El documento describe los efectos de los anticolinérgicos en el tracto gastrointestinal. Los anticolinérgicos como la atropina, escopolamina y butil bromuro de hioscina actúan como antagonistas competitivos de los receptores muscarínicos, impidiendo la unión de la acetilcolina y previniendo sus efectos. Estos fármacos se distribuyen ampliamente por el cuerpo y se metabolizan principalmente en el hígado, pudiendo causar intoxicación grave si se administran en exceso.