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RACIONALIZACIÓN Y JAULA DE HIERRO
EN MAX WEBER
por
José María Serbia
128
1. Introducción
129
La producción intelectual de Max Weber (1864-
1920) supone para la sociología una de las bases de su
construccióncomociencia.JuntoaEmileDurkheimyKarl
Marx representan los llamados clásicos de la sociología
(aunque Weber y Marx no hayan sido precisamente
sociólogos). Su pensamiento se ha plasmado en obras
fundamentales como La ética protestante y el espíritu
del capitalismo, Sociología de la religión, Economía
y sociedad (elaborado con posterioridad a su muerte
por su esposa y colaboradores), entre otros. Una de las
problemática que emerge de sus obras tiene que ver
con la ruptura con visiones homogéneas del mundo,
características de las sociedades tradicionales, como
consecuencia de un proceso de racionalización, el cual
tiene múltiples manifestaciones, que remiten a ámbitos
muy diversos de la vida social.
Su obra es una referencia ineludible para analizar
la configuración de las subjetividades en un marco social,
cultural y económico apoyado en el funcionamiento de
grandes organizaciones. El presente texto no pretende
dar un panorama completo de su vasta producción ni
pretende sintetizarla, sino que, se dirige a presentar el
tema de la racionalización, como proceso social que
continúa manifestándose en la actualidad. Max Weber
identifica a este desencanto (o desmagificación, como
plantean algunos analistas de su obra) del mundo como
resultado de un proceso de racionalización. Para Weber
la racionalización reconfigura diferentes dimensiones de
la vida social y subjetiva, generando un mundo avanzado
130
en muchos aspectos pero deshumanizado.
Si alguien pretendiera entender el proceso de
racionalización en occidente y sus expresiones en la
sociedad contemporánea podría mirar su muñeca y
reflexionar sobre como el reloj que allí se encuentra
es una herramienta vital para la organización de su
vida cotidiana. La cronometrización del mundo,
basada en la estandarización horaria, es uno de los
efectos más permanentes y, quizás por eso, uno de
los más imperceptibles en la configuración no sólo de
las actividades laborales, políticas o económicas sino
también de las prácticas cotidianas y afectivas de todo
miembro de la sociedad moderna. Si revisamos nuestra
billetera encontramos nuestra cédula de identificación
con una serie de datos y una numeración que señala
nuestra singularidad que nos resulta imprescindible para
participar de la vida social y de su orden legal. Viajar
en un transporte, trabajar en una organización, realizar
ejercicio físico en un centro deportivo, comer en un
restaurante son actividades que tienen en común el hecho
de realizarse bajos ciertas condiciones en determinados
espacios sometidos a reglas de funcionamiento.
La irracionalidad es una palabra que
cotidianamente tiene connotaciones negativas,
inversamente, las personas emplean la palabra racional
o racionalidad como un adjetivo para designar a los
comportamientos prudentes o sensatos, se utiliza el
términocomounsinónimodelacorduraencontraposición
a lo irracional, que se asocia a la demencia o al delirio.
Estos significados de racionalidad se diferencian de los
131
que se van a utilizar en este texto, por ello, para precisar
los conceptos a emplear se define lo racional inicialmente
como aquellos hechos, comportamientos o pensamientos
configurados bajo el uso de la razón, presentado así una
coherencia o lógica interna.
Una aproximación al concepto de racionalización,
desde la sociología weberiana, liga el término a los
comportamientos predecibles que descansan en procesos
subjetivos de calculabilidad, en la aplicación de
procedimientos mentales que entrañan una determinada
lógica, consistentes y evaluativos con respecto a datos
empíricos fiables para tomar decisiones con previsión
de sus consecuencias. El proceso de racionalización
moderna se asocia al desarrollo de organizaciones a
gran escala en el ámbito político, económico y social.
Esta forma de organizar la vida social se diferencia de
lo que sucedía en el pasado, ya que, la población en
las sociedades premodernas resolvía la satisfacción de
sus necesidades básicas a partir de la autoproducción,
prevalecía en la dinámica social una organización
política y económica sustentada en elementos
tradicionales y personales. Todos los ámbitos sociales
de las sociedades modernas1
funcionan a través de una
red de organizaciones (empresas, sindicatos, partidos
políticos, aparatos estatales, ONGs, centros culturales)
que persiguen determinados objetivos, priorizando
la eficiencia y el comportamiento preestablecido, en
detrimento de la espontaneidad y la naturalidad.
1 Se emplea este término de forma genérica para designar a la formación social
histórica resultante de la revolución industrial y de la revolución francesa. Hoy
caracterizada por los regímenes democráticos liberales y relaciones económicas
capitalistas.
132
Según Weber la racionalización es un
fenómeno que se puede hallar en diferentes contextos
y momentos históricos pero que en occidente moderno2
presenta peculiaridades que permiten explicar muchas
características objetivas y subjetivas que perduran en la
sociedad contemporánea. La metáfora, atribuida a Weber,
que expresa la inevitabilidad de la racionalización en las
sociedades modernas ha sido la “jaula de hierro”, quizás
en la actualidad, debido los cambios producidos en las
últimas décadas en el sistema productivo, haya que
repensar esta figura que denota rigidez y artificialidad
por otra metáfora que represente lo que hoy implican las
manifestaciones de la racionalidad.
2. Max Weber, conceptos claves
2.1. Epistemología y metodología en Weber
Uno de los núcleos centrales de la obra de Max
Weber (1864-1920) es la expansión y la “inevitabilidad”
de un proceso de racionalización en la sociedad moderna
sostenido por formas burocráticas de organización y
de gestión de la vida social, política y económica. La
sociología que desarrolla tiene como punto de partida
lo que la propuesta sociológica durkheimiana descarta
como insumo del conocimiento científico, la subjetividad
humana. Weber no comparte la metáfora organicista
2 El concepto de “modernidad” se utiliza en este trabajo genéricamente a fin de
dar cuenta de una período histórico determinado (emergencia del una economía
de mercado y de formas burocráticas de administración) en su plano material e
ideológico. Lo “moderno” se emplea como para señalar las sociedades que resultaron
de las revoluciones burguesas en occidente.
133
clave en la visión positivista de la sociedad, desde su
óptica la sociedad no es una totalidad integrada, no posee
una unidad articulada y organizada alrededor de conjunto
compacto y homogéneo de valores consensuados. Weber
concibe a la sociedad moderna como un conjunto de
órdenes sociales con reglas específicas, que deben
analizarse desde múltiples perspectivas fundamentadas,
con el foco puesto en los actores sociales, desde las
intenciones y expectativas propias y de los otros,
para así comprender el sentido de sus acciones y del
entramado de relaciones que establecen entre sí. Para el
pensador alemán las sociedades son realidades históricas
constituidas por diferentes entramados de relaciones
sociales, que, en el caso de la sociedad capitalista se
distingue por vertebrarse a través de formas burocráticas,
fundamentalmente, en el orden político y económico.
Desde una perspectiva multicausal3
, Weber
establece que la abstracción (abordaje a través de
conceptos y teorías) que el científico necesita llevar
adelante para aproximarse a la realidad empírica implica
recortes de la misma, que, necesaria e inevitablemente,
coinciden con sus criterios valorativos. Desde el
enfoque weberiano no existen criterios atemporales o
universalmente válidos para organizar el sentido de la
3 “Weber no hace sino dar una imagen del mundo en la que cada hombre sólo se
diferencia del resto en tanto que las circunstancias sociales que le rodean son distintas
y, por tanto, ante estímulos diferentes tienen reacciones y búsquedas distintas. Con
ello, ofrece un panorama en el que se elimina cualquier superioridad metafísica
relativa a la raza o a la cultura. Para nuestro autor, el mundo está compuesto por
seres humanos ante los cuales se han presentado una serie limitada de problemas a
los que ellos han dado respuesta en uno u otro sentido, con arreglo a la gestión de
su propia racionalidad. Weber no percibe la historia como una línea, sino como una
mancha que va ampliándose o reduciéndose…” (Piedras Monroy, 2004).
134
existencia, la justificación de una determinada moral
supone una decisión de sentido siempre arbitraria sobre
múltiples cosmos de ideales, creencias y valores, ya que
“…el mundo no posee ningún valor ni sentido, abierto
o encubierto; son los hombres, por el contrario, en su
interpretación de él, siempre variada y contrapuesta,
quienes pueden otorgárselo. Es esta una verdad, para
Weber, suficientemente mostrada por el curso total de
la historia universal, así como por cualquier examen
imparcial de la experiencia cotidiana; y es una
verdad tanto más evidente cuanto más racionalizada
sea la concepción del mundo” (Ruano de la Fuente,
1996). Plantea que no existe posibilidad de consagrar
racionalmente, o a través de técnicas basadas en la
calculabilidad, una ética universal o la supremacía de
una constelación de valores e ideales por sobre otros.
Considera que los ideales son vivenciados como sagrados
para aquellos que comparten una época cultural o una
forma de vida, estos ideales se reafirman en competencia
con otros compartidos por otras personas que a su vez
los consideran sagrados para ellos, no habría un progreso
o camino hacia una ética mejor o superadora de las
anteriores.
Weber establece que desde el análisis científico
no se puede decir si una ética es positiva o negativa,
mejor o peor que otra, debido a que no hay técnica que
permita evaluar la superioridad racional de una serie
de valores por sobre otros En esta definición la ciencia
sólo puede describir lo existente, puede establecer
las realidades posibles como consecuencia de ciertas
condiciones y a partir de ciertas decisiones o bajo cierto
135
conjunto de valores. Por lo tanto, desde la ciencia, en
tanto sistema experto apoyado en la confiabilidad técnica
especializada, no se puede afirmar racionalmente como
se debe vivir, lo que debe hacerse o cual es la moralidad
más conveniente a seguir. A través de la ciencia sólo se
pueden realizar diagnósticos, establecer factibilidades
del obrar y analizar las consecuencias de determinadas
decisiones.
El científico debe clarificar a los demás su postura
ideológica y sus valores a fin acercarse a la objetividad
en su postura en su accionar profesional. A partir del
saber científico se pueden analizar cuales son los costos
que implican determinadas decisiones, se puede realizar
un análisis técnico para definir el grado de coherencia
entre un comportamiento y determinados valores que
supuestamente sirvieron como guías de aquel o se puede
evaluarcualessonlasaccionesolosmediosmáseficientes
o más coherentes en relación a un fin. La ciencia no
posee instrumentos ni un criterio estandarizado, medible
o de calculabillidad para discernir si una constelación
de valores es superior a otra. Los valores no pueden
validarse ni justificarse científicamente4
, si pueden
establecerse las consecuencias factibles que resultan de
la aplicación de ciertas decisiones o los resultados que
ciertos valores o fines tienen sobre comportamientos o
decisiones especificas.
4 “Weber rehúsa aceptar la existencia de una personalidad moral unitaria bajo la
acción humana; es más, indica de forma consistente que las diferentes esferas de la
existencia o diferentes ordenes de la vida no constituyen los fragmentos anómicos de
alguna totalidad negada. Para Weber, existen muchos dominios éticos diferenciados,
y ninguno de éstos representa versiones diferentes de algún único bien homogéneo o
forman ninguna jerarquía natural” (Du Gay, 2012).
136
Para Weber la realidad es infinita e inabordable
para quien pretendiese conocerla integralmente5
, la
vida carece de un sentido fuera del que los humanos
puedan atribuirle. El sentido que los individuos le
asignan a la realidad resulta de procesos subjetivos
dentro de determinados órdenes sociales que inciden en
su construcción. Su planteo epistemológico radica en
que los fenómenos sociales son pluridimensionales y
multicausales6
, para analizarlos deben enfocarse desde
múltiples perspectivas para así alcanzar una visión
más satisfactoria de lo que se pretende conocer. Desde
sus intereses y perspectivas las personas, inclusive los
actores científicos, establecen qué es la realidad para
ellos o qué es lo relevante de la misma, son ellos quienes
recortan segmentos y fracciones de esa realidad, que
consiste en un fluir caótico e irracional de procesos y
eventos intrínsecamente indefinidos. En gran medida
las diferenciaciones de las sociedades derivan en un
5 “El número y la índole de las causas que determinaron cualquier evento
individual son siempre infinitos, y nada hay en las cosas mismas que indique que
parte de ellas debe ser considerada. El único resultado de cualquier intento serio de
conocer la realidad sin presupuestos seria un caos de juicios de existencia acerca
de innumerables percepciones particulares (…) lo único que introduce orden en
este caos es la circunstancia de que, en cada caso, sólo una parte de la realidad
individual reviste para nosotros interés y significación, porque únicamente ella
muestra relación con las ideas de valor culturales con las cuales abordamos la
realidad (…) un regreso causal exhaustivo desde cualquier fenómeno concreto en su
realidad plena, no sólo es imposible en la práctica, sino sencillamente disparatado.”
(Weber, 1997).
6 “…el Estado, por ejemplo, puede considerarse en una multiplicidad de aspectos. En
la medida en que realiza actividades económicas per se, es un fenómeno económico,
al menos en parte; y en el grado en que las políticas del Estado tiene consecuencias
para la vida económica está relacionado con lo económico; finalmente, en cuanto
a los intereses económicos influyen sobre las diversas políticas gubernamentales, el
Estado es una institución económicamente condicionada” (Zeitlin, 2001).
137
conflicto entre sistemas de creencias y valores, que no
puede ser resuelto por métodos racionales y empíricos.
La legitimidad de la autoridad no es consecuencia
de la imposición lógica de verdades alcanzadas o
reveladas, sino que adquiere validez en la medida en
que las relaciones de dominación surgen de las creencias
compartidas de la sociedad.
Weber afirma que, más allá que el accionar
humano se constituye a partir de intereses ideales y
materiales, las ideas son centrales en la configuración
de las cosmovisiones (que a su vez influyen sobre esos
intereses materiales) o “visiones del mundo” que orientan
y configuran el sentido que los actores construyen7
. A
pesar de la fuerza de los “cosmos de valores”, Weber
coincide con Marx en que el plano económico es la
dimensión en la que se libra la lucha por la existencia
material, y que, por lo tanto, es un aspecto central en la
explicación de lo social8
. Afirmando que la economía es
dirigente y no dirigida en cuanto a su determinación con
7 “…lo que cuenta es en principio conocer la peculiaridad especial del racionalismo
occidental (y dentro de este el racionalismo occidental moderno) y explicar su
surgimiento. Debido al significado fundamental de la economía, todo intento de
explicación ha de tomar en consideración ante todo las condiciones económicas.
Pero esto no puede hacer olvidar el nexo causal inverso. Pues en su surgimiento el
racionalismo económico no depende no sólo de la técnica racional y del derecho
racional, sino también de la capacidad y disposición de las personas para ciertos
tipos de la conducción práctico-racional de la vida” (Weber, 1998).
8 “El orden económico capitalista de nuestros días es un cosmos inmenso en el que
el individuo se encuentra desde que nace y que para él (al menos como individuo)
está dado como una casa de hecho inalterables en la que tiene que vivir. Este cosmos
impone al individuo, en la medida que está enredado en el nexo del mercado, las
normas de su actuación económica. El industrial que actúa continuamente en contra
de estas normas es eliminado económicamente, igual que el trabajador que no
quiere o no puede adaptarse a ellas acaba en la calle como parado” (Weber, 1989).
138
respecto al resto de los fenómenos sociales, Weber resalta
que la dimensión material de las relaciones sociales
es un aspecto central en la explicación de lo social,
pero rechazando que el capitalismo pueda explicarse
unilateralmente desde los factores económicos, “…
en vez de generalizar de lo económico a lo político,
Weber generalizaba de lo político a lo económico: la
especialización burocrática de las tareas (que constituía,
ante todo, la característica del estado racional-legal)
era considerada como el elemento más integral del
capitalismo” (Giddens, 1997).
Weber (1997) especifica y distingue lo que, desde
el marxismo, se engloba como el aspecto económico de la
vida social, para él debe hacerse una diferenciación entre
los fenómenos estrictamente económicos (relaciones
sociales, organizaciones creadas deliberadamente para
cumplir con una finalidad económica y cuya tarea sea
sustantivamente esa, como los bancos, la bolsa o una
fábrica), los relacionados con el plano económico (son
interacciones, modos de conducta u organizaciones que
no son económicos pero que se vinculan con éste plano
en relaciones de influencia mutua, como la religión o los
partidos políticos) y los condicionados por lo económico
(son hechos, organizaciones o relaciones que no están
en el plano económico pero que su existencia y la forma
en que se desarrolla depende de este plano, como sucede
con los desarrollos artísticos).
Weber (1978) conceptualiza a la actividad
económica como el ejercicio coherente y pacífico
orientado a generar utilidades o las probabilidades de las
139
mismas. Aunque remarca el cariz pacífico de la actividad
económica, señala que cualquier tipo de violencia
puede también estar orientada económicamente, pero
que, su respaldo normativo es diferente que la provista
pacíficamente9
, “...detrás de cada economía existe y
debe existir un elemento coactivo –manejado en la
actualidad por el Estado, en épocas pasadas a menudo
por estamentos- e incluso un posible régimen económico
socialista o comunista del provenir necesitaría de la
coacción para poner en práctica sus ordenamientos;
ahora bien, esta coacción no es precisamente una
actuación económica, sino tan sólo un medio para
asegurarla”.
La sociología weberiana está dirigida
a comprender la actividad social a través de la
interpretación, apoyada en la elaboración de esquemas
de tipos ideales. Estos esquemas son construcciones
conceptuales que se elaboran a partir de un concepto
9 “A principio de la Edad Moderna la concentración de obreros dentro de los
talleres se operó en parte por medios coactivos; pobres, vagabundos y criminales
fueron obligados a ingresar e la fábrica, y hasta entrado el siglo XVIII los obreros
de las minas de Newcastle iban sujetos con argollas de hierro. Pero precisamente
en este siglo se operó por doquiera la sustitución del trabajo servil por el contrato
de trabajo. Este significaba: ahorro de capital, pues eran menores las inversiones
que las que implicaba la compra de esclavos; desplazamiento del riesgo del capital
hacia el obrero, mientras que, antaño, la muerte del esclavo constituía una pérdida
de capital para su dueño, desaparición de las preocupaciones causadas por la
reproducción de los obreros, problema que determinó el fracaso de la explotación
esclavista ante la imposibilidad de obtener la reproducción de esclavos constituidos
en familia; posibilidad de una división racional del trabajo, respondiendo
exclusivamente a fines de carácter técnico, ya que si bien existieron precedentes de
ella, no se constituyó como principio hasta que se logró la concentración del trabajo
en un taller; finalmente, posibilidad de un cálculo exacto, factible, solamente sobre
la base de la asociación de taller y trabajo libre” (Weber, 1978).
140
(como por ejemplo, la dominación o la acción social), el
cual, primero, se define con precisión y, posteriormente,
se acentúan las características y las tendencias esenciales
que para el investigador tiene el fenómeno en estudio.
Desde las regularidades elaboradas se realzan los
aspectos que se consideran vitales para organizar un
esquema conceptual.
Los tipos ideales suponen una reducción
intencional de la complejidad de la realidad, a través
de la elaboración de escasos tipos que se diferencien
netamente uno de otro sin que haya posibilidad de que
sus características se superpongan, las mismas deben
estar integradas con coherencia en el interior de cada
tipo. Los casos empíricos que se analizan con esta técnica
incluyen con diferentes variabilidades los elementos
de cada tipo ideal, en términos de probabilidad de su
ocurrencia. Un tipo ideal no necesita limitarse a acentuar
aspectos de la realidad puede también postular procesos
de desarrollo e incorporarlos al esquema teórico de tipos
ideales, debe construirse “… mediante la abstracción y la
combinación de un número indefinido de elementos que,
aunque se encuentran en la realidad, rara vez o nunca se
descubren en forma especifica (…) no se forma a partir
de una serie de reflexiones puramente conceptuales,
sino que se crea, se modifica y se precisa por medio del
análisis empírico de problemas concretos, y a su vez
aumenta la precisión de este análisis” (Giddens, 1994).
La edificación de un esquema de tipos ideales
de un concepto determinado no representa un fin en sí
mismo, sino que, supone un procedimiento que implica
141
una abstracción de la realidad concreta e histórica para
clasificar, ordenar, distinguir y analizar un mundo social
constituido por lo irrepetible de sucesos inabarcables.
Weber establece que los tipos ideales no suponen una
descripción de la realidad “auténtica”, como tampoco
implican esquemas en los que incluir la realidad de
forma ejemplar, más bien funcionan como conceptos lí-
mites, estrictamente ideales, con los que se contrasta y
compara la realidad para aclarar determinados aspectos
referidos a sus manifestaciones empíricas.
Las conceptualizaciones que Weber desarrolla
en forma de tipos ideales no tienen como intención que
funcionen como un reflejo de la realidad, sus nociones
son propuestas como herramientas de análisis. Son
esquemas que implican una serie de abstracciones
para guiar el cotejo y la comparación entre la realidad
empírica y la conceptualización en cuestión, “…estas
formas de orientación pueden considerarse en modo
alguno como una clasificación exhaustiva, sino como
puros tipos conceptuales, construidos para fines de
la investigación sociológica, respecto a los cuales la
acción real se aproxima más o menos o, lo que es más
frecuente, de cuya mezcla se compone” (Weber, 2012).
La sociología, para Weber, es una disciplina
científica interpretativa, que debe no sólo describir
las posiciones y conductas de los actores, sino que,
fundamentalmente, le corresponde comprender10
el
10 Weber diferencia la comprensión directa de la comprensión explicativa. La
primera supone un acto de captación basado en una identificación mental y afectiva,
por la cual se intenta revivir lo que el otro hizo, o ponerse en lugar de ese otro.
Esta compresión que se basa en la reviviscencia de lo vivido por otro “…acarrea
el riesgo de confundir la vivencia propia con la del sujeto de la acción que se
142
sentido que estos le atribuyen a su comportamiento
o que están implícitos en su accionar. La sociología
comprensiva parte de la acción del individuo, y desde
allí, analiza las relaciones para comprender realidades
sociales superiores. Como el individuo es el único que
realiza comportamientos con sentido la teoría sociológica
debe concebir conceptos como Estado, Instituciones o
Capitalismo remitiendo a las «acciones comprensibles»,
de los hombres individuales participantes11
. El interés
científico de Weber no está puesto en capturar las
vivencias de los individuos, “…tampoco le interesan sus
acciones por sí mismas, sino el establecimiento de nexos
causales entre varias acciones del mismo agente (típico)
o entre las acciones de varios sujetos diversos en un
mismo contexto (…) el universo de los acontecimientos
singulares es puramente contingente” (Cohn, 1998).
pretende conocer (…) el recurso a la comprensión no envuelve en absoluto ninguna
modalidad de intuición y no le debe nada a ningún tipo de psicologismo” (Cohn,
1989). La comprensión explicativa conveniente para el análisis científico se basa en
instrumentar evidencias que permitan clarificar el comportamiento y las relaciones
sociales observadas y los sentidos que las dinamizan y la direccionan, es buscar la
conexión de sentido de la acción y la relación social dentro de una trama de motivos,
contextos o secuencias de comportamientos involucrados en esa conducta o relación.
La comprensión “…depende, para ser utilizada con alguna eficacia, de un cierto
grado previo de conocimiento de regularidades empíricas (…) y de la situación en
la que ocurre” (Cohn, 1989).
11 “Para otros fines de conocimiento (p. ej. jurídicos) o por finalidades prácticas
puede ser conveniente y hasta sencillamente inevitable tratar a determinadas
formaciones sociales (estado, cooperativas, compañía anónima, fundación)
como si fueran individuos (por ejemplo, como sujetos de derechos y deberes, o de
determinadas acciones de alcance jurídico).Para la interpretación comprensiva de
la sociología, por el contrario, esas formaciones no son otra cosa que desarrollos y
entrelazamientos de acciones específicas de personas individuales, ya que tan sólo
estas pueden ser sujetos de una acción orientada por su sentido. A pesar de esto,
la sociología no puede ignorar, aún para sus propios fines, aquellas estructuras
conceptuales de naturaleza colectiva, que son instrumentos de otras maneras de
enfrentarse a la realidad” (Weber, 2012).
2.2. Tipos ideales de acción social
143
El objeto de la sociología para Weber es la acción
social, es la unidad mínima de su análisis sociológico.
La acción social es el comportamiento del individuo
socialmente orientado, su definición establece que es la
conducta que el individuo direcciona desde un sentido
o significado orientado hacia la acción de otros (los
otros o el otro puede ser alguien en particular o nadie en
concreto, alguien singular o una pluralidad, puede ese
otro hallarse en el pasado, en el presente o en el futuro),
este concepto implica un hacer (siempre que se enlace a
él un sentido) que se manifiesta externa o internamente
(permitiendo u omitiendo). Más allá de que éste análisis
sociológico parte del individuo, los actores weberianos
no operan sobre el vacío, no son entidades atomizadas,
robinsons crusoes aislados del mundo, son individuos
socializados que se encuentran dentro de una trama
intersubjetiva, en relación con determinados órdenes
sociales y las orientaciones de sentido y cosmovisiones
que lo constituyen. La elección de valores, fines o
los estados emotivos que orientan la acción son los
disponibles en los órdenes sociales donde cada individuo
ha sido socializado y en los que se halla situado.
Weber (2012) distingue las acciones sociales de
aquellas que no lo son, las cuales se determinan porque
su orientación no se dirige hacia la acción de otros. La
acción social tampoco es una acción homogénea de
una multiplicidad de individuos, ni el comportamiento
influido por las acciones de terceros. Una acción no es
social, por ejemplo, cuando se materializa a través de
144
la imitación reactiva de un comportamiento ajeno, pero
sí lo es cuando un individuo imita una acción de otro
porque la misma está de moda o es considerada como
distinguida. Weber rechaza de plano que los fenómenos
sociales puedan explicarse desde una perspectiva
psicológica, por lo que habría que aclarar que, a pesar de
que su sociología tiene como punto de partida el actuar
individual, “…rechaza sin equívocos la idea de que
las instituciones sociales pueden deducirse, en sentido
explicativo, de generalizaciones psicológicas. Puesto
que la vida humana se configura principalmente por
influjos socioculturales, de hecho es más probable que la
sociología tenga que aportar más cosas a la psicología
que ésta a la sociología” (Giddens, 1994).
Weber establece una distinción entre las
motivaciones (conexiones de sentido) de los actores y el
efecto agregado que tienen éstos sobre el plano social, los
fenómenos sociales que se materializan como un efecto
no previsto de los actores sociales. Las acciones sociales
pueden tener consecuencia no buscadas o imprevistas por
quienes las llevan adelante, lo que se produce en términos
de impacto a partir de un determinado comportamiento
puede ser ignorado o no estar contemplado en el sentido
que le dio origen, por ejemplo, un comportamiento
individual en la esfera del consumo como la compra
de bebidas en envase de plástico en lugar de hacerlo
en un envase reciclable puede impactar en la esfera
medioambiental generando mayor niveles de basura no
degradable. En el esquema de tipos ideales que utiliza
Weber para dar cuenta de este concepto, dos de las
acciones sociales son tipificadas como racionales (con
145
relación a fines y con relación a valores) y dos como no
racionales (afectiva y tradicional). Las acciones sociales
racionales involucran procesos deanálisis ydeevaluación
en la configuración del sentido que orienta al actor en
vistas a su comportamiento. Las acciones no racionales,
en cambio, carecen en su significación de estos procesos
mentales y el individuo actúa ciegamente orientado por
una tradición (costumbres, valores o ideales aceptados
irreflexivamente) o por un estado emotivo, lo que impide
que pueda evaluar el comportamiento más adecuado de
acuerdo a los fines que quiere cumplimentar o que pueda
establecer las posibles consecuencias de sus actos.
Lo racional o irracional es una cuestión de
perspectiva, no hay una sustancia de lo racional, Weber
explica que lo que para un sujeto que orienta su acción y
participadelordeneconómicoesracional,comoelcálculo,
la productividad y la eficiencia de todo comportamiento,
puede ser considerada por un individuo inmerso en una
cosmovisión religiosa como irracional, la dedicación
vital de la existencia enfocada a la acumulación de
bienes materiales puede ser existencialmente, para
este punto de vista, un despropósito. A la inversa,
un gerente de una gran empresa puede considerar el
comportamiento de una persona que medita gran parte
de su tiempo como una demencia. Lo que significa
racional (el procedimiento evaluado por el actor como el
más adecuado con respecto a un valor o el más eficiente
en sus costos y consecuencias con respecto a un fin) o
no racional depende no solo del punto de vista de cada
actor, sino de la agregación social que está contemplada
en sus consecuencias, o de la temporalidad de referencia
146
en el que se manifiestan sus consecuencias. Weber
afirma que “…algo no es en sí mismo «irracional», sino
que se vuelve así cuando es examinado desde un punto
de vista específicamente «racional». Toda persona
religiosa es «irracional» para cualquier persona no
religiosa, y del mismo modo todo hedonista ve cualquier
forma ascética de vida como «irracional», aún cuando
considerado en términos de sus valores fundamentales,
una racionalización haya tenido lugar“ (Weber, 1998).
Las acciones no racionales del esquema típico
ideal de acción social de Weber están categorizadas en la
acción tradicional y la emocional o afectiva. Ambas son
irracionales porque no intervienen en su materialización
procesos de reflexión o de evaluación. La acción social
tradicional es aquella que se lleva a cabo bajo la influencia
de costumbres o hábitos muy naturalizados, este tipo de
acción procede irreflexivamente del arraigamiento de
obligaciones, ideales, deberes o valores poco precisos
o de escasa coherencia, funcionando casi como un
comportamiento mecánico. El significado de la acción
se orienta por el anclaje de ciertos mandatos o creencias
que provienen del pasado o que remiten indirectamente
a este. El significado preciso de la finalidad o el valor
que guía esa costumbre o ese deber es inaccesible a la
conciencia del actor que concreta la acción. La acción
social afectiva se concreta bajo un determinado estado
emotivo, pasional o irreflexivo desencadenado u
orientado por otros, esa emocionalidad en la subjetividad
del actor nubla la deliberación o la evaluación de las
consecuencias de su comportamiento. Para Weber (2012)
el individuo en este tipo de acción casi actúa en un estado
147
límite entre el accionar significativo y el no significativo
(aquel comportamiento automático o reactivo).
Las acciones sociales racionales se clasifican
entre las que se orientan por fines y las que se orientan
con respecto a valores. En la acción social racional
con relación a fines el sentido del comportamiento
se constituye a través de la utilización de procesos de
cálculo y de evaluación de los medios, que dispone
sobre una base de conocimiento fiable para obtener un
fin, aunque debe aclararse que en esta forma de acción
el individuo no sólo evalúa y sopesa medios y resultados
posibles sino también los fines que direccionan la
acción. Es un comportamiento orientado por la utilidad,
el individuo conciente sopesa las opciones con las que
cuenta y de las probables consecuencias de la concreción
de un determinado acto a realizar. El individuo evalúa
las opciones de las que efectivamente dispone, examina
los posibles obstáculos con los que pueda encontrar y
analiza las consecuencias de su decisión eligiendo la
de mayor probabilidad de concreción y de menor costo
posible para la obtención de un fin elegido, también
considerado dentro de las circunstancias posibles.
La evaluación puede ser subjetiva u objetiva,
en el primer caso “…es una acción conscientemente
orientada hacia la utilización planificada de los medios
que son considerados subjetivamente correctos para un
fin dado, la otra será exclusivamente aquella acción que
emplee los medios que según la base experiencial y la
información científica son considerados objetivamente
correctos” (Ruano de la Fuente, 1996). Este tipo de
148
acción social no sólo implica la decisión racional entre
diversos medios con respecto a un fin (acción técnica12
),
sino también, la estimación entre diferentes fines
preestablecidos que se presentan como alternativos,
el contexto en el que se presentan y las posibles
consecuencias que cada uno de ellos conlleva, sin
contemplar los valores implicados en ellos. Weber no
desconoce que detrás de los fines de cualquier acción
del individuo hay una constelación de ideales, valores
internalizados, emociones latentes o presentes que, con
mayor o menor grado de conciencia, orientan, regulan,
limitan y configuran la capacidad de analizar, no sólo los
medios disponibles, sino también, los fines a perseguir.
Para la consideración conceptual de este tipo de acción
social, los valores o ideales se encuentran en el exterior
de la trayectoria del comportamiento.
En la acción social racional con relación a valores
el individuo evalúa y sopesa la coherencia y consistencia
de su comportamiento con respecto a un postulado de
valor (el cual está conformado por un “cosmos ético”,
organizadoyarticulado,abstractayformalmente,entorno
a ideales y creencias generalizadas) materializándolo
sin considerar las consecuencias de su obrar. Es una
conducta realizada concientemente a partir de claras y
12 Weber (2012) entiende por técnica racional al conjunto de medios disponibles
aplicables a una acción, evaluada intencionalmente con respecto a un plan, orientada
por su condición de eficacia (reproducción fiable) y previsibilidad. Afirma que “…
hay una técnica para cada forma de actividad: técnica de la oración, técnica de la
ascética, técnica del pensamiento y de la investigación, técnica mnemónica, técnica
de la educación, técnica del poder político o hierocrático, técnica administrativa,
técnica erótica, técnica militar, técnica musical (de un virtuoso, por ejemplo),
técnica escultórica o pictórica, técnica jurídica, etc.; y siendo cada una de ellas
susceptible de los más diversos grados de racionalidad”.
149
precisas convicciones. Es racional porque el individuo
a partir de objetivos éticos, fijados reflexivamente de
antemano, realiza coherente y sistemáticamente con
respecto a ellos su actividad, estos valores o ideales
están presentes intrínsecamente al curso de la acción.
Ejemplos de este tipo de acción se manifiestan en
situaciones donde el individuo se maneja por el honor,
por el sentido del deber o por la humildad, pueden
ejemplificar este tipo ideal de comportamiento que es
evaluado consistentemente por el individuo. Los tipos
ideales de acción social suponen un recorte analítico de
la realidad para conceptualizar y entender la realidad, a
partir de la decisión del investigador. Más allá de esta
conceptualización, debe aclararse que en las prácticas
sociales reales los fines que orientan la acción racional
no surgen de forma aleatoria o desconectada de las
condiciones sociales de los individuos, la racionalidad
implícita en la elección de un medio por sobre otros para
alcanzar un fin depende de el nivel de información que se
posea a nivel individual, a nivel de la posición social de
la información disponible socialmente en un momento
histórico determinado.
A continuación se presenta una situación ficticia
que busca ejemplificar la diferencia entre los dos tipos
de acción social racional weberiana. Carlos solamente
entabla relaciones eróticas con mujeres que cumplen con
un ideal de belleza internalizado, en el diario devenir se
le presentan oportunidades con chicas que no se ajustan
a sus cánones valorativos de lo que para él es la belleza
femenina (que remiten a un orden cultural que resalta
ciertos atributos físicos), ante estas ocasiones Carlos
150
analiza sistemáticamente a cada una de estas mujeres y
decide si avanza en un encuentro amoroso, esta acción
racional con relación a valores le imposibilita tener
encuentros con el sexo opuesto más frecuentes, cosa que
a él no le importa, se siente muy a gusto siendo coherente
con sus valores estéticos. Félix, en cambio, concreta
relaciones con las mujeres que le muestran una buena
predisposición hacia él, su finalidad es aparearse todo lo
que pueda, en vistas a esta finalidad, las consecuencias
de salir con chicas que no necesariamente respondan a su
gusto ha sido evaluada y sus decisiones se orientan en tal
sentido, por supuesto, que su performance cuantitativa
es mayor que la de Carlos, porque su acción racional
con relación a fines le posibilita una mayor eficiencia
cuantitativa.
2.3. Tipos ideales de dominación
Las acciones sociales que se enlazan generan una
relación social13
, estase define a partirdeuna reciprocidad
entre acciones sociales. Para que se produzca una relación
social no es preciso que los intervinientes compartan el
mismo significado al entablarla, una relación entre dos
personaspuedesostenerseeneltiempoyqueelsignificado
de la misma para cada una de ellas sea diferente, una
de ellas puede sostener el vínculo por conveniencia y la
13 “Por relación social debe entenderse una conducta plural –de varios- que, por
el sentido que encierra, se presenta como recíprocamente referida, orientándose por
esa reciprocidad. La relación social consiste, pues, plena y exclusivamente, en la
probabilidad de que se actuará socialmente en una forma (con sentido) indicable…”
(Weber, 2012).
151
otra por afecto14
. Esta reciprocidad puede ser positiva o
negativa, la existencia de una relación social no implica
cooperación entre los intervinientes ya que esta puede
ser una relación de conflicto. Las relaciones sociales
pueden ser efímeras (disolverse casi instantáneamente)
o bien, pueden ser duraderas y uniformizarse en el
tiempo. Cuando las relaciones sociales son estables,
se constituyen regularidades en el comportamiento
y los mismos son previsibles formando estructuras
duraderas, cuando esta estabilidad y durabilidad tiene un
respaldo coactivo externo da lugar a una ordenación e
institucionalización de las relaciones sociales.
Hay un tipo particular de relación social que
es central para entender el proceso de racionalización
moderno y para concebir la construcción del poder en un
orden social o en una organización, y es el concepto de
dominación, este concepto es definido por Weber (2012)
como una forma particular de ejercicio de poder (relación
social donde se produce la probabilidad de una de las
instancias de la relación de imponer la voluntad propia
a la de otros, aún con la oposición de estos) basado en
un conjunto de creencias socialmente compartidas que
consideran que ese ejercicio de poder es legítimo. Weber
distingue la dominación de aquellas relaciones de poder
basadas en la fuerza, ya que la dominación involucra
una relación social asimétrica en la que se produce la
14 “Sabemos que para Weber la acción social es siempre significativa, y que la
relación social lo es de manera aún mas profunda, ya que en ella no sólo interesa
la orientación de la conducta del agente en relación con la de otro, sino sobre todo
que el sentido de su acción está condicionado por su orientación en relación con el
propio contenido significativo de las acciones de otro, o de otros agentes posibles”
(Cohn, 1989).
152
probabilidad de que una de las instancias de la relación
pueda ser obedecida por la otra, esto implica la voluntad
de acatamiento del dominado de los fines impuestos
como si hubieran surgidos de sí mismo. La obediencia
se concreta cuando el mandato tiene legitimación, esto
es porque la dominación implica la creencia de los
dominados en alguna fuente de validez, como el carisma,
la tradición o un orden racional legal.15
Para que haya dominación debe haber una
persona o un grupo que la ejerza, se debe contar con la
voluntad de estos de ejercer su influencia y mandatos
que expresen esta voluntad, en una situación diferencial
a estos debe haber personas sobre las que se ejerce la
dominación, quienes poseen la creencia de la validez
del mandato, y la consecuente voluntad de obedecer. La
dominación supone algún grado variable de organización
del poder, que se estructura a partir de las creencias
en su validez que lo legitiman y estabilizan. Un orden
legítimo produce y regula comportamientos y relaciones
sociales, garantizando a través de una administración un
15 “…el Estado se mantiene unido, del mismo modo que cualquier otra organización
social, por una suerte de solidaridad precontractual o no racional. Weber describía
la base del Estado como su legitimidad. No se trata de un cálculo racional del interés
individual, sino de la creencia de que el Estado es válido y poderoso. La legitimidad
puede existir solo en la mente de las personas, pero si existe allí, hace que el Estado
sea fuerte. Cuando el Estado es fuerte puede obligar a las personas a obedecer y a la
vez esto refuerza aún más su legitimidad. Todo el proceso se retroalimenta en forma
circular. Una creencia irracional en el estado, cualquiera sea su fundamento, crea su
propia realidad (…) las personas que comparten un sentimiento en común proveen
las bases para que un Estado cuyos poderes pueden ejercer coacción sobre todos
(…) esto no quiere decir que todos tengan que sentirse solidarios con los demás
para que un Estado pueda existir. El régimen puede perfectamente ser una dictadura
militar o tal vez un gobierno temporal de un partido político en particular” (Collins,
2009).
153
ordenamiento interno que posibilita la estabilidad del
mismo16
.
Toda dominación requiere de un cuadro
administrativo (grupo específico de personas bajo el
poder de mando) que ejecute los mandatos (en cada tipo
de dominación varían las características de este grupo
social). El concepto de dominación fue desarrollado
en un esquema de tipos ideales, los cuales no deben
entenderse como sucesivos en un orden cronológico, ya
que, por ejemplo, “el dominio carismático no es en modo
alguno exclusivo de las primitivas fases de la evolución,
así como, en general, los tres tipos fundamentales de
la estructura de dominación no quedan simplemente
insertados de un modo sucesivo dentro de una línea
evolutiva, sino que pueden surgir simultáneamente en
múltiples combinaciones. Pero lo cierto es que el destino
del carisma queda pospuesto a medida que se desarrollan
lasorganizacionesinstitucionalespermanentes” (Weber,
2012). La dominación que se describe a continuación
suele verse relegada o es de difícil surgimiento en
sociedades basadas en organizaciones de gran desarrollo.
16 “…las leyes son legítimas si han sido legítimamente sancionadas; y la sanción es
legítima si ha ocurrido de conformidad con las leyes que prescriben el procedimiento
que ha de seguirse. Esta circularidad es deliberada. Weber rechazaba explícitamente
las definiciones del estado moderno y de su ordenamiento jurídico centradas ya
en los fines de esta comunidad política, ya en algunos juicios de valor especifico
inspirados por la creencia de su legitimidad. Hacía observar que las comunidades
políticas han perseguido, en un tiempo o en otro, todos los fines concebibles, y que
pueden hacerlo sin perder por ello el carácter de un estado moderno, así como puede
haber liderazgo carismático tanto si el caudillo es un santo como si es un déspota.
Análogamente, la creencia en la legitimidad del orden legal puede estar fundada en
el sentido práctico (por ejemplo, la utilidad del derecho para proteger la propiedad)
o en algún valor último (el derecho, como emanación de la voluntad divina), o en
alguna combinación de ambos elementos” (Bendix, 1970).
154
2.3.1 Dominación carismática
En la dominación carismática la legitimación
descansa en la creencia de los que obedecen al carisma de
un liderazgo. El carisma es definido como una cualidad
extraordinaria, sobrenatural o fuera de lo común que
individuos o un grupo de personas le atribuyen a cierta
figura o personalidad que se considera que la posee
por razones fuera de lo común (Weber afirma que no
importaba si las cualidades atribuidas al líder eran reales
o no, lo central es que hubiese personas que tengan esa
creencia). A quien se le atribuye el carisma por heroísmo
o revelación personal está libre de cualquier vínculo con
lo terrenal, con las obligaciones rutinarias o cotidianas.
Esta dominación carece de cuadro administrativo,
el líder tiene un cuadro de íntimos, secuaces o seguidores.
No se rige por reglas preestablecidas, sólo las que va
creando el poseedor del carisma en el presente en el que se
despliega la dominación. Los vínculos de la dominación
son personales y de fuerte carga emocional, no remiten a
ningún orden externo al de las personas que conforman
esta dominación. Los seguidores se relacionan a través
de una devoción por la creencia en las cualidades
extraordinarias del líder, ajena a toda norma formal o
tradición, Weber indica que “…la autentica dominación
carismática desconoce todo código y estatuto legal
abstracto y todo modo formal de adjudicación. Su ley
objetiva emana concretamente de la experiencia muy
personal de la gracia divina y de la fuerza divina del
héroe” (Weber, 1985).
La dominación carismática desprecia los
155
procedimientos formales, va más allá o desconoce
las reglas establecidas proponiendo ideales y valores
nuevos. Las bases materiales de su dominación son
extrañas a la organización y la planificación racional.
Esta dominación que emerge en situaciones de crisis
de un orden establecido, implica un mandato inestable
pero posibilita resolver situaciones que necesitan de la
recreación de ideales o fines nuevos o que desplacen
a los prevalecientes. El carisma es una fuerza que
rechaza el pasado y por ello se constituye en un impulso
revolucionario, resulta de una fuerza personal de cambio
permanente, por ello su carácter inestable y frágil.
Weber asegura que la dominación carismática
por sus características intrínsecas (ausencia de
reglas formales, vínculos personales y emocionales
estructurando la dominación, negación de la
planificación) es ajena a la economía ordenada, por ello
la base material de su sostenimiento es irracional y, por
ende, frágil e imprevisible. Como esta dominación carece
de un sustento material racional, sus apoyos materiales
son extracciones ocasionales, provienen de formas
inestables, como las dádivas, la extorsión, el pillaje, los
saqueos y las donaciones, todas ellas modalidades que
carecen de continuidad, poco aptas para el desarrollo y
afianzamiento de la dominación. No existe una carrera
de ascensos en el personal que rodea al líder, sólo la
convocatoria de este hacia aquellas en circunstancias
imprevisibles determinadas personalmente, “…no hay
ninguna “jerarquía”, sino sólo intervenciones del jefe,
(…) no existen ni “jurisdicción” ni “competencias”
(…) no hay “sueldo” ni “prebenda” alguna, sino que
156
los discípulos y secuaces viven (originariamente) con
el señor en comunismo de amor o camaradería, con
medios procurados por mecenas” (Weber, 2012).
Esta dominación es frágil, carece de apoyos
o estructuras para su funcionamiento, se sostiene
exclusivamente en el accionar personal del líder
carismático, carece de una organización que le permita
una estabilidad en el tiempo y especialmente esto se
agrava cuando se plantea el problema de la sucesión del
líder, ya sea por su desaparición física o por la pérdida
de la legitimación del carisma atribuido al líder. El
carácter extracotidiano propio del desenvolvimiento
de la dominación carismática, que existe en una
situación de presente permanente, puede configurarse
en estructuras más estables por ejemplo, a partir de una
tradicionalización de las órdenes pueden transformarse
los seguidores del líder en cuadros administrativos
patrimoniales.
La rutinización del carisma puede materializarse,
según Weber (2012), a partir de una serie de variantes,
como la búsqueda de un sucesor que dé señales de poseer
el carisma que lo califique como líder ante la mirada de
los dominados, derivándose hacia una nueva modalidad
personal o hacia una forma de dominación tradicional.
Weber asevera que “…la dominación carismática es
de carácter específicamente extraordinario y fuera
de lo cotidiano, representando una relación social
rigurosamente personal, unida a la validez carismática
de cualidades personales y a su corroboración. En el
caso de que no sea puramente efímera sino que tome
157 el
carácter de una relación duradera -“congregación” de
creyentes, comunidad de guerreros o de discípulos,
o asociación de partido, o asociación política o
hierocrática- la dominación carismática (…) tiene
que variar esencialmente su carácter: se racionaliza
(legaliza) o tradicionaliza o ambas cosas en varios
aspectos” (Weber, 2012).
2.3.2 Dominación tradicional
En la dominación tradicional los mandatos se
legitiman a partir de la creencia de los subordinados
en un orden y en costumbres de carácter sagrado,
provenientes de un pasado que produce una orientación
habitual hacia la conformidad en la obediencia. La
perdurabilidad en el tiempo tornan sagrado a ciertos
valores o concepciones de las cosas, los que obedecen
creen que esas reglas existieron desde siempre y por ello
son válidas. La tradición supone visiones del mundo
constituidas por creencias, ideales, valores ysentimientos
que se transmiten sin cuestionamientos de generación
en generación, muchas de ellas en consonancia con
algún orden religioso. El orden tradicional funciona, a
menudo, a partir de las reinterpretaciones de las reglas o
normas que los que ejercen la dominación realizan para
adaptarlas a sus necesidades o criterios personales.
La autoridad tradicional elabora sus mandatos
orientados por la fuerza de la tradición, la cual demarca
los espacios de libertad para quien ejerce la dominación,
restringe que se puede y que no se puede hacer bajo
reglas no escritas, la arbitrariedad de los mandatos es
menor que en la dominación carismática. La obediencia
158
generada en este tipo de dominación tiene más que ver
con la disposición individual del gobernante que con el
acatamiento de normativas fijas y preestablecidas. A su
vez, los súbditos o servidores del señor poseen márgenes
de libertad para reinterpretar la palabra que de arriba
hacia abajo descendían de la autoridad. La obediencia se
orienta hacia la persona que encarna la tradición, “…los
mandatos de esta persona son legítimos de dos maneras:
a) en parte por la fuerza de la tradición que señala
inequívocamente el contenido de los ordenamientos,
así como su amplitud y sentido tal como son creídos, y
cuya conmoción por causa de una transgresión de los
límites tradicionales podría ser peligrosa para la propia
situación tradicional del imperante; b) en parte por
arbitrio libre el señor, al cual la tradición le demarca el
ámbito correspondiente” (Weber, 2012).
El soberano es considerado por los dominados
(súbditos) como un señor que merced a su gracia y a una
tradiciónquelorespaldadesignaalospuestospúblicos,los
cuales no son asignados por la capacidad yla competencia
sino por lealtad y devoción. Esta dominación puede
producirse con cuadro (patrimonialismo ysultanato) ysin
cuadro administrativo (patriarcalismo y gerontocracia),
cuando se presenta con cuadro administrativo, este tiene
competencias marcadas por el soberano a partir de la
tradición, su reclutamiento es patrimonial, se constituye
como parte de los recursos privados del soberano, no se
distinguen estos de los recursos del ordenamiento, por
lo que las relaciones de dominación son básicamente
personales y el mantenimiento de su equipamiento está
provisto por el soberano.
159
La actividad de los funcionarios tradicionales
con asiduidad se extiende fuera de lo que está
expresamente señalado, el ejercicio de los cargos es
remunerado, fundamentalmente, por el provecho que
el soberano puede extraer de su labor. En los casos en
que la dominación tradicional cuenta con un cuadro
administrativo los miembros de este no son reclutados
por el conocimiento profesional respecto del cargo sino
que este le es “…asignado un cargo por privilegio o
por concesión del señor (realmente o según ficción de
legitimidad) o (…) mediante negocio jurídico (compra,
prenda, arriendo), un derecho propio al cargo, gracias
al cual no pueden ser desposeídos arbitrariamente.
Por tanto la administración resulta, aunque limitada,
autocéfala y autónoma. El administrador carece de todo
derecho al cargo: tampoco posee formación profesional,
ni dignidad estamental de funcionario. Los medios
reales de administración son manejados totalmente en
beneficio del señor, bajo su propia dirección. Cuando el
cuadro administrativo depende por entero del señor, falta
por completo una garantía contra las arbitrariedades
de éste, que entonces pueden alcanzar su magnitud
máxima” (Weber, 1958).
En la dominación tradicional no existen principios
formales e impersonales estructurados y sistematizados
como un orden regulatorio que orienten el devenir de
la dominación, las regulaciones y prescripciones del
actuar no están asentadas objetivamente, es la costumbre
la que orienta el ejercicio de esta dominación, por lo
que al no existir una referencia objetiva se refuerza la
imposibilidad de creación de nuevos principios jurídicos
160
o administrativos. Esta ausencia de formalización tiene
consecuencias negativas (en términos de inestabilidad
del orden) en la base material de esta dominación. La
economía fiscal sobre la que se asienta es irracional, no
existen procedimientos de extracción de recursos basados
en técnicas de cálculo y previsión, el sostenimiento
económico es discontinuo, no se mantiene establemente,
ni es el resultado de planificación alguna, ejemplos de
ello son formas primitivas de recaudación de impuestos,
como prebendas, asignaciones tributarias en especie o
rentas de tierras ancladas a vínculos tradicionales.
2.3.3 Dominación racional legal
En la dominación racional legal la creencia de
los dominados, que da validez a este tipo de dominación,
se orienta hacia un orden impersonal legal que,
abstractamente,reglamentaynormalizalasactuacionesde
sus miembros. Esta dominación se ejerce cotidianamente
a través de un cuadro administrativo especializado, un
aparato burocrático. La burocracia en Weber presenta
un alcance restringido a los órdenes políticos de
dominación ejecutando las tareas gubernamentales y
un alcance ampliado del término que remite al cuerpo
administrativo de cualquier tipo de actividad, este sentido
lleva a emplear el término para analizar las modalidades
de funcionamiento de cualquier tipo de organización en
las sociedades modernas. Esta dominación desplaza la
presencia de factores tradicionales o emocionales, como
su funcionamiento se basa en relaciones impersonales
se elimina la influencia de la presencia de lo personal.
La dominación racional legal, que se materializa en
161
organizaciones, tales como, el Estado moderno, las
empresas capitalistas, organizaciones sociales sistemas
de salud o recreativos, es racional en calidad de la
instrumentalización calculable en el ejercicio del poder.
El cuadro administrativo de esta dominación es
la burocracia, la cual está compuesta por lo siguientes
elementos: a) estructura jerárquica, b) ejercicio
continuado sujeto a ley de funciones reglamentadas con
deberes y derechos, c) poderes para efectivizarlos y los
medios coactivos para su cumplimiento, d) división de
tareas organizadas en ámbitos de especialización, e)
separación del burócrata o funcionario de los medios
administrativos, f) los bienes se hallan separados
del patrimonio del funcionario, g) gestión basada en
documentos escritos, h) sueldo de base monetaria
estipulado formalmente, i) relaciones impersonales
orientadas por un orden legal, j) existencia de tareas
cumplimentadas regularmente, a partir de una concepción
abstracta del deber y k) reclutamiento a partir de la
competencia en el cargo.
A diferencia de la dominación carismática,
donde la autoridad que se ejerce desde lo personal no
tiene ningún límite impuesto, y de la tradicional, donde
el soberano debe actuar sin contradecir una serie de
tradiciones poco explicitas y de amplia resignificación,
en la dominación racional legal la autoridad al ordenar
y mandar obedece estrictamente, a su vez, al orden
impersonal que orienta su accionar. La orientación de los
comportamientos hacia reglas abstractas e impersonales
posibilita la calculabilidad y la previsibildad regular de
162
las ordenaciones.
El reclutamiento del personal en los diferentes
cargos se concreta a partir del saber certificado en el
cumplimiento de la función requerida. Las actividades
del personal burocrático son llevadas adelante por la
provisión de medios materiales que son propiedad de
la organización. El gran instrumento de la superioridad
de la administración burocrática es el saber profesional
especializado y la calculabilidad que posibilita el
sometimiento del comportamiento a reglas impersonales,
precisas y estables, prescriptas formalmente. Weber
afirma que estos elementos hacen a la supremacía de
esta forma de dominación por sobre las otras dos. La
burocracia es la forma la forma más racional de ejercer
una dominación en términos de precisión, continuidad,
disciplina, rigor y confianza, uniformidad en las
prestaciones o en la producción, evaluabildad, intensidad
y extensión en el servicio, aplicabilidad formalmente
universal a toda suerte de tareas, y susceptibilidad
técnica para alcanzar el óptimo en sus resultados.
Las actividades exigidas a partir de los objetivos
de la organización se distribuyen de forma estable y
delimitada rigurosamente a partir de las órdenes de una
autoridad superior, que dispone de los medios normativos
y los recursos de coacción para que las tareas se cumplan
en tiempo y forma. La responsabilidad de las decisiones
descienden de arriba hacia abajo a través de canales
formales al igual que la supervisión de las tareas. La
forma racional legal de ejercer la dominación o de llevar
adelante una organización implica que sus integrantes
163
perciben una remuneración monetaria preestablecida en
contraprestación de sus tareas, por ello esta dominación
debe contar con un sistema de ingresos o de tributación
estable sobre una base monetaria previsible y regular
que permita la extracción de recursos de manera
continuada, esta es una de las bases de la superioridad
de la dominación racional legal por sobre las otras dos.
Weber reconoce que el funcionamiento
burocrático real dista de funcionar según lo planteado en
términos de su tipo ideal, ya que no siempre se cumplen lo
definido conceptualmente.Másalláquelaactividaddiaria
de los empleados y funcionarios estatales esté regulada
por un conjunto restrictivo de normativas, disposiciones
y mandatos que se establecen organizativamente, sus
tareas se enmarcan en un determinado contexto, donde
el Estado actúa con diferentes grados de autonomía con
respecto a los conflictos e intereses de la sociedad. Los
empleados de la burocracia no funcionan como maquinas
impasibles de ejecución de tareas, ya que, son actores
con intereses situados política y económicamente.
La burocratización es un fenómeno que se
produce en sociedades donde las organizaciones son
vitales para la dinámica de la sociedad, implica que
la administración desplaza los objetivos o metas
organizacionales para constituir fines propios “…así, se
llega al punto de que el hospital esté fundamentalmente
al servicio, no de la enfermedad humana, sino del propio
hospital; la universidad, la iglesia y el sindicato llegan a
estar dominados, a través de procesos de racionalización
, por sus propias metas organizativas intrínsecas. Para
164
Weber todo esto es la conclusión natural e inevitable de
un proceso que comenzó cuando empezó a sustituirse el
carácter directo del dominio basado sobre la propiedad
por los procesos más racionales de la dirección y la
administración” (Nisbet, 2003).
A fin de ejemplificar este modo de dominación
puede ser conveniente presentar un caso histórico para
entender como los tipos ideales no representan la realidad
sino que funcionan como estructuras conceptuales
que permiten una aproximación analítica a los casos a
estudiar. Cada uno de los mismos nunca presenta todos
los lineamientos propuestos desde el plano teórico. Un
ejemplo que siempre se presta a confusión es el de la
experiencia nazi en Alemania. En ocasiones, se señala
este caso como ejemplo de dominación carismática,
confusión que fundamentalmente, es resultado de las
características de su líder, Hitler, al cual se le atribuyen
cualidades carismáticas.
Zygmunt Bauman (2011) analiza el exterminio
social de los nazis bajo esta perspectiva, establece que
las tareas conducentes a este propósito (moralmente
repugnable) no se diferenciaban formalmente de otros
quehaceres burocráticos ya existentes en la organización,
supervisión y ejecución estatal y empresarial. Solo una
planificación precisa y coordinada, a través de protocolos
formales de acción, basada en la deshumanización y
distanciamiento de los objetos de intervención (millones
de vidas humanas), a partir de un conjunto coherente de
reglas abstractas, posibilitaron la capacidad de llevar
adelante un emprendimiento impersonal de aniquilación
165
a esa inmensa escala. La gestión administrativa del uso
de los recursos, a fin de abaratarlos, y el control de la
complejidad del emprendimiento fueron ejemplares en
términos técnicos.
El proceso de racionalización en la experiencia
nazi fue progresivo y no careció de incongruencias
en comparación con lo establecido en el tipo ideal de
dominación racional-legal weberiano. Según el experto
analista del fenómeno del nazismo Ian Kershaw (2013)
el holocausto no se hubiese producido sino fuera por
la fanática voluntad de Hitler pero que tampoco se
hubiese llevado a cabo sin la activa complicidad de
la administración pública en la ejecución burocrática
del exterminio y de los industriales alemanes, que se
beneficiaron con la fabricación de los instrumentos
para el asesinato masivo y el establecimiento de las
maquinarias y fabricas instaladas en los campos de
concentración.
Laexperienciadelnazismodebeubicarsecomoun
ejemplo de dominación racional legal, ya que representó
un ejercicio de poder, organizado racionalmente, a partir
de una estructura burocrática, jerárquica, piramidal,
formalizada dentro de un orden abstracto que implicó una
legalidad bajo los valores e ideales del nazismo. Weber
explica que, en la cima de las dominaciones racionales
legales puede haber un componente no racional y esto
no invalida que la dominación sea encuadrada dentro de
ese tipo ideal.
166
3-Tipos de racionalidad
3.1. Racionalización y racionalidad
Desde los criterios teóricos de Weber y, más
específicamente, desde el planteo de Stephen Kalberg
se emplea en este texto el concepto de racionalidad
para designar una lógica basada en la calculabilidad, la
sistematicidad y la coherencia con respecto a principios
teóricos, prácticos, valorativos o abstractos en la
producción del sentido de la acción y la racionalización
como un proceso por el cual se instala como un modo
de vida, configurando heterogéneamente los diferentes
órdenes de la vida social. La racionalidad resulta en el
sentido de una acción en la ajuste entre medios y fines,
entre opciones de comportamiento y valores, en la
elección de las posibilidades según las expectativas y de
manera sopesada y medida.
La racionalización implica la aplicación de
algún tipo de racionalidad, se constituye como la
transformación de las cosas que no son racionales bajo
criterios de racionalidad. Weber la presenta como una
tendencia hacia la organización de los diferentes órdenes
delavidasocial (político, económico, cotidiano, cultural)
a partir de principios preestablecidos, coherentes,
impersonales, sistemáticos y evaluables, su presencia
en la configuración en los comportamientos y en la
subjetividad no supone necesariamente la materialización
de un determinado tipo racionalidad. Es un proceso
de orientación y organización de la subjetividad, de
los comportamientos y de las relaciones sociales de
las sociedades modernas en los órdenes económicos,
167
culturales, políticos y sociales. La racionalización libera
a los individuos de las tradiciones, de lo imprevisto, de
aquellas modalidades de regulación del comportamiento
arbitrarias pero lo encierra en un cosmos asfixiante de
reglas impersonales de difícil evasión. La capacidad
técnica de las organizaciones posibilita que los
individuos superen su dependencia de las formas de
dominación tradicionales, pero paradójicamente, la
técnica transformada en fundamento de la regulación del
comportamiento representa una amenaza a la libertad y
la creatividad.
La racionalización se apoya en el desarrollo
técnico científico y en la aplicación intencional de reglas
como ejes para evaluar el accionar humano, desplazando
a la tradición, la emocionalidad y la espontaneidad de su
horizonte. Supone un proceso de complejización de los
diferentes ordenes de la vida (los conocimientos sobre el
funcionamiento de la realidad económica, política, social,
cultural aumentan día a día) pero, paradójicamente, esto
mismo implica una simplificación de la vida en términos
de procedimientos (cada vez es más fácil es manejar un
automóvil, limpiar la ropa, transportarse de un lugar a
otro) que pueden automatizarse en comportamientos
casi irreflexivos en su concreción cotidiana.
En comparación con las sociedades premodernas
en la que sus integrantes conocían los instrumentos
que empleaban y sabían qué hacer para procurarse los
elementos que le posibilitaban vivir, en la sociedad
moderna el conocimiento se ha especializado y una de
sus consecuencias es que la mayoría de la población
168
emplea cotidianamente con eficiencia elementos pero
que no saben cómo funcionan, como por ejemplo un
lavarropas o un televisor, ante cualquier desperfecto no
queda más remedio que llamar a un especialista para que
revise el artefacto17
.
La racionalización supone que un viajante de un
transportepodría, si quisiera, acceder al conocimientoque
le permitiese entender el desplazamiento del vehículo,
descartando que en su funcionamiento intervenga
alguna fuerza misteriosa. Weber (1998) establece que
la racionalización se manifiesta bajo modalidades
diversas18
, puede desarrollarse con criterios diferenciales
en el ámbito religioso, en el jurídico, en el militar, en el
17 “…la intelectualización y racionalización creciente (…) significan (…) el
conocimiento o convicción de que, de desearlo, podríamos descubrirlo en cualquier
momento. Por tanto, significan que, en lo esencial, no intervienen fuerzas misteriosas
incalculables, sino que, en principio, podemos controlar todas las cosas mediante el
cálculo. Ello supone un desencantamiento del mundo. Ya no es necesario recurrir
a medios mágicos a fin de dominar o implorar los espíritus, como hacia el salvaje,
para quien existían poderes misteriosos. Los medios técnicos y el cálculo cumplen
esa función” (Weber, 1985).
18 “…la expresión “racionalismo” puede significar cosas muy diferentes. Significa
una cosa cuando consideramos el tipo de racionalización con el que un pensador
sistemático elabora la imagen del mundo: un progresivo dominio teórico de la
realidad a través de conceptos cada vez más abstractos y precisos. Racionalismo
significa otra cosa cuando consideramos el logro metódico de un fin práctico
y rigurosamente determinado por medio de un cálculo cada vez más refinado de
los medios apropiados (…) “racional” también puede tener el significado de
una “planificación metódica”. Y así son racionales estos métodos: métodos de
ascetismo mortificatorio o mágico, de contemplación en sus formas más coherentes,
por ejemplo, el yoga; o, el manejo de las máquinas de oraciones del budismo
actualizado. Por regla general, son “racionales” todas las formas de ética práctica,
sistemática y definitivamente orientada hacia fines precisos de salvación, en parte
en igual significado en que es racional el método formal, y en parte en la medida en
que se distingue entre preceptos “válidos” y lo que se presenta como dato empírico”
(Weber, 1987).
169
cultural, en el científico, en el político, en el económico
o en el de la educación. El proceso de racionalización
funciona, a partir de diferentes tipos de racionalidad, de
forma disímil en cada sociedad y en cada ámbito de la
misma, por ello lo racional y lo irracional es un asunto
de perspectiva, ya que, toda actividad es plausible de
racionalizarse, “…lo irracional no es algo sustantivo,
sino por relación a un determinado punto de vista
racional. Nada es racional o irracional en sí mismo,
sino por referencia exclusiva al punto de vista valorativo
desde el que la acción es considerada” (Ruano de la
Fuente, 1996) 19
.
Aunque la racionalización moderna es
considerada por Weber (2012) como una modalidad
histórica estructurada a partir de la posibilidad de contar
un desarrollo científico, con el despliegue confiable de
dispositivos técnicos y administrativos para dinamizar
y organizar la calculabilidad, la evaluación exacta y
permanente en los procedimientos según bases racionales
y científicas, es necesario aclarar, que según el análisis
weberiano el proceso de creciente racionalidad no se
considera como la única explicación, o que suponga que
es la correcta interpretación de la realidad de la sociedad
capitalista.
19 “Hay, por ejemplo, racionalizaciones de la contemplación mística, que es un
comportamiento que (visto desde otros ámbitos de la vida) es específicamente
irracional, del mismo modo que hay racionalizaciones de la economía, de la técnica,
del trabajo científico, de la educación, de la guerra, de la administración de la
justicia. Además cada uno de estos ámbitos puede ser racionalizado partiendo de
consideraciones ultimas y objetivos sumamente diversos, y lo que es racional desde
un punto de vista puede ser irracional desde otro punto de vista (…) lo decisivo en su
diferencia es que esferas fueron racionalizadas y en que dirección” (Weber, 1998).
170
El cosmos de valores del capitalismo moderno
estuvo inicialmente impulsado bajo los principios éticos
proveniente de la religión protestante, centralizados en
el ascetismo, la constricción ante los placeres mundanos,
la energía de la fe sobre la actividad profesional y el
empleo del tiempo en forma productiva 20
(entre otros
factores), posteriormente, este impulso de religiosidad se
fue diluyendo permitiendo una creciente fragmentación
de sentido integrada únicamente por los principios de la
mercantilización.
Weber establece como un punto de inflexión en el
desarrollodelprocesoderacionalización laemergencia,la
transmisión y la aplicabilidad del conocimiento científico
en ámbitos cotidianos y extracotidianos. La ciencia
moderna no solo tiene efectos de utilidad aplicables a la
vida de todos los días sino que también genera saberes
que se enfrentan a las tradicionales respuestas religiosas,
como las que dan cuenta de la existencia del cosmos,
el origen del hombre, la reproducción de los seres
humanos, entre otros tópicos21
. El pensamiento científico
20 “El ascetismo protestante intramundano (…) dirigió toda su energía contra el
disfrute natural de las propiedades, freno el consumo y en especial el lujo. Por el
contrario, descargó psicológicamente a la adquisición de bienes de los obstáculos
de la ética tradicionalista, rompió las cadenas del afán de lucro al legalizarlo y
considerarlo (…) querido por Dios. La lucha contra el deseo carnal y el apego a los
bienes exteriores no era (…) una lucha contra el lucro racional, sino contra el uso
irracional de las propiedades (…) el ascetismo no quería imponer a los propietarios
una mortificación, sino el uso de sus propiedades para cosas necesarias y útiles de
manera práctica” (Weber, 1998).
21 “Para Weber, el ascenso de la ciencia como modo de conocer y experimentar
auguró consecuencias particularmente decisivas, ya que amenazó con expulsar los
valores por fuera de la arena de la “creencia” y ubicarlos en el reino del cálculo:
con el advenimiento de la visión científica del mundo, incluso los valores pudieron
ser sometidos a la observación empírica, a la medición matemática y a la prueba.
171 no
responde por los fines últimos de las cosas ni pretende
resolver el significado de la existencia humana y del
cosmos pero los conocimientos que ha generado sobre el
origen y el funcionamiento de la vida y la dinámica del
universo ha puesto en entredicho lo dogmas de fe de las
grandes religiones.
Kalberg (2007) establece que en los escritos de
Weber no hay un desarrollo puntual, ni una explicitación
precisa de la racionalización como tema, para analizarlo
éste debe ser rastreado en diferentes textos, ya que se
hace mención del mismo de forma fragmentada y
diseminada, está implicado al tratar otros temas. El
concepto de racionalización no es unívoco, ni designa
un desarrollo general de las sociedades, sino que, se
puede vincular con diferentes modalidades de organizar
realidades heterogéneas, a fin introducir regularidades
en los comportamientos sociales. Estas formas de
controlar el sentido y las acciones sociales pueden
estar institucionalizadas, remitir a formas valorativas,
funcionar como mecanismos impersonales de referencia
o pueden ser ejecutarse a partir de intereses personales y
pragmáticos. A partir de cierta racionalización se pueden
generar modos de vida, o bien pueden hacer funcionar
acciones acotadas en tiempo y lugar.
Enfatizó que con este desarrollo la ciencia se ubicó como la oposición más fundada
a todas las visiones religiosas del mundo, las cuales, en tanto postulados éticos,
afirmaban la “falta de sentido” de la vida mundana y de ciertas acciones, como
resultado de su valoración de los caminos particulares de salvación” (Kalberg,
1977).
172
3.2. Tipos de racionalidad
Kalberg considera que podrían distinguirse
cuatro tipos de racionalidad: la racionalidad
sustantiva, la racionalidad formal, la racionalidad
práctica y la racionalidad teórica. La racionalidad
sustantiva o material se plasma como un patrón de los
comportamientos significativamente orientados por el
acatamiento coherente con respecto a ideales, valores
éticos o creencias internalizadas. Implica en la lógica
del comportamiento una evaluación metódica de los
actores sobre como cumplir determinados ideales
o referencias valorativas. Este tipo de racionalidad
responde a una perspectiva ética que orienta y configura
los comportamientos sociales en esquemas de acción
coherentes y previsibles con ciertos postulados de valor,
que pueden funcionar de forma delimitada o con un
alcance general. Esta orientación social se manifiesta
en acciones ligadas sistemáticamente con regulaciones
y parámetros normativos determinados por ideales y
valores, como el deber, la decencia, la honorabilidad o la
fidelidad a una nación.
Los valores representan guías que orientan
la conformación del sentido de las acciones, la
racionalidad aquí consiste en el ajuste consistente de
los comportamientos y las relaciones22
. La racionalidad
que surge de la observancia a un orden ético implica
22 “…la racionalidad sustantiva ordena directamente la acción en patrones. Lo
hace, sin embargo, no puramente en base a un cálculo de medios-fines acerca de las
soluciones ante problemas rutinarios, sino en relación a un “postulado de valor”
pasado, presente o potencial. No simplemente un valor singular, como puede ser una
evaluación positiva de la riqueza o del cumplimiento del deber, sino un postulado de
valor que implica conjuntos enteros de valores que varían en lo que abarcan, en su
coherencia interna y en su contenido. Luego, este tipo de racionalidad existe como
una manifestación de la capacidad inherente al hombre para la acción racional con
arreglo a valores” (Kalberg, 1977).
173 un
punto de vista que fija la dirección del proceso de
racionalización y se subsume hacia ese orden pero
sin que se puedan establecer criterios o estándares
universalmente validos para evaluar otros sistemas
éticos o de creencias. Weber plantea un perspectivismo
ético insuperable, que implica que las decisiones,
evaluaciones y preferencias de los actores por ciertos
ideales o valores, que posibilitan la consecución de los
comportamientos para ajustarse a dichos valores, no
pueden ser justificadas o avaladas por ningún criterio
racional que vaya más allá de ese cosmos ético. Los
valores son racionales para el actor en términos de ajuste
evaluado hacia los mismos, es racional la acción en tanto
es coherente con los ideales y creencias que conforman
ese orden ético. Lo irracional es, contrariamente, la
acción que responde a una multiplicidad de valores
enfrentados o diferenciales23
.
La racionalidad formal o instrumental descansa
en una lógica que emplea la calculabilidad en la
orientación del sentido de los comportamientos, no
busca arribar al cumplimiento de un valor sino al de
un fin determinado, cualquiera sea este, a partir de un
conjunto de prescripciones, conocimientos empíricos,
técnicas o reglas de un orden impersonal y abstracto. La
23 “…la racionalidad de los valores y de las orientaciones valorativas es
determinada en virtud de la consistencia y de la cualidad unificante y sistematizadora
de los valores mismos, que, en consecuencia, serán principios orientadores de un
estilo de vida unitario. Sólo los valores que puedan ser abstraídos y generalizados,
y transformados así en principios que puedan ser interiorizados como principios
básicamente formales, y aplicados procedimentalmente, pueden ejercer una fuerza
orientadora de la acción lo bastante intensa como para trascender las situaciones
concretas y, en el limite, penetrar sistemáticamente todos los ámbitos…” (Ruano de
la Fuente, 1996).
174
impersonalidad propia de este tipo de racionalidad se
manifiesta en la lógica de la acción técnica, que supone
un recorte de una totalidad para que su operatividad sea
eficiente, evaluable, posibilitando la reorganización de
la realidad enfocada, a partir de finalidades o valores
que están por fuera de esta esfera de acción. Este tipo de
racionalidad siempre supone un funcionamiento dentro
de una dimensión local de un orden que lo contiene, y
desde donde surge el impulso o las finalidades de su
intervención.
El funcionamiento impersonal de las relaciones
de mercado implica la imposición de una racionalidad
formal carente de un centro organizador, las acciones
dentro del marco de estas relaciones económicas implican
procesos de calculo y de evaluación de probabilidades
de forma impersonal, que se impone tanto en el pedido
de un crédito, en la planificación de la producción de
bienes, la estrategia de comunicación en los servicios al
publico o en la inversión en la bolsa. Si un trabajador
pretende conseguir un crédito hipotecario, el banco lo
tratará impersonalmente, a partir de las condiciones
exigidas por el banco, a partir de los requisitos formales
presentados por el solicitante “…la racionalidad formal
legitima fundamentalmente un cálculo racional con
arreglo a medios-fines similar, pero referenciándose en
reglas, leyes o regulaciones ya existentes y aplicadas
universalmente (…) en la medida en que reina el puro
cálculo en términos de reglas abstractas, las decisiones
se toman “sin consideración de las personas”. Una
orientación de la acción hacia reglas formales y leyes
equivale a un rechazo a cualquier arbitrariedad: aquí el
175
universalismo y el cálculo con relación a regulaciones
aprobadas se ubican estrictamente en oposición a la toma
de decisiones relacionada con cualidades personales de
los individuos implicados” (Kalberg, 1977).
La racionalidad material supone una orientación
y ordenación regida por criterios que se distancian de
pautas impersonales, para regirse normativamente
con respecto a valores o ideales, por lo que supone
criterios no abstractos o extraeconómicos, llevando a la
acción social a guiarse por estos valores o ideales. La
racionalidad formal es una modalidad de orientación
y regulación de los actuaciones que requieren del
incremento de las capacidades técnicas (aplicación de
un conjunto de medios planificada e intencionadamente
para cumplir con determinados requerimientos o fines)
para consolidar un entramado de relación eficiente entre
reglas y fines, dando lugar a un marco calculable de
regulación y de prescripciones habilitantes y restrictivas
de los comportamientos.
En la gestión económica la forma dinero
representa el máximo de calculabilidad, impersonalidad
y abstracción en los intercambios. En el orden jurídico
es constatable que, mas allá que el funcionamiento
de la racionalidad formal remite a la coherencia y la
sistematicidad entre sus reglas y principios fundantes y
la racionalidad material suponga una referencia a ideales
o valores que están por fuera de la estructura normativa,
ambas funcionan en la realidad concreta implicadas una
en la otra, ya que “…la racionalidad material contiene
de alguna manera elementos de la racionalidad formal, y
176
la racionalidad formal contiene algo de la racionalidad
material, pues todo el sistema de normas, jerarquías
y procedimientos, etc.. se establece para aplicar
determinados fines, para conseguir determinados
objetivos. Además en un mundo con luchas en todas las
esferas, se le presentan al derecho exigencias materiales,
de realización de determinados objetivos, que pueden
poner en cuestionamiento la racionalidad formal, en
el sentido de que ponen en entredicho el formalismo
jurídico…” (Abellan, 2004).
La articulación entre la racionalidad sustantiva y
la racionalidad instrumental se presenta en la experiencia
del nazismo como pocas veces en la historia. La
racionalidad instrumental desplegada burocráticamente
en el exterminio de millones de personas resultó de la
materialización de una racionalidad orientada hacia los
valores de la superioridad germana, de la preeminencia
de la raza aria por sobre otras razas. Así, la población
alemana fue escolarizada, socializada políticamente y
conducida desde el aparato gubernamental con el fin
de que se incorporaran los valores sostenidos por el
régimen. La concepción ética del Tercer Reich, que se
puede caracterizar como sexista, discriminatoria, racista
y materialista, se consolidó en las prácticas sociales en
Alemania en gran parte de la población, como resultado
de la efectivización coherente de una racionalidad
sustantiva. Ideales, creencias y valores conformaron una
concepción de la existencia que legitimó las acciones del
nazismo, materializándose en políticas gubernamentales,
conformando en militares yfuncionarios unaracionalidad
instrumental o formal, que no cuestionó los principios
éticos del régimen.
177
Mientras que la racionalidad formal se
materializa en una lógica que sopesa medios y fines, en
coherencia con reglas, leyes o regulaciones resultantes
de un orden impersonal abstracto, la racionalidad
práctica se manifiesta en una actitud personal hacia el
cálculo y la evaluación de las posibilidades disponibles
en la resolución de los problemas cotidianos, a partir de
patrones de acción racional con arreglo a medios-fines
que se desprenden de los propios intereses pragmáticos.
Por ello, la racionalidad práctica implica la presencia
de procesamientos evaluativos y de calculabilidad
orientando el sentido de la acción en el flujo aleatorio de
los intereses cotidianos, casi al nivel de lo automatizado
o de lo no premeditado, se presenta como resultado
haber internalizado estos mecanismos de manera muy
arraigada, para sortear los obstáculos que se le presentan
al individuo en el devenir azaroso de la vida cotidiana.
Este tipo de racionalidad supone que el razonamiento
metódico forma parte de esquemas cognitivos o
actitudinales en la adaptación pragmática del sujeto a las
circunstancias de la vida moderna. Kalberg expresa que
este tipo de racionalidad presenta un carácter impreciso,
noremiteniaunconjuntodevaloresniafinesprovenientes
de un orden impersonal y abstracto que sirva como
referencia y coherencia, solo implica la administración
en la resolución de las dificultades rutinarias, cotidianas
y pragmáticas. Las disposiciones subjetivas que
conforman la racionalidad práctica predominan en la
cotidianeidad de las sociedades modernas debido a
que se posee la disponibilidad de saberes empíricos,
consejos profesionales, documentación técnica sobre
aquellas cosas que atiene al desenvolvimiento de la vida
cotidiana.
178
Los saberes disponibles conforman un marco
empírico técnico desde donde se genera una orientación
regular de este tipo de acción, por ello, la racionalidad
práctica funciona no solo como un procedimiento
personal interiorizado a partir del posicionamiento
del individuo dentro una organización para controlar
y ajustarse a la realidad objetiva, sino que, funciona
como una disposición subjetiva cognitiva que orienta y
conduce las decisiones de la acción en torno a ciertos
fines o valores. La racionalidad práctica supone acciones
de dominio sobre la realidad basadas en patrones que
se dirigen a manipular las rutinas diarias, implica una
tendencia sistemática y coherente con ciertos criterios
probados de eficacia. En la racionalidad práctica, la
ordenación de la acción deriva del cálculo intencional,
pragmático y maleable con respecto a los intereses o
fines de los individuos con respecto a la dinámica de
las vicisitudes de la realidad diaria, esta orientación
pragmática puede en su concreción a través de las
rutinas diarias transformarse en protocolos de conducta
implicando un nivel de automatización mental en la
configuración del comportamiento. Opuestamente,
la racionalidad teórica requiere necesariamente de
un elevado nivel de conciencia en la organización del
sentido ya que tiene como apoyo en el uso de procesos
cognitivos desde una estructura conceptual.
La orientación que provee la racionalidad teórica
aludealautilizaciónconciente,sistemáticayfundamentada
en el sentido de los comportamientos y en la lectura de
la realidad a partir de esquemas conceptuales e ideas
abstractas definidas con precisión y que coherentemente
179
conforman cosmovisiones objetivadas (en conceptos)
de la realidad. En las sociedades tradicionales este tipo
de racionalidad basada en una cosmovisión religiosa era
central en la organización unitaria del sentido. Este tipo
de racionalidad proviene, en la actualidad, de la ciencia
y de la técnica profesional, que establecen parámetros
organizacionales y subjetivos. Aún es posible que la
racionalidad proveniente del conocimiento religioso
funcione en la esfera privada de aquellos individuos
que profesen algún tipo de fe institucionalizada. La
racionalidad teórica (religiosa o científica) posee una
base de valores o supuestos sobre la que funciona, el
funcionamiento de la ciencia implica la existencia de
“…supuestos que escapan a la discusión racional no
solo la validez de la lógica y de la metodología, sino
también la validez de los valores internos que orientan
la racionalización de la propia esfera científica. Y así,
las ciencias de la naturaleza responden a la pregunta de
que debemos hacer si queremos dominar técnicamente
la vida; pero las cuestiones previas de si debemos, y
en el fondo, queremos conseguir este dominio y si tal
dominio tiene verdaderamente sentido son dejadas de
lado o simplemente, son respondidas afirmativamente
de antemano” (Ruano de la Fuente, 1996).
La racionalidad teórica basada en el conocimiento
científico genera en la sociedad moderna una tendencia
hacia la intelectualización y la profesionalización de
la vida, empujando a los actores a una permanente
confrontación con creencias o tradiciones, provee
explicaciones y esquemas organizados y probados
empírica y racionalmente para afrontar prácticamente la
180
realidad, e influye en la cosmovisión de los actores, que
percibir la realidad a través de estructuras conceptuales
y sistemas derivados de la medición y experimentación
empírica. En épocas pretéritas a la modernidad donde
los portadores del saber eran los religiosos esta
racionalización cerraba el sentido y la mirada del
mundo con la aceptación en base a los principios y
creencias de la fe. La objetivación conceptual y teórica
de la realidad permite que la subjetividad produzca
instancias posteriores de sistematización y ajuste en
la interpretación de esa realidad. Esta racionalización
provee el fundamento a los mecanismos de cálculo y de
abstracción conceptual vitales para el funcionamiento de
la racionalidad formal, además, de su impacto sobre la
racionalidad práctica24
.
Las subjetividades expuestas a los productos
de la racionalidad teórica pueden transformarse,
posteriormente,apartirdesucirculacióneinternalización
(a través de la educación o la exposición a fuentes de
datos o recomendaciones profesionales) en protocolos
estables y normativos que posibilitan la evaluación y
conmensuración de comportamientos, las emociones
y las costumbres, esto se verifica, por ejemplo, en la
influencia de las guías de recomendaciones terapéuticas
para problemáticas psicológicas o vinculares, que han
excedido el ámbito de la terapia y que aparecen en
revistas de interés general. Los procesos cognitivos
24 “La racionalización teórica y práctico-técnica guardan entre sí, sin duda, una
estrecha relación de dependencia. Porque la racionalidad formal de una acción
dirigida a un fin (…) se mide por la corrección del calculo de medios y de fines, y esta
corrección objetiva es tanto mayor cuanto mayor sea el grado de intelectualización
de la realidad” (Ruano de la Fuente, 1996).
181
implicados en la manifestación de la racionalización
teórica se enfrentan con la realidad para categorizarla,
analizarla y explicarla en su dinámica a partir un
cúmulo organizado y articulado de saberes o sistemas
simbólicos con elevado grado de abstracción. Las
creencias de las religiones organizadas o los supuestos
teóricos de la ciencia pueden, según las circunstancias,
circular y ser apropiados socialmente, influyendo en los
comportamientos cotidianos. La racionalidad teórica
presume una acción intelectual cognitiva que implica un
manejo reflexivo de la realidad, la cual es segmentada
abstracta y conceptualmente a través de la construcción
de conceptos definidos unívocamente y con precisión.
Según Kalberg (1977) los diferentes tipos de
racionalidad tienen en común que se basan en procesos
mentales metódicos dirigidos a intentar configurar
y controlar la realidad. La racionalidad supone una
construcción de sentido dirigida a organizar y controlar
la realidad, a fin de que ésta no se manifieste como
un caos desordenado de percepciones particulares y
efímeras. En todo proceso de racionalización se organiza
metódicamente la infinita manifestación de hechos,
sucesos aislados y acontecimientos dispersos. Más allá
de que su significación sea consecuencia del cálculo entre
medios y fines a partir de un orden formal, que nazca de
la subordinación a un orden ético o que resulte de una
calculabilidad pragmática, la racionalización se concreta
como una modalidad de construcción del sentido,
rechazando las concepciones y las significaciones
particularizadas para ordenarlas y canalizarlas dentro de
patrones de acción social, de esquemas de organización,
182
deregularidades comprensibles. Los tipos deracionalidad
sustantiva, formal, y teórica suelen ser decisivas en el
proceso de institucionalización social y de conformación
de realidades organizacionales, estructuradas como
conjuntosdeprocedimientos,regularidades y normativas,
en cambio, la impronta difusa de la racionalidad práctica
la remite a la resolución de la vida cotidiana.
4-La tendencia hacia la racionalización
4.1. “La jaula de hierro de la burocracia”
La racionalización moderna, implica para Weber,
un “cosmos” de difícil salida, con un carácter similar a lo
inevitable, funcionando como una fuerza social sostenida
en el funcionamiento administrativo de organizaciones
a gran escala, influyendo, casi imperativamente, en
plano de las subjetividades. Un concepto muy difundido
atribuido a Max Weber que metaforizaría sobre la
racionalización como destino probable de la vida de la
sociedad moderna dentro de organizaciones burocráticas
es la “jaula de hierro” de la burocracia. Esta imagen de
una maquinaria que, desde afuera de la subjetividad,
encierra férreamente a lo humano, de la que no habría
escape, supone una estructura inerte que materializa
la regulación de los participantes de los entornos
organizados amenaza la libertad, la creatividad y la
espontaneidad y todas aquellas características que hace
a cada ser humano una persona única.
EduardoFidanza(2005)atribuyeaTalcottParsons
183 la
difusión y el malentendido de este término, a partir de la
explicación de Weber donde subraya la importancia del
impulso religioso y su posterior languidecimiento
durante el desarrollo del orden económico capitalista25
,
el carácter religioso desaparece (o remite como creencia
a la esfera personal) como factor de organización social
siendo reemplazado por mecanismos impersonales que
someten a los individuos a una férrea orientación del
comportamiento26
.Fidanzaaclaraque“…loquellamamos
25 “El puritano quería ser un hombre profesional, nosotros tenemos que serlo. Pues
al trasladarse la ascesis desde las celdas monacales a la vida profesional y comenzar
su dominio sobre la moral intramundana, contribuyó a la construcción de este
poderoso cosmos del orden económico moderno que, amarrado a las condiciones
técnicas y económicas de la producción mecánico-maquinista, determina hoy con
fuerza irresistible el estilo de vida de todos cuantos nacen dentro de sus engranajes
(no sólo de los que participan directamente en la actividad económica), y lo seguirá
determinando quizás mientras quede por consumir la última tonelada de combustible
fósil. El cuidado de los bienes exteriores, decía Baxter, no debía ser más que ‘un
liviano manto que se puede arrojar en todo instante’sobre los hombros de sus santos.
El destino ha convertido este manto ligero en férrea envoltura. La ascesis emprendió
la tarea de actuar sobre el mundo y transformarlo; con ello los bienes exteriores
(…) alcanzaron un poder creciente y al cabo irresistible sobre los hombres, (…) que
no ha tenido semejante en la historia. Hoy su espíritu se ha deslizado fuera de esa
envoltura, quien sabe si definitivamente. El capitalismo victorioso, descansando (…)
en un fundamento mecánico, ya no necesita (…) de su sostén” (Weber, 1988).
26 “Una máquina inerte es espíritu coagulado, y el sólo serlo le da el poder de
forzar a los individuos a servirla, de determinar el curso cotidiano de sus vidas
de trabajo de modo tan dominante como es efectivamente el caso en la fábrica.
Es espíritu coagulado, asimismo, aquella máquina viva que representa la
organización burocrática con su especialización del trabajo profesional aprendido,
su delimitación de las competencias, sus reglamentos y sus relaciones de obediencia
jerárquicamente graduadas. En unión con la máquina muerta, la viva trabaja en
forjar el molde de aquella servidumbre del futuro a la que tal vez los hombres se vean
algún día obligados a someterse, impotentes como los fellahs del antiguo Estado
egipcio, si una administración buena desde el punto de vista puramente técnico llega
a representar para ellos el valor supremo y único que haya de decidir acerca de la
forma de dirección de sus asuntos” (Weber, 2012).
Racionalización y jaula de hierro en Max Weber
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Racionalización y jaula de hierro en Max Weber

  • 1. RACIONALIZACIÓN Y JAULA DE HIERRO EN MAX WEBER por José María Serbia
  • 2. 128
  • 3. 1. Introducción 129 La producción intelectual de Max Weber (1864- 1920) supone para la sociología una de las bases de su construccióncomociencia.JuntoaEmileDurkheimyKarl Marx representan los llamados clásicos de la sociología (aunque Weber y Marx no hayan sido precisamente sociólogos). Su pensamiento se ha plasmado en obras fundamentales como La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Sociología de la religión, Economía y sociedad (elaborado con posterioridad a su muerte por su esposa y colaboradores), entre otros. Una de las problemática que emerge de sus obras tiene que ver con la ruptura con visiones homogéneas del mundo, características de las sociedades tradicionales, como consecuencia de un proceso de racionalización, el cual tiene múltiples manifestaciones, que remiten a ámbitos muy diversos de la vida social. Su obra es una referencia ineludible para analizar la configuración de las subjetividades en un marco social, cultural y económico apoyado en el funcionamiento de grandes organizaciones. El presente texto no pretende dar un panorama completo de su vasta producción ni pretende sintetizarla, sino que, se dirige a presentar el tema de la racionalización, como proceso social que continúa manifestándose en la actualidad. Max Weber identifica a este desencanto (o desmagificación, como plantean algunos analistas de su obra) del mundo como resultado de un proceso de racionalización. Para Weber la racionalización reconfigura diferentes dimensiones de la vida social y subjetiva, generando un mundo avanzado
  • 4. 130 en muchos aspectos pero deshumanizado. Si alguien pretendiera entender el proceso de racionalización en occidente y sus expresiones en la sociedad contemporánea podría mirar su muñeca y reflexionar sobre como el reloj que allí se encuentra es una herramienta vital para la organización de su vida cotidiana. La cronometrización del mundo, basada en la estandarización horaria, es uno de los efectos más permanentes y, quizás por eso, uno de los más imperceptibles en la configuración no sólo de las actividades laborales, políticas o económicas sino también de las prácticas cotidianas y afectivas de todo miembro de la sociedad moderna. Si revisamos nuestra billetera encontramos nuestra cédula de identificación con una serie de datos y una numeración que señala nuestra singularidad que nos resulta imprescindible para participar de la vida social y de su orden legal. Viajar en un transporte, trabajar en una organización, realizar ejercicio físico en un centro deportivo, comer en un restaurante son actividades que tienen en común el hecho de realizarse bajos ciertas condiciones en determinados espacios sometidos a reglas de funcionamiento. La irracionalidad es una palabra que cotidianamente tiene connotaciones negativas, inversamente, las personas emplean la palabra racional o racionalidad como un adjetivo para designar a los comportamientos prudentes o sensatos, se utiliza el términocomounsinónimodelacorduraencontraposición a lo irracional, que se asocia a la demencia o al delirio. Estos significados de racionalidad se diferencian de los
  • 5. 131 que se van a utilizar en este texto, por ello, para precisar los conceptos a emplear se define lo racional inicialmente como aquellos hechos, comportamientos o pensamientos configurados bajo el uso de la razón, presentado así una coherencia o lógica interna. Una aproximación al concepto de racionalización, desde la sociología weberiana, liga el término a los comportamientos predecibles que descansan en procesos subjetivos de calculabilidad, en la aplicación de procedimientos mentales que entrañan una determinada lógica, consistentes y evaluativos con respecto a datos empíricos fiables para tomar decisiones con previsión de sus consecuencias. El proceso de racionalización moderna se asocia al desarrollo de organizaciones a gran escala en el ámbito político, económico y social. Esta forma de organizar la vida social se diferencia de lo que sucedía en el pasado, ya que, la población en las sociedades premodernas resolvía la satisfacción de sus necesidades básicas a partir de la autoproducción, prevalecía en la dinámica social una organización política y económica sustentada en elementos tradicionales y personales. Todos los ámbitos sociales de las sociedades modernas1 funcionan a través de una red de organizaciones (empresas, sindicatos, partidos políticos, aparatos estatales, ONGs, centros culturales) que persiguen determinados objetivos, priorizando la eficiencia y el comportamiento preestablecido, en detrimento de la espontaneidad y la naturalidad. 1 Se emplea este término de forma genérica para designar a la formación social histórica resultante de la revolución industrial y de la revolución francesa. Hoy caracterizada por los regímenes democráticos liberales y relaciones económicas capitalistas.
  • 6. 132 Según Weber la racionalización es un fenómeno que se puede hallar en diferentes contextos y momentos históricos pero que en occidente moderno2 presenta peculiaridades que permiten explicar muchas características objetivas y subjetivas que perduran en la sociedad contemporánea. La metáfora, atribuida a Weber, que expresa la inevitabilidad de la racionalización en las sociedades modernas ha sido la “jaula de hierro”, quizás en la actualidad, debido los cambios producidos en las últimas décadas en el sistema productivo, haya que repensar esta figura que denota rigidez y artificialidad por otra metáfora que represente lo que hoy implican las manifestaciones de la racionalidad. 2. Max Weber, conceptos claves 2.1. Epistemología y metodología en Weber Uno de los núcleos centrales de la obra de Max Weber (1864-1920) es la expansión y la “inevitabilidad” de un proceso de racionalización en la sociedad moderna sostenido por formas burocráticas de organización y de gestión de la vida social, política y económica. La sociología que desarrolla tiene como punto de partida lo que la propuesta sociológica durkheimiana descarta como insumo del conocimiento científico, la subjetividad humana. Weber no comparte la metáfora organicista 2 El concepto de “modernidad” se utiliza en este trabajo genéricamente a fin de dar cuenta de una período histórico determinado (emergencia del una economía de mercado y de formas burocráticas de administración) en su plano material e ideológico. Lo “moderno” se emplea como para señalar las sociedades que resultaron de las revoluciones burguesas en occidente.
  • 7. 133 clave en la visión positivista de la sociedad, desde su óptica la sociedad no es una totalidad integrada, no posee una unidad articulada y organizada alrededor de conjunto compacto y homogéneo de valores consensuados. Weber concibe a la sociedad moderna como un conjunto de órdenes sociales con reglas específicas, que deben analizarse desde múltiples perspectivas fundamentadas, con el foco puesto en los actores sociales, desde las intenciones y expectativas propias y de los otros, para así comprender el sentido de sus acciones y del entramado de relaciones que establecen entre sí. Para el pensador alemán las sociedades son realidades históricas constituidas por diferentes entramados de relaciones sociales, que, en el caso de la sociedad capitalista se distingue por vertebrarse a través de formas burocráticas, fundamentalmente, en el orden político y económico. Desde una perspectiva multicausal3 , Weber establece que la abstracción (abordaje a través de conceptos y teorías) que el científico necesita llevar adelante para aproximarse a la realidad empírica implica recortes de la misma, que, necesaria e inevitablemente, coinciden con sus criterios valorativos. Desde el enfoque weberiano no existen criterios atemporales o universalmente válidos para organizar el sentido de la 3 “Weber no hace sino dar una imagen del mundo en la que cada hombre sólo se diferencia del resto en tanto que las circunstancias sociales que le rodean son distintas y, por tanto, ante estímulos diferentes tienen reacciones y búsquedas distintas. Con ello, ofrece un panorama en el que se elimina cualquier superioridad metafísica relativa a la raza o a la cultura. Para nuestro autor, el mundo está compuesto por seres humanos ante los cuales se han presentado una serie limitada de problemas a los que ellos han dado respuesta en uno u otro sentido, con arreglo a la gestión de su propia racionalidad. Weber no percibe la historia como una línea, sino como una mancha que va ampliándose o reduciéndose…” (Piedras Monroy, 2004).
  • 8. 134 existencia, la justificación de una determinada moral supone una decisión de sentido siempre arbitraria sobre múltiples cosmos de ideales, creencias y valores, ya que “…el mundo no posee ningún valor ni sentido, abierto o encubierto; son los hombres, por el contrario, en su interpretación de él, siempre variada y contrapuesta, quienes pueden otorgárselo. Es esta una verdad, para Weber, suficientemente mostrada por el curso total de la historia universal, así como por cualquier examen imparcial de la experiencia cotidiana; y es una verdad tanto más evidente cuanto más racionalizada sea la concepción del mundo” (Ruano de la Fuente, 1996). Plantea que no existe posibilidad de consagrar racionalmente, o a través de técnicas basadas en la calculabilidad, una ética universal o la supremacía de una constelación de valores e ideales por sobre otros. Considera que los ideales son vivenciados como sagrados para aquellos que comparten una época cultural o una forma de vida, estos ideales se reafirman en competencia con otros compartidos por otras personas que a su vez los consideran sagrados para ellos, no habría un progreso o camino hacia una ética mejor o superadora de las anteriores. Weber establece que desde el análisis científico no se puede decir si una ética es positiva o negativa, mejor o peor que otra, debido a que no hay técnica que permita evaluar la superioridad racional de una serie de valores por sobre otros En esta definición la ciencia sólo puede describir lo existente, puede establecer las realidades posibles como consecuencia de ciertas condiciones y a partir de ciertas decisiones o bajo cierto
  • 9. 135 conjunto de valores. Por lo tanto, desde la ciencia, en tanto sistema experto apoyado en la confiabilidad técnica especializada, no se puede afirmar racionalmente como se debe vivir, lo que debe hacerse o cual es la moralidad más conveniente a seguir. A través de la ciencia sólo se pueden realizar diagnósticos, establecer factibilidades del obrar y analizar las consecuencias de determinadas decisiones. El científico debe clarificar a los demás su postura ideológica y sus valores a fin acercarse a la objetividad en su postura en su accionar profesional. A partir del saber científico se pueden analizar cuales son los costos que implican determinadas decisiones, se puede realizar un análisis técnico para definir el grado de coherencia entre un comportamiento y determinados valores que supuestamente sirvieron como guías de aquel o se puede evaluarcualessonlasaccionesolosmediosmáseficientes o más coherentes en relación a un fin. La ciencia no posee instrumentos ni un criterio estandarizado, medible o de calculabillidad para discernir si una constelación de valores es superior a otra. Los valores no pueden validarse ni justificarse científicamente4 , si pueden establecerse las consecuencias factibles que resultan de la aplicación de ciertas decisiones o los resultados que ciertos valores o fines tienen sobre comportamientos o decisiones especificas. 4 “Weber rehúsa aceptar la existencia de una personalidad moral unitaria bajo la acción humana; es más, indica de forma consistente que las diferentes esferas de la existencia o diferentes ordenes de la vida no constituyen los fragmentos anómicos de alguna totalidad negada. Para Weber, existen muchos dominios éticos diferenciados, y ninguno de éstos representa versiones diferentes de algún único bien homogéneo o forman ninguna jerarquía natural” (Du Gay, 2012).
  • 10. 136 Para Weber la realidad es infinita e inabordable para quien pretendiese conocerla integralmente5 , la vida carece de un sentido fuera del que los humanos puedan atribuirle. El sentido que los individuos le asignan a la realidad resulta de procesos subjetivos dentro de determinados órdenes sociales que inciden en su construcción. Su planteo epistemológico radica en que los fenómenos sociales son pluridimensionales y multicausales6 , para analizarlos deben enfocarse desde múltiples perspectivas para así alcanzar una visión más satisfactoria de lo que se pretende conocer. Desde sus intereses y perspectivas las personas, inclusive los actores científicos, establecen qué es la realidad para ellos o qué es lo relevante de la misma, son ellos quienes recortan segmentos y fracciones de esa realidad, que consiste en un fluir caótico e irracional de procesos y eventos intrínsecamente indefinidos. En gran medida las diferenciaciones de las sociedades derivan en un 5 “El número y la índole de las causas que determinaron cualquier evento individual son siempre infinitos, y nada hay en las cosas mismas que indique que parte de ellas debe ser considerada. El único resultado de cualquier intento serio de conocer la realidad sin presupuestos seria un caos de juicios de existencia acerca de innumerables percepciones particulares (…) lo único que introduce orden en este caos es la circunstancia de que, en cada caso, sólo una parte de la realidad individual reviste para nosotros interés y significación, porque únicamente ella muestra relación con las ideas de valor culturales con las cuales abordamos la realidad (…) un regreso causal exhaustivo desde cualquier fenómeno concreto en su realidad plena, no sólo es imposible en la práctica, sino sencillamente disparatado.” (Weber, 1997). 6 “…el Estado, por ejemplo, puede considerarse en una multiplicidad de aspectos. En la medida en que realiza actividades económicas per se, es un fenómeno económico, al menos en parte; y en el grado en que las políticas del Estado tiene consecuencias para la vida económica está relacionado con lo económico; finalmente, en cuanto a los intereses económicos influyen sobre las diversas políticas gubernamentales, el Estado es una institución económicamente condicionada” (Zeitlin, 2001).
  • 11. 137 conflicto entre sistemas de creencias y valores, que no puede ser resuelto por métodos racionales y empíricos. La legitimidad de la autoridad no es consecuencia de la imposición lógica de verdades alcanzadas o reveladas, sino que adquiere validez en la medida en que las relaciones de dominación surgen de las creencias compartidas de la sociedad. Weber afirma que, más allá que el accionar humano se constituye a partir de intereses ideales y materiales, las ideas son centrales en la configuración de las cosmovisiones (que a su vez influyen sobre esos intereses materiales) o “visiones del mundo” que orientan y configuran el sentido que los actores construyen7 . A pesar de la fuerza de los “cosmos de valores”, Weber coincide con Marx en que el plano económico es la dimensión en la que se libra la lucha por la existencia material, y que, por lo tanto, es un aspecto central en la explicación de lo social8 . Afirmando que la economía es dirigente y no dirigida en cuanto a su determinación con 7 “…lo que cuenta es en principio conocer la peculiaridad especial del racionalismo occidental (y dentro de este el racionalismo occidental moderno) y explicar su surgimiento. Debido al significado fundamental de la economía, todo intento de explicación ha de tomar en consideración ante todo las condiciones económicas. Pero esto no puede hacer olvidar el nexo causal inverso. Pues en su surgimiento el racionalismo económico no depende no sólo de la técnica racional y del derecho racional, sino también de la capacidad y disposición de las personas para ciertos tipos de la conducción práctico-racional de la vida” (Weber, 1998). 8 “El orden económico capitalista de nuestros días es un cosmos inmenso en el que el individuo se encuentra desde que nace y que para él (al menos como individuo) está dado como una casa de hecho inalterables en la que tiene que vivir. Este cosmos impone al individuo, en la medida que está enredado en el nexo del mercado, las normas de su actuación económica. El industrial que actúa continuamente en contra de estas normas es eliminado económicamente, igual que el trabajador que no quiere o no puede adaptarse a ellas acaba en la calle como parado” (Weber, 1989).
  • 12. 138 respecto al resto de los fenómenos sociales, Weber resalta que la dimensión material de las relaciones sociales es un aspecto central en la explicación de lo social, pero rechazando que el capitalismo pueda explicarse unilateralmente desde los factores económicos, “… en vez de generalizar de lo económico a lo político, Weber generalizaba de lo político a lo económico: la especialización burocrática de las tareas (que constituía, ante todo, la característica del estado racional-legal) era considerada como el elemento más integral del capitalismo” (Giddens, 1997). Weber (1997) especifica y distingue lo que, desde el marxismo, se engloba como el aspecto económico de la vida social, para él debe hacerse una diferenciación entre los fenómenos estrictamente económicos (relaciones sociales, organizaciones creadas deliberadamente para cumplir con una finalidad económica y cuya tarea sea sustantivamente esa, como los bancos, la bolsa o una fábrica), los relacionados con el plano económico (son interacciones, modos de conducta u organizaciones que no son económicos pero que se vinculan con éste plano en relaciones de influencia mutua, como la religión o los partidos políticos) y los condicionados por lo económico (son hechos, organizaciones o relaciones que no están en el plano económico pero que su existencia y la forma en que se desarrolla depende de este plano, como sucede con los desarrollos artísticos). Weber (1978) conceptualiza a la actividad económica como el ejercicio coherente y pacífico orientado a generar utilidades o las probabilidades de las
  • 13. 139 mismas. Aunque remarca el cariz pacífico de la actividad económica, señala que cualquier tipo de violencia puede también estar orientada económicamente, pero que, su respaldo normativo es diferente que la provista pacíficamente9 , “...detrás de cada economía existe y debe existir un elemento coactivo –manejado en la actualidad por el Estado, en épocas pasadas a menudo por estamentos- e incluso un posible régimen económico socialista o comunista del provenir necesitaría de la coacción para poner en práctica sus ordenamientos; ahora bien, esta coacción no es precisamente una actuación económica, sino tan sólo un medio para asegurarla”. La sociología weberiana está dirigida a comprender la actividad social a través de la interpretación, apoyada en la elaboración de esquemas de tipos ideales. Estos esquemas son construcciones conceptuales que se elaboran a partir de un concepto 9 “A principio de la Edad Moderna la concentración de obreros dentro de los talleres se operó en parte por medios coactivos; pobres, vagabundos y criminales fueron obligados a ingresar e la fábrica, y hasta entrado el siglo XVIII los obreros de las minas de Newcastle iban sujetos con argollas de hierro. Pero precisamente en este siglo se operó por doquiera la sustitución del trabajo servil por el contrato de trabajo. Este significaba: ahorro de capital, pues eran menores las inversiones que las que implicaba la compra de esclavos; desplazamiento del riesgo del capital hacia el obrero, mientras que, antaño, la muerte del esclavo constituía una pérdida de capital para su dueño, desaparición de las preocupaciones causadas por la reproducción de los obreros, problema que determinó el fracaso de la explotación esclavista ante la imposibilidad de obtener la reproducción de esclavos constituidos en familia; posibilidad de una división racional del trabajo, respondiendo exclusivamente a fines de carácter técnico, ya que si bien existieron precedentes de ella, no se constituyó como principio hasta que se logró la concentración del trabajo en un taller; finalmente, posibilidad de un cálculo exacto, factible, solamente sobre la base de la asociación de taller y trabajo libre” (Weber, 1978).
  • 14. 140 (como por ejemplo, la dominación o la acción social), el cual, primero, se define con precisión y, posteriormente, se acentúan las características y las tendencias esenciales que para el investigador tiene el fenómeno en estudio. Desde las regularidades elaboradas se realzan los aspectos que se consideran vitales para organizar un esquema conceptual. Los tipos ideales suponen una reducción intencional de la complejidad de la realidad, a través de la elaboración de escasos tipos que se diferencien netamente uno de otro sin que haya posibilidad de que sus características se superpongan, las mismas deben estar integradas con coherencia en el interior de cada tipo. Los casos empíricos que se analizan con esta técnica incluyen con diferentes variabilidades los elementos de cada tipo ideal, en términos de probabilidad de su ocurrencia. Un tipo ideal no necesita limitarse a acentuar aspectos de la realidad puede también postular procesos de desarrollo e incorporarlos al esquema teórico de tipos ideales, debe construirse “… mediante la abstracción y la combinación de un número indefinido de elementos que, aunque se encuentran en la realidad, rara vez o nunca se descubren en forma especifica (…) no se forma a partir de una serie de reflexiones puramente conceptuales, sino que se crea, se modifica y se precisa por medio del análisis empírico de problemas concretos, y a su vez aumenta la precisión de este análisis” (Giddens, 1994). La edificación de un esquema de tipos ideales de un concepto determinado no representa un fin en sí mismo, sino que, supone un procedimiento que implica
  • 15. 141 una abstracción de la realidad concreta e histórica para clasificar, ordenar, distinguir y analizar un mundo social constituido por lo irrepetible de sucesos inabarcables. Weber establece que los tipos ideales no suponen una descripción de la realidad “auténtica”, como tampoco implican esquemas en los que incluir la realidad de forma ejemplar, más bien funcionan como conceptos lí- mites, estrictamente ideales, con los que se contrasta y compara la realidad para aclarar determinados aspectos referidos a sus manifestaciones empíricas. Las conceptualizaciones que Weber desarrolla en forma de tipos ideales no tienen como intención que funcionen como un reflejo de la realidad, sus nociones son propuestas como herramientas de análisis. Son esquemas que implican una serie de abstracciones para guiar el cotejo y la comparación entre la realidad empírica y la conceptualización en cuestión, “…estas formas de orientación pueden considerarse en modo alguno como una clasificación exhaustiva, sino como puros tipos conceptuales, construidos para fines de la investigación sociológica, respecto a los cuales la acción real se aproxima más o menos o, lo que es más frecuente, de cuya mezcla se compone” (Weber, 2012). La sociología, para Weber, es una disciplina científica interpretativa, que debe no sólo describir las posiciones y conductas de los actores, sino que, fundamentalmente, le corresponde comprender10 el 10 Weber diferencia la comprensión directa de la comprensión explicativa. La primera supone un acto de captación basado en una identificación mental y afectiva, por la cual se intenta revivir lo que el otro hizo, o ponerse en lugar de ese otro. Esta compresión que se basa en la reviviscencia de lo vivido por otro “…acarrea el riesgo de confundir la vivencia propia con la del sujeto de la acción que se
  • 16. 142 sentido que estos le atribuyen a su comportamiento o que están implícitos en su accionar. La sociología comprensiva parte de la acción del individuo, y desde allí, analiza las relaciones para comprender realidades sociales superiores. Como el individuo es el único que realiza comportamientos con sentido la teoría sociológica debe concebir conceptos como Estado, Instituciones o Capitalismo remitiendo a las «acciones comprensibles», de los hombres individuales participantes11 . El interés científico de Weber no está puesto en capturar las vivencias de los individuos, “…tampoco le interesan sus acciones por sí mismas, sino el establecimiento de nexos causales entre varias acciones del mismo agente (típico) o entre las acciones de varios sujetos diversos en un mismo contexto (…) el universo de los acontecimientos singulares es puramente contingente” (Cohn, 1998). pretende conocer (…) el recurso a la comprensión no envuelve en absoluto ninguna modalidad de intuición y no le debe nada a ningún tipo de psicologismo” (Cohn, 1989). La comprensión explicativa conveniente para el análisis científico se basa en instrumentar evidencias que permitan clarificar el comportamiento y las relaciones sociales observadas y los sentidos que las dinamizan y la direccionan, es buscar la conexión de sentido de la acción y la relación social dentro de una trama de motivos, contextos o secuencias de comportamientos involucrados en esa conducta o relación. La comprensión “…depende, para ser utilizada con alguna eficacia, de un cierto grado previo de conocimiento de regularidades empíricas (…) y de la situación en la que ocurre” (Cohn, 1989). 11 “Para otros fines de conocimiento (p. ej. jurídicos) o por finalidades prácticas puede ser conveniente y hasta sencillamente inevitable tratar a determinadas formaciones sociales (estado, cooperativas, compañía anónima, fundación) como si fueran individuos (por ejemplo, como sujetos de derechos y deberes, o de determinadas acciones de alcance jurídico).Para la interpretación comprensiva de la sociología, por el contrario, esas formaciones no son otra cosa que desarrollos y entrelazamientos de acciones específicas de personas individuales, ya que tan sólo estas pueden ser sujetos de una acción orientada por su sentido. A pesar de esto, la sociología no puede ignorar, aún para sus propios fines, aquellas estructuras conceptuales de naturaleza colectiva, que son instrumentos de otras maneras de enfrentarse a la realidad” (Weber, 2012).
  • 17. 2.2. Tipos ideales de acción social 143 El objeto de la sociología para Weber es la acción social, es la unidad mínima de su análisis sociológico. La acción social es el comportamiento del individuo socialmente orientado, su definición establece que es la conducta que el individuo direcciona desde un sentido o significado orientado hacia la acción de otros (los otros o el otro puede ser alguien en particular o nadie en concreto, alguien singular o una pluralidad, puede ese otro hallarse en el pasado, en el presente o en el futuro), este concepto implica un hacer (siempre que se enlace a él un sentido) que se manifiesta externa o internamente (permitiendo u omitiendo). Más allá de que éste análisis sociológico parte del individuo, los actores weberianos no operan sobre el vacío, no son entidades atomizadas, robinsons crusoes aislados del mundo, son individuos socializados que se encuentran dentro de una trama intersubjetiva, en relación con determinados órdenes sociales y las orientaciones de sentido y cosmovisiones que lo constituyen. La elección de valores, fines o los estados emotivos que orientan la acción son los disponibles en los órdenes sociales donde cada individuo ha sido socializado y en los que se halla situado. Weber (2012) distingue las acciones sociales de aquellas que no lo son, las cuales se determinan porque su orientación no se dirige hacia la acción de otros. La acción social tampoco es una acción homogénea de una multiplicidad de individuos, ni el comportamiento influido por las acciones de terceros. Una acción no es social, por ejemplo, cuando se materializa a través de
  • 18. 144 la imitación reactiva de un comportamiento ajeno, pero sí lo es cuando un individuo imita una acción de otro porque la misma está de moda o es considerada como distinguida. Weber rechaza de plano que los fenómenos sociales puedan explicarse desde una perspectiva psicológica, por lo que habría que aclarar que, a pesar de que su sociología tiene como punto de partida el actuar individual, “…rechaza sin equívocos la idea de que las instituciones sociales pueden deducirse, en sentido explicativo, de generalizaciones psicológicas. Puesto que la vida humana se configura principalmente por influjos socioculturales, de hecho es más probable que la sociología tenga que aportar más cosas a la psicología que ésta a la sociología” (Giddens, 1994). Weber establece una distinción entre las motivaciones (conexiones de sentido) de los actores y el efecto agregado que tienen éstos sobre el plano social, los fenómenos sociales que se materializan como un efecto no previsto de los actores sociales. Las acciones sociales pueden tener consecuencia no buscadas o imprevistas por quienes las llevan adelante, lo que se produce en términos de impacto a partir de un determinado comportamiento puede ser ignorado o no estar contemplado en el sentido que le dio origen, por ejemplo, un comportamiento individual en la esfera del consumo como la compra de bebidas en envase de plástico en lugar de hacerlo en un envase reciclable puede impactar en la esfera medioambiental generando mayor niveles de basura no degradable. En el esquema de tipos ideales que utiliza Weber para dar cuenta de este concepto, dos de las acciones sociales son tipificadas como racionales (con
  • 19. 145 relación a fines y con relación a valores) y dos como no racionales (afectiva y tradicional). Las acciones sociales racionales involucran procesos deanálisis ydeevaluación en la configuración del sentido que orienta al actor en vistas a su comportamiento. Las acciones no racionales, en cambio, carecen en su significación de estos procesos mentales y el individuo actúa ciegamente orientado por una tradición (costumbres, valores o ideales aceptados irreflexivamente) o por un estado emotivo, lo que impide que pueda evaluar el comportamiento más adecuado de acuerdo a los fines que quiere cumplimentar o que pueda establecer las posibles consecuencias de sus actos. Lo racional o irracional es una cuestión de perspectiva, no hay una sustancia de lo racional, Weber explica que lo que para un sujeto que orienta su acción y participadelordeneconómicoesracional,comoelcálculo, la productividad y la eficiencia de todo comportamiento, puede ser considerada por un individuo inmerso en una cosmovisión religiosa como irracional, la dedicación vital de la existencia enfocada a la acumulación de bienes materiales puede ser existencialmente, para este punto de vista, un despropósito. A la inversa, un gerente de una gran empresa puede considerar el comportamiento de una persona que medita gran parte de su tiempo como una demencia. Lo que significa racional (el procedimiento evaluado por el actor como el más adecuado con respecto a un valor o el más eficiente en sus costos y consecuencias con respecto a un fin) o no racional depende no solo del punto de vista de cada actor, sino de la agregación social que está contemplada en sus consecuencias, o de la temporalidad de referencia
  • 20. 146 en el que se manifiestan sus consecuencias. Weber afirma que “…algo no es en sí mismo «irracional», sino que se vuelve así cuando es examinado desde un punto de vista específicamente «racional». Toda persona religiosa es «irracional» para cualquier persona no religiosa, y del mismo modo todo hedonista ve cualquier forma ascética de vida como «irracional», aún cuando considerado en términos de sus valores fundamentales, una racionalización haya tenido lugar“ (Weber, 1998). Las acciones no racionales del esquema típico ideal de acción social de Weber están categorizadas en la acción tradicional y la emocional o afectiva. Ambas son irracionales porque no intervienen en su materialización procesos de reflexión o de evaluación. La acción social tradicional es aquella que se lleva a cabo bajo la influencia de costumbres o hábitos muy naturalizados, este tipo de acción procede irreflexivamente del arraigamiento de obligaciones, ideales, deberes o valores poco precisos o de escasa coherencia, funcionando casi como un comportamiento mecánico. El significado de la acción se orienta por el anclaje de ciertos mandatos o creencias que provienen del pasado o que remiten indirectamente a este. El significado preciso de la finalidad o el valor que guía esa costumbre o ese deber es inaccesible a la conciencia del actor que concreta la acción. La acción social afectiva se concreta bajo un determinado estado emotivo, pasional o irreflexivo desencadenado u orientado por otros, esa emocionalidad en la subjetividad del actor nubla la deliberación o la evaluación de las consecuencias de su comportamiento. Para Weber (2012) el individuo en este tipo de acción casi actúa en un estado
  • 21. 147 límite entre el accionar significativo y el no significativo (aquel comportamiento automático o reactivo). Las acciones sociales racionales se clasifican entre las que se orientan por fines y las que se orientan con respecto a valores. En la acción social racional con relación a fines el sentido del comportamiento se constituye a través de la utilización de procesos de cálculo y de evaluación de los medios, que dispone sobre una base de conocimiento fiable para obtener un fin, aunque debe aclararse que en esta forma de acción el individuo no sólo evalúa y sopesa medios y resultados posibles sino también los fines que direccionan la acción. Es un comportamiento orientado por la utilidad, el individuo conciente sopesa las opciones con las que cuenta y de las probables consecuencias de la concreción de un determinado acto a realizar. El individuo evalúa las opciones de las que efectivamente dispone, examina los posibles obstáculos con los que pueda encontrar y analiza las consecuencias de su decisión eligiendo la de mayor probabilidad de concreción y de menor costo posible para la obtención de un fin elegido, también considerado dentro de las circunstancias posibles. La evaluación puede ser subjetiva u objetiva, en el primer caso “…es una acción conscientemente orientada hacia la utilización planificada de los medios que son considerados subjetivamente correctos para un fin dado, la otra será exclusivamente aquella acción que emplee los medios que según la base experiencial y la información científica son considerados objetivamente correctos” (Ruano de la Fuente, 1996). Este tipo de
  • 22. 148 acción social no sólo implica la decisión racional entre diversos medios con respecto a un fin (acción técnica12 ), sino también, la estimación entre diferentes fines preestablecidos que se presentan como alternativos, el contexto en el que se presentan y las posibles consecuencias que cada uno de ellos conlleva, sin contemplar los valores implicados en ellos. Weber no desconoce que detrás de los fines de cualquier acción del individuo hay una constelación de ideales, valores internalizados, emociones latentes o presentes que, con mayor o menor grado de conciencia, orientan, regulan, limitan y configuran la capacidad de analizar, no sólo los medios disponibles, sino también, los fines a perseguir. Para la consideración conceptual de este tipo de acción social, los valores o ideales se encuentran en el exterior de la trayectoria del comportamiento. En la acción social racional con relación a valores el individuo evalúa y sopesa la coherencia y consistencia de su comportamiento con respecto a un postulado de valor (el cual está conformado por un “cosmos ético”, organizadoyarticulado,abstractayformalmente,entorno a ideales y creencias generalizadas) materializándolo sin considerar las consecuencias de su obrar. Es una conducta realizada concientemente a partir de claras y 12 Weber (2012) entiende por técnica racional al conjunto de medios disponibles aplicables a una acción, evaluada intencionalmente con respecto a un plan, orientada por su condición de eficacia (reproducción fiable) y previsibilidad. Afirma que “… hay una técnica para cada forma de actividad: técnica de la oración, técnica de la ascética, técnica del pensamiento y de la investigación, técnica mnemónica, técnica de la educación, técnica del poder político o hierocrático, técnica administrativa, técnica erótica, técnica militar, técnica musical (de un virtuoso, por ejemplo), técnica escultórica o pictórica, técnica jurídica, etc.; y siendo cada una de ellas susceptible de los más diversos grados de racionalidad”.
  • 23. 149 precisas convicciones. Es racional porque el individuo a partir de objetivos éticos, fijados reflexivamente de antemano, realiza coherente y sistemáticamente con respecto a ellos su actividad, estos valores o ideales están presentes intrínsecamente al curso de la acción. Ejemplos de este tipo de acción se manifiestan en situaciones donde el individuo se maneja por el honor, por el sentido del deber o por la humildad, pueden ejemplificar este tipo ideal de comportamiento que es evaluado consistentemente por el individuo. Los tipos ideales de acción social suponen un recorte analítico de la realidad para conceptualizar y entender la realidad, a partir de la decisión del investigador. Más allá de esta conceptualización, debe aclararse que en las prácticas sociales reales los fines que orientan la acción racional no surgen de forma aleatoria o desconectada de las condiciones sociales de los individuos, la racionalidad implícita en la elección de un medio por sobre otros para alcanzar un fin depende de el nivel de información que se posea a nivel individual, a nivel de la posición social de la información disponible socialmente en un momento histórico determinado. A continuación se presenta una situación ficticia que busca ejemplificar la diferencia entre los dos tipos de acción social racional weberiana. Carlos solamente entabla relaciones eróticas con mujeres que cumplen con un ideal de belleza internalizado, en el diario devenir se le presentan oportunidades con chicas que no se ajustan a sus cánones valorativos de lo que para él es la belleza femenina (que remiten a un orden cultural que resalta ciertos atributos físicos), ante estas ocasiones Carlos
  • 24. 150 analiza sistemáticamente a cada una de estas mujeres y decide si avanza en un encuentro amoroso, esta acción racional con relación a valores le imposibilita tener encuentros con el sexo opuesto más frecuentes, cosa que a él no le importa, se siente muy a gusto siendo coherente con sus valores estéticos. Félix, en cambio, concreta relaciones con las mujeres que le muestran una buena predisposición hacia él, su finalidad es aparearse todo lo que pueda, en vistas a esta finalidad, las consecuencias de salir con chicas que no necesariamente respondan a su gusto ha sido evaluada y sus decisiones se orientan en tal sentido, por supuesto, que su performance cuantitativa es mayor que la de Carlos, porque su acción racional con relación a fines le posibilita una mayor eficiencia cuantitativa. 2.3. Tipos ideales de dominación Las acciones sociales que se enlazan generan una relación social13 , estase define a partirdeuna reciprocidad entre acciones sociales. Para que se produzca una relación social no es preciso que los intervinientes compartan el mismo significado al entablarla, una relación entre dos personaspuedesostenerseeneltiempoyqueelsignificado de la misma para cada una de ellas sea diferente, una de ellas puede sostener el vínculo por conveniencia y la 13 “Por relación social debe entenderse una conducta plural –de varios- que, por el sentido que encierra, se presenta como recíprocamente referida, orientándose por esa reciprocidad. La relación social consiste, pues, plena y exclusivamente, en la probabilidad de que se actuará socialmente en una forma (con sentido) indicable…” (Weber, 2012).
  • 25. 151 otra por afecto14 . Esta reciprocidad puede ser positiva o negativa, la existencia de una relación social no implica cooperación entre los intervinientes ya que esta puede ser una relación de conflicto. Las relaciones sociales pueden ser efímeras (disolverse casi instantáneamente) o bien, pueden ser duraderas y uniformizarse en el tiempo. Cuando las relaciones sociales son estables, se constituyen regularidades en el comportamiento y los mismos son previsibles formando estructuras duraderas, cuando esta estabilidad y durabilidad tiene un respaldo coactivo externo da lugar a una ordenación e institucionalización de las relaciones sociales. Hay un tipo particular de relación social que es central para entender el proceso de racionalización moderno y para concebir la construcción del poder en un orden social o en una organización, y es el concepto de dominación, este concepto es definido por Weber (2012) como una forma particular de ejercicio de poder (relación social donde se produce la probabilidad de una de las instancias de la relación de imponer la voluntad propia a la de otros, aún con la oposición de estos) basado en un conjunto de creencias socialmente compartidas que consideran que ese ejercicio de poder es legítimo. Weber distingue la dominación de aquellas relaciones de poder basadas en la fuerza, ya que la dominación involucra una relación social asimétrica en la que se produce la 14 “Sabemos que para Weber la acción social es siempre significativa, y que la relación social lo es de manera aún mas profunda, ya que en ella no sólo interesa la orientación de la conducta del agente en relación con la de otro, sino sobre todo que el sentido de su acción está condicionado por su orientación en relación con el propio contenido significativo de las acciones de otro, o de otros agentes posibles” (Cohn, 1989).
  • 26. 152 probabilidad de que una de las instancias de la relación pueda ser obedecida por la otra, esto implica la voluntad de acatamiento del dominado de los fines impuestos como si hubieran surgidos de sí mismo. La obediencia se concreta cuando el mandato tiene legitimación, esto es porque la dominación implica la creencia de los dominados en alguna fuente de validez, como el carisma, la tradición o un orden racional legal.15 Para que haya dominación debe haber una persona o un grupo que la ejerza, se debe contar con la voluntad de estos de ejercer su influencia y mandatos que expresen esta voluntad, en una situación diferencial a estos debe haber personas sobre las que se ejerce la dominación, quienes poseen la creencia de la validez del mandato, y la consecuente voluntad de obedecer. La dominación supone algún grado variable de organización del poder, que se estructura a partir de las creencias en su validez que lo legitiman y estabilizan. Un orden legítimo produce y regula comportamientos y relaciones sociales, garantizando a través de una administración un 15 “…el Estado se mantiene unido, del mismo modo que cualquier otra organización social, por una suerte de solidaridad precontractual o no racional. Weber describía la base del Estado como su legitimidad. No se trata de un cálculo racional del interés individual, sino de la creencia de que el Estado es válido y poderoso. La legitimidad puede existir solo en la mente de las personas, pero si existe allí, hace que el Estado sea fuerte. Cuando el Estado es fuerte puede obligar a las personas a obedecer y a la vez esto refuerza aún más su legitimidad. Todo el proceso se retroalimenta en forma circular. Una creencia irracional en el estado, cualquiera sea su fundamento, crea su propia realidad (…) las personas que comparten un sentimiento en común proveen las bases para que un Estado cuyos poderes pueden ejercer coacción sobre todos (…) esto no quiere decir que todos tengan que sentirse solidarios con los demás para que un Estado pueda existir. El régimen puede perfectamente ser una dictadura militar o tal vez un gobierno temporal de un partido político en particular” (Collins, 2009).
  • 27. 153 ordenamiento interno que posibilita la estabilidad del mismo16 . Toda dominación requiere de un cuadro administrativo (grupo específico de personas bajo el poder de mando) que ejecute los mandatos (en cada tipo de dominación varían las características de este grupo social). El concepto de dominación fue desarrollado en un esquema de tipos ideales, los cuales no deben entenderse como sucesivos en un orden cronológico, ya que, por ejemplo, “el dominio carismático no es en modo alguno exclusivo de las primitivas fases de la evolución, así como, en general, los tres tipos fundamentales de la estructura de dominación no quedan simplemente insertados de un modo sucesivo dentro de una línea evolutiva, sino que pueden surgir simultáneamente en múltiples combinaciones. Pero lo cierto es que el destino del carisma queda pospuesto a medida que se desarrollan lasorganizacionesinstitucionalespermanentes” (Weber, 2012). La dominación que se describe a continuación suele verse relegada o es de difícil surgimiento en sociedades basadas en organizaciones de gran desarrollo. 16 “…las leyes son legítimas si han sido legítimamente sancionadas; y la sanción es legítima si ha ocurrido de conformidad con las leyes que prescriben el procedimiento que ha de seguirse. Esta circularidad es deliberada. Weber rechazaba explícitamente las definiciones del estado moderno y de su ordenamiento jurídico centradas ya en los fines de esta comunidad política, ya en algunos juicios de valor especifico inspirados por la creencia de su legitimidad. Hacía observar que las comunidades políticas han perseguido, en un tiempo o en otro, todos los fines concebibles, y que pueden hacerlo sin perder por ello el carácter de un estado moderno, así como puede haber liderazgo carismático tanto si el caudillo es un santo como si es un déspota. Análogamente, la creencia en la legitimidad del orden legal puede estar fundada en el sentido práctico (por ejemplo, la utilidad del derecho para proteger la propiedad) o en algún valor último (el derecho, como emanación de la voluntad divina), o en alguna combinación de ambos elementos” (Bendix, 1970).
  • 28. 154 2.3.1 Dominación carismática En la dominación carismática la legitimación descansa en la creencia de los que obedecen al carisma de un liderazgo. El carisma es definido como una cualidad extraordinaria, sobrenatural o fuera de lo común que individuos o un grupo de personas le atribuyen a cierta figura o personalidad que se considera que la posee por razones fuera de lo común (Weber afirma que no importaba si las cualidades atribuidas al líder eran reales o no, lo central es que hubiese personas que tengan esa creencia). A quien se le atribuye el carisma por heroísmo o revelación personal está libre de cualquier vínculo con lo terrenal, con las obligaciones rutinarias o cotidianas. Esta dominación carece de cuadro administrativo, el líder tiene un cuadro de íntimos, secuaces o seguidores. No se rige por reglas preestablecidas, sólo las que va creando el poseedor del carisma en el presente en el que se despliega la dominación. Los vínculos de la dominación son personales y de fuerte carga emocional, no remiten a ningún orden externo al de las personas que conforman esta dominación. Los seguidores se relacionan a través de una devoción por la creencia en las cualidades extraordinarias del líder, ajena a toda norma formal o tradición, Weber indica que “…la autentica dominación carismática desconoce todo código y estatuto legal abstracto y todo modo formal de adjudicación. Su ley objetiva emana concretamente de la experiencia muy personal de la gracia divina y de la fuerza divina del héroe” (Weber, 1985). La dominación carismática desprecia los
  • 29. 155 procedimientos formales, va más allá o desconoce las reglas establecidas proponiendo ideales y valores nuevos. Las bases materiales de su dominación son extrañas a la organización y la planificación racional. Esta dominación que emerge en situaciones de crisis de un orden establecido, implica un mandato inestable pero posibilita resolver situaciones que necesitan de la recreación de ideales o fines nuevos o que desplacen a los prevalecientes. El carisma es una fuerza que rechaza el pasado y por ello se constituye en un impulso revolucionario, resulta de una fuerza personal de cambio permanente, por ello su carácter inestable y frágil. Weber asegura que la dominación carismática por sus características intrínsecas (ausencia de reglas formales, vínculos personales y emocionales estructurando la dominación, negación de la planificación) es ajena a la economía ordenada, por ello la base material de su sostenimiento es irracional y, por ende, frágil e imprevisible. Como esta dominación carece de un sustento material racional, sus apoyos materiales son extracciones ocasionales, provienen de formas inestables, como las dádivas, la extorsión, el pillaje, los saqueos y las donaciones, todas ellas modalidades que carecen de continuidad, poco aptas para el desarrollo y afianzamiento de la dominación. No existe una carrera de ascensos en el personal que rodea al líder, sólo la convocatoria de este hacia aquellas en circunstancias imprevisibles determinadas personalmente, “…no hay ninguna “jerarquía”, sino sólo intervenciones del jefe, (…) no existen ni “jurisdicción” ni “competencias” (…) no hay “sueldo” ni “prebenda” alguna, sino que
  • 30. 156 los discípulos y secuaces viven (originariamente) con el señor en comunismo de amor o camaradería, con medios procurados por mecenas” (Weber, 2012). Esta dominación es frágil, carece de apoyos o estructuras para su funcionamiento, se sostiene exclusivamente en el accionar personal del líder carismático, carece de una organización que le permita una estabilidad en el tiempo y especialmente esto se agrava cuando se plantea el problema de la sucesión del líder, ya sea por su desaparición física o por la pérdida de la legitimación del carisma atribuido al líder. El carácter extracotidiano propio del desenvolvimiento de la dominación carismática, que existe en una situación de presente permanente, puede configurarse en estructuras más estables por ejemplo, a partir de una tradicionalización de las órdenes pueden transformarse los seguidores del líder en cuadros administrativos patrimoniales. La rutinización del carisma puede materializarse, según Weber (2012), a partir de una serie de variantes, como la búsqueda de un sucesor que dé señales de poseer el carisma que lo califique como líder ante la mirada de los dominados, derivándose hacia una nueva modalidad personal o hacia una forma de dominación tradicional. Weber asevera que “…la dominación carismática es de carácter específicamente extraordinario y fuera de lo cotidiano, representando una relación social rigurosamente personal, unida a la validez carismática de cualidades personales y a su corroboración. En el caso de que no sea puramente efímera sino que tome
  • 31. 157 el carácter de una relación duradera -“congregación” de creyentes, comunidad de guerreros o de discípulos, o asociación de partido, o asociación política o hierocrática- la dominación carismática (…) tiene que variar esencialmente su carácter: se racionaliza (legaliza) o tradicionaliza o ambas cosas en varios aspectos” (Weber, 2012). 2.3.2 Dominación tradicional En la dominación tradicional los mandatos se legitiman a partir de la creencia de los subordinados en un orden y en costumbres de carácter sagrado, provenientes de un pasado que produce una orientación habitual hacia la conformidad en la obediencia. La perdurabilidad en el tiempo tornan sagrado a ciertos valores o concepciones de las cosas, los que obedecen creen que esas reglas existieron desde siempre y por ello son válidas. La tradición supone visiones del mundo constituidas por creencias, ideales, valores ysentimientos que se transmiten sin cuestionamientos de generación en generación, muchas de ellas en consonancia con algún orden religioso. El orden tradicional funciona, a menudo, a partir de las reinterpretaciones de las reglas o normas que los que ejercen la dominación realizan para adaptarlas a sus necesidades o criterios personales. La autoridad tradicional elabora sus mandatos orientados por la fuerza de la tradición, la cual demarca los espacios de libertad para quien ejerce la dominación, restringe que se puede y que no se puede hacer bajo reglas no escritas, la arbitrariedad de los mandatos es menor que en la dominación carismática. La obediencia
  • 32. 158 generada en este tipo de dominación tiene más que ver con la disposición individual del gobernante que con el acatamiento de normativas fijas y preestablecidas. A su vez, los súbditos o servidores del señor poseen márgenes de libertad para reinterpretar la palabra que de arriba hacia abajo descendían de la autoridad. La obediencia se orienta hacia la persona que encarna la tradición, “…los mandatos de esta persona son legítimos de dos maneras: a) en parte por la fuerza de la tradición que señala inequívocamente el contenido de los ordenamientos, así como su amplitud y sentido tal como son creídos, y cuya conmoción por causa de una transgresión de los límites tradicionales podría ser peligrosa para la propia situación tradicional del imperante; b) en parte por arbitrio libre el señor, al cual la tradición le demarca el ámbito correspondiente” (Weber, 2012). El soberano es considerado por los dominados (súbditos) como un señor que merced a su gracia y a una tradiciónquelorespaldadesignaalospuestospúblicos,los cuales no son asignados por la capacidad yla competencia sino por lealtad y devoción. Esta dominación puede producirse con cuadro (patrimonialismo ysultanato) ysin cuadro administrativo (patriarcalismo y gerontocracia), cuando se presenta con cuadro administrativo, este tiene competencias marcadas por el soberano a partir de la tradición, su reclutamiento es patrimonial, se constituye como parte de los recursos privados del soberano, no se distinguen estos de los recursos del ordenamiento, por lo que las relaciones de dominación son básicamente personales y el mantenimiento de su equipamiento está provisto por el soberano.
  • 33. 159 La actividad de los funcionarios tradicionales con asiduidad se extiende fuera de lo que está expresamente señalado, el ejercicio de los cargos es remunerado, fundamentalmente, por el provecho que el soberano puede extraer de su labor. En los casos en que la dominación tradicional cuenta con un cuadro administrativo los miembros de este no son reclutados por el conocimiento profesional respecto del cargo sino que este le es “…asignado un cargo por privilegio o por concesión del señor (realmente o según ficción de legitimidad) o (…) mediante negocio jurídico (compra, prenda, arriendo), un derecho propio al cargo, gracias al cual no pueden ser desposeídos arbitrariamente. Por tanto la administración resulta, aunque limitada, autocéfala y autónoma. El administrador carece de todo derecho al cargo: tampoco posee formación profesional, ni dignidad estamental de funcionario. Los medios reales de administración son manejados totalmente en beneficio del señor, bajo su propia dirección. Cuando el cuadro administrativo depende por entero del señor, falta por completo una garantía contra las arbitrariedades de éste, que entonces pueden alcanzar su magnitud máxima” (Weber, 1958). En la dominación tradicional no existen principios formales e impersonales estructurados y sistematizados como un orden regulatorio que orienten el devenir de la dominación, las regulaciones y prescripciones del actuar no están asentadas objetivamente, es la costumbre la que orienta el ejercicio de esta dominación, por lo que al no existir una referencia objetiva se refuerza la imposibilidad de creación de nuevos principios jurídicos
  • 34. 160 o administrativos. Esta ausencia de formalización tiene consecuencias negativas (en términos de inestabilidad del orden) en la base material de esta dominación. La economía fiscal sobre la que se asienta es irracional, no existen procedimientos de extracción de recursos basados en técnicas de cálculo y previsión, el sostenimiento económico es discontinuo, no se mantiene establemente, ni es el resultado de planificación alguna, ejemplos de ello son formas primitivas de recaudación de impuestos, como prebendas, asignaciones tributarias en especie o rentas de tierras ancladas a vínculos tradicionales. 2.3.3 Dominación racional legal En la dominación racional legal la creencia de los dominados, que da validez a este tipo de dominación, se orienta hacia un orden impersonal legal que, abstractamente,reglamentaynormalizalasactuacionesde sus miembros. Esta dominación se ejerce cotidianamente a través de un cuadro administrativo especializado, un aparato burocrático. La burocracia en Weber presenta un alcance restringido a los órdenes políticos de dominación ejecutando las tareas gubernamentales y un alcance ampliado del término que remite al cuerpo administrativo de cualquier tipo de actividad, este sentido lleva a emplear el término para analizar las modalidades de funcionamiento de cualquier tipo de organización en las sociedades modernas. Esta dominación desplaza la presencia de factores tradicionales o emocionales, como su funcionamiento se basa en relaciones impersonales se elimina la influencia de la presencia de lo personal. La dominación racional legal, que se materializa en
  • 35. 161 organizaciones, tales como, el Estado moderno, las empresas capitalistas, organizaciones sociales sistemas de salud o recreativos, es racional en calidad de la instrumentalización calculable en el ejercicio del poder. El cuadro administrativo de esta dominación es la burocracia, la cual está compuesta por lo siguientes elementos: a) estructura jerárquica, b) ejercicio continuado sujeto a ley de funciones reglamentadas con deberes y derechos, c) poderes para efectivizarlos y los medios coactivos para su cumplimiento, d) división de tareas organizadas en ámbitos de especialización, e) separación del burócrata o funcionario de los medios administrativos, f) los bienes se hallan separados del patrimonio del funcionario, g) gestión basada en documentos escritos, h) sueldo de base monetaria estipulado formalmente, i) relaciones impersonales orientadas por un orden legal, j) existencia de tareas cumplimentadas regularmente, a partir de una concepción abstracta del deber y k) reclutamiento a partir de la competencia en el cargo. A diferencia de la dominación carismática, donde la autoridad que se ejerce desde lo personal no tiene ningún límite impuesto, y de la tradicional, donde el soberano debe actuar sin contradecir una serie de tradiciones poco explicitas y de amplia resignificación, en la dominación racional legal la autoridad al ordenar y mandar obedece estrictamente, a su vez, al orden impersonal que orienta su accionar. La orientación de los comportamientos hacia reglas abstractas e impersonales posibilita la calculabilidad y la previsibildad regular de
  • 36. 162 las ordenaciones. El reclutamiento del personal en los diferentes cargos se concreta a partir del saber certificado en el cumplimiento de la función requerida. Las actividades del personal burocrático son llevadas adelante por la provisión de medios materiales que son propiedad de la organización. El gran instrumento de la superioridad de la administración burocrática es el saber profesional especializado y la calculabilidad que posibilita el sometimiento del comportamiento a reglas impersonales, precisas y estables, prescriptas formalmente. Weber afirma que estos elementos hacen a la supremacía de esta forma de dominación por sobre las otras dos. La burocracia es la forma la forma más racional de ejercer una dominación en términos de precisión, continuidad, disciplina, rigor y confianza, uniformidad en las prestaciones o en la producción, evaluabildad, intensidad y extensión en el servicio, aplicabilidad formalmente universal a toda suerte de tareas, y susceptibilidad técnica para alcanzar el óptimo en sus resultados. Las actividades exigidas a partir de los objetivos de la organización se distribuyen de forma estable y delimitada rigurosamente a partir de las órdenes de una autoridad superior, que dispone de los medios normativos y los recursos de coacción para que las tareas se cumplan en tiempo y forma. La responsabilidad de las decisiones descienden de arriba hacia abajo a través de canales formales al igual que la supervisión de las tareas. La forma racional legal de ejercer la dominación o de llevar adelante una organización implica que sus integrantes
  • 37. 163 perciben una remuneración monetaria preestablecida en contraprestación de sus tareas, por ello esta dominación debe contar con un sistema de ingresos o de tributación estable sobre una base monetaria previsible y regular que permita la extracción de recursos de manera continuada, esta es una de las bases de la superioridad de la dominación racional legal por sobre las otras dos. Weber reconoce que el funcionamiento burocrático real dista de funcionar según lo planteado en términos de su tipo ideal, ya que no siempre se cumplen lo definido conceptualmente.Másalláquelaactividaddiaria de los empleados y funcionarios estatales esté regulada por un conjunto restrictivo de normativas, disposiciones y mandatos que se establecen organizativamente, sus tareas se enmarcan en un determinado contexto, donde el Estado actúa con diferentes grados de autonomía con respecto a los conflictos e intereses de la sociedad. Los empleados de la burocracia no funcionan como maquinas impasibles de ejecución de tareas, ya que, son actores con intereses situados política y económicamente. La burocratización es un fenómeno que se produce en sociedades donde las organizaciones son vitales para la dinámica de la sociedad, implica que la administración desplaza los objetivos o metas organizacionales para constituir fines propios “…así, se llega al punto de que el hospital esté fundamentalmente al servicio, no de la enfermedad humana, sino del propio hospital; la universidad, la iglesia y el sindicato llegan a estar dominados, a través de procesos de racionalización , por sus propias metas organizativas intrínsecas. Para
  • 38. 164 Weber todo esto es la conclusión natural e inevitable de un proceso que comenzó cuando empezó a sustituirse el carácter directo del dominio basado sobre la propiedad por los procesos más racionales de la dirección y la administración” (Nisbet, 2003). A fin de ejemplificar este modo de dominación puede ser conveniente presentar un caso histórico para entender como los tipos ideales no representan la realidad sino que funcionan como estructuras conceptuales que permiten una aproximación analítica a los casos a estudiar. Cada uno de los mismos nunca presenta todos los lineamientos propuestos desde el plano teórico. Un ejemplo que siempre se presta a confusión es el de la experiencia nazi en Alemania. En ocasiones, se señala este caso como ejemplo de dominación carismática, confusión que fundamentalmente, es resultado de las características de su líder, Hitler, al cual se le atribuyen cualidades carismáticas. Zygmunt Bauman (2011) analiza el exterminio social de los nazis bajo esta perspectiva, establece que las tareas conducentes a este propósito (moralmente repugnable) no se diferenciaban formalmente de otros quehaceres burocráticos ya existentes en la organización, supervisión y ejecución estatal y empresarial. Solo una planificación precisa y coordinada, a través de protocolos formales de acción, basada en la deshumanización y distanciamiento de los objetos de intervención (millones de vidas humanas), a partir de un conjunto coherente de reglas abstractas, posibilitaron la capacidad de llevar adelante un emprendimiento impersonal de aniquilación
  • 39. 165 a esa inmensa escala. La gestión administrativa del uso de los recursos, a fin de abaratarlos, y el control de la complejidad del emprendimiento fueron ejemplares en términos técnicos. El proceso de racionalización en la experiencia nazi fue progresivo y no careció de incongruencias en comparación con lo establecido en el tipo ideal de dominación racional-legal weberiano. Según el experto analista del fenómeno del nazismo Ian Kershaw (2013) el holocausto no se hubiese producido sino fuera por la fanática voluntad de Hitler pero que tampoco se hubiese llevado a cabo sin la activa complicidad de la administración pública en la ejecución burocrática del exterminio y de los industriales alemanes, que se beneficiaron con la fabricación de los instrumentos para el asesinato masivo y el establecimiento de las maquinarias y fabricas instaladas en los campos de concentración. Laexperienciadelnazismodebeubicarsecomoun ejemplo de dominación racional legal, ya que representó un ejercicio de poder, organizado racionalmente, a partir de una estructura burocrática, jerárquica, piramidal, formalizada dentro de un orden abstracto que implicó una legalidad bajo los valores e ideales del nazismo. Weber explica que, en la cima de las dominaciones racionales legales puede haber un componente no racional y esto no invalida que la dominación sea encuadrada dentro de ese tipo ideal.
  • 40. 166 3-Tipos de racionalidad 3.1. Racionalización y racionalidad Desde los criterios teóricos de Weber y, más específicamente, desde el planteo de Stephen Kalberg se emplea en este texto el concepto de racionalidad para designar una lógica basada en la calculabilidad, la sistematicidad y la coherencia con respecto a principios teóricos, prácticos, valorativos o abstractos en la producción del sentido de la acción y la racionalización como un proceso por el cual se instala como un modo de vida, configurando heterogéneamente los diferentes órdenes de la vida social. La racionalidad resulta en el sentido de una acción en la ajuste entre medios y fines, entre opciones de comportamiento y valores, en la elección de las posibilidades según las expectativas y de manera sopesada y medida. La racionalización implica la aplicación de algún tipo de racionalidad, se constituye como la transformación de las cosas que no son racionales bajo criterios de racionalidad. Weber la presenta como una tendencia hacia la organización de los diferentes órdenes delavidasocial (político, económico, cotidiano, cultural) a partir de principios preestablecidos, coherentes, impersonales, sistemáticos y evaluables, su presencia en la configuración en los comportamientos y en la subjetividad no supone necesariamente la materialización de un determinado tipo racionalidad. Es un proceso de orientación y organización de la subjetividad, de los comportamientos y de las relaciones sociales de las sociedades modernas en los órdenes económicos,
  • 41. 167 culturales, políticos y sociales. La racionalización libera a los individuos de las tradiciones, de lo imprevisto, de aquellas modalidades de regulación del comportamiento arbitrarias pero lo encierra en un cosmos asfixiante de reglas impersonales de difícil evasión. La capacidad técnica de las organizaciones posibilita que los individuos superen su dependencia de las formas de dominación tradicionales, pero paradójicamente, la técnica transformada en fundamento de la regulación del comportamiento representa una amenaza a la libertad y la creatividad. La racionalización se apoya en el desarrollo técnico científico y en la aplicación intencional de reglas como ejes para evaluar el accionar humano, desplazando a la tradición, la emocionalidad y la espontaneidad de su horizonte. Supone un proceso de complejización de los diferentes ordenes de la vida (los conocimientos sobre el funcionamiento de la realidad económica, política, social, cultural aumentan día a día) pero, paradójicamente, esto mismo implica una simplificación de la vida en términos de procedimientos (cada vez es más fácil es manejar un automóvil, limpiar la ropa, transportarse de un lugar a otro) que pueden automatizarse en comportamientos casi irreflexivos en su concreción cotidiana. En comparación con las sociedades premodernas en la que sus integrantes conocían los instrumentos que empleaban y sabían qué hacer para procurarse los elementos que le posibilitaban vivir, en la sociedad moderna el conocimiento se ha especializado y una de sus consecuencias es que la mayoría de la población
  • 42. 168 emplea cotidianamente con eficiencia elementos pero que no saben cómo funcionan, como por ejemplo un lavarropas o un televisor, ante cualquier desperfecto no queda más remedio que llamar a un especialista para que revise el artefacto17 . La racionalización supone que un viajante de un transportepodría, si quisiera, acceder al conocimientoque le permitiese entender el desplazamiento del vehículo, descartando que en su funcionamiento intervenga alguna fuerza misteriosa. Weber (1998) establece que la racionalización se manifiesta bajo modalidades diversas18 , puede desarrollarse con criterios diferenciales en el ámbito religioso, en el jurídico, en el militar, en el 17 “…la intelectualización y racionalización creciente (…) significan (…) el conocimiento o convicción de que, de desearlo, podríamos descubrirlo en cualquier momento. Por tanto, significan que, en lo esencial, no intervienen fuerzas misteriosas incalculables, sino que, en principio, podemos controlar todas las cosas mediante el cálculo. Ello supone un desencantamiento del mundo. Ya no es necesario recurrir a medios mágicos a fin de dominar o implorar los espíritus, como hacia el salvaje, para quien existían poderes misteriosos. Los medios técnicos y el cálculo cumplen esa función” (Weber, 1985). 18 “…la expresión “racionalismo” puede significar cosas muy diferentes. Significa una cosa cuando consideramos el tipo de racionalización con el que un pensador sistemático elabora la imagen del mundo: un progresivo dominio teórico de la realidad a través de conceptos cada vez más abstractos y precisos. Racionalismo significa otra cosa cuando consideramos el logro metódico de un fin práctico y rigurosamente determinado por medio de un cálculo cada vez más refinado de los medios apropiados (…) “racional” también puede tener el significado de una “planificación metódica”. Y así son racionales estos métodos: métodos de ascetismo mortificatorio o mágico, de contemplación en sus formas más coherentes, por ejemplo, el yoga; o, el manejo de las máquinas de oraciones del budismo actualizado. Por regla general, son “racionales” todas las formas de ética práctica, sistemática y definitivamente orientada hacia fines precisos de salvación, en parte en igual significado en que es racional el método formal, y en parte en la medida en que se distingue entre preceptos “válidos” y lo que se presenta como dato empírico” (Weber, 1987).
  • 43. 169 cultural, en el científico, en el político, en el económico o en el de la educación. El proceso de racionalización funciona, a partir de diferentes tipos de racionalidad, de forma disímil en cada sociedad y en cada ámbito de la misma, por ello lo racional y lo irracional es un asunto de perspectiva, ya que, toda actividad es plausible de racionalizarse, “…lo irracional no es algo sustantivo, sino por relación a un determinado punto de vista racional. Nada es racional o irracional en sí mismo, sino por referencia exclusiva al punto de vista valorativo desde el que la acción es considerada” (Ruano de la Fuente, 1996) 19 . Aunque la racionalización moderna es considerada por Weber (2012) como una modalidad histórica estructurada a partir de la posibilidad de contar un desarrollo científico, con el despliegue confiable de dispositivos técnicos y administrativos para dinamizar y organizar la calculabilidad, la evaluación exacta y permanente en los procedimientos según bases racionales y científicas, es necesario aclarar, que según el análisis weberiano el proceso de creciente racionalidad no se considera como la única explicación, o que suponga que es la correcta interpretación de la realidad de la sociedad capitalista. 19 “Hay, por ejemplo, racionalizaciones de la contemplación mística, que es un comportamiento que (visto desde otros ámbitos de la vida) es específicamente irracional, del mismo modo que hay racionalizaciones de la economía, de la técnica, del trabajo científico, de la educación, de la guerra, de la administración de la justicia. Además cada uno de estos ámbitos puede ser racionalizado partiendo de consideraciones ultimas y objetivos sumamente diversos, y lo que es racional desde un punto de vista puede ser irracional desde otro punto de vista (…) lo decisivo en su diferencia es que esferas fueron racionalizadas y en que dirección” (Weber, 1998).
  • 44. 170 El cosmos de valores del capitalismo moderno estuvo inicialmente impulsado bajo los principios éticos proveniente de la religión protestante, centralizados en el ascetismo, la constricción ante los placeres mundanos, la energía de la fe sobre la actividad profesional y el empleo del tiempo en forma productiva 20 (entre otros factores), posteriormente, este impulso de religiosidad se fue diluyendo permitiendo una creciente fragmentación de sentido integrada únicamente por los principios de la mercantilización. Weber establece como un punto de inflexión en el desarrollodelprocesoderacionalización laemergencia,la transmisión y la aplicabilidad del conocimiento científico en ámbitos cotidianos y extracotidianos. La ciencia moderna no solo tiene efectos de utilidad aplicables a la vida de todos los días sino que también genera saberes que se enfrentan a las tradicionales respuestas religiosas, como las que dan cuenta de la existencia del cosmos, el origen del hombre, la reproducción de los seres humanos, entre otros tópicos21 . El pensamiento científico 20 “El ascetismo protestante intramundano (…) dirigió toda su energía contra el disfrute natural de las propiedades, freno el consumo y en especial el lujo. Por el contrario, descargó psicológicamente a la adquisición de bienes de los obstáculos de la ética tradicionalista, rompió las cadenas del afán de lucro al legalizarlo y considerarlo (…) querido por Dios. La lucha contra el deseo carnal y el apego a los bienes exteriores no era (…) una lucha contra el lucro racional, sino contra el uso irracional de las propiedades (…) el ascetismo no quería imponer a los propietarios una mortificación, sino el uso de sus propiedades para cosas necesarias y útiles de manera práctica” (Weber, 1998). 21 “Para Weber, el ascenso de la ciencia como modo de conocer y experimentar auguró consecuencias particularmente decisivas, ya que amenazó con expulsar los valores por fuera de la arena de la “creencia” y ubicarlos en el reino del cálculo: con el advenimiento de la visión científica del mundo, incluso los valores pudieron ser sometidos a la observación empírica, a la medición matemática y a la prueba.
  • 45. 171 no responde por los fines últimos de las cosas ni pretende resolver el significado de la existencia humana y del cosmos pero los conocimientos que ha generado sobre el origen y el funcionamiento de la vida y la dinámica del universo ha puesto en entredicho lo dogmas de fe de las grandes religiones. Kalberg (2007) establece que en los escritos de Weber no hay un desarrollo puntual, ni una explicitación precisa de la racionalización como tema, para analizarlo éste debe ser rastreado en diferentes textos, ya que se hace mención del mismo de forma fragmentada y diseminada, está implicado al tratar otros temas. El concepto de racionalización no es unívoco, ni designa un desarrollo general de las sociedades, sino que, se puede vincular con diferentes modalidades de organizar realidades heterogéneas, a fin introducir regularidades en los comportamientos sociales. Estas formas de controlar el sentido y las acciones sociales pueden estar institucionalizadas, remitir a formas valorativas, funcionar como mecanismos impersonales de referencia o pueden ser ejecutarse a partir de intereses personales y pragmáticos. A partir de cierta racionalización se pueden generar modos de vida, o bien pueden hacer funcionar acciones acotadas en tiempo y lugar. Enfatizó que con este desarrollo la ciencia se ubicó como la oposición más fundada a todas las visiones religiosas del mundo, las cuales, en tanto postulados éticos, afirmaban la “falta de sentido” de la vida mundana y de ciertas acciones, como resultado de su valoración de los caminos particulares de salvación” (Kalberg, 1977).
  • 46. 172 3.2. Tipos de racionalidad Kalberg considera que podrían distinguirse cuatro tipos de racionalidad: la racionalidad sustantiva, la racionalidad formal, la racionalidad práctica y la racionalidad teórica. La racionalidad sustantiva o material se plasma como un patrón de los comportamientos significativamente orientados por el acatamiento coherente con respecto a ideales, valores éticos o creencias internalizadas. Implica en la lógica del comportamiento una evaluación metódica de los actores sobre como cumplir determinados ideales o referencias valorativas. Este tipo de racionalidad responde a una perspectiva ética que orienta y configura los comportamientos sociales en esquemas de acción coherentes y previsibles con ciertos postulados de valor, que pueden funcionar de forma delimitada o con un alcance general. Esta orientación social se manifiesta en acciones ligadas sistemáticamente con regulaciones y parámetros normativos determinados por ideales y valores, como el deber, la decencia, la honorabilidad o la fidelidad a una nación. Los valores representan guías que orientan la conformación del sentido de las acciones, la racionalidad aquí consiste en el ajuste consistente de los comportamientos y las relaciones22 . La racionalidad que surge de la observancia a un orden ético implica 22 “…la racionalidad sustantiva ordena directamente la acción en patrones. Lo hace, sin embargo, no puramente en base a un cálculo de medios-fines acerca de las soluciones ante problemas rutinarios, sino en relación a un “postulado de valor” pasado, presente o potencial. No simplemente un valor singular, como puede ser una evaluación positiva de la riqueza o del cumplimiento del deber, sino un postulado de valor que implica conjuntos enteros de valores que varían en lo que abarcan, en su coherencia interna y en su contenido. Luego, este tipo de racionalidad existe como una manifestación de la capacidad inherente al hombre para la acción racional con arreglo a valores” (Kalberg, 1977).
  • 47. 173 un punto de vista que fija la dirección del proceso de racionalización y se subsume hacia ese orden pero sin que se puedan establecer criterios o estándares universalmente validos para evaluar otros sistemas éticos o de creencias. Weber plantea un perspectivismo ético insuperable, que implica que las decisiones, evaluaciones y preferencias de los actores por ciertos ideales o valores, que posibilitan la consecución de los comportamientos para ajustarse a dichos valores, no pueden ser justificadas o avaladas por ningún criterio racional que vaya más allá de ese cosmos ético. Los valores son racionales para el actor en términos de ajuste evaluado hacia los mismos, es racional la acción en tanto es coherente con los ideales y creencias que conforman ese orden ético. Lo irracional es, contrariamente, la acción que responde a una multiplicidad de valores enfrentados o diferenciales23 . La racionalidad formal o instrumental descansa en una lógica que emplea la calculabilidad en la orientación del sentido de los comportamientos, no busca arribar al cumplimiento de un valor sino al de un fin determinado, cualquiera sea este, a partir de un conjunto de prescripciones, conocimientos empíricos, técnicas o reglas de un orden impersonal y abstracto. La 23 “…la racionalidad de los valores y de las orientaciones valorativas es determinada en virtud de la consistencia y de la cualidad unificante y sistematizadora de los valores mismos, que, en consecuencia, serán principios orientadores de un estilo de vida unitario. Sólo los valores que puedan ser abstraídos y generalizados, y transformados así en principios que puedan ser interiorizados como principios básicamente formales, y aplicados procedimentalmente, pueden ejercer una fuerza orientadora de la acción lo bastante intensa como para trascender las situaciones concretas y, en el limite, penetrar sistemáticamente todos los ámbitos…” (Ruano de la Fuente, 1996).
  • 48. 174 impersonalidad propia de este tipo de racionalidad se manifiesta en la lógica de la acción técnica, que supone un recorte de una totalidad para que su operatividad sea eficiente, evaluable, posibilitando la reorganización de la realidad enfocada, a partir de finalidades o valores que están por fuera de esta esfera de acción. Este tipo de racionalidad siempre supone un funcionamiento dentro de una dimensión local de un orden que lo contiene, y desde donde surge el impulso o las finalidades de su intervención. El funcionamiento impersonal de las relaciones de mercado implica la imposición de una racionalidad formal carente de un centro organizador, las acciones dentro del marco de estas relaciones económicas implican procesos de calculo y de evaluación de probabilidades de forma impersonal, que se impone tanto en el pedido de un crédito, en la planificación de la producción de bienes, la estrategia de comunicación en los servicios al publico o en la inversión en la bolsa. Si un trabajador pretende conseguir un crédito hipotecario, el banco lo tratará impersonalmente, a partir de las condiciones exigidas por el banco, a partir de los requisitos formales presentados por el solicitante “…la racionalidad formal legitima fundamentalmente un cálculo racional con arreglo a medios-fines similar, pero referenciándose en reglas, leyes o regulaciones ya existentes y aplicadas universalmente (…) en la medida en que reina el puro cálculo en términos de reglas abstractas, las decisiones se toman “sin consideración de las personas”. Una orientación de la acción hacia reglas formales y leyes equivale a un rechazo a cualquier arbitrariedad: aquí el
  • 49. 175 universalismo y el cálculo con relación a regulaciones aprobadas se ubican estrictamente en oposición a la toma de decisiones relacionada con cualidades personales de los individuos implicados” (Kalberg, 1977). La racionalidad material supone una orientación y ordenación regida por criterios que se distancian de pautas impersonales, para regirse normativamente con respecto a valores o ideales, por lo que supone criterios no abstractos o extraeconómicos, llevando a la acción social a guiarse por estos valores o ideales. La racionalidad formal es una modalidad de orientación y regulación de los actuaciones que requieren del incremento de las capacidades técnicas (aplicación de un conjunto de medios planificada e intencionadamente para cumplir con determinados requerimientos o fines) para consolidar un entramado de relación eficiente entre reglas y fines, dando lugar a un marco calculable de regulación y de prescripciones habilitantes y restrictivas de los comportamientos. En la gestión económica la forma dinero representa el máximo de calculabilidad, impersonalidad y abstracción en los intercambios. En el orden jurídico es constatable que, mas allá que el funcionamiento de la racionalidad formal remite a la coherencia y la sistematicidad entre sus reglas y principios fundantes y la racionalidad material suponga una referencia a ideales o valores que están por fuera de la estructura normativa, ambas funcionan en la realidad concreta implicadas una en la otra, ya que “…la racionalidad material contiene de alguna manera elementos de la racionalidad formal, y
  • 50. 176 la racionalidad formal contiene algo de la racionalidad material, pues todo el sistema de normas, jerarquías y procedimientos, etc.. se establece para aplicar determinados fines, para conseguir determinados objetivos. Además en un mundo con luchas en todas las esferas, se le presentan al derecho exigencias materiales, de realización de determinados objetivos, que pueden poner en cuestionamiento la racionalidad formal, en el sentido de que ponen en entredicho el formalismo jurídico…” (Abellan, 2004). La articulación entre la racionalidad sustantiva y la racionalidad instrumental se presenta en la experiencia del nazismo como pocas veces en la historia. La racionalidad instrumental desplegada burocráticamente en el exterminio de millones de personas resultó de la materialización de una racionalidad orientada hacia los valores de la superioridad germana, de la preeminencia de la raza aria por sobre otras razas. Así, la población alemana fue escolarizada, socializada políticamente y conducida desde el aparato gubernamental con el fin de que se incorporaran los valores sostenidos por el régimen. La concepción ética del Tercer Reich, que se puede caracterizar como sexista, discriminatoria, racista y materialista, se consolidó en las prácticas sociales en Alemania en gran parte de la población, como resultado de la efectivización coherente de una racionalidad sustantiva. Ideales, creencias y valores conformaron una concepción de la existencia que legitimó las acciones del nazismo, materializándose en políticas gubernamentales, conformando en militares yfuncionarios unaracionalidad instrumental o formal, que no cuestionó los principios éticos del régimen.
  • 51. 177 Mientras que la racionalidad formal se materializa en una lógica que sopesa medios y fines, en coherencia con reglas, leyes o regulaciones resultantes de un orden impersonal abstracto, la racionalidad práctica se manifiesta en una actitud personal hacia el cálculo y la evaluación de las posibilidades disponibles en la resolución de los problemas cotidianos, a partir de patrones de acción racional con arreglo a medios-fines que se desprenden de los propios intereses pragmáticos. Por ello, la racionalidad práctica implica la presencia de procesamientos evaluativos y de calculabilidad orientando el sentido de la acción en el flujo aleatorio de los intereses cotidianos, casi al nivel de lo automatizado o de lo no premeditado, se presenta como resultado haber internalizado estos mecanismos de manera muy arraigada, para sortear los obstáculos que se le presentan al individuo en el devenir azaroso de la vida cotidiana. Este tipo de racionalidad supone que el razonamiento metódico forma parte de esquemas cognitivos o actitudinales en la adaptación pragmática del sujeto a las circunstancias de la vida moderna. Kalberg expresa que este tipo de racionalidad presenta un carácter impreciso, noremiteniaunconjuntodevaloresniafinesprovenientes de un orden impersonal y abstracto que sirva como referencia y coherencia, solo implica la administración en la resolución de las dificultades rutinarias, cotidianas y pragmáticas. Las disposiciones subjetivas que conforman la racionalidad práctica predominan en la cotidianeidad de las sociedades modernas debido a que se posee la disponibilidad de saberes empíricos, consejos profesionales, documentación técnica sobre aquellas cosas que atiene al desenvolvimiento de la vida cotidiana.
  • 52. 178 Los saberes disponibles conforman un marco empírico técnico desde donde se genera una orientación regular de este tipo de acción, por ello, la racionalidad práctica funciona no solo como un procedimiento personal interiorizado a partir del posicionamiento del individuo dentro una organización para controlar y ajustarse a la realidad objetiva, sino que, funciona como una disposición subjetiva cognitiva que orienta y conduce las decisiones de la acción en torno a ciertos fines o valores. La racionalidad práctica supone acciones de dominio sobre la realidad basadas en patrones que se dirigen a manipular las rutinas diarias, implica una tendencia sistemática y coherente con ciertos criterios probados de eficacia. En la racionalidad práctica, la ordenación de la acción deriva del cálculo intencional, pragmático y maleable con respecto a los intereses o fines de los individuos con respecto a la dinámica de las vicisitudes de la realidad diaria, esta orientación pragmática puede en su concreción a través de las rutinas diarias transformarse en protocolos de conducta implicando un nivel de automatización mental en la configuración del comportamiento. Opuestamente, la racionalidad teórica requiere necesariamente de un elevado nivel de conciencia en la organización del sentido ya que tiene como apoyo en el uso de procesos cognitivos desde una estructura conceptual. La orientación que provee la racionalidad teórica aludealautilizaciónconciente,sistemáticayfundamentada en el sentido de los comportamientos y en la lectura de la realidad a partir de esquemas conceptuales e ideas abstractas definidas con precisión y que coherentemente
  • 53. 179 conforman cosmovisiones objetivadas (en conceptos) de la realidad. En las sociedades tradicionales este tipo de racionalidad basada en una cosmovisión religiosa era central en la organización unitaria del sentido. Este tipo de racionalidad proviene, en la actualidad, de la ciencia y de la técnica profesional, que establecen parámetros organizacionales y subjetivos. Aún es posible que la racionalidad proveniente del conocimiento religioso funcione en la esfera privada de aquellos individuos que profesen algún tipo de fe institucionalizada. La racionalidad teórica (religiosa o científica) posee una base de valores o supuestos sobre la que funciona, el funcionamiento de la ciencia implica la existencia de “…supuestos que escapan a la discusión racional no solo la validez de la lógica y de la metodología, sino también la validez de los valores internos que orientan la racionalización de la propia esfera científica. Y así, las ciencias de la naturaleza responden a la pregunta de que debemos hacer si queremos dominar técnicamente la vida; pero las cuestiones previas de si debemos, y en el fondo, queremos conseguir este dominio y si tal dominio tiene verdaderamente sentido son dejadas de lado o simplemente, son respondidas afirmativamente de antemano” (Ruano de la Fuente, 1996). La racionalidad teórica basada en el conocimiento científico genera en la sociedad moderna una tendencia hacia la intelectualización y la profesionalización de la vida, empujando a los actores a una permanente confrontación con creencias o tradiciones, provee explicaciones y esquemas organizados y probados empírica y racionalmente para afrontar prácticamente la
  • 54. 180 realidad, e influye en la cosmovisión de los actores, que percibir la realidad a través de estructuras conceptuales y sistemas derivados de la medición y experimentación empírica. En épocas pretéritas a la modernidad donde los portadores del saber eran los religiosos esta racionalización cerraba el sentido y la mirada del mundo con la aceptación en base a los principios y creencias de la fe. La objetivación conceptual y teórica de la realidad permite que la subjetividad produzca instancias posteriores de sistematización y ajuste en la interpretación de esa realidad. Esta racionalización provee el fundamento a los mecanismos de cálculo y de abstracción conceptual vitales para el funcionamiento de la racionalidad formal, además, de su impacto sobre la racionalidad práctica24 . Las subjetividades expuestas a los productos de la racionalidad teórica pueden transformarse, posteriormente,apartirdesucirculacióneinternalización (a través de la educación o la exposición a fuentes de datos o recomendaciones profesionales) en protocolos estables y normativos que posibilitan la evaluación y conmensuración de comportamientos, las emociones y las costumbres, esto se verifica, por ejemplo, en la influencia de las guías de recomendaciones terapéuticas para problemáticas psicológicas o vinculares, que han excedido el ámbito de la terapia y que aparecen en revistas de interés general. Los procesos cognitivos 24 “La racionalización teórica y práctico-técnica guardan entre sí, sin duda, una estrecha relación de dependencia. Porque la racionalidad formal de una acción dirigida a un fin (…) se mide por la corrección del calculo de medios y de fines, y esta corrección objetiva es tanto mayor cuanto mayor sea el grado de intelectualización de la realidad” (Ruano de la Fuente, 1996).
  • 55. 181 implicados en la manifestación de la racionalización teórica se enfrentan con la realidad para categorizarla, analizarla y explicarla en su dinámica a partir un cúmulo organizado y articulado de saberes o sistemas simbólicos con elevado grado de abstracción. Las creencias de las religiones organizadas o los supuestos teóricos de la ciencia pueden, según las circunstancias, circular y ser apropiados socialmente, influyendo en los comportamientos cotidianos. La racionalidad teórica presume una acción intelectual cognitiva que implica un manejo reflexivo de la realidad, la cual es segmentada abstracta y conceptualmente a través de la construcción de conceptos definidos unívocamente y con precisión. Según Kalberg (1977) los diferentes tipos de racionalidad tienen en común que se basan en procesos mentales metódicos dirigidos a intentar configurar y controlar la realidad. La racionalidad supone una construcción de sentido dirigida a organizar y controlar la realidad, a fin de que ésta no se manifieste como un caos desordenado de percepciones particulares y efímeras. En todo proceso de racionalización se organiza metódicamente la infinita manifestación de hechos, sucesos aislados y acontecimientos dispersos. Más allá de que su significación sea consecuencia del cálculo entre medios y fines a partir de un orden formal, que nazca de la subordinación a un orden ético o que resulte de una calculabilidad pragmática, la racionalización se concreta como una modalidad de construcción del sentido, rechazando las concepciones y las significaciones particularizadas para ordenarlas y canalizarlas dentro de patrones de acción social, de esquemas de organización,
  • 56. 182 deregularidades comprensibles. Los tipos deracionalidad sustantiva, formal, y teórica suelen ser decisivas en el proceso de institucionalización social y de conformación de realidades organizacionales, estructuradas como conjuntosdeprocedimientos,regularidades y normativas, en cambio, la impronta difusa de la racionalidad práctica la remite a la resolución de la vida cotidiana. 4-La tendencia hacia la racionalización 4.1. “La jaula de hierro de la burocracia” La racionalización moderna, implica para Weber, un “cosmos” de difícil salida, con un carácter similar a lo inevitable, funcionando como una fuerza social sostenida en el funcionamiento administrativo de organizaciones a gran escala, influyendo, casi imperativamente, en plano de las subjetividades. Un concepto muy difundido atribuido a Max Weber que metaforizaría sobre la racionalización como destino probable de la vida de la sociedad moderna dentro de organizaciones burocráticas es la “jaula de hierro” de la burocracia. Esta imagen de una maquinaria que, desde afuera de la subjetividad, encierra férreamente a lo humano, de la que no habría escape, supone una estructura inerte que materializa la regulación de los participantes de los entornos organizados amenaza la libertad, la creatividad y la espontaneidad y todas aquellas características que hace a cada ser humano una persona única. EduardoFidanza(2005)atribuyeaTalcottParsons
  • 57. 183 la difusión y el malentendido de este término, a partir de la explicación de Weber donde subraya la importancia del impulso religioso y su posterior languidecimiento durante el desarrollo del orden económico capitalista25 , el carácter religioso desaparece (o remite como creencia a la esfera personal) como factor de organización social siendo reemplazado por mecanismos impersonales que someten a los individuos a una férrea orientación del comportamiento26 .Fidanzaaclaraque“…loquellamamos 25 “El puritano quería ser un hombre profesional, nosotros tenemos que serlo. Pues al trasladarse la ascesis desde las celdas monacales a la vida profesional y comenzar su dominio sobre la moral intramundana, contribuyó a la construcción de este poderoso cosmos del orden económico moderno que, amarrado a las condiciones técnicas y económicas de la producción mecánico-maquinista, determina hoy con fuerza irresistible el estilo de vida de todos cuantos nacen dentro de sus engranajes (no sólo de los que participan directamente en la actividad económica), y lo seguirá determinando quizás mientras quede por consumir la última tonelada de combustible fósil. El cuidado de los bienes exteriores, decía Baxter, no debía ser más que ‘un liviano manto que se puede arrojar en todo instante’sobre los hombros de sus santos. El destino ha convertido este manto ligero en férrea envoltura. La ascesis emprendió la tarea de actuar sobre el mundo y transformarlo; con ello los bienes exteriores (…) alcanzaron un poder creciente y al cabo irresistible sobre los hombres, (…) que no ha tenido semejante en la historia. Hoy su espíritu se ha deslizado fuera de esa envoltura, quien sabe si definitivamente. El capitalismo victorioso, descansando (…) en un fundamento mecánico, ya no necesita (…) de su sostén” (Weber, 1988). 26 “Una máquina inerte es espíritu coagulado, y el sólo serlo le da el poder de forzar a los individuos a servirla, de determinar el curso cotidiano de sus vidas de trabajo de modo tan dominante como es efectivamente el caso en la fábrica. Es espíritu coagulado, asimismo, aquella máquina viva que representa la organización burocrática con su especialización del trabajo profesional aprendido, su delimitación de las competencias, sus reglamentos y sus relaciones de obediencia jerárquicamente graduadas. En unión con la máquina muerta, la viva trabaja en forjar el molde de aquella servidumbre del futuro a la que tal vez los hombres se vean algún día obligados a someterse, impotentes como los fellahs del antiguo Estado egipcio, si una administración buena desde el punto de vista puramente técnico llega a representar para ellos el valor supremo y único que haya de decidir acerca de la forma de dirección de sus asuntos” (Weber, 2012).