El documento discute la relación entre el texto literario y el lector desde la perspectiva fenomenológica. Argumenta que una obra literaria cobra vida a través de la concreción realizada por el lector, no solo a través del texto mismo. También explora cómo el proceso de lectura implica la actualización continua de contenidos a través de las imágenes mentales y la reorganización del significado con cada nueva lectura.