Este documento discute cómo los principios de la hotelería pueden aplicarse a la atención de pacientes hospitalizados para mejorar su experiencia. Argumenta que los hospitales deben brindar no solo servicios médicos de alta calidad, sino también un ambiente cálido, confortable y humanizado para satisfacer las necesidades físicas, psicológicas y sociales de los pacientes. Finalmente, sostiene que al enfocarse en la satisfacción general del paciente, los hospitales pueden mejorar su prestigio y la calidad percibida de sus servicios.