Aristóteles rechazó la teoría platónica de las Ideas separadas y propuso que lo verdaderamente existente son los entes individuales. Explicó el cambio mediante las nociones de acto y potencia, y las causas del cambio como la causa material, formal, eficiente y final. Su metafísica culmina en la teología y la existencia de un Primer Motor inmóvil, Dios, como fuerza inmaterial e inalterable que produce el movimiento eterno sin ser su creador, pues el mundo es eterno.