Dos niños, Carlos y Silvia, se extraviaron durante una fiesta en la ciudad de Ica cuando sus padres, María y José, fueron arrastrados por la multitud y los soltaron de sus manos accidentalmente. Al no poder encontrarlos después de buscar desesperadamente, los padres acudieron a la policía y escribieron una descripción detallada de cada niño para pedir ayuda en la búsqueda.