Avicena fue un filósofo islámico influyente que estudió las obras de Aristóteles y desarrolló una metafísica compleja de la realidad. Consideraba que existen distintos niveles ontológicos de realidad procedentes de Dios, y que el objeto de la metafísica es el estudio del ser y de lo que tiene una esencia real. También creía que la búsqueda de la verdad es el principal propósito humano y que la razón debe ser independiente de la teología.
1. AVICENA Y LA METAFÍSICA DE LA REALIDAD
Evidentemente, Avicena es uno de los grandes filósofos islámicos, y ha
influido en el desarrollo del pensamiento de otros grandes pensadores
y teólogos. Su lectura y estudio de las obras de Aristóteles le insertan
en una tradición que insiste en la significación de la causalidad
eficiente. Si bien como su pensamiento es diverso también se expresa a
través de tratados místicos que siguen una línea intelectualista
neoplatónica. En su escrito Sobre la división de las ciencias
intelectuales se ocupa de buscar un principio racional que sirva de
nexo de unión entre las distintas ciencias de su época. En este sentido la
lógica es una ciencia instrumental fundamental porque es la que trata
de los tipos de argumentación y de los razonamientos.
Además la labor intelectual de Avicena que se interesó por la totalidad
de los conocimientos accesibles en su tiempo, también se plasmó en
análisis críticos de ciertas cuestiones doctrinales de los teólogos
musulmanes. Para este pensador existen distintos niveles ontológicos
de realidad que proceden en última instancia de Dios. Si bien la
supuesta racionalidad de la realidad, desde un punto de vista teórico o
especulativo, es otorgada por la divinidad al mundo real según este
sabio musulmán. Desde la perspectiva aviceniana el objeto de la
metafísica sería lo relativo al ser, que comprende a todo lo que tenga
una esencia real existente. Por tanto, ya que los seres son realidad
efectiva, se puede afirmar que la ontología como ciencia o estudio de la
realidad es el auténtico objeto de la metafísica de Avicena.
Considera de un modo muy original, a mi juicio, que el ser es el
concepto más general de la metafísica y de la ontología. Aunque
también es cierto que la ocasión para captar en toda su magnitud el ser
es o se produce a través de la impresión, lo que da un carácter
empírico a la constatación de la existencia real de lo que es en el alma.
Es una forma de realismo matizado por su idealismo concipiente.
Porque afirma que se trata del ser en abstracto, no de un ser particular
y concreto. De todos modos, es necesario pensar que Avicena
consideraba que existen tres niveles del ser: el propio de las cosas
reales, el del pensamiento o representación abstracta de las cosas de la
realidad, y el del aspecto intencional del aspecto real de las cosas.
Para Avicena la búsqueda de la verdad es uno de los principales
propósitos del ser humano. Lo que presupone el intento de alcanzar un
conocimiento adecuado de la verdadera realidad. Además este gran
pensador fue consciente de la necesidad de separar los campos de la fe
y la razón. Ya que insiste en sus obras en la completa independencia y
autonomía de la razón respecto a la teología. Lo que posee
consecuencias positivas, porque posibilita el desarrollo de discursos
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2. racionales acerca de la realidad desvinculados de justificaciones
religiosas específicas. El campo temático y doctrinal de la religión está
abierto también a la interpretación especulativa, pero desde una
perspectiva diferente.
En lo relacionado con la filosofía práctica Avicena se muestra
esperanzado en el logro de una sociedad perfecta a través de la
filosofía. Porque el fin principal del ser humano es la consecución de la
verdadera felicidad. Y el modo de conseguirlo es según su criterio es
estructurar la sociedad, según normas o leyes que aseguren realmente
una racionalidad semejante a la que ya existe en el orden armonioso y
matemático del universo. Indudablemente, en lo relativo a la ética,
este filósofo considera que la facultad racional humana es la que debe
regir los actos humanos para de esta forma evitar el mal. El problema
ético consiste para Avicena en delimitar los límites de la libertad para
que no impidan el bien individual y social. Además insiste en la
necesidad de que los gobernantes tienen que buscar y promover la
perfección moral. Y las leyes deben estar dirigidas al logro de la
justicia, y a la satisfacción de las necesidades naturales de los seres
humanos que conforman la sociedad estatal.
A diferencia de la religión que para Avicena se basa sobre todo en la
imaginación, la filosofía es resultado de la razón y la argumentación, lo
que le da un carácter más riguroso y profundo, y a la vez más real, y
superior a lo simbólico como esencia de lo religioso.De hecho, el estudio
de los términos que es una de las parte de la lógica aviceniana es básico
para poder conocer de un modo cierto y para alcanzar lo desconocido
por un proceso de tipo lógico. Distingue entre definición perfecta o
esencial, e imperfecta si es una simple descripción con la que se conoce
el objeto a través de sus accidentes. Avicena además elaboró por
primera vez un auténtico sistema escolástico en el ámbito filosófico
islámico.
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