La situación socioecómica del s.XIX en relación a los inicios del urbanismo moderno.
El hilo conductor del estudio es la necesidad de una vivienda. Veremos como las intenciones por solucionar el problema de la vivienda se sirven del urbanismo como política social.
Intentaremos analizar :
El estado de gravedad de la situación para que se entienda la escasez de vivienda un “problema sociopolítico” y como lo ven las clases sociales existentes.
Y observaremos algunas de las soluciones planteadas por la burguesía y cual es el fallo de estas intervenciones para que persista el problema.
2. 2 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
ÍNDICE.
Introducción. .................................................................................................................... 3
Desarrollo......................................................................................................................... 4
Conclusiones. ................................................................................................................... 7
Bibliografía....................................................................................................................... 8
3. 3 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
INTRODUCCIÓN.
El objetivo de este trabajo es debatir la situación socioecómica del s.XIX en relación a los
inicios del urbanismo moderno.
El hilo conductor del estudio es la necesidad de una vivienda. Veremos como las intenciones
por solucionar el problema de la vivienda se sirven del urbanismo como política social.
Intentaremos analizar :
El estado de gravedad de la situación para que se entienda la escasez de vivienda un
“problema sociopolítico” y como lo ven las clases sociales existentes.
Después, observaremos algunas de las soluciones planteadas por la burguesía y cual es
el fallo de estas intervenciones para que persista el problema.
Pero partiremos con la premisa de que, la necesidad de vivienda obrera establece la
consolidación del sistema capitalista en la que se apoya la burguesía, podemos decir que, esta
necesidad mantiene los medios de producción y la diferenciación de clases existentes estable.
Las razones de este planteamiento, se esconden en el transfondo de la conexión entre ambas
clases.
Por tanto, es necesario entender primero la relación existente entre burguesía y proletariado
para entender después el problema y sus posibles soluciones.
4. 4 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
DESARROLLO.
Burguesía y proletariado.
Son muchas autores los que hablan de burguesía y proletariado y de la relación que existe
entre ellas como las dos clases sociales que dominaban la sociedad del s.XIX. Aquí, queremos
recalcar las contradicciones que engendra su relación, para poder situar el papel de la vivienda
en relación a las dos clases.
Sabemos que la burguesía, por su parte, necesita al proletariado como fuerza de trabajo para
mantener el sistema económico que la sostiene, pero a su vez, es la sublevación de la clase
obrera la que puede suponer el fin de su existencia.
De igual modo, la situación lamentable que viven los trabajadores esta supeditada a los
salarios que reciben por parte de la burguesía, pero sin embargo, es la burguesía la que tiene
la capacidad de posibilitar viviendas a los obreros y terminar con sus necesidades.
Por tanto, que se mantenga la necesidad de una vivienda digna estabiliza esta compleja
relación, es decir, los obreros se ven atados a la burguesía por las necesidades que viven, y la
burguesía, se ve obligado a prometer soluciones para evitar revoluciones sociales. Sin
embargo, equilibrar esto atañe muchas dificultades, pues las condiciones de pobreza de la
clase trabajadora ya no solo afectaban a aquellos, si no que presentaban riesgos para los más
ricos, lo que complicaba las circunstancias. Analizaremos ahora la situación de crisis en este
sentido.
La escasez de vivienda: “problema sociopolítico”.
Acabamos de plantear que la necesidad de vivienda obrera es la base de consolidación del
sistema económico capitalista, pues mantiene viva la relación de burguesía y proletariado.
Pero esto, hace referencia a los intereses que se obtienen de una situación determinada.
Si nos centramos ahora, en como se palpó en el s. XIX la situación de pobreza y su consecuente
necesidad de vivienda, vemos que se estableció como un problema de política social ¿por qué
se consideró así? Parece innecesario y evidente decir que el problema afectaba a aquellos que
no poseían una vivienda, ya que vivían en condiciones de precariedad, y que por ello, sería
necesario erradicarlo para salvar y mejorar la calidad de vida de estos, como los verdaderos
afectados del contexto.
Pero contradictoriamente, la necesidad de vivienda se instauró como un problema
sociopolítico cuando aquellos que sí poseían una vivienda lo consideraron oportuno. Es decir,
cuando los capitalistas se vieron amenazados y fueron verdaderamente conscientes de los
riesgos que conllevaba para ellos las condiciones de pobreza de la clase trabajadora.
5. 5 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
Por tanto, el modo de entender la situación como un problema variaba de una clase social a
otra. Veamos cual es el punto de vista de la clase trabajadora y por otro lado, cual es el de la
burguesía:
El proletariado consideró que sus circunstancias nacían de un problema económico, no podían
mantener un hogar, ni menos comprar una vivienda, pues sus salarios eran mínimos y no
tenían ninguna estabilidad laboral que garantizase que podrián pagarla. Estaban supeditados
al burgués que les dirigía, y no tenían posibilidad de vivir de otro modo que alquilando
miserables habitaciones.
Mientras, la burguesía maquillaba el problema económico con cuestiones de moralidad. ¿Qué
era más importante erradicar: el hambre, la insalubridad, la enfermedad, o bien, la imagen
grotesca de alcoholismo, prostitución y delincuencia que las primeras acarreaban?.
La burguesía, atemorizada por las posibles revueltas sociales, consideró necesario terminar
con la pobreza de las grandes ciudades, pero concienciada de que la gravedad del asunto
estaba en estas consecuencias posteriores, tomó sus primeras decisiones obviando que, con
este punto de partida, no se terminaría con la verdadera raíz del problema, la escasez de
vivienda para la clase obrera.
La solución equivocada.
Cuando la escasez de vivienda se instaura como un problema, y la burguesía atemorizada
decide actuar, se emprende una acción política, la cual se sirve del urbanismo.
Las intervenciones realizadas en el s.XIX para terminar con la situación que viven las grandes
ciudades europeas, tales como la construcción de viviendas baratas, la apertura de calles en
distritos obreros, y demás actuaciones ya sean con carácter higienista o no, no constituyeron
acciones válidas, ¿por qué? Porque son soluciones dirigidas por la burguesía, y esta, se
encuentra irremediablemente en la base del problema. Veamos porqué falla, desde un sentido
económico y desde la morfología de las ciudades, las decisiones tomadas.
En el campo económico, las actuaciones realizadas por la burguesía presentan dos raíces: la
racional y la especulativa, y ambas, le reportan beneficios a su sistema económico. La racional,
se traduce en un intento por solucionar el problema, adaptando la ciudad a las exigencias del
sistema productivo. Y como nos dice Engels, “toda inversión de capitales que responda a una
necesidad resulta rentable cuando se realiza de manera racional”.
La raíz especulativa, por su parte, entiende el problema como un negocio inmobiliario
rentable. Las reformas suponen una renovación de las plusvalías de los terrenos que gozan de
una situación privilegiada, y también, los terrenos vírgenes que constituyen suelo barato se
emplearon para especular en vez de aumentar la oferta de vivienda para los obreros. Engels
nos acerca a esta idea cuando nos habla de las building societies que se desarrollaron con gran
éxito en la ciudad de Londres.
6. 6 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
En definitiva, la acción capitalista media en su propio beneficio y no en benificio de la clase
obrera. Toda aportación económica que se realiza es una inversión favorable para la burguesía.
Los beneficios de todas estas operaciones recogidos por la clase obrera son insuficientes para
cubrir el grado de necesidad existente. Consecuentemente, las soluciones planteadas no sirven
económicamente a la clase trabajadora.
Morfológicamente, estas actuaciones urbanas, solo desplazan la pobreza a otro lugar de la
ciudad compacta, es un modo de ocultar estas condiciones de precariedad y evitar todo
contacto entre ambas clases, por tanto, la burguesía consideraba meritoria su labor pues
terminaba con la pobreza allá donde se establecía, pero realmente la engendraba en otro
lugar.
Es el caso de las actuaciones realizadas por el barón Haussman a mediados del s.XIX en París,
entre las cuales, podemos rescatar algunas pequeñas demostraciones de vivienda para los
menos pudientes y ciertas exigencias, para garantizar condiciones mínimas de higiene. Sin
embargo, las importantes obras viarias que transformaron esta ciudad en el s.XIX, ya buscando
embellecer o bien sanear, eliminaban la pobreza en un barrio pero lo fomentaban en otro. Y es
que, esta intervención solo actuaba sobre la morfología de la ciudad, constituía una limpieza
de las calles transformadas, pero no resolvía la necesidad social.
Podemos matizar que todas estas actuaciones urbanísticas se realizan dentro del compacto de
las grandes ciudades.
Son reformas interiores en los gigantes espacios urbanos, donde habitan unos pocos ricos en
comparación con el elevado número de desamparados. Lo vemos, por ejemplo, en la ciudad
victoriana de Londres que nos descubre Peter Hall en el capítulo “La ciudad de la noche
espantosa” de su libro Ciudades del mañana. Donde nos presenta las dificultades que vivían
millones de pobres de los bajos barrios de Londres.
Quizás, es en esta cuestión morfológica, donde reside la clave para una mejor solución. Y es
también, en este libro, donde recogemos ideas sobre la propuesta utópica, adelantada a su
época, de ciudad jardín de Ebenezer Howard, primera propuesta que indaga en esta cuestión.
Aunque no fue pensada para las clases sociales bajas, constituye una idea de reforma social.
Lleva una gran parte de la población y de los trabajos a nuevos espacios que han de ser
autosuficientes, eliminando así la continuación espacial y descentralizando la ciudad fuera de
la congestión existente. Constituye un paso hacia delante en el desarrollo de la segragación
socio-espacial que caracterizará el urbanismo posterior.
Es decir, por lo estudiado hasta ahora, la propuesta de Howard constituye la solución más
favorable para todos, pero hay que destacar que es una proposición al margen del sistema
capitalista.
7. 7 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
CONCLUSIONES.
Si enlazamos todo lo comentando en este estudio, podemos concluir con la idea de que el
problema de la vivienda es un problema que la burguesía intenta mantener para sostener el
sistema económico en el que se apoya. Pero si damos la vuelta a la moneda, la escasez de
vivienda, como problema que es, tiene consecuencias perjudiciales para todos. Y estas
consecuencias negativas, son las que intenta solucionar realmente la burguesía.
Sin embargo, la burguesía vende sus actuaciones como soluciones al problema de la vivienda, y
esto, se debe a dos intereses: primero,eliminar todos los riesgos de delincuencia, morbilidad,…
que les afectaban directamente y segundo, tranquilizar y engañar a la clase obrera con
promesas incumplidas, pues si manifiestan sus verdaderos intereses, la clase trabajadora
podría levantarse en su contra, lo que supondría el fin de la burguesía. De este modo, logra
mantener el desarrollo de su medio de producción. Es por ello, que toda solución planteada
por su parte nos devuelve otra vez al punto inicial, la necesidad de vivienda.
En mi opinión, una sociedad basada exclusivamente en el sistema capitalista, entendido como
en el siglo XIX, niega toda las soluciones válidas para terminar con la escasez de vivienda.
Como dice Engels,”siempre que subsista el modo de producción capitalista, será absurdo
querer resolver aisladamente el problema de la vivienda o cualquier otro problema social
tocante a la situación del obrero”.
MARÍA MANSO FERNÁNDEZ.
8. 8 La vivienda: moneda de cambio de la ciudad capitalista
BIBLIOGRAFÍA.
- HALL, Peter: “Ciudades del mañana. Historia del urbanismo en el siglo XX”. Ediciones
del Serbal, Colección La Estrella Polar. Barcelona (1996)
- MARX, Karl y ENGELS, Friedrich : “Manifiesto comunista”. Ed.El viejo topo (1997)
- ENGELS, Friedrich: “El problema de la vivienda y las grandes ciudades”.Ed. Gustavo Gili,
Barcelona (1974).