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El ganado criollo colombiano costeño con cuernos
1. El ganado criollo colombiano Costeño con Cuernos (CCC)
Resumen
Este artículo describe el origen del ganado criollo colombiano en general y en particular la formación de una
de dichas razas, el bovino Costeño con Cuernos (CCC), el nicho ecológico donde ha prosperado y la historia de
la creación del hato de conservación que el Estado colombiano mantiene, desde 1936, en uno de sus centros
de investigación, Turipaná, localizado en el municipio de Cereté, Córdoba, Colombia. Igualmente, se detallan
las principales características externas, fisiológicas, genéticas y productivas de la raza, con especial énfasis en
los resultados de investigación en rasgos de crecimiento y producción de leche. Se concluye que el CCC, por su
adaptación al trópico húmedo, es un recurso genético valioso para producir en forma sostenible, competitiva y
limpia, especialmente en sistemas extensivos de uso limitado de insumos externos.
Introducción
El ganado criollo colombiano conocido como Costeño con Cuernos (CCC) debe su nombre a la región de
origen, la Costa Atlántica, y a la presencia de cuernos, que lo diferencian de otro bovino criollo colombiano
oriundo de la misma región, denominado Romosinuano, el cual también deriva su nombre de la región de
origen, Valle del río Sinú, y de la ausencia de cuernos, ‘romos’ o ‘topos’ (Pinzón, 1981; Martínez, 1998). Se
adapta bien a las variadas condiciones de la Costa Norte de Colombia, desde las muy fértiles, húmedas y
planas del valle del río Sinú o las pobres, áridas y onduladas de las sabanas de Bolívar, a las anegadizas del
valle del río Magdalena o las fértiles y secas de las llanuras de Valledupar.
2. Desde su origen a comienzos del siglo XVI y hasta comienzos del siglo XX, cuando se inició el cruzamiento
absorbente e indiscriminado de los bovinos de origen Taurus introducidos por los conquistadores españoles
con otros genotipos exóticos, estos fueron la base de la economía pecuaria del país; sin embargo,
actualmente, todas las razas criollas colombianas se encuentran en estado vulnerable o en peligro de
extinción, tomando como base los indicadores establecidos por la FAO (1992).
La población de ganado criollo CCC, detectada en el censo llevado a cabo en 1999 (Martínez, 1999), fue de
escasos 416 animales, de los cuales 395, es decir, el 95% del total de la población, se encontró en un solo hato,
que corresponde al Banco de Germoplasma de conservación de la raza, ubicado en el Centro de Investigación
Turipaná (ICA–CORPOICA), lo que significa que, conforme a los parámetros de FAO (menos de 1.000 vientres,
20 machos y tendencia al descenso) es una raza en inminente peligro de extinción y que, por tanto, requiere
de una política especial de manejo, utilización y protección por parte del Estado colombiano. La existencia del
hato de conservación (in vivo) de la raza no es garantía absoluta de la supervivencia, por tanto se requiere de
la participación decidida de los productores, para garantizar la sobrevivencia de la raza.
Todas las razas de bovinos criollos colombianos conocidas en el país, siete en total (Martínez, 1995), fueron el
producto de la selección natural que operó en los bovinos introducidos por los colonizadores a la Costa Norte
de Colombia: Rodrigo de Bastidas en 1525, Pedro de Heredia en 1533 y Alonso Luís de Lugo en 1542; al sur del
país, vía océano Pacífico por la ruta de Balboa, Panamá y Ecuador y por el oriente, por la vía de Venezuela.
Todas las importaciones provenían de los ganados existentes en la península ibérica, introducidos desde África
y Asia por los invasores árabes, y desde allí a la Española (hoy Santo Domingo) en el segundo viaje de Cristóbal
Colón (Pinzón, 1991; Rouse, 1977).
Las razas criollas colombianas obtuvieron su nombre de la región de origen y/o de sus características externas
más sobresalientes, así: Blanco Orejinegro (también conocido como ganado antioqueño), por sus principales
rasgos fenotípicos: color blanco de la capa y orejas negras (Martínez, 1992, 1995); Romosinuano, ya
mencionado, oriundo del Sinú y por la ausencia de cuernos, ‘romo’ o ‘topo’; Chino Santandereano, por su pelo
muy corto (lampiño, chino) y por la región de origen, departamento de Santander. En los Andes occidentales
se encuentra el Hartón del Valle o Caucano; su nombre deriva de la región de origen (Valle del Cauca) y del
parecido de sus cuernos con un tipo de plátano denominado ‘hartón’, y finalmente el Costeño con Cuernos
(CCC), ya mencionado y del cual nos ocuparemos en este escrito. Los ganados criollos del oriente del país
(Orinoquia colombiana) Casanareño y Sanmartinero, derivan sus nombres de las subregiones de origen,
departamento de Casanare y ciudad de San Martín (Meta) respectivamente (Sastre, 2004; Martínez y
González, 2000).
Existen, además, dos razas compuestas, Lucerna y Velásquez, las cuales fueron formadas con base en
cruzamientos de Hartón, Holstein y Shorthorn, la primera y con Romosinuano, Red Poll y Brahman Rojo, la
segunda. Finalmente, en la región del Amazonas, se ha identificado un nuevo biotipo, ganado criollo
Caqueteño, probablemente producto del cruzamiento al azar entre las razas criollas Sanmartinera,
Romosinuano y Hartón del Valle, las cuales se considera como las que dieron origen a la ganadería del
departamento del Caquetá (Pinzón, 1981).
Formación del núcleo de conservación del bovino CCC
En el año 1936, el gobierno colombiano, consciente del valor económico que los animales criollos tenían para
la producción, estableció, en el Valle del río Sinú, noroeste de la Costa Atlántica, Granja de Montería, el primer
3. grupo de conservación de bovinos criollos. Se adquirieron en las mejores ganaderías de la Costa, 366 animales
de ganado ‘costeño’, especialmente ‘romo’, para confinarlo en la Granja, con el objetivo de estudiarlo y
seleccionarlo; de los 366 animales iníciales 256 eran romos y 110 astados.
En el año de 1937 se dividió el hato en dos grupos; los animales con astas (Costeño con Cuernos, CCC) fueron
trasladados a la Estación Pecuaria de Valledupar, ubicada en el noreste de la Región Caribe. Posteriormente,
en 1955, el CCC fue trasladado de Valledupar a la Granja Experimental de Tolú viejo, departamento de Sucre,
perteneciente al Departamento de Investigaciones Agropecuarias (DIA), del Ministerio de Agricultura, y
finalmente, en 1962 fue trasladado al sitio actual de conservación y estudio, el Centro de Investigaciones
Turipaná, Cereté, Córdoba, bajo el cuidado inicial del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y actualmente
de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (CORPOICA) del Ministerio de Agricultura de
Colombia (Pinzón, 1991, Martínez, 1998).
El Centro de Investigación (CI) Turipaná está situado en el Valle del río Sinú (Cereté, Córdoba), a 8° 31’ 16” de
latitud norte y 75º 58’ 11’’ de longitud oeste del meridiano de Greenwich. El valle, en su parte baja,
corresponde a la zona climatológica de Bosque Seco Tropical (BST), con una temperatura media de 27,5°C,
83% de humedad relativa y 1200 milímetros (mm) de precipitación anual, distribuidos en dos épocas: una de
baja precipitación entre los meses de diciembre a marzo y otra de alta precipitación entre abril y noviembre
(Ossa, 2004).
En el año de 1960 se inició el control lechero en la Granja Experimental de Tolú viejo, con el objeto de evaluar
la capacidad productiva de la raza, bajo dos sistemas de ordeño, con y sin ternero; los trabajos se continuaron
en el CI Turipaná, donde se pudo constatar que el sistema de ordeño con ternero genera mayor producción de
leche, posiblemente debido al estímulo del ternero; en el sistema de ordeño sin ternero las producciones
fueron muy bajas y el sistema tuvo que ser suspendido debido a que las vacas cesaron su producción,
indicando una excelente habilidad o instinto materno (Rubio, 1976).
Paralelamente se hicieron estudios de producción de leche bajo diferentes esquemas de cruzamientos con las
razas Holstein y Pardo Suizo y en el año 1986, por recomendaciones de consultores externos, se suspendió el
ordeño y el ganado pasó al sistema de cría libre (sistema de producción de ganado de carne).
Reseña histórica
Las razas criollas americanas fueron conformadas a partir de las poblaciones de animales de la península
ibérica que se introdujeron en la época de la colonización; el bovino criollo americano desciende, por tanto, en
forma directa de los animales que llegaron a la isla La Española en el segundo viaje de Colón en el año 1493 y
expediciones posteriores. Sevilla, según las crónicas de la época, era la ciudad de España que tenia la
exclusividad para organizar los embarques oficiales a América; sin embargo, hay autores que afirman que
también salieron barcos para América desde Galicia en el norte de España. Tampoco se sabe si todo el ganado
provenía de las regiones cercanas a Sevilla o si algunos embarques se hicieron en las Islas Canarias, ruta de
escala habitual en los viajes a América (Rouse, 1977).
Los ganados Taurus ibéricos de la época del descubrimiento de América (siglo XV), que dieron principio a las
razas criollas americanas, son los mismos que originaron las que posteriormente se conocieron en España
como ‘razas autóctonas españolas’. Por el parecido fenotípico entre ellas, debido a su ancestro común,
muchos historiadores las relacionan, erróneamente, como descendientes directas de las ‘razas autóctonas
4. españolas’, entre las que se cuentan Gallega, Andaluza Negra, Berrenda Andaluza, Pirenaica, Tudanca,
Cacereña y Murciana entre otras. Por derivarse de un ancestro común, es normal que en los caracteres
externos del CCC y de otras criollas de América se descubran rasgos fenotípicos de las razas ibéricas actuales,
incluidas las portuguesas (Martínez, 2007).
Características externas del ganado costeño con cuernos
Apariencia general
El ganado CCC es llamado así, como ya se mencionó, por estar dotado de cuernos, este ganado es de tamaño
mediano: la alzada a la cruz, en los machos, varía entre 129 a 139 cm., con un valor medio de 137.8 cm. y en
las hembras entre 123 a 127 cm., con media de 126.7 cm. Los pesos adultos varían, entre 532 y 690 y entre
380 y 450 Kg, en machos y hembras, respectivamente (Rubio, 1976).
La cabeza es fina y mediana, con perfil cóncavo, los cuernos son delgados en forma de lira, las orejas son
pequeñas y ovaladas. El dorso es recto y fuerte en los machos, aunque un poco débil en las hembras. El tren
posterior es un poco estrecho, la inserción de la cola es alta lo cual, en las hembras, compensa la relativa
estrechez de la pelvis, aspecto que favorece la no presencia de partos distócicos. Los miembros poseen hueso
fino y fuerte; poseen pezuñas sólidas y de color negro muy resistentes a los terrenos fangosos propios de la
región de origen.
Conformación de las vacas revela aptitud para la producción de leche, con ubre glandular de apariencia
colgante, pezones medianos y con venas mamarias bien desarrolladas. Los toros son vigorosos y activos
sexualmente; poseen extremidades fuertes y con buenos aplomos; testículos de tamaño proporcionado y
prepucio corto, muy adherido al cuerpo (Rubio, 1976).
El color del pelo, como en la mayoría de las razas criollas colombianas, con excepción del Blanco Orejinegro, es
amarilla con tres tonalidades: bayo, colorado y hosco. La tonalidad baya casi siempre presenta coloración clara
en las mucosas del hocico, halo de los ojos, borla de la cola, pelo de las orejas, cascos y cuernos. Los animales
colorados tienen pelaje amarillo rojizo (‘monos’); presentan mucosas, borla y cascos de color negro. La
tonalidad hosca, presenta una capa de pelos amarillos claros con pelos negros en la región de los flancos, tabla
del cuello, paletas, cara y piernas. El tinte de las mucosas, borla y cascos es invariablemente negro. La piel es
gruesa y bien adherida, con escaso pelo, corto, brillante y grasoso; todas estas características indican
adaptación a las condiciones cálidas y húmedas propias de la Región Caribe (Rubio, 1976).
Características fisiológicas
Las condiciones climáticas que han tenido que afrontar los animales Costeño con Cuernos, por años y
centurias, desde cuando llegaron por primera vez a nuestro medio, modelaron una raza perfectamente
adaptada a las condiciones ecológicas de la Costa Norte de Colombia. La adaptación es el resultado de la
acción conjunta de carácteres morfológicos, anatómicos, fisiológicos, bioquímicos y de comportamiento, en el
sentido de promover bienestar y favorecer la supervivencia de un organismo en un ambiente específico. Un
aspecto importante de su adaptación a zonas húmedas es, según Pinzón (1981), la calidad de las pezuñas, que
lo habilitan para soportar el fango de las inundaciones en la época de invierno en la Costa Atlántica.
5. Resultados experimentales
Los trabajos experimentales con la raza Costeño con Cuernos comenzaron en la Granja Tolú viejo en el año
1954; en 1967 fueron trasladados al C.I. Turipaná, en donde continúan hasta el presente.
Reproducción y supervivencia
Rubio (1976), en 18 años de observaciones en Turipaná, indicó un porcentaje de natalidad de 74,57%. El
mismo autor señala que la edad al primer parto (EPP) entre los años 1950 a 1974 en las Granjas de Tolú viejo y
Turipaná, en 1.431 observaciones, fue de 37,6 meses, resultado semejante al reportado por Pérez y Moreno
(2000), 37,83 ± 7,0 meses, entre los años 1995 y 1999 en 130 observaciones en el CI Turipaná. El intervalo
entre partos (IEP), en un periodo de 23 años y 3.554 observaciones, en la Granja Tolú viejo, arrojó un
promedio de 441,8 días (14.7 meses). En un sistema de monta estacional de tres meses, en cría libre con
ternero al pie, en el CI Turipaná, entre 1995 y 1999, Pérez y Moreno (2000) reportaron 422,71 ± 136,6 días
(14.1 meses). Los anteriores índices reproductivos son muy superiores a los reportados para el país: edad al
primer parto, 41 meses e intervalos entre partos que oscilan entre los 18 y 24 meses en diferentes regiones
del país (FEDEGAN, 2006). Adicionalmente, Rubio (1976) señala que, en un período de 14 años, la mortalidad
en terneros y animales adultos fue solamente del 5,6%.
Producción de leche
La raza Costeño con Cuernos ha sido utilizada, en ordeño con ternero, como productora de leche y carne, en el
sistema conocido en Colombia como ‘doble propósito’; pero ha ido perdiendo su importancia en los
cruzamientos con otras razas cebuínas y europeas, por la falta de reconocimiento de sus bondades
adaptativas, representadas en sus adecuados índices reproductivos, de rusticidad (resistencia) y longevidad.
En el año 1960 se inició en la Granja Experimental de Tolú viejo, con el objeto de evaluar la capacidad
productiva de la raza, el control lechero bajo dos sistemas de ordeño, con y sin ternero. En el sistema de
ordeño con ternero, la producción total y diaria de leche reportadas por Rubio (1976), en 376 observaciones
fueron, en lactancias de 266 días, de 1.202,3 y 3,7 Kg, respectivamente.
6. En el cuadro 1 se presentan los resultados de producción de leche del CCC, en ordeño sin ternero, y de las
razas puras Holstein y Pardo Suizo y de cruces de toros de estas razas con vacas CCC, en las condiciones de
Turipaná. Los datos muestran que el CCC, en ordeño sin ternero, reduce en forma drástica la duración de la
lactancia (177 d.) y por ende la producción de leche por lactancia que fue de 396 Kg, es decir, 2.2 Kg/d;
comparado con el Holstein (6,6 Kg/d); los híbridos, con excepción del ½ PS × ½ CCC, superaron la producción
del Holstein y tuvieron un comportamiento similar al Pardo Suizo puro. Los trabajos con los ganados puros
Holstein y Pardo Suizo tuvieron que ser suspendidos debido a su pobre comportamiento reproductivo y de
resistencia al medio; la hibridación con toros puros también fue suspendida para no incidir en la reducción de
la población de la raza(Rubio, 1976).
Crecimiento pre y posdestete de ganado CCC
Los promedios, el número de observaciones y coeficiente de variación de los pesos al nacer (PN), peso al
destete (PD), (peso ajustado a 240 días), posdestete (peso ajustado a los 480 días) de machos y hembras CCC
bajo el sistema de cría libre se presentan en el cuadro 2.
El promedio general de peso al nacimiento de machos y hembras (PN) de terneros CCC, hallado por Ossa y
Pérez (2002), fue de 29,3 Kg. El escaso PN es una de las características de las crías de las diferentes razas
criollas; este rasgo se considera muy importante, ya que implica menor dificultad de la vaca al parto, aspecto
que redunda en una rápida involución uterina y, en consecuencia, una más pronta reconcepción y por tanto
menor intervalo entre partos IEP.
El promedio general de PD, a los 8 meses de edad, fue de 173,27 Kg, lo que implica que la ganancia de peso en
el periodo predestete fue de 0,609 Kg/día. El peso al destete es un indicativo de la producción de leche de la
vaca, de su habilidad para criar un ternero y, en menor escala, las diferencias en las capacidades de desarrollo
de terneros, cuando son manejados bajo el sistema de producción de carne (cría al pie) hasta el destete.
El promedio general de peso a los 16 meses fue de 228,36 Kg, con ganancias diarias de peso de 0,229 Kg/día,
entre los 8 y 16 meses. Después del destete el ternero deja la protección materna y debe, usar sus propios
medios para proveer su alimento; en estas condiciones los pesos individuales de los animales indican su
propio mérito genético.
Los PN y PD se encuentran dentro del rango de valores reportados para otras razas criollas (Hernández, 1981;
Martínez, 1992, 1998; Martínez y González, 2000; Ossa y Pérez, 2002).
El peso promedio a los 16 meses de los terneros CCC fue de 228,36 ± 27,64 Kg; aunque no hay mayor
diferencia con las demás razas criollas utilizadas en el país, los pesos de ellas oscilan entre 210 y 240 Kg, según
los reportes de Hernández (1981); Martínez (1992, 1998); Martínez y González (2000) y Ossa y Pérez (2002).
7. Parámetros genéticos
Los valores de los parámetros genéticos, heredabilidad, repetibilidad y de correlación genética entre los PN,
PD y peso a los 16 meses se resumen en el cuadro 3. Se obtuvieron directamente a partir de los componentes
de varianzas y covarianza del programa MTDFREML (Multiple Trait Derivative Free Restricted Maximum
Likelihood) según el método REML (Restricted Maximum Likelihood, Máxima Verosimitud Restringida) de
Bolman et al. (1995).
El cálculo de los parámetros genéticos es de gran importancia en los programas de mejoramiento genético
animal. El coeficiente de heredabilidad es de gran importancia en la valoración del mérito genético de los
reproductores y en la predicción de la respuesta a la selección; así mismo, los valores de repetibilidad nos
permiten, cuando son de alta magnitud, (>50%) hacer una selección más pronta y reducir el intervalo entre
generaciones.
Las correlaciones genéticas igualmente, cuando son positivas y de elevada magnitud, (>60%) permiten una
selección más efectiva por rasgos positivamente correlacionados.
Conclusiones
Por sus extraordinarias propiedades de adaptación a las condiciones ambientales de la zona húmeda del país,
dada por su eficiencia reproductiva (edad al primer parto e intervalo entre partos) y por su gran habilidad
combinatoria con las razas Holstein y Pardo Suizo, asociada a factores productivos y reproductivos,
consideramos que los ganaderos del país no deberían ahorrar esfuerzos en la utilización de la raza CCC. Por
otro lado si el propósito
G. Ossa1, Y. Abuabara2, J. E. Pérez García3, y G. Martínez4
1, 2,3 Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (CORPOICA), Cereté, Colombia;
4 Asociación Nacional de Criadores de Razas Criollas y Colombianas (ASOCRIOLLO).
http://razasbovinasdecolombia.weebly.com/costentildeo-con-cuernos.html
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