1. Estoy en tratamiento en diálisis: ¿qué
cantidad de líquido puedo tomar?
24 Feb 2021
Castellón
Dr. Javier Reque
Médico especialista en Nefrología en el Hospital General de Castellón.
Uno de los grandes cambios a los que los pacientes se enfrentan al comenzar el
tratamiento de diálisis es la necesidad de restringir la cantidad de líquido que ingieren.
Dar una recomendación general no es posible ya que cada paciente tiene unas
necesidades que además pueden ir variando a lo largo del tiempo. El nefrólogo será el
responsable de indicarle a sus pacientes cuál será la cantidad aproximada de
líquidos que se pueden ingerir. En el caso de los pacientes con problemas cardiacos
a menudo la restricción de líquidos es mayor ya que tienden a acumularlos y suelen
requerir el uso de medicamentos diuréticos que fuerzan la eliminación del exceso del
líquido por parte del riñón.
Algún tiempo después del inicio del tratamiento dialítico es habitual que la persona vea
reducida la cantidad de orina que realiza cada día, hasta desaparecer por completo en
algunos casos. Cuando esto ocurre, los medicamentos diuréticos ya no son de utilidad y
cobra especial importancia el consumo reducido de líquidos en general, debiendo ser en
la mayoría de los casos de un máximo de medio litro al día.
2. Sin embargo, hasta que esto sucede y para preservar el máximo tiempo posible el
funcionamiento renal residual, es aconsejable ir adaptando la ingesta para que no sea
deficitaria pero tampoco haya acúmulo de líquido. El médico será el que evaluará estos
balances fijándose en las cifras tensionales, auscultando los pulmones, preguntándole al
paciente por síntomas como la sed y evaluando la hinchazón de las piernas. Puede ser
muy útil, además, recoger la orina durante 24 horas (aunque no se vaya a analizar) una
vez a la semana. Es la mejor manera de saber cuánto líquido es capaz de eliminar el
riñón y saber exactamente cuánto conviene que beba cada paciente. Hay que tener en
cuenta que, además de lo que eliminamos por el riñón, respirando y hablando
eliminamos, aproximadamente, medio litro de líquido al día; un poco más en época de
calor o con el ejercicio físico, cuando también perdemos líquido por el sudor.
Para adaptarse de forma natural y sencilla a la restricción de líquidos el primer paso es
restringir, también de forma progresiva, el consumo de sal. Para ello, es muy
aconsejable reducir el consumo de alimentos procesados y sustituir el empleo de sal por
otros condimentos como especias, vinagre o limón desde que la enfermedad renal es
detectada. Es la mejor manera de no pasar sed, además de suponer un gran beneficio
para su salud cardiovascular.
Otro truco para no pasar sed es estimular la producción de saliva aliviando así la
sequedad de boca. Algunas ideas:
Evitar la exposición al calor
No abrigarse demasiado
Congelar trocitos de manzana, pera o sandía y consumirlos como si fueran
caramelos.
Beber a menudo, pero a pequeños sorbitos.
Beber agua siempre de la misma botella para saber cuanto hemos consumido y
así estar al tanto lo que se ha bebido a lo largo del día. A esa cantidad hay que
sumarle el resto de los líquidos ingeridos: leche, otras bebidas, caldos, sopas,
purés (mejor hacerlos espesos), suplementos nutricionales en forma de batido,
etc.