13. Los mercados municipales llevan presentes dos siglos en nuestros pueblos y ciudades, constituyéndo-
se como el más antiguo de los equipamientos públicos presentes en Andalucía y cumpliendo con una
inestimable labor de vertebración de nuestras localidades, de abastecimiento a su población a la que
sigue ofreciendo la mejor relación calidad-precio en productos perecederos, y de conservación y enri-
quecimiento de nuestra reconocida cultura gastronómica.
En las últimas décadas, estas instalaciones han visto cómo se transformaba la sociedad andaluza, que
comenzaba a exigir nuevos servicios que hicieran más cómoda su compra y cómo surgía una fuerte
competencia de nuevos formatos privados de distribución comercial, principalmente desde los años 70,
que satisfacían esta demanda a través de la adaptación de sus sistemas de venta a los nuevos ritmos de
vida.
En respuesta a esta nueva situación, la Junta de Andalucía consciente de la importancia histórica de
estos espacios y del valor que tiene su personalizada atención al público, comienza a atender tanto la
adecuación física como la funcional de este tipo de instalaciones a través de sus Planes Integrales de
Fomento de Comercio Interior de Andalucía. Concretamente, a través de su programa de Urbanismo
Comercial ha destinado 36 millones de euros, que han supuesto una inversión final de cerca de 92 millo-
nes de euros, en su mayoría para nuevas construcciones, rehabilitación y mejora de la calidad y dota-
ciones de los mercados municipales de Andalucía.
No obstante se hacía necesario dar un paso más hacía aspectos intangibles que revirtieran en la calidad
y la revitalización de estos mercados como la mejora en la gestión, el marketing, o la prestación de nue-
vos servicios,...
Para ello nace el Plan de Modernización de los Mercados Municipales, que será parte fundamental del III
Plan Integral de Fomento del Comercio Interior de Andalucía 2007-2010, con el objetivo de definir estas
mejoras necesarias para la actualización y modernización de una figura comercial indispensable en la
actual y futura estructura comercial andaluza.
En este plan se analizan de forma censal las características de cada uno de los 312 mercados y 8.000
puestos de venta que funcionan en municipios andaluces de más de 5.000 habitantes, y se recoge la
opinión tanto de trabajadores como de las familias andaluzas a quienes van dirigidos sus servicios.
Con este diagnóstico hemos diseñado un plan de actuación comercial para cada instalación, donde se
establecen recomendaciones sobre mejoras en el entorno, adecuación del inmueble, y gestión, comer-
cialización y prestación de servicios que permitirán constituir un nuevo modelo de mercado que pode-
mos llamar de “Segunda Generación”.
Esta publicación recoge buena parte de este trabajo, por lo que se constituye como una referencia para
todos los que intervenimos en el funcionamiento de los mercados municipales. Espero que sus obser-
vaciones impulsen nuevos e interesantes proyectos públicos-privados, en una colaboración que cada
vez es más necesaria para el futuro de los que fueron los primeros centros comerciales de Andalucía.
14. introducción
Los cambios generales suscitados en las últimas décadas en el sector comercial han afectado tanto a
las áreas tradicionales de comercio como a sus equipamientos emblema, los mercados municipales de
abastos. La recuperación de estos equipamientos públicos comerciales, junto con la dinamización de
los centros urbanos comerciales, se ha convertido en una prioridad dentro de la política de fomento y
modernización del comercio interior en Andalucía.
La difícil situación actual de los mercados municipales complica los procesos de dinamización, princi-
palmente porque el antiguo modelo ha caído, y es necesario reorientar el equipamiento público comer-
cial hacia las necesidades actuales y prever las futuras. En el presente libro pretendemos dar respues-
ta a esta necesidad, sumando a la mejor que heredamos de los mercados andaluces la incorporación de
las acciones más exitosas que otros formatos comerciales más recientes han puesto en práctica.
Superar los casi doscientos años de vigencia del antiguo modelo de mercado municipal es un reto com-
plejo, pero no dudamos de las posibilidades de intervenir en el sector con un nuevo formato de colabo-
ración público-privada, que enriquezca el panorama actual.
Debemos tener presente que de los formatos comerciales existentes en Andalucía, el mercado munici-
pal de abastos es el más antiguo de ellos. La implantación de estos equipamientos públicos comercia-
les supuso en su día un impacto espacial y económico igual o mayor de los producidos por las recien-
15. tes implantaciones de grandes superficies y complejos comerciales. No en vano se trata de la primera
gran superficie comercial, que se instala en el primer tercio del siglo XIX como fruto de garantizar el
abastecimiento alimentario, a la vez que mayor control fiscal e higiénico de los mercados ambulantes de
la época.
Su implantación se irá extendiendo por todas las ciudades de Andalucía, hasta conformarse en un autén-
tico sistema de equipamientos públicos de abastecimiento alimentario que llegaría a su auge en los años
70. Hasta entonces la dotación de mercados públicos era un equipamiento de primera necesidad indis-
pensable en las políticas locales, pero la incorporación de nuevos formatos comerciales, como los auto-
servicios y supermercados en los años sesenta, los hipermercados en los setenta y las tiendas des-
cuento de los ochenta, han supuesto un cambio de rumbo en cuanto a la intervención de los gobiernos
locales en la dotación de equipamientos públicos comerciales.
Desde el ámbito público, se entiende que los nuevos formatos de comercio alimentario modelan y se
adaptan en los nuevos hábitos de consumo y comportamientos de compra, por lo que se ha dejado en
manos del sector privado el abastecimiento directo de productos alimenticios, función que inicialmente
desempeñaban los mercados municipales. A la pérdida de dotación de equipamientos públicos por parte
de la administración local, se une la escasa planificación espacial de dotaciones comerciales equilibra-
das, dejándose las implantaciones a merced de las reglas del mercado y la competencia entre operado-
res comerciales privados. Los criterios de localización están más cercanos a los intereses de rentabili-
dad económica de los operadores comerciales que a los territoriales de abastecimiento equitativo.
No hemos querido olvidar que los mercados municipales han sido el estandarte de las intervenciones
públicas en el contexto comercial hasta hace relativamente pronto, y que contribuían a la vertebración
de barrios consolidados o de nuevo desarrollo. Nos negamos a pensar que se ha de renunciar a un
modelo de equipamiento público comercial, gestionado o no de forma pública, que contribuya al equili-
brio espacial y de las economías locales, a la vez que de respuesta a los formatos hegemónicos.
Aunque en apariencia muchos vean a los mercados municipales como meros establecimientos comer-
ciales, estamos ante un equipamiento público comercial que requiere una atención más allá de la mera-
mente económica, dada las funciones que ha desempeñado y las que esperamos que prosiga. Por lo que
los estudios para su implantación o mejora de los existentes requieren, además de un fuerte compo-
16. nente de estudio de mercado, una perspectiva económica y social no sometida estrictamente a la tiranía
de la máxima rentabilidad económica.
La reivindicación de dotaciones de equipamiento público comercial las basamos en que los mercados
municipales aún atienden a zonas desabastecidas por los operadores comerciales privados; a la exis-
tencia de una fuerte vinculación entre los mercados municipales y las economías locales; a su papel en
los procesos de revitalización de los centros urbanos comerciales; a su capacidad de contribuir al mode-
lo de ciudad sostenible; a su diversidad alimentaria, y sus potencialidades como regulador y educador
en los hábitos saludables alimenticios de los ciudadanos. Estos son sólo algunos de los aspectos que
apoyan el mantenimiento del equipamiento, pero no son suficientes para asegurarnos su viabilidad, la
cual pasa por una reorientación comercial del equipamiento y por la reconversión de gran parte del
actual sistema comercial andaluz de mercados de abastos.
Para ello, el Plan de Modernización de Mercados Municipales de Andalucía, que a continuación se expo-
ne, quiere ser elemento de ayuda para todos aquellos que intervienen, de forma directa o indirecta, en
la creación o mantenimiento de los mercados municipales de Andalucía. Es nuestro deseo que el
Plan de Modernización pueda contribuir a la materialización de proyectos y actuaciones por toda
la geografía andaluza, junto a quienes, como nosotros, creen en el presente y futuro de este equi-
pamiento comercial.
Finalmente, quisiera agradecer a cuantos han contribuido a la realización de este trabajo, con quienes
hemos compartido una emotiva vivencia y adquirido un compromiso personal de apoyo a los mercados
andaluces.
Juan Antonio López García