El estilo románico en arquitectura se formó en Europa durante los primeros siglos de la baja Edad Media a través de la combinación de elementos constructivos y ornamentales de origen latino, oriental y septentrional. Algunas características típicas del estilo románico incluyen el uso de bóvedas de medio punto, pilares masivos, plantas de cruz latina, ábsides semicirculares, capiteles decorados y contrafuertes desarrollados.