1. EL VINCULO MATERNO
El ser humano es un sistema complejo que se va construyendo en el
tiempo, organizando los acontecimientos (internos y externos) de su
historia cronológica y temática para fundar su sentido de sí mismo, lo
interesante es que este ser humano se construye a partir de los otros.
He aquí el porqué se hace tan importante la relación madre-hijo, ya
que las relaciones de apego tempranas son la manera como el niño se
conectará intersubjetivamente en el futuro con los demás y con el
ambiente, siendo más o menos capaz de adaptarse a situaciones
nuevas.
Desde antes de nacer, el niño va teniendo una sintonía emocional con
su madre. Ahora bien, la forma como la madre actúa hacia su hijo, irá
dejando huellas neurológicas en él, lo que implica una manera
específica de cómo el niño va construyendo su significado personal.
Como característica única, los seres humanos nos diferenciamos de los
demás seres a través del lenguaje y el primer lenguaje es el de los
2. gestos (no verbal), para continuar con el lenguaje significativo
(verbal).
Así el niño, a medida que va acreciendo, comienza a distinguir lo que
es amenaza o seguridad, lo que es bueno y malo, lo que es justo o no lo
es. Y también comienza a auto-percibirse como un niño capaz o
incapaz, inteligente o tonto, simpático o pesado, seguro o tímido.
En relación al proceso de crianza y al tipo de vínculo que se
establezca, surgirán cuatro categorías de significado personal en los
futuros adultos, que dependiendo de su intensidad, dará como
resultado sujetos “normales”, neuróticos o psicóticos.
1. Vinculo depresivo, es de poca atención, donde no tuvo un soporte
afectivo, sea ausencia de figuras parentales o por abandono o muerte
de los padres. Así el niño crece elaborando la percepción de pérdida
como centro de su vida y responderá a cualquier evento en forma de
desamparo y desesperanza. Existe un sentido de soledad donde sus
emociones oscilarán entre el desamparo y la rabia, con una imagen
negativa de si mismo (de ser dejado), usando la estrategia de confiar
solo en ellos mismos, ya que es demasiado peligroso confiar en
quienes pueden perder.
2. El vínculo que establece un futuro fóbico se centra en la emoción de
miedo, que a diferencia del depresivo, que careció de vínculo o lo tuvo
muy pobre, el fóbico lo tuvo en “exceso”. Su madre fue sobre-
protectora, demasiado preocupada e involucrada en la vida del hijo, lo
que le provocó un miedo tremendo a la experiencia y al mundo.
En el fóbico el mundo es peligroso y se percibe a si mismo como
alguien frágil y débil, necesitado de figuras de protección.
Sus oscilaciones será entre la protección frente al mundo y la
necesidad de libertad, respondiendo frente a situaciones donde se
3. sienta en indefensión versus pérdida de libertad. Es por esto que suelen
ser controladores, tanto de si mismos como de los otros.
3. Vínculo obsesivo: es el ambivalente, siendo este incomprensible
para el niño, que la madre fluctúa entre dos explicaciones antagónicas
y el niño sentirá al mismo tiempo: “mi madre me quiere” y “mi madre
me odia”. Por lo tanto, su significado personal es ambivalente y
dicotómico, pudiendo sentirse bueno y malo a la vez. Su estrategia
será encontrar la absoluta certidumbre respecto a todo, teniendo a
enrollarse sin salida y con alta angustia.
4. Por último, están los de significado Dápico (desórdenes alimenticios
psicogénicos). Esta organización es la más común actualmente en los
occidentales. Aquí se establecen vínculos de ambigüedad, donde las
emociones nunca se expresan directamente y para el niño es difícil
diferenciar cuando es querido y cuando no. Así el niño identificará que
para ser querido debe responde a la imagen que, sea el padre o la
madre, quiera de él. El sentido de si mismo es difuso y oscilante,
siempre dependiendo de cómo lo vean y/o lo traten los demás será la
definición que hará de si mismo.
Artículo escrito por…
Perla Sanhueza Contador.
Psicóloga Clínica