2. El clasicismo es una corriente estética e intelectual que tuvo su apogeo en los siglos XVII y XVIII. Es uno de los pilares en que se apoya el Renacimiento, con una vuelta hacia las formas clásicas (griegas y romanas) en todas las artes. Esta vuelta se ve no sólo en las formas y estilos, es también una vuelta temática. Hay que pensar que el arte religioso había presidido el románico y el gótico, con lo que un arte más realista y cercano en la forma fue una revolución, lo que se conjuntó con temáticas más paganas, aunque a menudo cristianizadas. Se expresó en todos los dominios del arte, desde la arquitectura y la música hasta la pintura y la literatura. Suplantó progresivamente al Barroco, dejando espacio al Romanticismo antes de renovarse a través del Neoclasicismo
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6. En la pintura, y lo mismo que el caravagismo, el clasicismo es una reacción al manierismo que tiene su origen en Italia, donde surge el clasicismo romano-boloñés. Tiene su origen en Bolonia, ciudad intelectual y universitaria que reacciona frente a las formas caprichosas del manierismo optando por una pintura más realista pero buscando la belleza ideal y la expresión de los caracteres y estados de ánimo como hicieron en el arte de la antigua Grecia o en el Renacimiento. En este punto se aleja del naturalismo caravagista. Clasicismo en pintura
7. Es una de las tendencias o corrientes pictóricas que que se desarrolló en el siglo XVII y representaba una alternativa a la pintura barroca. Como reacción al manierismo de finales del siglo XVI, surgieron en Italia dos tendencias: el caravagismo y el clasicismo. Ambas se enmarcan cronológicamente dentro de la pintura barroca, pero sus características son distintas a las del barroco pleno, como señaló el historiador suizo Heinrich Wölfflin: Predominó el dibujo sobre el color; El espacio se construye mediante planos sucesivos, sin las bruscas diagonales barrocas; Las obras son cerradas, no abiertas, con las figuras colocadas en el centro de la composición; Las formas se distinguen nítidamente y son independendientes, a diferencia de la "subordinación al todo" barroca; No hay aquí violentos contrastes ni actitudes exageradas.
8. El clasicismo francés de la época de Luis XIII estuvo dominado por las figuras de dos artistas que trabajaban en Roma: Nicolas Poussin y Claudio Lorena . De este último se destacan sobre todo los paisajes, que influyó en el romanticismo. Tanto Poussin como Lorena satisfacían ante todos los gustos de los coleccionistas franceses, especialmente de Richelieu y Mazarino, que adquirían sus obras. Otro pintor que también desarrolló su carrera en Roma, pero cuyas obras se adquirían en Francia, fue Gaspard Dughet. En París trabajaron Laurent de La Hyre y Jacques Stella. A mediados de siglo la corriente dominante fue el aticismo, estilo caracterizado por sus peculiares refinamientos. Representan esta tendencia Eustache Le Sueur, Sébastien Bourdon, Nicolas Loir (1624-1679) y Nicolas Chaperon.