La corriente galvánica es una corriente continua e ininterrumpida de baja tensión (60-80 V) y baja intensidad (máximo 200 mA) que se aplica con fines terapéuticos. Produce efectos electrotérmicos, electroquímicos y electrofísicos en los tejidos, mejorando la nutrición y circulación. Se usa para estimular la cicatrización, reducir inflamaciones y aliviar dolores, aunque requiere un manejo cuidadoso para evitar quemaduras.
1. CORRIENTE GALVANICA
Es un tipo de corriente que, además de continua, es
ininterrumpida y de intensidad constante. En cuanto a
sus características físicas, la corriente galvánica es de
baja tensión (60-80 V) y baja intensidad, como máximo
200 mA. Se le denomina también constante, porque
mantiene su intensidad fija durante el tiempo de
aplicación.
2. • Corriente continua o galvánica es aquella cuya
dirección es constante y su frecuencia es de
valor cero. Es de tipo polar, con polos muy
bien definidos, y además monofásica, es decir,
la onda posee una sola fase
• Se denomina galvanización al proceso de
aplicación de la corriente galvánica con fines
terapéuticos.
3. • En la aplicación de la corriente galvánica se
distinguen: la fase de apertura del circuito, en que
la corriente aumenta su intensidad de modo más o
menos brusco, hasta alcanzar la intensidad
previamente establecida; la fase o estado
estacionaria, de intensidad constante, y luego la
fase de cierre del circuito, al final de la aplicación,
en la que la intensidad de la corriente desciende a
cero
4. • En la corriente galvánica, se establece el flujo
de cargas negativas (electrones) desde el
electrodo negativo hacia el positivo. A su vez,
debajo de cada electrodo, se produce el efecto
fisicoquímico de atracción y repulsión de
cargas
5. • Esquema de la corriente galvánica.
a) Fase de apertura del circuito, donde la intensidad (I) sube progresivamente.
b) Fase de estado (meseta) donde la corriente
permanece constante en el tiempo (t).
c) Fase de cierre del circuito, donde la corriente desciende progresivamente
hasta el valor cero.
6. Fundamentos biofísicos
de la galvanización
• 1. Efectos electrotérmicos.
• El movimiento de partículas cargadas en un
medio conductor que opone resistencia al paso
de la corriente, produce microvibración y fuerzas
de fricción que generan calor. Es el tipo de
corriente a la que más resistencia se le ofrece por
parte de la piel, esta llega a producir quemaduras
debajo del electrodo, si no se maneja
adecuadamente la intensidad de la aplicación
7. 2. Efectos electroquímicos.
Está dado por la disociación electrolítica y la
acumulación de iones, bajo cada electrodo .
Presenta en su aplicación terapéutica, dos
efectos característicos, denominados polares
(los que se producen debajo de los electrodos)
e interpolares (los que se producen
en el interior del organismo, en el segmento
orgánico situado entre los dos polos).
8. Las respuestas fisiológicas directas principales,
derivadas de la estimulación
galvánica, son los cambios electroquímicos,
que tienen lugar en las células y en los tejidos.
Debido al flujo prolongado de la
corriente galvánica, la amplitud de corriente
debe ser extremadamente baja y, por
consiguiente, el efecto directo se limita
a los tejidos superficiales (piel, fundamentalmente)
9. 3. Efectos electrofísicos.
En el organismo existen moléculas cargadas eléctricamente (proteínas
y lipoproteínas, entre otros) que, con el paso de la corriente galvánica,
pueden migrar hacia uno de los polos, sin que la corriente produzca
cambios en la configuración molecular.
La principal consecuencia de este movimiento iónico es la excitación
de nervios periféricos, donde, en presencia de una carga
adecuada, el sodio y el potasio se mueven a través de la membrana
celular. Estos efectos celulares directos pueden originar muchas
respuestas indirectas distintas, como contracciones de la musculatura
lisa o esquelética, activación de mecanismos analgésicos endógenos y
respuestas.
10. Cuando las reacciones químicas inducidas por la
corriente galvánica no son excesivas ni lesivas, la
respuesta normal del organismo es aumentar el flujo
sanguíneo local para restaurar el pH hístico normal.
Los cambios químicos que sobrepasan la capacidad
del organismo para contrarrestarlos y
restablecer el estado de equilibrio, originarán ampollas
o incluso quemaduras químicas del tejido
estimulado.
Estos riesgos se minimizan al disminuir
la amplitud de la corriente que acorta el tiempo
de tratamiento o revierte la polaridad cada
pocos segundos o minutos.
11. Los efectos más significativos de la galvanización
ocurren específicamente debajo de los
electrodos.
A estos se les denomina efectos polares y tienen
sus características propias que se deben precisar
para un mejor aprovechamiento de este tipo de
terapia
12. Efectos interpolares
Efecto vasomotortrófico.
Durante la aplicación de la corriente galvánica sobre una región del cuerpo,
al cabo de 20 min con una intensidad adecuada –calculada en función de la
superficie de los electrodos (en condiciones normales, se soporta
sin molestias de 6 a 9 mA)–, el paciente sentirá, en primer lugar, una
sensación de pinchazos y picores en la zona de los electrodos. Poco a
poco, la resistencia de la piel al paso de la corriente disminuye y el paciente,
también de una manera gradual, tolera una mayor cantidad de electricidad.
Si en un inicio se siente una sensación de pinchazos, después habrá una
sensación de agradable calor.
13. Al finalizar el tratamiento se aprecia un enrojecimiento
marcado de la piel, localizado en la superficie recubierta
por los electrodos, normalmente
esta coloración puede persistir de 10 min a media
hora. Este cambio de coloración obedece a la respuesta
de la piel al cambio del pH bajo los electrodos,
se trata de una vasodilatación refleja y un
aumento indirecto del flujo sanguíneo arterial a la
piel. La hiperemia o eritema que se produce bajo el
cátodo, por lo general, es más pronunciada y duradera
que la que se produce bajo el ánodo.
14. La acción vasomotora que tiene lugar en la zona
interpolar condiciona un efecto trófico, al
mejorar la nutrición hística, y un efecto
analgésico y antiinflamatorio, al aumentar la
reabsorción de metabolitos y disminuir el
edema.
15. Acción sobre el sistema nervioso.
El polo negativo
tiene un definido efecto neuroestimulante, sin
embargo no es fácil que se produzcan respuestas
excitadoras sobre el sistema neuromuscular, con
esta corriente.
La excitación nerviosa es difícil de obtener, al igual
que la discriminación entre fibras sensitivas grandes,
fibras motoras y fibras que conducen el dolor.
En la práctica, es muy útil la corriente galvánica,
debido a su capacidad para rebajar el umbral de
excitación del sistema neuromuscular; entonces, se
emplea como terapia previa a los tratamientos con
corrientes variables, como por ejemplo, en los casos
de parálisis periféricas. Con menor frecuencia
se emplea para estimular músculos denervados.
16. Por su parte, bajo el polo positivo, se obtiene un
efecto hipoestésico, sedante y analgésico, que se
utilizará terapéuticamente.
Las corrientes pulsadas
son más efectivas y más confortables para el
paciente. No obstante, debe considerarse su utilización
de primera elección, en los casos en que el
dolor está provocado por estructuras muy superficiales,
o en el caso de dolor de causa química.
17. Efecto térmico.
Depende de la dosificación, y esta,
a su vez, está condicionada por el tamaño de los electrodos, la
intensidad de la corriente, el tiempo
de aplicación y la tolerancia individual del paciente.
Es importante reconocer que para la corriente
galvánica, los rangos de seguridad terapéutica son
muy estrechos; o sea, que los parámetros utilizados
para lograr un efecto terapéutico, son cercanos
a los parámetros necesarios para provocar una
sobredosificación, reacciones adversas, que llegan
con relativa facilidad a provocar una quemadura
considerable debajo de cualquiera de los
electrodos. En la práctica clínica, se ha podido tratar
alguna de estas lesiones, y aunque son
infrecuentes, pueden ser graves y de difícil cicatrización
18. Indicaciones
- Posibilidad de ser una terapia previa a otras
técnicas de electroterapia, por su capacidad
de elevar la excitabilidad neuromuscular.
De esta manera se necesitará menor intensidad
en las otras corrientes para lograr los
objetivos propuestos.
– Puede ofrecer un efecto sedante general a
través de la galvanización descendente y el
baño galvánico.
19. – Es útil en la activación de la cicatrización de
úlceras poco irrigadas. En este sentido, es
superada por otros tipos de medios físicos,
incluso por otras técnicas de electroterapia,
como la microcorriente, que tiene menos
efectos adversos que la galvánica.
20. - Ofrece un efecto analgésico fundamentalmente
limitado al dolor de tipo bioquímico
y localizado. Además, puede tener un efecto
antiinflamatorio también limitado a procesos
localizados. Se debe tener en cuenta
que en ambos casos, su eficacia puede ser
igualada o superada por otros medios
fisioterapéuticos, con menores riesgos de
efectos adversos.
21. Los diferentes estudios realizados han demostrado
que la corriente eléctrica directa de baja intensidad
puede ser utilizada satisfactoriamente, en el
tratamiento local de tumores sólidos malignos y
benignos, ya que induce una significativa regresión.
Esto se corrobora por la disminución del volumen
tumoral, la aparición de necrosis tumoral (mayor
que el 70 %), o el retardo del crecimiento tumoral.
Se ha planteado incluso, que la corriente directa induce la
aparición de productos tóxicos en el tumor, como
producto de las reacciones electroquímicas.
22. Contraindicaciones
- La presencia de implantes metálicos en el
área de tratamiento o el área que está expuesta
al contacto directo con los electrodos.
– Pacientes en estado de embarazo.
– Lesiones cutáneas que debilitan, alteran la
sensibilidad y la circulación de la piel, por
lo que esta queda desprovista de los mecanismos
de defensa naturales para el paso
de la corriente eléctrica, y la predispone a
posibles quemaduras.
23. – No se deben hacer aplicaciones de corriente
directa en el tren superior o el tórax, en
pacientes con marcapasos.
– Pacientes cuyo estado mental no les permite
cooperar con la metodología del tratamiento.
24. Metodología de tratamiento y técnica
de aplicación de galvanización
Los efectos preferiblemente buscados con la
aplicación de la corriente galvánica, son los cambios
bioquímicos que se producen bajo los electrodos.
Estos cambios actúan sobre las disoluciones
orgánicas e influyen en el metabolismo hístico. De
manera que a la hora de realizar la aplicación, el
área objeto de tratamiento debe estar en contacto
directo con, al menos, uno de los electrodos.
25. Un efecto derivado de la afirmación anterior, es su
capacidad para producir iontoforesis, o sea descomponer
sustancias que genera un flujo o movimiento
de iones, desde la sustancia en cuestión,
que al interactuar con el tejido biológico desencadenan
determinados efectos.
Además de este otro efecto directo, la corriente
galvánica puede ser una gran aliada cuando “prepara”
la piel para otras aplicaciones electroterapéuticas.
26. De esta manera, se puede decir que la
corriente galvánica ejerce una influencia
sensitiva, que se aprovecha cuando la
colocación de los electrodos corresponde con el
área que se quiere trabajar, posteriormente, con
otro tipo de corriente y para la cual se necesita
disminuir la resistencia de la piel.
27. La corriente galvánica puede influir en la regeneración
de úlceras, ya que produce un estímulo del
metabolismo local. Para esto, la ubicación de electrodos
debe ser perilesional, o sea alrededor de la
lesión, pero siempre con el cuidado de colocarlos
en áreas donde la piel esté libre de cualquier
lesión.
Es muy importante, explicar exhaustivamente, el
tratamiento al paciente, transmitir confianza y aplicarlo
de manera paulatina.
28. Durante la aplicación de los electrodos, se debe
procurar que estén suficientemente humedecidos,
luego de estar fijos, para mejorar la conductividad
de la corriente y evitar sensaciones desagradables.
Según la técnica electródica, para la corriente
galvánica se pueden colocar los electrodos de
manera coplanar, y también pueden ser ubicados
de manera transregion
29. Dosimetría y galvanización
Cuando se aplica corriente galvánica, es muy
importante tener en cuenta la dosis aplicada
para evitar la concentración de corriente debajo
del electrodo, con el consiguiente daño al tejido,
que puede llegar a la quemadura.
30. El cálculo se realiza siempre, teniendo en cuenta
el electrodo más pequeño (en caso de que
tuvieran tamaños diferentes). Donde el
electrodo es más grande, la intensidad de la
corriente será menor, por estar distribuida en
una mayor área.
De manera general, nunca se sobrepasa el límite
de 12 mA de intensidad para corriente galvánica.
31. Lo correcto para este tipo de intervenciones, es
subir lentamente la intensidad o potencia hasta obtener
la sensación del paso de la corriente por parte
del paciente, y de inmediato disminuir la intensidad
al valor calculado con anterioridad. Esto es
importante, porque si no se comprueba el paso de
corriente, pudiera existir un desperfecto del equipo
o de la técnica y no se está en realidad, aplicando
el tratamiento indicado. Independientemente
de que se hagan los cálculos y se tomen las precauciones,
en última instancia se debe tener en
cuenta la sensibilidad individual del paciente, que
puede alertar de un aumento de la temperatura o
de una sensación de ardor, quemazón o dolor.
32. En la práctica clínica, la dosimetría está estrechamente
vinculada con denominado “componente
galvánico de la corriente”. Esto es muy importante,
ya que no es la corriente galvánica la que con
más frecuencia se emplea, sino que existen diferentes
tipos de corrientes terapéuticas. En estas
corrientes, el conocimiento de su componente galvánico
permitirá determinar un nivel de intensidad,
con un margen de seguridad y un menor riesgo de
quemadura para el paciente.
33. Componente galvánico de la corriente
El componente galvánico de la corriente es el
porcentaje de galvanismo que posee una corriente,
comparado con una galvánica pura. Este dato es
importante, porque el componente galvánico es el
que puede indicar la posibilidad real de quemar al
paciente.
34. Precauciones y efectos adversos
de la galvanización
– Prever las probables derivaciones eléctricas
paciente-tierra o a otros equipos
eléctricos próximos.
– Tener en cuenta la presencia de trastornos
sensitivos y circulatorios.
– Nunca aplicar electrodos en áreas donde
existan cicatrices importantes.
– Aumentar la intensidad y disminuirla muy
lentamente.
35. – Nunca retirar los electrodos sin apagar el
equipo o confirmar que ya no pasa corriente.
– No utilizar electrodos metálicos.
– Es importante lavar muy bien los electrodos
y las coberturas de estos luego de cada aplicación,
para eliminar todos los residuos o
desechos que puedan quedar como consecuencia
de la electrolisis. Estos desechos
pueden constituir un problema no calculado
en próximas aplicaciones.
36. – Para evitar el riesgo de quemaduras con la
corriente galvánica, se debe tener en cuenta
los siguientes elementos:
• El tipo de corriente y su componente
galvánico debe ser bien calculado.
• Evaluar bien el estado de la piel.
• Utilizar electrodos en buen estado y no
unos deteriorados.
• Debe existir una correcta fijación de
electrodos, y luego de fijos una rehidratación
de estos para mejorar la conductividad.
• Medir siempre la superficie tratada bajo
el electrodo más pequeño.
• Calcular y definir el máximo de intensidad
posible.