El aprendizaje autónomo permite a las personas dirigir su propio aprendizaje de manera consciente e intencional mediante el uso de estrategias de aprendizaje para lograr sus objetivos. Tiene ventajas como fomentar la curiosidad y la autodisciplina, pero también desventajas como la falta de herramientas para evaluar la fiabilidad de la información. Los tres pilares del aprendizaje autónomo son saber sobre los procesos de aprendizaje, aplicarlos en la práctica, y estar convencido de su utilidad.