La gente compra para satisfacer necesidades físicas y emocionales, a menudo influenciadas por la publicidad y cultura. Compramos por razones como necesidades básicas, sustitución, prestigio o vacío emocional. Aunque las emociones juegan un papel más importante que la razón a la hora de tomar decisiones de compra. Los buenos vendedores detectan las necesidades de los clientes para recomendar productos que se adapten a ellos y generen una venta.