Las compresas calientes proporcionan alivio del dolor al combinar termoterapia e hidroterapia. Pueden aplicarse húmedas o secas para mejorar la circulación en los tejidos y tratar lesiones musculares, tendinosas o ligamentosas. Alcanzan temperaturas entre 71.1 y 79.4 grados Celsius. Sus efectos fisiológicos incluyen alivio del dolor, aumento del flujo sanguíneo, metabolismo local e incremento de la extensibilidad del colágeno, además de reducir el espasmo