Los betabloqueantes como el propranolol, atenolol, metoprolol y bisoprolol se usan para tratar afecciones cardiovasculares como hipertensión arterial, arritmias, angina de pecho e insuficiencia cardíaca. Estos medicamentos bloquean los receptores beta en el corazón y vasos sanguíneos, y se metabolizan principalmente en el hígado antes de eliminarse por vía renal. Pueden causar efectos secundarios como mareos, fatiga, estreñimiento o diarrea.