La carta fue escrita por Pablo en Corinto alrededor del año 50 d.C. dirigida a la comunidad cristiana de Tesalónica. Pablo da las gracias por la fe y el amor de la comunidad. También ofrece instrucciones sobre la pureza, el trabajo y la espera del regreso de Cristo, y exhorta a fortalecer la vida comunitaria. El documento muestra una iglesia estructurada y una comunidad fervorosa en sus primeros años.