1. Proyecto temas para Escuela Sindical
1. A manera de Contexto
La Escuela ha significado, en el tiempo, una opción que remite a la manera como se
transmite el conocimiento. Ha introducido, un proceso vinculando, tanto a quienes ejercen
una posición dominante, como también a quienes ejercen como receptores y receptoras.
Por una vía en la cual, casi siempre, se implementan condiciones de subyugación por parte
de quienes asumen su condición de grupo social y/o clase dominante. Pero, a decir verdad,
no se puede entender como simple instrumento lineal que convoca a la sumisión. Es un
espectro mucho màs amplio y màs complejo. Comoquiera que involucra la percepción y
transformación de la Naturaleza. En un tránsito hacia equilibrar acción e investigación; con
las diferentes variables que se proponen como constitutivas del devenir histórico. Un tanto
como entender que transformación y adecuación, se convierten en insumos. Uno como
ejercicio continuo, a partir de la capacidad de absorción de datos que son procesados en lo
inmediato y en lo tendencial. El otro como itinerario que permite ir elaborando y aplicando
las diferentes variables. Cierto es, además, que propone la intervención de quienes han
asimilado con profundidad y destrezas el contenido mismo de esas transformaciones.
Siempre, por la vía de transmitir en escenarios diversos. Y, por lo mismo, se reconocen
como sujetos válidos para hacerlo. Lo que comúnmente conocemos e identificamos como
maestros y maestras. Es decir, un proceso continuo en que se juntan la investigación, la
transformación y la transferencia. Todo a partir del conocimiento, en sus diferentes
momentos y etapas.
Siendo así, entonces, se configura una opción compleja. Que requiere la asunción de roles
muy precisos, elementales y especializados. Un soporte que va desde la configuración de la
Escuela como tal, y la elección de transferencia. Como un todo. Pero, a la vez, como
secciones de ese todo.
Ahora bien, ya decía que la aplicación del proceso, en sí, supone una forma de
sometimiento. En eso que llamaba Carlos Marx la ideología. Y que Lukács define como
instrumento que somete. Obviamente en términos de lo que quiere o quieren quien o
quienes ejercen el poder. Entiéndase esto no como simple opción condicionante. Màs bien
como rutina que ha trascendido y trasciende, aún hoy, lo meramente circunstancial. Por lo
mismo, cada hecho y cada expresión se desarrolla y difunde, de conformidad con el
acumulado experimental y los códigos mismos. Y cobran sentido, en la medida en que cada
sociedad es diferente. Y, en esa misma perspectiva, es diferente lo que se transfiere.
Según se trate de escenarios simples o complejos. Esto traduce que lo simple es el mismo
hecho inmediato que se transfiere y adecúa. Y lo complejo es la construcción de
paradigmas. A su vez, esto, supone diferentes vías y variables.
Queda claro, asimismo, que no considero pertinente hablar de rutina como mecanismo
perverso ahí en lo de la dominación que propone y aplica en extensión, insisto en ello,
lineal. Es un todo que convoca a la lógica como insumo constitutivo de lo que llamamos
pedagogía. Y, en esto, ha habido experiencias fundamentales. Por ejemplo la metodología
propuesta por José Martí (fundamentalmente, en el texto “El siglo de oro”). También en lo
concerniente a las propuestas y realizaciones de Paulo Freire (Pedagogía del Oprimido) y
Piaget (“Ensayos sobre la psicología infantil” y “Vigilar y castigar”). De otra parte, Freud, en
“Malestar de la cultura”, exhibe lo de los condicionantes como insumos que van delineando
2. el quehacer de los sujetos (as). En ese contexto complejo que es a la vez individual y
colectivo.
Visto así, en consecuencia, el hilo conductor pasa a ser sumatoria dialéctica de insumos
diferenciados. Pero, a la vez, asertivos. En donde lo circunstancial, se convierte en
complejidad. Un tanto a la manera en que Morín refiere el “conocimiento complejo”.
Dejando claro, de mí parte, mi profunda contradicción con él. Tanto en términos de
procedimientos. Como, también en los contenidos. Porque él infiere lo trascedente como
simple réplica del quehacer transversal. Como queriendo minimizar la libertad y la
espontaneidad de los y las sujetos en lo cotidiano. Lo de Morín no es otra cosa que divagar
por diferentes territorios de la ciencia. Como queriendo enfatizar en el hecho de que todos
y todas estamos inmersos (as) en un proceso que, por lo mismo que él complejiza los
procedimientos. Por la vía de asumir que cada quien puede peregrinar, en ese mismo todo
en abstracción continua.
2. De lo cognitivo y la coherencia del quehacer pedagógico.
Lo envolvente del conocimiento como un todo, originado en categorizaciones e
instrumentaciones acumuladas; supone la creación de imágenes constantes. De íconos y de
referentes. Quien o quienes se asumen como portadores (as) del mismo, desarrollan
procesos que están limitados por el ejercicio mismo de su rol; habida cuenta de lo
intrínseco del proceso. Que se presenta y exhibe como soporte. Màs o menos como
entenderlo como asunción de paradigmas prerrequisitos. Así las cosas, se procede, en el
universo del conocimiento, como hacedores de métodos y de acciones. Estos son, al mismo
tiempo, condicionantes y opciones autoritarias. Por lo mismo que se recrea la extensión y la
transmisión, a partir de esas categorías previamente inferenciados y aplicados como
necesarios e indispensables para quienes ejercen como cognoscentes. Como prefiguración
del mandato primero. En una constante diferenciación. Entre quienes son transmisores (as)
y quienes son receptores (as). Y se origina, por lo tanto, una contradicción fundamental.
Que marca tanto como los complejos edìpicos del cual nos hablaba Freud.
Son condiciones que conducen a una figura parecida a la perversión del proceso en sí. Un
horizonte que se obscurece, en lo que este tiene de referentes para actuar. Y la Escuela
misma, por lo dicho antes, constituye un todo, como producto de los acumulados
históricos. Esto explica, a manera de ejemplo, que quienes actuamos en los diferentes
entornos culturales y científicos, nos sometemos a los paradigmas necesarios y que se
constituyen en oferentes de pautas y líneas de comportamiento. Como señalando, por lo
tanto, que somos imprimidos e imprimidas por ese ejercicio autoritario a la hora de
desarrollar métodos y prejuicios. Es, ni màs ni menos, como entender que La Escuela está
gobernada por los mismos instrumentos del poder. Esos que definen la existencia de un
Estado. Que controla y somete. Que ejecuta lo magisterial como partitura pre-establecida.
Y que, quienes somos transmisores (as) somos también sujetos condicionados (as). Y,
estos (as), a su vez, condicionan a los y las receptores (as). Todo, en un continuo proceso
que configura un modelo de Escuela, adecuado a las necesidades de corto y de largo plazo.
Y sobreviene, en consecuencia, un ejercicio. A la vez de aplicaciones centradas en los
aprendizajes obtenidos. Como también creación y motivación. Una unidimensionalidad
similar a la que propone Marcuse como dominación absoluta. Como razón en la sinrazón.
Como corolario en el cual los (as) mandatarios (as) nos colocan en posición supina; a
quienes somos simples protagonistas que efectuamos la réplica de esas condiciones de
dominación..
3 Los currículos como organizadores y concionadores.
3. Y lo que somos como portadores (as) del conocimiento reglado, asumimos, también, como
sujetos y sujetas que imprimimos a los (as) cognoscentes; de tal manera que somos recicladores
(as) del mismo. Por lo que ejercemos como controladores (as) controlados (as). En un
maremágnum de ofertas temáticas. Y no hemos logrado dimensionar lo que significa la libertad. No
somos libres. Y, eso, lo transmitimos a quienes aprenden con nosotros (as); implicando la autoridad
autoritaria. Negamos, por esta vía, a ellos y a ellas, la libertad. Casi como vilipendiándolos (as). En
lo que esto tiene de incentivo para que no actúen en libertad. Nos reglan el conocimiento. Y,
nosotros (as), hacemos otro tanto con quienes nos escuchan y acatan. Es como rutas circulares
que comenzamos en un punto y llegamos al mismo, a través de realizaciones condicionantes. Con
metodologías y comprensiones cifradas, codificadas. Una rutina del aquí, ahora. Y, de mañana, aquí
y ahora también. Nuestras destrezas, se han constituido en pautas para enseñar y para dominar.
Tanto, como que los PEI y las comunidades educativas son variables repetidas. En lo que estas
tienen de subyugación. Tanto como que hemos entendido los manuales de convivencia, como
listado de derechos y prohibiciones. En lo lineal y pasivo de la intervención de nuestros (as)
escuchas. Niños, niñas y adolescentes; que van y vienen. Deambulan por las instituciones
educativas, asimilando el conocimiento que les otorgamos, por la misma vía que nos condicionó a
nosotros (as) antes. En un vuelo recortado. Porque, al momento de oficiar como maestros y
maestras, replicamos lo aprendido. Sin que esto implique la rebelión y las actitudes heréticas. Y,
cuando estas se expresan por parte de alumnos y alumnas, no las reconocemos como válidas. Es
decir, las desacatamos. Por lo mismo que se salen de los esquemas previstos e impuestos.
En ese mismo sentido, nuestra actuación, es como las de los (as) notarios (as) que testifican y
aprueban lo que está hecho de conformidad a las normativas vigentes. Somos herederos (as) de la
sumisión. Y no arriesgamos opciones diferentes. Aplicamos lo que nos permite ese notariado. Lo
que instaura la conformidad forzada. En un equilibrio perdulario. Y, cuando nos decidimos a
pronunciar y difundir derechos; lo hacemos en el escenario de la repetición de lo que somos. Algo
así como que denunciamos lo que nos oprime y condiciona. Pero nunca lo aceptamos, viniendo de
aquellos a los (as) cuales condicionamos y dominamos.
Lo anterior, para no hablar de lo ideológico y cultural en el entendido religioso. Para nosotros y
nosotras, no cuenta aquello de la libertad de cultos, propuesta por nuestra Constitución Política.
Pretendemos enseñar lo religioso como marco conceptual e ideológico, a partir de lo vigente.
Siendo así, entonces, la religión católica es la nuestra, mayoritariamente, y así la transmitimos. Y,
por el incumplimiento y/o el desacato de nuestros (as) go0bernados (as), asumimos la autoridad y
el castigo. Entonces, quien lo diría, nos asesinan lo libertario y herético. Y, nosotros (as)
asesinamos lo herético y libertario.
4. El aprendizaje como fundamento de nuevas opciones.
Nuestra organización sindical ha estado y está en mora de asumir un liderazgo pleno, en la
perspectiva de incentivar opciones de libertad conceptual. Y de confrontación a la racionalidad de
currículos y autoridades que dominan la Escuela. Hemos efectuado tránsitos ominosos, casi que
utilitarios para quienes ejercen dominio. Sin asumir retos que convoquen la heterodoxia, anclada en
el conocimiento como lo que este debe ser. Es decir, patrimonio de la humanidad. Continuo
quehacer que reclama transformaciones constantes. Y que, por lo mismo, no puede ser
condicionado ni reprimido. Ni utilizado de conformidad con el autoritarismo confesional. Que
reclama, para sí, la potestad de exhibirlo como marco unilateral que debe ser asumido, a partir de
las directrices gubernamentales. Por el contrario, que debe ser entendido y asimilado, en plena
libertad. Y, los insumos, han adquirido forma de categorías absorbentes. En las cuales no hacen
vida ni la libertad, ni la herejía.
En consecuencia, desde esta oportunidad. Desde esta opción. Debemos asumir un proceso de
formación. Remitiéndonos a los entornos que debemos construir. De conformidad con los
requerimientos de los niños, las niñas y los (as) adolescentes. Reconociendo que estamos inmersos
4. (as) en un universo, en unos escenarios escolares, profundamente complejos. En lo que tienen de
instrumentos que han sido cruzados por la violencia y la opresión. Unos niños, unas niñas y unos
(as) adolescentes que poseen referentes centrados en la imposición de conductas criminales que
lesionan y laceran. Ellos mismos y ellas mismas, son sujetos (as) permeados (as) por la yunta
condicionada y condicionante. Afín a una sociedad que ha desdibujado los derechos humanos, en
su contexto. Por normatividades hechas para la guerra. Para enfrentar el quehacer cotidiano, como
maestros (as); como alumnos (as) un dìa a dìa enfermizo. Atado a la logística procedimental que
reclama la veeduría de las comunidades educativas, centrada en la interpretación, agobiante, de
hechos y acciones punibles. Nunca, hemos aprendido algo así como una nueva escuela, unas
nuevas rutinas. Una nueva visión, anclada en categoría màs dinámicas y democráticas. Nosotros y
nosotras estamos ahí como observadores y actores, con un compromiso pusilánime. Inmersos (as)
en esos condicionantes previos. No nos hemos atrevido a ver y proponer alternativas diferentes.
Obviamente, en el entendido de que sólo con nuestra acción, no se puede acceder a una
transformación absoluta de la situación ya definida. Pero sí podemos realizar acciones orientadas a
proponer y aplicar procedimientos y lógicas de conformidad con la complejidad dialéctica de
nuestra profesión.
Esta comisión puede y debe ser asertiva. Creativa y diseñadora de propuestas en otra perspectiva.
Comenzando por nuestra propia transformación. En docentes no avaros con la transmisión del
conocimiento. No autoritarios con los y las cognoscentes. Màs bien, en orientadores (as) que
realizan opciones en las cuales se decanten las enseñanzas. A partir de experimentar otros
modelos. Creados por nosotros (as) mismas (os). En un horizonte con referentes dinámicos.
Dialécticos. En donde la razón no sea atadura imperativa. Por el contrario, en donde esta sea,
opción de vida. Así, en consecuencia, los currículos, los PEI; nuestras comunidades académicas y
educativas escolares, sean escenarios de apertura al conocimiento. No reglado por esquemas
azarosos. Màs bien por propósitos magisteriales de convicción. En los cuales la enseñanza de las
matemáticas, del lenguaje, de la historia, de la bilogía, la física, etc.; nos permitan recrear y
compartir con los y las escolares. A partir de lo cual, las escuelas de padres y madres, sean
escenarios de discusión. De análisis y de respeto por las otras y los otros. En donde las funciones
de los coordinadores y coordinadoras académicos (as) y de grupo, sean tutores y tutoras sin el
emblema autoritario. Por el contrario como referentes intuitivos, creativos y democráticos. En
donde la cátedra de equidad de género, se conviertan en escenarios persuasivos. Nunca de
voluntades atadas a los esquemas predeterminados. En donde los grados diez y once, sean
territorios de investigación. A la manera de semilleros para la ciencia. Para la creatividad y la
investigación.
5. Continuidad. Pro actividad y Creatividad. Magisteriales.
Somos lo que somos, trabajando por lo que queremos ser y hacer. Un tanto la aventura abierta.
Con opciones que rescaten nuestra intervención, al servicio de la Nación. Y de la democracia. Y de
la ciencia. Y del conocimiento. Serán logros posibles, en la medida en que nuestra organización
sindical, a través de esta nuestra escuela, implemente aprendizajes. No solo de lo curricular directo.
Sino, también, de lo dinámico y orientador de nuestras acciones magisteriales. Cada sesión. Cada
aplicación práctica; deben ser escenarios de creatividad y de posiciones propositivas y
democráticas. Aprenderemos a respetar a nuestros (as) alumnos (as). A nuestros (as) niños (as); a
los (as) adolescentes.
Cada sesión debería convertirse en seminarios asistidos por otros (as) colegas. Por investigadores
(as) sociales y científicos. Cada sesión deberá tener la impronta de la transformación de la Escuela,
por la vía de implementaciones, cada vez, màs asimiladas al entendido de la libertad. Cada sesión
deberá ser escenario para entender la pluriculturalidad y lo pluriètnico. Para entender la dinámica
en la enseñanza de la religión. Proponiendo, a manera de ejemplo, la cátedra “Historia de las
Religiones”, en reemplazo de lo que tenemos ahora. Mera réplica de la enseñanza de la religión
5. católica. Cátedra que debe enseñar a nuestros (as) alumnos (as) a identificar opciones que puedan
ejercer como opciones diversas.
Terminaría diciendo: “Por lo que somos maestros y maestras; somos impulsadores (as)
de transformaciones. De logros. De democracia y de libertad.”
Paula Andrea Cano Cano. Institución Educativa San José, Angelòpolis (Antioquia)