La autoestima se origina de las necesidades humanas básicas y depende de cómo las personas ven a sí mismas y sus relaciones interpersonales. La autoestima se refiere a los sentimientos de uno sobre sí mismo y es importante para el desarrollo equilibrado de la identidad personal y social. El amor propio es fundamental para la autoestima porque motiva pensamientos positivos que permiten aceptarse a uno mismo y fijar metas para el presente y futuro.