2. "Las mujeres están más
propensas de morir dentro
de su casa que en la calle"
3. «Estoy en desacuerdo con lo
que dices, pero defenderé
hasta la muerte tu derecho a
decirlo»
Evelyn Beatrice Hall,
4. Diana E. H. Russell introdujo el
término femicidio, durante una
exposición de la extrema violencia que
son sometidas las mujeres en el Primer
Tribunal Internacional de Crímenes
Contra Mujeres, realizado en 1976
(Albarrán, 2015, pág. 76).
5. El 18 de septiembre de 1979, la
Asamblea General de la Naciones
Unidas, aprueba la Convención sobre
eliminación de discriminación en
contra de la mujer
6. Diana Russell junto con Jane Caputi
“El asesinato misógino de mujeres
cometido por hombres” (Albarrán,
2014, pág. 76).
7. En Latinoamérica, la antropóloga
Marcela Lagarde, utiliza el término
feminicidio; y, denota que este nuevo
término, no solo es la violencia
contra las mujeres, sino que también
se vienen dando en otros aspectos:
en lo laboral, económico, psicológico,
institucional, educativo (Corn,2014,
pág. 104)
8. En el Ecuador para el año 2014, el
artículo 141 del Código Orgánico
Integral Penal (COIP), define al
femicidio por primea vez como:
“…persona que, como resultado
de relaciones de poder
manifestadas en cualquier tipo
de violencia, dé muerte a una
mujer por el hecho de serlo o por
su condición de género…”
9. En el año 2014, Patsili Toledo realiza una
investigación titulada
“FEMICIDIO/FEMINICIDIO”, el autor en su
obra determina que la violencia contra
las mujeres mantiene un estándar de
estructura social como es el patriarcal y por lo
tanto opresiva, de tal modo que la violencia
esta sostenida en la organización de la
sociedad, pues así la violencia física y
sexual es la forma en que los hombres
mantienen la dominación y el control sobre
las mujeres.
10. Russell, «el feminicidio representa el
extremo de un continuum de terror
antifemenino que incluye una amplia
variedad de abusos verbales como
físicos, tales como violación, tortura,
esclavitud sexual (particularmente por
prostitución), abuso sexual infantil
incestuoso o extrafamiliar, golpizas
físicas y emocionales»
11.
12. Género.
Las diferencias sociales y culturalmente
asociadas a las diferentes maneras de
aceptar e interpretar la masculinidad y
feminidad de los sujetos, es decir las
diferentes identidades de género que
existen, que no son únicas ni monolíticas si
no múltiples y diversas.
13. Violencia de Género.
si bien se utiliza la palabra género, lo que se
está haciendo es referirse exclusivamente a la
violencia contra las mujeres, por lo que sería mejor
hablar de violencia en contra de las mujeres y no
utilizar la frase violencia de género, claro que
teóricamente el término género tiene una
conceptualización más amplia en la cual se
incluyen a otros sujetos, por ejemplo, personas
que a pesar de ser hombre o mujer se conciben
de otra manera o diferentes a lo que la norma
y la sociedad establecen, más específicamente se
podría hablar de los, transexuales y lesbianas.
14. La misoginia es un concepto que sirve para
referirse al odio, más o menos disimulado,
hacia las mujeres y las niñas.
15. Tipo penal de femicidio.
El artículo 141 Código Orgánico Integral Penal
establece el tipo penal de femicidio al catálogo de
delitos y dice “La persona que, como resultado de
relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de
violencia, dé muerte a una mujer por el hecho de serlo o
por…” (Publicaciones C. d., 2016).
En este tipo penal se establece lo que se conoce en doctrina
como femicidio íntimo porque en su configuración
establece que el sujeto activo es propio conocido de la
víctima, de esta norma penal se realizara el siguiente juicio
de tipicidad, enfocando desde el pensamiento penal de la
escuela finalista.
16. Un femicidio cada tres días se registra en Ecuador
desde el 2014. Las cifras de estos asesinatos de mujeres
son de espanto. Así, desde el 1 de enero de ese año
hasta el 31 de diciembre del 2018, se han dado 600
asesinatos de mujeres en su mayor parte por quienes
juraron amarlas para toda la vida.
Esas cifras han sido recopiladas de instituciones
públicas y medios de comunicación y sistematizadas
por la Fundación Aldea, en alianza con la Red
Nacional de Casas de Acogida, la Comisión Ecuménica
de Derechos Humanos (Cedhu) y Taller Comunicación
Mujer, con corte a enero del 2019.
17. Solo en el 2018 se registró el asesinato de 88
mujeres. Pero esas cifras son superiores a las
que registra la Policía. Esta entidad, según el
reporte de la Unidad de Muertes Violentas
(Dinased), en el 2018 existieron 59 casos de
femicidio. La diferencia es grande, pues la
Policía solo registra el 67% de casos.
18. De la cifra de las organizaciones (88),
sobre las edades de las víctimas: el 58%
de las mujeres tenía entre 14 y 34 años,
el 7% de las víctimas fueron niñas de 0
a 5 años y el 9% de los femicidios
fueron contra niñas y adolescentes
menores de 18 años (dos de ellas
fueron asesinadas junto a sus madres).
19. En su mayoría, el 66%, los femicidas fueron
parejas, exparejas, esposos o novios, pero el
7% fueron los padres o padrastros. El 16%
de los femicidas se suicidó luego de asesinar
a sus víctimas
20. Entre las cifras, las organizaciones de
Derechos Humanos que realizaron el
estudio resaltan que el 18% de los femicidios
registrados en el 2018 ya tenían
antecedentes de violencia que estaban en
conocimiento de instituciones públicas.
21. Para Mayra Tirira, del Colectivo “Vivas Nos
Queremos”, que organizó la multitudinaria
marcha en Quito en contra de la violencia de
género y la impunidad judicial, los casos de
“Martha” (violada en grupo en Quito) y
Diana Ramírez (asesinada en público frente
a policías en Ibarra) no son aislados ni
esporádicos y responden a la violencia
estructural, patriarcal y machista.
22. Las organizaciones hicieron el estudio desde el
2014 por ser el año en que se puso en vigencia el
femicidio como delito y aunque durante la
aprobación del nuevo Código Orgánico Integral
Penal (COIP) estas organizaciones presionaron
para que se tipifique el “feminicidio”, que incluye
la responsabilidad del Estado en estas muertes
violentas de mujeres por causas de género, al final,
la mayoría de asambleístas de la época solo
dejaron el femicidio.
23. Beatriz Bordes, presidenta de la fundación
María Guare, aseguró que año a año se
represarían en la Fiscalía unas 35.000
denuncias por violencia psicológica y que
por la falta de funcionarios no son atendidas
de forma oportuna.
24. Bordes señaló que 6 de cada 10
mujeres son violentadas y que al
haber unos 7 millones de mujeres, el
Estado necesita estar listo para
atender este problema. Ella dijo
que se ha concluido que los
hombres necesitan ir a terapias. (I)
26. El del Aprendizaje social: que indica que la
conducta violenta es aprendida en el hogar y en
la comunidad, está sustentada en normas sociales
y en un sistema de justicia que no sanciona
adecuadamente los delitos de este tipo (Hyde y
DeLamater, 2006; Valor y col., 2008; CEPLAES, 2010)
27. El Modelo psicopatológico: destaca los trastornos
mentales que sufre el agresor; para esta visión el
femicida es un enfermo que amerita tratamiento
(Elbogen y Johnson, 2009; Eisenberg, 2005;
Huguelet y Perroud, 2010; Hyde y DeLamater, 2006)
28. El Modelo de la agresividad, que extrapola
investigaciones etológicas desarrolladas por Lorenz,
establece que las conductas se producen ante una
variedad de estímulos que provocan frustración al
agresor y desencadenan una tendencia personal a la
violencia; y
29. El Modelo sistémico explica la violencia en base
de una interacción negativa entre una persona
predispuesta a la agresión y otra que es agredida,
que a menudo han sufrido violencia en su familia
de origen y que observan modelos de estas
conductas en su entorno sociocultural (Sauceda y
Maldonado, 2003; Freeman, 1984; Jiménez, 2006).
31. Se plantea una declaratoria de Emergencia frente al
femicidio, cuyas cifras parecen aumentar año tras
año en el Ecuador, otorgándonos un triste sitio en las
estadísticas de la violencia contra las mujeres.
32. La justicia de otra parte es acusada
también de pasividad frente a estos
casos que se han multiplicado, ya que,
ciertamente no bastan las boletas de
auxilio que se giran presuntamente con
el objeto de alejar a los agresores del
entorno familiar de las víctimas.
33. Esta medida preventiva, ha demostrado ser del todo
inútil, ya que los agresores suelen hacer caso omiso
de estas disposiciones, quizá porque no se adoptan
otras medidas más coercitivas, que evitarían que
estos potenciales asesinos acaben con la vida de sus
víctimas.
34. En todo caso hay mucho que hacer en torno a la
prevención del femicidio y en general de la violencia
contra la mujer, cometidas generalmente con
cónyuges, convivientes o personas íntimas al entorno
familiar de la víctima.