El documento describe tres formas en que las organizaciones deportivas pueden mejorar: 1) saneando sus finanzas, mejorando su estructura y estudiar su rendimiento; 2) estableciendo un plan de actividades, definiendo la dirección y motivación de los socios, y controlando factores internos y externos; 3) dotándose de una sólida estructura administrativa, desarrollando la capacidad administrativa para definir funciones, y creando un sistema de procedimientos para la toma de decisiones y el flujo de información.