Teopria tradicionalista martinez jose y colbs listo
Características de la pedagogía tradicional
1. CARACTERÍSTICAS DE LA PEDAGOGÍA TRADICIONAL.
En términos casi generales la pedagogía tradicional es aquella que tiene una larga data e influencia en el país, pues su presencia y
expresiones fundamentales tuvo lugar aún en el siglo XVI y XVII, con ocasión de la invasión española y luego la organización de la
sociedad feudal-colonial, que se hallaba estratificada de un modo violento y vertical, a semejanza y como resultado de las jerarquías de
clase. Aquí predominó la escolástica, merced al esfuerzo del sacerdocio católico, que imperó con todos sus vicios y errores, influyendo
incluso en la Universidad de San Marcos, que se limitó a formar juventud de teólogos de muy escaso valor, abogados católicos y
supersticiosos, médicos fanáticos, obviamente al servicio de la dominación colonial española. Jaime Cerrón y otro (1993), afirman que
durante la colonia, la educación fue una forma de reproducir el sistema de clases. Era una educación esencialmente discriminatoria, es
decir, fue favorable sólo para los blancos europeos y criollos, pero desfavorable para los indígenas, mestizos y esclavos. Las
características más notorias de dicha pedagogía tradicional, reconocidas por los hermanos De Zubiría son los siguientes: En primer lugar,
la pedagogía tradicional a través de los educadores no formados científica y pedagógicamente, no explica los diversos contenidos y
conocimientos particulares que imparte a los alumnos. “Enseña que dos más dos es igual a cuatro; enseña que el sumar es una operación
aritmética asociativa”, que la palabra asociación se escribe con scc; enseña que las células están conformadas por núcleo, membrana
celular y que poseen mitocondrias en las cuales se produce la energía celular requerida”. Es decir, “bajo la teoría pedagógica enseñanza-
aprendizaje, el maestro solo debe conocer la información a trasmitir a sus alumnos. No requiere para nada un conocimiento profundo ni la
comprensión cabal de las leyes del desarrollo cognitivo o de las leyes del desarrollo ético actitudinal de sus alumnos. En segundo lugar, la
pedagogía tradicional al repetir los aprendizajes recientemente adquiridos, registra el aprendizaje de sus alumnos. Ante cualquier
pregunta de un estudiante formado en las metodologías tradicionales, el profesor repite. No dice casi nada sobre las razones de ser de las
cosas. No se promueve una actitud filosófica ante el mundo, la naturaleza, la sociedad, el hombre, etc. Tercero, “el profesor enseña a sus
alumnos lo que sabe y ellos lo aprenden. El profesor sabe, los alumnos no. Por tal razón es que van al colegio a tomar las lecciones.
Durante décadas o siglos se ha pensado de tal manera”. Esta forma tradicional y anti-científica de entender el proceso de enseñanza y
aprendizaje, desconoce que los alumnos no son ni pueden ser “tablas rasas”, sin ningún tipo de conocimiento o información, hoy mas que
nunca en que los medios de comunicación de masas, como lo es la televisión, el Internet, por ejemplo, ejercen una gran influencia en la
conciencia de los niños y jóvenes. De modo que hoy los alumnos arriban a la escuela con no pocos y diversos conocimientos, con
criterios establecidos sobre la realidad objetiva. En cuarto lugar el docente evalúa los conocimientos o el grado en que los nuevos
aprendizajes son retenidos. Así, como explica, Jesús Palacios (2001), con demasiada frecuencia el aprendizaje se reduce a la
memorización de formulas vacías y leyes abstractas, problemas, fechas y datos totalmente alejados de las preocupaciones y problemática
de quienes asisten a la escuela. De donde resulta la ineficiencia y fracaso escolar, haciendo que los niños pasen de un curso o área a otro
en función de su edad y no de sus logros escolares. En relación a la escuela, la pedagogía tradicional, mantiene sobre aquella un carácter
de estancamiento o regresivo, de modo que las actividades y cambios escolares no se producen con la rapidez de los cambios y exigencias
sociales. Por tal razón, “está fundamentalmente anclada en el pasado” y divorciada de la vida, de la realidad y los intereses de los niños,
adolescentes, Jóvenes y padres de familia. “La realidad escolare y la realidad vital esta tan alejada de una de la otra, que el niño aprenda a
desarrollar comportamientos distintos para cada uno de ellas y tiene conciencia de que al igual que lo que hace o prende en la escuela
carece de relación con su vida extraescolar”. Otra característica no menos importante y visible, inherente a la pedagogía tradicional es el
autoritarismo, que produce sumisión, amaestramiento por la imposición de métodos represivos como el de “magíster díxit” y “la letra con
sangre entra”, de profunda raigambre escolástico o feudal. Esto hace que se ignore a la persona del alumno. Como reitera, Jesús Palacios,
(2001), en la escuela autoritaria, las necesidades de vigilancia predominan sobre las de educación y el aprendizaje de la obediencia ciega
se hace antes que el del dialogo abierto y cooperativo; el clima del temor y de miedo, por otro lado, favorece poco el florecimiento de una
espontaneidad que se ve obligada a desarrollarse fuera de la escuela. Estas principales características señaladas de la pedagogía
tradicional, son en cierto modo coincidentes con las características de la llamada “educación bancaria”, que fuera establecidas por el
notable pedagogo brasileño Paulo Freire, en su conocida obra Pedagógica del Oprimido, donde al referirse a la realidad, al adecuado y la
labor docente señala lo siguiente: “Referirse a la realidad como algo detenido estático dividido y bien comportado o en su defecto hablar
o disertar sobre algo completamente ajeno a la experiencia existencial de los educados deviene, realmente, la suprema inquietud de esta
educación. Su ansia irrefrenable. En ella, el educador aparece como su agente indiscutible., como su sujeto real, cuya tarea indeclinable
es “llenar” a los educandos con los contenidos de su narración. Contenidos que solo son retazos de la realidad, desvinculados de la
totalidad en que se engendran y en cuyo contexto adquieren sentido.” Bajo la denominación de la concepción “bancaria” concibe que la
educación es el acto de depositar, de transferir, de trasmitir valores y conocimientos, no se verifica, ni puede verificarse esta superación.
Además en este tipo de educación tiene lugar lo siguiente:
a) El educador es siempre quien educa; el educando, el que es educado.
b) El educador es quien sabe; los educandos quienes no saben.
c) El educador es quien piensa; el sujeto del proceso, los educandos son los objetos pensados.
d) El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente.
e) El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados.
f) El educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes siguen la prescripción.
g) El educador es quien actúa, los educandos son aquellos que tienen la ilusión de que actúan, en la actuación del educador.
h) El educador es quien escoge el contenido programático, los educandos a quienes jamás se escucha, se acomodan a él.
i) El educador es el sujeto del proceso; los educandos, meros objetos, conforme lo reconoce, Paulo Freire. Definitivamente con estos
criterios tradicionales, por demás conservadores, es difícil formar hombres nuevos, que sean capaces de revertir las condiciones
económicas sociales deprimentes que afectan a millones de latinoamericanos y de modo especial a los peruanos. Por ello es imperativo
cambiar el sistema educativo a fin de mejorar la formación de la personalidad de los educandos, comprometidos con el progreso del país,
con el de las familias y con la de sus propias personas, pero sin dejar de exigir la mejora de los niveles de vida, de trabajo de las personas.