El documento discute el papel y compromiso de la educación superior en el siglo 21. Señala que la educación superior debe fomentar la ciudadanía mundial, la especialización y resolución de problemas, el aprendizaje empresarial y la educación permanente. También debe transmitir conocimientos y valores, formar profesionales para servir a la sociedad, y contribuir al acervo mundial del conocimiento a través de la investigación. La educación superior debe adaptarse a los cambios en el mundo para configurar el futuro de manera responsable.