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María
Creer como María
Ante todo, la Virgen María ha sido propuesta siempre por la Iglesia a la imitación de
los fieles no precisamente por el tipo de vida que ella llevó y, tanto menos, por el ambiente sociocultural en que se desarrolló, hoy día superado casi en todas partes, sino
porque en sus condiciones concretas de vida Ella se adhirió total y responsablemente
a la voluntad de Dios (cf. Lc 1, 38); porque acogió la palabra y la puso en práctica; porque su acción estuvo animada por la caridad y por
el espíritu de servicio: porque, es decir, fue la primera y la más perfecta discípula de Cristo: lo cual
tiene valor universal y permanente.
(Marialis cultus, 35)
María, Virgen «oyente» que acoge con la fe la
palabra de Dios. Fe, con la que ella, protagonista y testigo singular de la encarnación, volvía sobre los acontecimientos de la infancia de Cristo,
confrontándolos entre sí en lo hondo de su corazón.
(Marialis cultus, 17)
María creyó:
Buscando y preguntando, conociendo por amor, con gozo, permitiendo que Dios
obrase, uniéndose íntimamente con Dios en Cristo.
Obrando por amor, con gozo, orando, profetizando.
Buscando mediante la meditación contemplativa.
Admirándose, en silencio.
Con estupor, buscando con angustia, sin comprender, guardando en su corazón.
Sin ver signos, mediando la voluntad del Padre, anticipando la acción de su Hijo,
engendrando fe en los discípulos.
Fructuosamente, con gozo, con perseverancia.
Con fortaleza, atravesada por una espada, cuando todo parecía perdido, obedeciendo, engendrando otros hijos, adquiriendo la sabiduría de la cruz.
Dando testimonio materno de su hijo.
Cada uno de los momentos anteriores se corresponde con uno de estos acontecimientos
importantes: Pentecostés, Testimonio de Jesús, Anunciación, Calvario, Jesús en el templo,
Caná de Galilea, Profecía de Simeón, Nacimiento, Visitación. ¿Podrías relacionarlos?
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María
Solución: Creer como María
María creyó:
Buscando y preguntando, conociendo por amor, con gozo, permitiendo que Dios obrase, uniéndose íntimamente con Dios en Cristo. (Anunciación)
Obrando por amor, con gozo, orando, profetizando. (Visitación)
Buscando mediante la meditación contemplativa. (Nacimiento)
Admirándose, en silencio. (Profecía de Simeón)
Con estupor, buscando con angustia, sin comprender, guardando en su corazón. (Jesús en el templo)
Sin ver signos, mediando la voluntad del Padre, anticipando la acción de su Hijo, engendrando fe en los discípulos. (Caná de Galilea)
Fructuosamente, con gozo, con perseverancia. (Testimonio de Jesús)
Con fortaleza, atravesada por una espada, cuando todo parecía perdido, obedeciendo,
engendrando otros hijos, adquiriendo la sabiduría de la cruz. (Calvario)
Dando testimonio materno de su hijo. (Pentecostés).
María, modelo para los creyentes
María es la madre de Dios, la madre de Jesús
y nuestra madre. Ella aceptó la voluntad del
Padre (Anunciación), creyó firmemente en los
planes de Dios (Visitación, Magníficat), dio a
luz en Belén (nacimiento de Jesús), estuvo
junto a Jesús (en Caná, al pie de la cruz) y permaneció unida a los discípulos tras la muerte
y la resurrección de su hijo (Pentecostés).
Por todo ello los cristianos proclaman a María
modelo para los creyentes en Jesús.
«Figura que proyecta luz sobre la mujer en
cuanto tal…, espejo de los más altos sentimientos de que es capaz el corazón humano:
la oblación total del amor, la fuerza que sabe
resistir a los más grandes dolores, la fidelidad
sin límites, la laboriosidad infatigable y la capacidad de conjugar la intuición penetrante
con la palabra de apoyo y de estímulo».
(Redemptoris Mater, 46)
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Documentos marianos
A continuación te presentamos los principales documentos eclesiales sobre María; hemos
intercambiado la información que los acompaña. Con la ayuda de tu profesor, coloca correctamente los títulos y las explicaciones. Te damos ya ordenados los dos primeros.
Concilio de Éfeso. Año 431. Definió solemnemente que María es «madre de
Dios» porque engendró a Cristo, verdadero Dios. Condenó la enseñanza de Nestorio, que negaba la maternidad divina de María. Fue presidido por San Cirilo de
Alejandría.
Sollicitudo Ommnium Ecclesiarum (Breve). Año 1661. De Alejandro VII,
«en favor de la opinión que afirma que el alma de la Bienaventurada Virgen María
fue enriquecida con la gracia del Espíritu Santo y preservada del pecado original».
INEFFABILIS DEUS (Encíclica). Año 1892. León XIII, gran devoto
de María, propagó el rezo del rosario.
MAGNAE DEI MATRIs (Gran Madre de Dios –Bula–). Año 1854.
Pío IX declaró dogma de fe la Inmaculada Concepción de la Virgen
María «preservada inmune de toda mancha de culpa original, en
atención a los méritos de Jesucristo, Salvador».
AD DIEM ILLUD (En aquel día –Constitución apostólica–). Año
1950. Pío XII proclama el dogma de la Asunción de María al cielo.
LUX VERITATIS (La luz de la verdad –Constitución dogmática–). Año 1964. Este documento del Concilio Vaticano II sobre la
Iglesia dedica el capítulo 8 a María Santísima.
MUNIficENTISSIMUS DEUS (Encíclica). Año 1904. Pío X en el
50 aniversario de la proclamación de la Inmaculada Concepción.
AD COELI REGINAM (A la Reina del Cielo –Exhortación apostólica–). Año 1974. Pablo VI, sobre el culto y devoción a la Santísima Virgen, a los 10 años del Concilio Vaticano II.
LUMEN GENTIUM (Luz de las gentes –Encíclica–). Año 1931.
Pío XI con ocasión del XV Centenario del Concilio de Éfeso.
SIGNUM magnum (Encíclica). Año 1987. Juan Pablo II escribe
una preciosa presentación de la mariología.
MARIALIS CULTUS (Culto a María –Encíclica–). Año 1954. Pío
XII establece la fiesta de María Reina.
REDEMPTORIS MATER (Madre del Redentor –Exhortación
apostólica–). Año 1967. Pablo VI en el 50 aniversario de las apariciones de Fátima en Portugal.
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Solución: Documentos marianos
Documentos eclesiales principales sobre la Santísima Virgen
INEFFABILIS DEUS (Bula). Año 1854. Pío IX declaró dogma de fe la Inmaculada Concepción de la Virgen
María «preservada inmune de toda mancha de culpa original, en atención a los méritos de Jesucristo,
Salvador».
MAGNAE DEI MATRIs (Gran Madre de Dios –Encíclica–). Año 1892. León XIII, gran devoto de María,
propagó el rezo del rosario.
AD DIEM ILLUD (En aquel día –Encíclica–). Año 1904. Pío X en el 50 aniversario de la proclamación de
la Inmaculada Concepción.
LUX VERITATIS (La luz de la verdad –Encíclica–). Año 1931. Pío XI con ocasión del XV Centenario del
Concilio de Éfeso.
MUNIficENTISSIMUS DEUS (Constitución apostólica). Año 1950. Pío XII proclama el dogma de la
Asunción de María al cielo.
AD COELI REGINAM (A la Reina del Cielo – Encíclica–). Año 1954. Pío XII establece la fiesta de María
Reina.
LUMEN GENTIUM (Luz de las gentes –Constitución dogmática–). Año 1964. Este documento del
Concilio Vaticano II sobre la Iglesia dedica el capítulo 8 a María Santísima.
SIGNUM magnum (Exhortación apostólica). Año 1967. Pablo VI en el 50 aniversario de las apariciones de Fátima en Portugal.
MARIALIS CULTUS (Culto a María –Exhortación apostólica–). Año 1974. Pablo VI, sobre el culto y
devoción a la Santísima Virgen, a los 10 años del Concilio Vaticano II.
REDEMPTORIS MATER (Madre del Redentor –Encíclica). Año 1987. Juan Pablo II escribe una preciosa
presentación de la mariología.
Cuatro Dogmas Marianos, definidos
solemnemente por la Iglesia
La Inmaculada Concepción, proclamado solemnemente el 8 de diciembre de 1854 en la Bula Inefabilis Deus
por el Papa Pío IX.
La Virginidad perpetua de María, proclamado en el Concilio de Constantinopla s. IV y en el II Concilio de Letrán.
La Maternidad Divina, proclamada en
el Concilio de Éfeso 431 por el Papa
Celestino I.
La Asunción al cielo proclamado en
1950 por Pío XII.
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