La arquitectura barroca surgió en Italia en el siglo XVII y se extendió por Europa como una expresión del poder de la Iglesia y las monarquías absolutas. Se caracteriza por formas curvas, detalles ornamentales, ilusiones ópticas y efectos teatrales para glorificar el poder. Algunos de los principales arquitectos fueron Bernini, Fischer von Erlach y Le Vau, cuyas obras incluyen la Plaza de San Pedro, la Iglesia de San Carlos Borromeo y el Palacio de Versalles.