos.
2. Participación Ciudadana: Comunicación y Educación para el Desarrollo.
Ya que los proyectos de formación ciudadana implican – muchas veces considerado de forma
implícita – la consecución de un desarrollo o mejora sostenible (en el tiempo, espacio y
comportamiento de las personas: participación ciudadana), es necesario tomar en cuenta que la
base del éxito de dichos proyectos se encuentra en la Comunicación y Educación para el Desarrollo
Sostenible (CEDS); y es que no se trata simplemente de “transmitir” mensajes o, en todo caso,
lograr comunicación en relación a un problema determinado, sino cambiar actitudes,
comportamientos o hábitos e –incluso- la forma de aprendizaje, lo cual se logra a través de la
CEDS.
Para esto, la participación ciudadana es clave, como sostiene Borja (2000, p.72) argumentando
que “La gestión política local requiere hoy multiplicar la información, la comunicación, socializar
las potencialidades de las nuevas tecnologías, que permitirán la retroalimentación. (…) La
participación puede ser información, debate, negociación, también puede derivar en formulas 1 de
cooperación, de ejecución o gestión por medio de la sociedad civil (asociaciones o colectivos,
empresarios “ciudadanos”, organismos sindicales o profesionales, etc.).”
1
La composición “correcta” es fórmulas, pero en el trabajo consultado se encuentra de esta forma.
3. “Los espacios públicos requieren un debate público, la participación ciudadana, a lo largo del
proceso de concepción, producción y gestión.” (Borja, 2000, p. 40).
Entonces, repitiendo un poco lo mencionado en el primer párrafo, para que esta participación
ciudadana logre resultados exitosos, es necesaria la realización de una estrategia de gestión de
desarrollo, a lo cual Solano (n.d., p. 15) nos dice:
“En primer lugar, la gestión del desarrollo es considerada como el proceso gerencial cuyo objetivo
es la solución y prevención de problemas que afectan el desarrollo de los pueblos. Comprende la
planificación, organización, dirección y control del uso de los recursos (humanos, financieros,
logísticos, etc.) para dicho fin. Por lo difuso de su objeto de trabajo, la gestión del desarrollo tiene
un carácter eminentemente participativo. No hay evidencia empírica de un problema de
desarrollo que se haya resuelto en forma sostenible sin la participación de las personas y las
instituciones involucradas.”
Solano (n.d.) menciona también que la educación para el desarrollo es un proceso educativo
permanente que busca generar conciencia –que es: conocimiento, actitudes, valores y acción-
para el desarrollo sostenible, recalcando que uno no es consciente de algo hasta que actúa por
ello. Luego define la Comunicación para el desarrollo como “(…) el planeamiento y uso estratégico
de medios para soportar e inducir a los individuos para la toma de decisiones en temas de
desarrollo. Es el arte de “hablar sobre temas” y “lograr objetivos en la conciencia de los
individuos”.” (Solano, (n.d.), p. 16).
Más adelante cita de forma indirecta a otro autor diciendo que “Entonces, un proceso de cambio
social para el Desarrollo Sostenible (Kotler, 1992) es un proceso organizado donde un grupo
(agente de cambio) busca logar que otro grupo (grupo objetivo) adopte una determinada
conducta y/o práctica de desarrollo (Solano, (n.d.), p. 18).
2.1. Características y/o condiciones de una campaña de cambio social: formación
ciudadana.
A continuación se expondrá lo descrito en el texto de Solano (n.d.) Estrategias de Comunicación y
Educación para el Desarrollo Sostenible, en cuanto a puntos clave que se tomarán en cuenta al
momento de evaluar o analizar los documentos de proyectos de formación ciudadana elegidos
como unidades de estudio del presente trabajo.
En el primer punto a describir, Solano (n.d., p. 18, 19) cita a otro autor – Kotler - a partir del texto
Marketing Social de 1992, en el cual se expresa lo siguiente:
Una campaña de cambio social para el ambiente tendrá éxito si se cumplen las siguientes
condiciones (Kotler, 1992):
4. a) Tiene fuera, es decir su existencia responde al pedido de solución del grupo objetivo. Este
pedido de solución (interés previo) puede motivarse. Esto se llama “sensibilización”, que
es sólo el inicio de un proceso. Puede darse también el caso que el interés previo no
necesite crearse, pues responde a un problema que la comunidad identifica con facilidad.
b) Se conoce qué hacer para la solución del problema. Aquí debe existir la propuesta de
trabajo con meridiana claridad.
c) Se tiene claro el espacio donde se debe actuar.
d) El promotor de la acción brinda la información y ayuda en forma oportuna y eficiente. Esto
implica también que quien promueve el cambio debe estar preparado para soportar el
trabajo.
e) El público recibe mensajes coherentes de quienes se dirigen a ellos, con relación al
problema.
f) El costo-beneficio percibido es aceptable.
Solano (n.d.) considera los principios anteriores como la esencia de una estrategia y argumenta
que a partir de los mismos se puede identificar -al momento de evaluar proyectos- en qué fallaron
los mimos o en qué radicó su éxito. En seguida, enumera los elementos claves de todo proceso de
cambio y que – él considera- tanto el público objetivo como los agentes de cambio – incluyendo a
las cabezas de instituciones- deben conocer. Estos elementos son:
a) Objetivo de gestión y objetivos de comunicación-educación.
b) Agente de cambio claramente identificado.
c) Adoptantes objetivos segmentados.
d) Vías de comunicación en ambos sentidos identificadas y validadas.
e) Estrategia de cambio (propuesta de trabajo) para lograr la solución del problema
planteado.
2.1.1.Elementos a considerar en todo proceso de Comunicación y Educación para el
Desarrollo Sostenible – CEDS.
Siguiendo con el texto de Solano (n.d.), éste nos dice que es necesario tomar en cuanto dos
características básicas de los temas de desarrollo; uno, que éstos son difusos, inmersos en varios
aspectos de la vida cotidiana de las personas y, dos, que no es para nada recomendable asumir
que los individuos tienen interés previo por los mismos: en muchas ocasiones se debe crear este
interés.
De inmediato, Solano (n.d., p. 20) expresa: “Por ello, todo proceso de CEDS debe tener en cuenta
lo siguiente:
a) Mensajes adecuados al público objetivo. Esto incluye dos conceptos: segmentación del
público y conocimiento profundo del mismo, para brindarle mensajes coherentes a sus
necesidades, intereses y los objetivos que deseamos alcanzar.
5. b) Comunicar los beneficios para el público objetivo de una propuesta de desarrollo
adecuada, que ayude a percibir con claridad el beneficio-costo de las acciones propuestas.
c) Lanzar conceptos operativos, que encierren en sí mismos acción. Los procesos de CEDS
están llenos de conceptos complejos, quizá válidos en lo técnico, pero ineficaces para
logar que la gente comprenda cómo hacer para lograr objetivos de desarrollo. Esto no
debe significar sacrificar el concepto por la banalización, sino ponerlo en una forma
entendible y abordable con facilidad.
d) Contextualizar, debido a que la CEDS debe estar referida a un espacio y un problema
determinado. Nada tiene sentido práctico si no se circunscribe a un ámbito o una
circunstancia. Aunque este ámbito sea grande y la circunstancia muy general, esto debe
estar claro en el mensaje.
e) Integrar lo pedagógico y lo técnico, porque muchas veces se lanzan conceptos y discursos
sin la capacidad pedagógica mínima para llegar al público objetivo. Es por ello que todo
mensaje debe tener también una base pedagógica que nos permita emitirlo en la forma
adecuada, escogiendo al ejecutor y los medios adecuados para llegar al público objetivo.
f) Generar acciones que desarrollen conciencia, no únicamente conocimientos. Vimos que
son conceptos diferentes, aunque lo segundo es parte del proceso para lograr lo primero.
g) En el caso de instituciones educativas –de cualquier modalidad o nivel- debe considerar la
transversalidad institucional junto con la curricular.
h) Y, finalmente, hacerlo entretenido y accesible: ligar los mensajes con el medio en que se
vive y la circunstancia que se atraviesa. Esto implica escoger en forma adecuada las
estrategias metodológicas de llegada para que los mensajes lleguen e inspiren acción.
2.2. Proyectos: Formación Ciudadana
“La concepción de los proyectos urbanos no tendría que ser nunca funcionalista strictu sensu, ni
tendría que tener objetivos solamente a corto plazo. Los proyectos urbanos, sea cual sea su escala,
especialmente los considerados de grande o mediana escala, se han de plantear siempre como un
compromiso entre objetivos diversos: funcionamiento urbano, promoción económica,
redistribución social, mejora ambiental, integración cultural, etc. Siempre han de establecerse
previsiones sobre los impactos estimados y no queridos para reducirlos al mínimo. Es necesario no
olvidar que cada proyecto puede ser mucho más importante por lo que suscita que por lo que es
en primera instancia.” (Borja, 2000, p. 39, 40).
Como expuso Borja en el anterior punto, los proyectos de formación ciudadana son complejos, por
el mismo hecho de que las problemáticas sociales-urbanas jamás están aisladas unas de otras, es
decir, que un problema siempre está complementado por otro conflicto y las medidas a tomar no
deben estar separadas del contexto entero. Lo mismo pasa del otro lado: el cambio de actitudes y
comportamientos, la toma de conciencia, el aprendizaje en sí es complejo, razón por la cual la
formulación de una estrategia de gestión de desarrollo no puede evitar tomar en cuenta y aplicar
teorías o conceptos pedagógicos y comunicacionales.
6. Como se mencionó en un principio, no se trata sólo de “transmitir” o construir mensajes,
comunicar el problema, etc.; los temas a resolver deben estar estrechamente ligados a las
acciones o actividades cotidianas de las personas involucradas y se deben abordar, además, desde
un enfoque constructivista, es decir, que las soluciones planteadas sirvan para mejorar cada una
de las acciones – relacionadas al tema – de cada una de las personas pertenecientes al público
objetivo. Y existe un tercer punto: estos proyectos deben ser de carácter metacognitivos: las
personas deben ser capaces de desarrollar esas nuevas actitudes, habilidades y otras adquiridas
por el proyecto de formación para situaciones futuras distintas.
Al respecto de todo lo anterior, Solano (n.d., p. 26) expresa que “Para una adecuada toma de
conciencia, es necesario que los procesos de CEDS sean no sólo significativos, contextuados y
epistemológicamente adecuados (entendiendo el conocimiento y los hechos científicos, naturales
y sociales, tal como son y no como en teoría deberían ser) sino deben ser además por naturaleza
metacognitivos. Es en el entendido que las variables a las que se enfrenta una persona son
muchas, porque todos tomamos decisiones de desarrollo desde que nos levantamos de la cama
hasta que nos dormimos por la noche.”
“¿Y por qué deben ser metacognitivos? Porque los procesos de CEDS deben dejar en forma
explícita no sólo lo que se aprende, sino cómo mejorar ese aprendizaje. (…) Es decir, repetimos, no
sólo debe aprender sino aprender a aprender.” (Solano, (n.d.), p. 27).
Más tarde, se refiere a los aspectos técnicos u operativos en cuanto a la estructura que debe
seguir cualquier proyecto de formación ciudadana para el desarrollo sostenible, resumidos en 7
puntos, y que representan otra de las bases con las cuales nos guiaremos para la evaluación de los
documentos descritos con anterioridad. Solano, (n.d., p. 28) lo describe de la siguiente manera:
“(…) un proceso de CEDS que sea institucionalmente metacognitivo y, por tanto, significativo y
constructivista, debe tener los siguientes elementos”:
a) Diagnóstico de la realidad.
b) Definición clara del público objetivo.
c) Conocimiento de ese público objetivo.
d) Definición de la estrategia de CEDS (objetivos, énfasis, medios y mensajes).
e) Definición de la estrategia de ejecución.
f) Criterios de sostenibilidad.
g) Definición de la metodología.
2.2.1.En cuanto a los medios de comunicación a utilizar:
7. En seguida, se transcribirá lo expresado por Solano acerca de los medios de comunicación a utilizar
en un proyecto de gestión desarrollo. (Solano, (n.d.), p. 58):
Los medios pueden dividirse en tres tipos:
• Masivos: aquellos que pueden llegar con el mismo mensaje a muchas personas, con una
sola inversión. En este grupo está no sólo la radio y TV, sino los diarios, los panfletos e
inclusive Internet.
• Semimasivos: aquellos que a pesar de ser una sola inversión no pueden llegar a muchas
personas, sino a un público determinado en número y características. Aquí contamos los
talleres, los cursos, seminarios, las reuniones comunales,, entre otros, que permiten una
mayor reflexión intelectual y discusión de conceptos.
• Personales: donde existe interacción personal, y permite la resolución de dudas y
respuestas en el mismo momento; la discusión de las prácticas y la adaptación a las
prácticas anteriores.
Según el objetivo a lograr, podemos decir que los medios más eficientes son los siguientes:
Objetivos de conocimiento: medios masivos; Objetivos de actitud: medios semimasivos; Objetivos
de práctica: medios personales.
3. Últimas consideraciones
“Los proyectos y la gestión de los espacios públicos y equipamientos colectivos son a la vez una
oportunidad de producir ciudadanía y una prueba del desarrollo de la misma.” (Borja, 2000, p. 73).
Esta frase nos demuestra la importancia de la realización de proyectos de formación ciudadana en
pro de la misma ciudadanía, ya que la participación en este tipo de acciones promueve la unidad
social y puede generar una cadena de “operaciones” similares que traigan consigo el desarrollo
urbano; y esto último nos da a entender también lo necesario que es la correcta realización de una
estrategia de Comunicación y Educación para el Desarrollo Sostenible, ya que sin la misma, los
proyectos terminan siendo una simple de transcripción y difusión de información o conceptos
relacionados con una problemática actual, sin una verdadera vinculación con las actividades,
actitudes, comportamientos etc.., cotidianos de las personas involucradas en el mismos.
Al momento de iniciar y evaluar proyectos de formación ciudadana, un equilibrio entre teoría y
práctica – o la falta de éste – nos permitirá conocer sus oportunidades de éxito.
Bibliografía
Borja, J. (2000) – El espacio público, ciudad y ciudadanía. Obtenido el 20 de noviembre de 2011, de
http://bit.ly/txNNia NATALIA, UN PROGRAMA DE DESCARGAS QUE TENGO NO ME DEJA VER EL
PDF ONLINE, POR LO TANTO NO PUEDO VER EL LINK COMPLETO….Y ACORTÉ ESTE DE DE GOOGLE
DOCS – PUEDES VER ESO POR FA? LO MISMO CON EL SIGUIENTE POR FA.
8. Carrión M. (n.d.) – Espacio público: punto de partida para la alteridad. Obtenido el 21 de
noviembre de 2011, de http://bit.ly/txfWbr
Solano D. (n.d.) – Estrategias de Comunicación y Educación para el Desarrollo Sostenible. Obtenido
el 2 de diciembre de 2011, de