2. ÍNDICE
1. La inmunidad innata se basa en mecanismos de defensa inespecíficos
1.1 Barreras primarias
1.2 Barreras secundarias
2. La inmunidad adquirida genera una respuesta específica frente al patógeno
3. El sistema inmunitario desencadena dos tipos de respuesta: humoral y
celular
3.1 Órganos linfoides
3.2 Linfocitos
3.3 Células presentadoras de antígenos
3.4 Inmunidad humoral y celular
4. Los antígenos pueden presentar zonas de unión para diferentes anticuerpos
4.1 Estructura de los antígenos
4.2 Haptenos
5. Los anticuerpos o inmunoglobulinas son específicos para cada antígeno
5.1 Estructura de las inmunoglobulinas
5.2 Tipos de inmunoglobulinas
5.3 Anticuerpos monoclonales
6. Existen diferentes tipos de reacciones antígeno-anticuerpo
6.1 Reacción de precipitación
6.2 Reacción de aglutinación
6.3 Reacción de neutralización
6.4 Reacción de opsonización
7. Sistema inmunitario recuerda las respuestas frente a los patógenos
7.1 Teoría de la selección clonal
8. Otros mecanismos ayudan al sistema inmunitario en la defensa del
organismo
8.1 Sistema del complemento
8.2 Interferón
3. 1. La inmunidad innata se basa en mecanismos de
defensa inespecíficos
La inmunidad se refiere a la capacidad de hacer frente a una determinada
enfermedad infecciosa, es decir, a una enfermedad provocada por un
patógeno. La inmunidad que se obtiene desde el momento del nacimiento se
conoce como inmunidad innata, y a la que se adquiere tras un primer
contacto con el microorganismo, inmunidad adquirida. La inmunología es la
ciencia que se encarga de su estudio.
La inmunidad innata la constituyen los mecanismos de defensa
inespecíficos, aquellos que actúan sobre cualquier tipo de microorganismos.
1.1 Barreras primarias
Las barreras primarias intentan evitar la entrada del patógeno en el
organismo. Las principales son:
• La piel. Es una barrera física casi infranqueable, excepto si hay
heridas, gracias a:
- Su grosor. En las personas puede varias entre 0`5 mm en los párpados y 4
mm en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
- Su procesos de queratinización y descamación de sus capas celulares más
externas, que eliminan los microorganismos adheridas a ellas.
- Las secreciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas, que producen un
Ph algo ácido que resulta perjudicial para los microorganismos.
- La microbiota normal de la piel, constituida por bacterias, hongos
unicelulares y pequeños ácaros.
- La presencia de escamas en la piel de los peces y los reptiles, plumas en
las aves y pelos en los mamíferos, que dificultan la invasión de los
microorganismos.
• Las secreciones. Las principales son:
- Secreciones mucosas de las aberturas naturales de los animales, como la
boca, el ano, las fosas nasales y las vías respiratorias.
4. - Secreciones que contienen enzimas. Destacan la lisozima, que se
encuentra en la saliva, en la secreción lacrimal y en la secreción nasal; y la
espermina, que presenta acción bactericida y se encuentra en el esperma
de los animales.
• La microbiota normal intestinal. Evita la proliferación de
microorganismos patógenos por antagonismo, compitiendo por los
nutrientes y liberando sustancias inhibitorias.
1.2 Barreras secundarias
Las barreras secundarias se ponen en marcha en el interior de los animales una
vez que los patógenos logran atravesar las barreras primarias. Constan de:
• Proteínas antimicrobianas. Son proteínas defensivas inespecíficas. Las
principales son el interferón, que dificulta la reproducción de los virus, y el
sistema del complemento, un conjunto de 30 proteínas que interactúan
provocando la destrucción de bacterias y otros microorganismos.
• Células asesinas. Detectan células humanas infectadas por virus y células
cancerosas y provocan la lisis de sus membranas y, por lo tanto, su muerte.
• Células fagocíticas. Entre las células sanguíneas se encuentran varios tipos
de glóbulos blancos.
- Monocitos. Estas células migran a diferentes tejidos y se transforman en
macrófagos.
- Neutrófilos. Los tejidos infectados por microorganismos liberan unas sustancias
químicas que atraen a los neutrófilos.
2. La inmunidad adquirida genera una respuesta
específica frente al patógeno
La inmunidad adquirida es la última barrera defensiva de los animales ante el
ataque de microorganismos. Se basa en una respuesta específica del sistema
inmunitario contra el patógeno. Las principales características de este tipo de
inmunidad son:
5. • Especificidad. Los linfocitos, reconocen moléculas extrañas de los
microorganismos, los antígenos, y fabrican anticuerpos, que son proteínas
específicas capaces de unirse a los antígenos, bloqueándolos o produciendo
la destrucción de los microorganismos.
• Memoria. El sistema inmunitario <<recuerda>> la respuesta frente a un
determinado patógeno y la guarda en su memoria, de forma que, ante una
segunda infección por el mismo microorganismo, el sistema es capaz de
responder rápidamente.
La inmunidad adquirida puede ser natural, si es el propio sistema inmunitario del
organismo el que la consigue, o artificial, si se obtiene mediante técnicas ajenas al
organismo.
3. El sistema inmunitario desencadena dos tipos de
respuesta: humoral y celular
El sistema inmunitario tiene una extraordinaria importancia en la defensa del
organismo ante infecciones microbianas y ante desórdenes celulares patológicos
como los tumores. Este sistema se caracteriza por su capacidad
de reconocimiento de los antígenos, moléculas extrañas al organismo, lo que
desencadena una serie de procesos celulares y moleculares que los neutralizan o
destruyen. Este proceso recibe el nombre de respuesta inmunitaria y puede ser
de dos tipos: celular, propiciada por células, y humoral, desarrollada por
anticuerpos.
3.1 Órganos linfoides
Los órganos linfoides son todos aquellos donde se forman, se transforman o se
acumulan los linfocitos. Según la función que desempeñan, se distinguen órganos
linfoides primarios, en los que se produce la maduración definitiva de los
linfocitos, y órganos linfoides secundarios, donde los linfocitos desarrollan su
actividad.
6. 3.2 Linfocitos
Los linfocitos se encuentran en la sangre y en la linfa, tienen un núcleo grande y
redondeado, escaso citoplasma y representan de un 20 a un 40% del total de los
glóbulos blancos de la sangre.
Linfocitos B. Son los responsables de la inmunidad humoral. En su membrana
plasmática presentan unos receptores de antígenos en forma de Y, por lo que
pueden unirse a dos moléculas de antígeno. Debido al parecido de estos receptores
con los anticuerpos se les denomina anticuerpos de membrana.
Linfocitos T. Intervienen en la inmunidad celular. Maduran en el timo y no
producen anticuerpos. En la superficie de su membrana hay receptores de
7. antígenos, con un solo lugar de unión, que están formados por dos cadenas
proteicas unidas a proteínas. Existen dos tipos de linfocitos T:
- Linfocitos T citotóxicos. Destruyen las células infectadas por virus o bacterias
patógenas mediante la liberación de citotoxinas, como las perforinas, que inducen
la aparición de poros en la membrana plasmática de la célula infectada.
- Linfocitos T colaboradores. Se encargan de activar a los linfocitos B y de iniciar
la proliferación de los linfocitos T citotóxicos mediante la secreción de unas
moléculas llamadas interleucinas.
3.3 Células presentadoras de antígenos
Las células presentadoras de antígenos son células capaces de activar los linfocitos
T al presentarles moléculas de antígenos unidas a macromoléculas de su membrana.
Se trata de células como los macrófagos sanguíneos, las células dendríticas de los
órganos linfoides y las células de Langerhans de la piel.
3.4 Inmunidad humoral y celular
La inmunidad humoral y celular se refiere a los diferentes tipos de respuesta que
genera el sistema inmunitario ante una infección. Cada respuesta está
desencadenada por un tipo de linfocito y presenta diferentes mecanismos de
acción.
9. 4. Los antígenos pueden presentar zonas de unión
para diferentes anticuerpos
Un antígeno es toda sustancia capaz de desencadenar una respuesta
inmunitaria.
Según la procedencia, los antígenos pueden ser:
• Heteroantígenos. Son macromoléculas ajenas al organismo que
produce la respuesta inmunitaria.
• Isoantígenos. Son moléculas de otro individuo de la misma especie,
como las mucoproteínas del sistema AB0 sanguíneo humano.
• Autoantígenos. Son moléculas del propio individuo. Generan procesos
de autoinmunidad en los que el sistema inmunitario se vuelve contra el
propio organismo, pudiendo causar graves enfermedades.
4.1 Estructura de los antígenos
Los antígenos presentan una zona llamada determinante antigénico, que se
corresponde con la zona a la que se unen los receptores de membrana de los
linfocitos y los anticuerpos. Según el número de determinantes que posea, el
antígeno puede ser de dos tipos:
• Univalente: tiene un solo determinante antigénico en su molécula, de
modo que únicamente se puede unir a él un anticuerpo.
• Polivalente: presenta varios determinantes antigénicos, de modo que
puede unirse a varios anticuerpos iguales o diferentes.
4.2 Haptenos
Los haptenos son pequeñas moléculas que por sí solos no son inmunógenos, es
decir, no estimulan las células inmunocompetentes ni la producción de
anticuerpos, pero pueden adquirir propiedades antigénicas cuando se unen a
las denominadas moléculas transportadoras, generalmente proteínas.
10. 5. Los anticuerpos o inmunoglobulinas son específicos
para cada antígeno
Los anticuerpos son proteínas del grupo de las globulinas que se unen a los
antígenos. Reciben también el nombre de inmunoglobulinas (Ig). Son
producidos por las células plasmáticas y su difusión se realiza por la sangre,
la linfa, los líquidos intersticiales y ciertas secreciones, como la leche.
Según su localización, los anticuerpos pueden ser:
- Anticuerpos de membrana o de superficie, que son receptores de
antígenos adheridos a la membrana plasmática del linfocito B.
- Anticuerpos libres circulantes en la sangre, que son segregados al
exterior de la célula, donde pueden llegar a constituir hasta el 20%
de la masa total de las proteínas del plasma sanguíneo.
5.1 Estructura de las inmunoglobulinas
La estructura de las inmunoglobulinas está formada por cuatro cadenas
polipeptídicas: dos cadenas pesadas y dos cadenas ligeras, que se combinan
para formar una molécula tridimensional en forma de Y. Esta estructura
básica corresponde a las inmunoglobulinas G.
Estructura inmunoglobulina G
11. 5.2 Tipos de inmunoglobulinas
Hay cinco tipos de inmunoglobulinas que se diferencian por el tipo de
cadenas pesadas (H) que presentan:
- Ig G. Se componen de dos cadenas L y de dos cadenas H de tipo
gamma a las que se unen moléculas de oligosacáridos. Este tipo de
inmunoglobulinas son capaces de activar tanto el sistema del
complemento como los fagocitos sanguíneos. Las IgG son los únicos
anticuerpos capaces de atravesar la placenta y penetrar en el feto.
- Ig M. Las cadenas H son de tipo mu. Son los primeros anticuerpos
que se producen ante la exposición inicial a un antígeno y representan
un 6% del total de las inmunoglobulinas circulantes en la sangre.
- Ig A. Están constituidas por monómeros formados por dos cadenas L
y dos cadenas H de tipo alfa. Presentan otra cadena polipeptídica
denominada componente secretor.
- Ig E. Se componen de dos cadenas L y de dos cadenas H de tipo
épsilon. Son los principales causantes de los fenómenos de alergia.
- Ig D. Se componen de dos cadenas L y de dos cadenas H de tipo
delta. Son anticuerpos de la superficie de linfocitos B que sirven
como receptores de antígenos específicos.
5.3 Anticuerpos monoclonales
Los anticuerpos monoclonales se obtienen mediante una técnica consistente
en fusionar un clon de linfocitos B, descendientes de una única célula madre
de la médula ósea roja, con células tumorales que pueden reproducirse en un
cultivo celular.
Las células híbridas obtenidas se denominan hibridomas.
Gracias a esta técnica se consigue obtener grandes cantidades de
anticuerpos idénticos que reaccionan con el antígeno que produce una
determinada enfermedad.
El proceso de obtención de anticuerpos monoclonales es el siguiente:
• Se inocula a un animal de laboratorio el antígeno específico contra el
que se quieren obtener los anticuerpos monoclonales. Se activará en
él la inmunidad humoral en la que los linfocitos B activados se
transformarán en células plasmáticas productoras de anticuerpos.
12. • Se extraen estas células de la sangre del animal y se fusionan o
hibridan con células tumorales. Se obtienen así los denominados
hibridomas.
• De todos los hibridomas obtenidos, se seleccionan solo los
productores de los anticuerpos que nos interesan.
Esta técnica es muy utilizada en medicina terapéutica para tratamientos
contra cáncer de colon, leucemia mieloide, asma, tratamiento de rechazo de
órganos trasplantados, y en investigación biomédica.
6. Existen diferentes tipos de reacciones antígeno-
anticuerpo
Los anticuerpos, al reconocer a los antígenos, se unen a ellos mediante
enlaces de Van der Waals, fuerzas hidrofóbicas o iónicas, en una reacción
denominada antígeno-anticuerpo.
La reacción se desplaza hacia uno u otro lado según las concentraciones de
antígenos y anticuerpos y de la intensidad de su unión.
La afinidad de un anticuerpo por un antígeno está determinada por la
intensidad de las interacciones que se establecen entre el anticuerpo y el
determinante antigénico.
La reacción antígeno-anticuerpo es extraordinariamente específica: un
anticuerpo puede reconocer, entre una multitud de determinantes
13. antígenos. Esta reacción puede ser de varios tipos: de precipitación, de
aglutinación, de neutralización y de opsonización.
6.1 Reacción de precipitación
Si los antígenos son macromoléculas solubles con varios determinantes
antigénicos, los anticuerpos libres en el plasma sanguíneo se unen con ellos
formando grandes complejos macromoleculares insolubles, lo que origina su
precipitación.
6.2 Reacción de aglutinación
La aglutinación se produce al reaccionar los anticuerpos con moléculas de
antígenos situados en la superficie de bacterias u otras células. Existe un
tipo de aglutinación denominada aglutinación pasiva, que consiste en la
adherencia de antígenos solubles a la membrana de ciertas células.
6.3 Reacción de neutralización
La reacción de neutralización se efectúa con los virus. Consiste en la
disminución de la capacidad infectante del virus al unirse los anticuerpos
con los determinantes antigénicos de la cápsula vírica.
6.4 Reacción de opsonización
Los microorganismos son fagocitados por los fagocitos si tienen moléculas
de anticuerpos unidas a su superficie, lo que se denomina opsonización.
7. Sistema inmunitario recuerda las respuestas frente
a los patógenos
• Respuesta inmune primaria. Se produce ante el primer contacto con
un determinado antígeno. Los anticuerpos que se forman en esta
respuesta son del tipo de las IgM y las IgG.
• Respuesta inmune secundaria. Si el sistema inmunitario detecta por
segunda vez la presencia del mismo antígeno, origina una respuesta
distinta de la anterior. Los anticuerpos que aparecen son de tipo IgG.
14. 7.1 Teoría de la selección clonal
Según la teoría de la selección clonal, la formación de linfocitos B
específicos se debe a que los receptores ya están preformados en el
sistema inmunitario, incluso antes de la presencia de los antígenos, lo que
explicaría la memoria inmunológica.
8. Otros mecanismos ayudan al sistema inmunitario en
la defensa del organismo
Existen otros mecanismos que complementan la acción del sistema
inmunitario. Entre ellos se encuentra el sistema del complemento y el
interferón.
8.1 Sistema del complemento
El sistema del complemento es un sistema que estimula y ayuda a los
mecanismos de la respuesta inmunitaria. Está formado por una treintena de
proteínas plasmáticas del tipo de las globulinas que, a diferencia de los
anticuerpos, se encuentran siempre presentes en el plasma.
Si una globulina de este sistema se fija a un complejo antígeno-anticuerpo,
se produce una secuencia de activaciones de las restantes proteínas del
complemento hasta llegar a la formación de una enzima activa, del grupo de
las proteasas.
8.2 Interferón
Se conoce como interferón a un conjunto de pequeñas proteínas plasmáticas
que interfieren, en la replicación de los virus en el interior de las células.
Estas proteínas están producidas por los linfocitos T, las células NK o
asesinas, los leucocitos o los fibroblastos. En la especie humana hay tres
tipos de interferón: el alfa, el beta y el gamma.