Este documento describe las células T y su papel en el sistema inmune. Las células T maduran en el timo y se clasifican como CD4+ o CD8+, determinando sus funciones como colaboradoras o citotóxicas, respectivamente. La activación de las células T requiere la presentación de antígeno por células presentadoras de antígeno y señales coestimuladoras como CD28.
SEMIOLOGIA CARDIOVASCULAR examen fisico y exploracion
Células T: Generalidades, clasificación, activación y anergia clonal
1. UNIVERSIDAD TECNICA
DE MANABÍ
PROYECTO DE INMUNOLOGIA
CELULAS T
NOMBRE:
JOSUE DELGADO VILLAFUERTE
PARALELO:
“B”
DOCENTE:
DR. JAVIER CAÑARTE ALCIVAR
AÑO ELECTIVO
2018 – 2019
2. CELULAS T
Generalidades
Los linfocitos T o también llamadas células T, son células que estarán encargadas de la
protección específica del sistema inmune.
Los linfocitos son células que son relativamente pequeñas y pueden medir entre 7 a 9 μm,
posee un núcleo grande lo que va a ocasionar una escasa porción del citoplasma, estas células
pueden o no poseer un retículo endoplásmico, el aparato de Golgi es de tamaño pequeño y la
cantidad de mitocondrias al igual que los ribosomas son escasas; estas características
morfológicas incluyen a más del 90% de los linfocitos. El linfocito grande tiene un diámetro
de 12 a 16 μm, el citoplasma es de mayor proporción lo que da como resultado a un núcleo
que puede localizarse excéntricamente. (1)
Las variabilidades en el tamaño y la estructura morfología pueden demostrar diferentes
transformaciones en su ciclo tanto en reposo como en la activación, se ha propuesto que los
linfocitos pequeños son los que se encontraran en reposo y mientras que los grandes, son los
que pueden provenir del pequeño, posiblemente por que estén activados por algún proceso
inmune ante la presencia de un antígeno.
Las células T al igual que las células B se originan en la médula ósea y derivan de las células
troncales hematopoyéticas CD 34 (stem cell). A diferencia de las células B que maduraran
en el hígado antes del nacimiento y luego en la medula ósea; las células T maduraran en el
timo. En dichos órganos las células B y las células T serán seleccionados mediante un
riguroso proceso, por lo consiguiente de las células generadas desde el inicio solo emergerán
una destacable minoría en las cuales en células B serán un 50% y de las células T solo un
10% aproximadamente, mientras que el resto de la población de dichas células morirán por
apoptosis. (2)
En las células B como en las células T, la maduración estará estimulada principalmente por
la citocina interleucina siete (IL-7), la cual sigue una secuencia que incluye la aparición y
desaparición de una serie de proteínas de membrana.
Los linfocitos se dirigirán hacia los órganos linfáticos secundarios, una vez que se encuentren
ahí se unirán al antígeno. Los linfocitos T solo serán activados si algún fagocito presentara
el antígeno a este. Los linfocitos una vez activados por la presentación del antígeno, se
transformará en células efectoras y además de esto entrará en un proceso llamado explosión
clonal para producir memoria específica para el antígeno. (3)
Estos linfocitos T intervendrán mayormente en la inmunidad celular y dentro de este sistema
celular se procesarán o diferenciaran en dos tipos de linfocitos T, que será de acuerdo por la
expresión en membrana de dos moléculas de superficie diferentes los primeros los linfocitos
TCD4+ y los linfocitos T CD8+ que van a determinar sus funciones efectoras, los CD4+ que
son cooperadores y los CD8+ los citolíticos. (4)
3. Clasificación de las células T
Como se describió brevemente los linfocitos T se clasificarán principalmente en linfocitos T
CD4+ y linfocitos T CD8+.
Linfocitos T CD4+: también llamados colaboradores que en su principal función es la
secreción de citoquinas, por medio de las cuales estimula la producción de anticuerpos
por los Ly B y las actividades antimicrobianas de los macrofagos, que constituyen los
dos mecanismos principales para la eliminación de microorganismos extracelulares o
que viven en vesículas fagocíticas.
Linfocitos T CD8+: los citolíticos también llamados citotóxicos los cuales lisan o
eliminan las células que presentan antígenos extraños en la membrana de su estructura;
es por ello que son fundamentales y útiles en la eliminación de virus y bacterias que
infectan y viven en el interior de distintos tipos celulares, así como también de células
neoplásicas. (6)
Subtipos de Linfocitos de T colaboradores:
Se han determinados subtipos de linfocitos de acuerdo a la secreción de citocinas y regulan
diversos tipos celulares. Los subtipos de los linfocitos T son:
1. Los Th1: son las que se van a cumplir la función de eliminar microorganismos
patógenos intracelulares, estos linfocitos secretan interferón γ e interleucina-2.
2. Los Th2: estos subtipos de linfocitos T cumplen la función de eliminar
microorganismos parasitarios como los helmintos; estos linfocitos secretan IL-4, IL-5,
IL-13
3. Los Th17: estas células desempeñan con la función de inhibir el crecimiento y
eliminación de bacterias extracelulares y hongos. Estos linfocitos secretan IL-17, IL-6.
(7)
La importancia de la secreción de las interleucinas en los subtipos de linfocitos determinara
la transformación de estas. La IL-12 promueve la transformación en células TH1 y la IL-4
promueve la transformación en células TH2. Estos diferentes subtipos de células T
colaboradoras también se inactivan una a otra, de modo que los TH1 a través del IFN-γ
inhiben selectivamente la actividad de los TH2 y los TH17. Estos su vez, los TH2 inhiben
la proliferación de los TH1 y los TH17 mediante la IL-10 y la IL-4, y los TH17 inhiben a
TH1 y a TH2. (8)
Activación de las células T
Las células T que circulan por todo el organismo hasta que reconocen cuerpos extraños
(antígenos) en la superficie de las células presentadoras de antígeno (APC). Además de la
unión entre el receptor de célula T (TCR) y el antígeno presentado en una molécula de MHC,
tanto las células T CD4+ como los linfocitos T CD8+ o citotóxicos necesitaran otras señales
adicionales para poder activarse y responder a los microorganismos patógenos. En el caso
de las células T, la primera señal viene de CD28. Esta molécula, presente en la superficie
celular, se une a una de las dos moléculas de las APC – B7.1 (CD80) o B7.2 (CD86), y
4. comienzan a proliferar. Este proceso permite la producción de muchos millones de células
que reconocen el antígeno, proceso por el cual se llamar expansión clonal. (9)
Para controlar las respuestas, la estimulación de CD28 por B7 induce también la producción
de CTLA-4 (CD152), que compite con CD28 por B7, lo que reduce las señales de activación
de las células y permite “apagar” las respuestas. Los linfocitos T citotóxicos no precisan
tanto de CD28, sino de otras señales como CD70 y 4-1BB (CD137).
Las células dendríticas son un tipo de APC que presentan los antígenos a las células T a
través de complejos MHC, lo que va contribuyendo a su activación y posterior proliferación.
Para producir una respuesta inmunitaria efectiva se necesita que las células T reconozcan el
antígeno fuerte y específicamente. (10)
Cuando esto ocurre, necesitan señales de supervivencia para continuar, normalmente a través
de ICOS, 4-1BB y OX49. Estas moléculas se encuentran en su superficie y son estimuladas
por sus respectivos ligandos, presentes en las APCs. La señalización a través de estas
moléculas de coestimulación permite aumentar la expresión de proteínas anti-apoptóticas en
las células T, como los miembros de la familia BCL-2. Algunas células T no pueden montar
una respuesta adecuada frente a un antígeno y por tanto son eliminadas en un proceso
llamado muerte celular inducida por activación (AICD). Este proceso también elimina a las
células T al final de la respuesta inmunitaria a menos que reciban instrucciones para entrar
en la población de células de memoria (11)
La molécula CD28 en la activación de las células T.
Esta molécula es una proteína de 44 kDa, miembro de la superfamilia de las
inmunoglobulinas. Se expresa en la superficie de las células T como un homodímero
estabilizado por un puente disulfuro. Sus genes están localizados en el cromosoma 2q33.
Estructuralmente forma un homodímero que se une a sus ligandos: CD80 (B7-1) y CD86
(B7-2), con una constante de disociación de aproximadamente 12 nm. (12)
Como molécula coestimuladora, sus principales funciones son:
Activación de los linfocitos T vírgenes
Promueve producción de IL-2
Supervivencia de las células T y favorece su entrada en el ciclo celular.
Anergia Clonal en las células T
La unión de un linfocito TH con un complejo péptido-MHC II de una célula presentadora de
antígeno puede conducir a dos tipos de respuestas opuestas:
La anergia clonal es la incapacidad proliferativa de un linfocito tras un contacto con el
complejo péptido-MHC, y se debe a la carencia de la señal coestimuladora proporcionada
por la interacción entre CD28 del linfocito TH y B7 de la APC. No se trata de una mera no
5. respuesta pasiva, sino que la anergia es un estado activo de no proliferación. Para ilustrar
estas ideas, nos remitimos a unos experimentos:
1) Si ponemos en contacto linfocitos TH con APC fijadas por glutaraldehído (y que por lo
tanto no expresan moléculas B7 en su membrana), el linfocito entra en anergia. Esto se debe
a que, aunque ha contactado por su complejo TCR-CD3 con el péptido-MHC (señal #1), la
APC no le ha suministrado la señal coestimultoria (señal #2), con lo que el TH produce poca
IL-2.
2) Para confirmar que la anergia es un estado activo, tomemos el linfocito hecho anérgico en
el experimento 1) y mezclémoslo con APC normales: pues bien, a pesar de que ahora en
principio están disponibles las moléculas implicadas en la señal #2, el linfocito TH sigue sin
capacidad de respuesta. Es decir, una vez que un linfocito ha sido hecho anérgico, ese estado
se mantiene a pesar de que a posteriori se le suministre la señal coestimuladora.
3) Para demostrar que la señal #2 (coestimulatoria) es distinta de la señal #1, se puede realizar
el siguiente experimento: tomamos linfocitos normales, y los ponemos simultáneamente en
contacto con una APC fijada por glutaraldehido y con una APC alogénica (de distinto
haplotipo MHC) normal (no fijada). El resultado ahora es que el linfocito se activa de modo
normal. Esto se debe a que la APC fijada le suministra la señal #1 específica (dependiente de
interacción TCR-péptido-MHC) aunque no la señal #2; pero dicha señal coestimulatoria se
la suministra la APC alogénica, que posee su B7. (13)
El requerimiento simultáneo de ambas señales implica que sólo las APC profesionales
pueden iniciar las respuestas inmunes dependientes de células T. Ello es importante para
evitar la autoinmunidad. Como se recordará, no todos los clones de T potencialmente
autorreactivos son eliminados durante la maduración tímica. (14)
Los clones que "escapan" podrían en principio reconocer autopéptidos en cualquier célula
propia (señal #1), y luego interaccionar con una APC, que les suministraría la señal
coestimulatoria (señal #2), con lo que se activarían, iniciando una peligrosa reacción de
autoinmunidad. Pero como hemos visto, la realidad es que para que un linfocito T virgen sea
activado, se le deben suministrar las dos señales al mismo tiempo y en la misma célula, y
este criterio sólo lo cumplen esas células presentadoras profesionales. De esta manera, se
evita la autoinmunidad, y de hecho, si la célula T reconoce un autopéptido en ausencia de la
señal de B7 entra en anergia, con lo ese clon será autotolerante. (15)
6. BIBLIOGRAFÍA
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