1. Documento de Trabajo Punto Docente N° 7
Centro de Abordaje y Difusión de Problemáticas Educativas Gremiales e Históricas
“Ausentismo docente”:
¿El Estatuto o política educativa de ajuste en un contexto social de precarización laboral?
Una aproximación al problema
Todo problema se hace visible a través de las consecuencias y no de las causas. En educación
mucho se habla del “ausentismo docente”, se lo relaciona al Estatuto del sector y por ende a los
derechos laborales. Como si la responsabilidad de las ausencias de docentes en las escuelas fuera un
problema de “voluntad”, de no querer ir a trabajar. Con ello se antepone la individualidad de quién falta
sin considerar que el sujeto está inserto en un sistema tanto educativo como social.
Así el propio concepto “ausentismo docente” debe ponerse en cuestión ya que proyecta una
carga peyorativa orientada a generar una representación simbólica cuyo último sentido tiende a
desprestigiar el rol de lxs educadorxs. Generalmente el concepto es utilizado por el poder político con
el único fin minimizar nuestro trabajo y con ello desvirtuar y ocultar su responsabilidad para con la
educación. De ahí en más, es tomado por los medios de comunicación y naturalizado por las familias.
En el sistema educativo bonaerense la desinversión se expresa en una baja del insuficiente
presupuesto del 33% en 2008 a 27% en 2015 (según la FEB: ver gráfico más abajo). Ello en un
contexto en el cual desde el año 2007 se extiende la obligatoriedad escolar al nivel secundario,
redistribuyéndose un menor presupuesto en una mayor cantidad de alumnos de escolaridad obligatoria.
Como se demostrará el problema no es el Estatuto del Docente sino la falta de inversión, problemas
sociales más generales y aspectos relacionados a la política educativa.
Motivos de ausencia de docentes en las escuelas:
Condiciones de trabajo y salud laboral:
Menor inversión significa, entre otras cosas, que no se designan los miles de cargos docentes
(bibliotecarios, gabinetes, directivos, secretarios, preceptores de primaria, etc.) que se deben crear
según lo estipulado en las resoluciones 3367/05 o 333/09 en función de la cantidad de alumnos y
secciones por escuela.
Tomemos solo un caso para referenciar los inconvenientes que esta situación genera, abocándonos
al problema del ausentismo sin considerar las consecuencias pedagógicas implícitas. En primaria, solo
por tomar un ejemplo, la no existencia de preceptores que por resolución deberían estar designados
obliga a que lxs maestrxs deban no solo cubrir las horas de clases sino también los recreos. A lo cual se
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superpone el problema salarial: trabajar un cargo es insuficiente de ahí la necesidad de cumplir con
dos, lo cual implica estar fuera de su casa 12 horas, para luego regresar y seguir con la labor
pedagógica hogareña para el día siguiente (sin considerar las demandas propias que todxs tenemos en
nuestras casas). ¿Quién duda de la enfermedad laboral devenida de esta situación? Y ante la
enfermedad laboral (estrés, problemas de voz, contracturas, irritabilidad, dolores de cabeza, várices,
etc.) la ausencia a la escuela. ¿Quién cubre a estx docente que debió faltar a clases? Dijimos que el
gobierno no cumple en designar los preceptores en primaria. Lo cubre otrx maestrx que ya no va a
tener sus 30-35 o 40 alumnos a cargo sino también los correspondientes a su compañerx ausente.
¿Cuánto tiempo tardará su salud en sufrir las consecuencias nombradas y que se repita el círculo
vicioso?.
Las consecuencias del atraso en el pago de salarios
Las vacantes por licencias se cubren con suplentes. Quien un cargo en estas condiciones tarda entre
4 y 6 meses en que se le regule la situación salarial: no cobra durante ese período. De ahí que muchxs
docentes decidimos no tomar licencias cortas por la incertidumbre de no cobrar. Así el problema se
profundiza afectando drásticamente la situación en las escuelas en donde muchos cargos por corto
tiempo quedan sin cobertura. En estos casos no existe tal “ausentismo” sino ausencia de docentes ante
la irresponsable política gubernamental. (ver más sobre las consecuencias del sistema en Documento
de Trabajo Punto Docente N° 2: https://puntodocente.wordpress.com/noticias/).
Los paros
¿Qué deben hacer los sindicatos si un trabajador presta servicio y no cobra por varios meses? En la
actualidad alrededor de 70.000 docentes trabajan sin cobrar en tiempo y forma. Ello en el contexto de
precarización laboral y de cara a los otros problemas nombrados en este espacio. En esos casos las
medidas de fuerza se imponen afectándose el desarrollo de las clases. ¿Asistimos a un caso de
irresponsabilidad gremial o a una irresponsable política gubernamental que al no abonar salarios, no
invertir en el sistema, obliga a las medidas de fuerza?. Los beneficios para el sistema en su conjunto de
tales medidas han sido demostrados en las acciones desarrolladas por las escuelas y SUTEBA La Plata
en el duro conflicto por infraestructura escolar (Ver Documento de Trabajo Punto Docente N°6:
https://puntodocente.wordpress.com/noticias/).
Insuficiencia salarial por cargo
El sueldo básico por cargo del maestrx que recién se inicia gira en torno a los 3.300 pesos,
ascendiendo a 7000 pesos de bolsillo. Por un sinfín de razones muchísimxs maestrxs son los pilares
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económicos en el contexto familiar. Claramente trabajar un cargo es insuficiente, de ahí la necesidad
de, según los casos, afrontar 2 o 3 cargos para alcanzar un salario que se ajuste a la canasta familiar y al
incremento constante del costo de vida. Lamentablemente son las conducciones gremiales provinciales,
tanto como el Estado, los responsables de esta situación que genera en el cotidiano una multiplicidad
de enfermedades relacionadas a las malas condiciones de trabajo con las consecuentes derivaciones
como se apuntó más arriba.
El “ausentismo” como cuestión matemática
¿Qué pasaría si por cada cargo se pagara exactamente algo más del doble de lo abonado y se
impidiera al docente cubrir más de un cargo? Serían muchos los beneficios, máxime cuando se obligara
al mismo tiempo a cumplir con algún tipo de formación (cursar por semestre una materia acorde a los
intereses particulares en un Instituto de Formación Docente, un curso en el Centro de Investigación
Educativo, un seminario en alguna facultad, o donde sea). En este caso se concurrirían no solo a bajar
el “ausentismo” a un tercio: si se trabaja un cargo en vez de tres, y por alguna situación particular el
docente debe faltar, ese trabajador solo estará ausente en una escuela no en tres. Lo mismo si trabaja en
un cargo en vez de dos. Al mismo tiempo dispondría más tiempo para el trabajo “escolar realizado en
la casa” y asistiría a una formación continua y complementaria, relacionada a sus intereses,
actualizándose en los conocimientos y disponiendo de tiempos para hacerlo. Concurriría a congresos,
seminarios, cursos, etc. Todo lo cual necesariamente se vería proyectado en la relación pedagógica con
los alumnos.
Un trabajo estable, con derechos, en un contexto social de precarización laboral:
Es de conocimiento público que en el mundo laboral general el trabajo en negro o en condiciones
de contratación precaria es en buena medida la regla. En este contexto, que trasciende la
individualidad docente y al sistema educativo, sucede que la diversidad de situaciones familiares
imponen un estímulo a que sea el/la docente quien se encargue de los hijos o familiares en situación de
enfermedad, ya que tiene el derecho de hacerlo. Si, por el contrario, no lo hiciera el/la docente, es muy
posible que el/la conviviente arriesgue su puesto de trabajo. Un grave problema social que trasciende
al sistema educativo pero que directamente lo afecta. Similar situación se presenta en esos casos en
que lxs docentes, por diferentes razones, se encuentran a cargo de sus hijxs.
El propio sistema estimula las ausencias: Lecciones paseos y mesas de examen:
Por otro lado, el problema de las inasistencias de docentes a las escuelas generadas por el mismo
sistema. Cuando se observa desde afuera la ausencia de algún docente generalmente no se consideran
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estas cuestiones que en ocasiones suelen generar grandes trastornos no solo en el funcionamiento de las
escuelas sino en los temas burocráticos implicados.
En primer lugar, la dinámica de imponer “comisiones evaluadoras” en secundaria cada 2 meses
acarrea graves consecuencias. Son 6 mesas de examen al año (febrero, marzo –tercer materia, Res.
587- abril, mayo, agosto, octubre, diciembre1
). Estas “comisiones” están orientadas a que los alumnos
tengan varias oportunidades para rendir las materias pendientes. En la práctica implica que cada dos
meses se suspendan las clases una semana completa. Cada comisión evaluadora requiere 3 docentes
implicando que el docente convocado deba necesariamente faltar al resto de sus escuelas. Agravándose
la situación cuando, a fin de garantizar la realización de la “comisión” con la presencia de docentes
(convocados en la multiplicidad de escuelas en las que trabaja), se realizan mesas fuera de las fechas
establecidas generándose un grave trastorno en el conjunto del sistema. Si se volviera al sistema de
mesas evaluadoras en febrero-agosto-diciembre, nuevamente por una cuestión matemática, se reduciría
sustancialmente el problema del “ausentismo”.
En segundo lugar, las necesarias lecciones paseos. Parte del trabajo pedagógico implica organizar
salidas de las escuelas. En estos casos se demanda mayor cantidad de docentes que acompañen en la
actividad. Esos docentes adicionales faltan a sus otras escuelas para que la salida se pueda concretar.
Esta situación nuevamente genera “ausentismo” ¿pero qué familia se queja de que su hijo haya pisado
por primera vez un teatro, un museo, un evento cualquiera?. Lo mismo sucede cuando desde la escuela
se proyecta una salida de más de dos o tres días.
La suspensiones de clases…
Un problema complementario pero que desemboca en el reduccionismo del “ausentismo docente”,
se vincula a la recurrente suspensión de clases por problemas de infraestructura. Como quedó
demostrado en el Documento de Trabajo Punto Docente N° 6, la cuestión edilicia en la mayoría de las
instituciones educativas es un problema irresuelto y que se agrava año a año. Ello hace que
recurrentemente las clases sean suspendidas por falta de luz o agua relacionado a las pésimas
condiciones de las instalaciones. Cuando no por desmoronamiento de techos o por encontrarse las
escuelas llenas de agua luego de una lluvia.
Conclusión
1 Ver, por ejemplo para el año en curso, Resolución 104 “Calendario de Actividades Docentes 2015”.
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El contenido peyorativo del concepto “ausentismo docente” se desmorona cuando, como se
demostró, las ausencias se relacionan con falta de cobertura de cargos por corto tiempo (ante el atraso
en el pago de salario), faltas relacionadas a la formación (por rendir exámenes, participar en cursos,
seminarios, etc.), a las enfermedades laborales (generadas por la sobrecarga trabajo), al cuidado de los
hijos o familiares enfermos (cuando no hay otra opción en el núcleo familiar), a las situaciones
impuestas por el sistema (“comisiones evaluadoras”, lecciones paseo, etc.).
Así, en esta primera aproximación al problema, observamos que el “ausentismo docente” se
vincula más a la desinversión y la anarquía del sistema que a los derechos laborales establecidos en el
Estatuto del Docente.
Mayor presupuesto en educación acompañado de una política coherente que no obligue a
trabajar en dos o tres cargos, con designación del personal correspondiente en las escuelas, con
personal adicional designado para acompañar las tareas extracurriculares y para cubrir las ausencias
coyunturales implicaría hacer desaparecer de raíz el problema del “ausentismo”. Ello conllevaría una
revolución en el sistema educativo y el fortalecimiento de la educación pública. Mientras se siga
incrementando el presupuesto en seguridad (policías) y reduciendo el presupuesto en educación el
problema estará latente y será pura y exclusivamente responsabilidad del gobierno.
15 de octubre, 2015
Por Lorenzo Labourdette, con aportes del grupo editorial de Punto Docente (CAPEGH).
Nota: Agradecemos una devolución crítica de este material que pueda profundizar el debate y enriquecer los
argumentos ya sean a favor o en contra de lo expresado.
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