Boris Yeltsin fue el primer presidente de la Federación de Rusia tras el colapso de la Unión Soviética. Como líder de la oposición en la década de 1980, criticó las reformas de Mijaíl Gorbachov y jugó un papel clave en detener el golpe de estado de agosto de 1991 contra Gorbachov. Su presidencia de 8 años coincidió con la difícil transición de Rusia hacia una economía de mercado luego del colapso del sistema socialista.