2. Los estilos educativos Una de las cosas que más nos ayudarían como padres, sería tener la posibilidad de mirarnos desde fuera durante un tiempo. Como si rodasen la película de nuestra vida familiar. De esa manera nos sería muy fácil descubrir qué comportamientos, qué hábitos, qué gestos son los que más repetimos. Cuáles son los más ausentes. Y en cuáles nos complementamos con nuestra pareja. El mensaje más potente que enviamos a nuestros hijos está en nuestros actos.
3. Detectar cuál es nuestro estilo educativo es una de las mejores herramientas para conocer cómo educamos realmente. En qué aspectos funcionamos y en cuáles necesitamos mejorar de acuerdo con nuestros objetivos y con las necesidades de nuestro hijo. Podemos ordenar los estilos educativos atendiendo a dos ejes: exigencia-permisividad; frialdad-calidez. Los cuatro tipos resultantes son:
11. Los padres autoritarios Los padres autoritarios fomentan relaciones de sumisión que pueden ser aparentemente eficaces, porque producen obediencia, pero que no preparan bien al niño o al adolescente para una vida posterior plena.
21. Los padres negligentes La educación negligente no proporciona al niño los recursos básicos para dirigir y organizar su vida. Todo queda en manos de la casualidad.
30. Los padres permisivos En los últimos años, se ha extendido la educación permisiva, que, en teoría estaba absolutamente preocupada por la felicidad de los hijos, pero que en la práctica los ha hecho extraordinariamente vulnerables, por ejemplo, al haber aumentado la intolerancia a la frustración, elemento necesario en el proceso educativo
40. Los padres responsables Llamamos “padres responsables” a aquellos que saben armonizar la calidez, el cariño, la ternura, con la exigencia, y las grandes expectativas. Como señala el gráfico, suelen fomentar en los hijos recursos muy convenientes para su vida futura.
51. Es evidente que es este tipo de EDUCACIÓN PARENTAL es la que nos parece adecuada y, por ello, al hablar de BUENAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS vamos a hablar de la mejor manera de coordinar los grandes recursos educativos que tienen los padres: la ternura y la exigencia. Para usarlos eficazmente necesitamos apoyarnos en otro recurso aún más básico la COMUNICACIÓN. No lo olviden: COMUNICACIÓN, TERNURA Y EXIGENCIA son sus tres grandes poderes educativos. ¿Y TU AMIGO(A) EN QUE CUADRANTE TE UBICAS?